"-¡Ese lobo estaba empapado con sangre, sangre que pertenecía a un cordero y que pudo haber sido Tiffany! ¡¿Te piensas que no reconozco el olor de mi propia especie?"

"-¡¿Por qué no me has matado, Orión?! ¡Tyler no habría dudado en hacerlo!"

"-¡Resiste, por favor!"

"-¡Kim YooJin! ¡Yo seré quien pelee contigo!"

"-¿Qué vas a hacer? ¿Matar al cordero, o enfrentar la ira de Colmillo Brillante?"

"Te amo, TaeTae…"

El lobo y el cordero

Por: Kida Luna

Capítulo XXXVl

Escape al Paraíso, Parte l

-"Está bien… Está bien, si es TaeTae, no me importa morir por ella."

Las palabras llorosas hicieron que la aludida abriese los ojos sorprendida, sintiendo sus primeras lágrimas deslizarse a través de sus mejillas doradas para caer y hacerse trizas en los mosaicos diáfanos.

Tiffany amplió su sonrisa, queriendo transmitirle lo infinitamente agradecida que estaba por haberla conocido. Cuando los orbes húmedos, que ya lloraban también, se cerraron, la respiración del lobo se congeló por completo.

Sus orejas negras se pegaron totalmente a su nuca y ella entreabrió varias veces la boca, no pudiendo jalar su voz hacia fuera.

"No…"

El cuerpo blanco se enderezó, mostrando el cordero el cuello que había de ser degollado para salvar la vida de Kim Taeyeon.

"¡Tiffany, basta! ¡Por favor, BASTA!"

-"No quiero hacerlo…" –gimió dolida, agachando la cabeza y sintiendo sus cuatro cuartos temblar contra el suelo.

Los ojos borgoñas se entrecerraron conforme la cola punteada en negro se escondía entre las patas. Sacudió la cabeza de un lado a otro, apenas con fuerzas, mordiéndose los labios y deseando morirse más que nunca.

Morir, antes que asesinar lo que más amaba…

"-¿Cómo te llamas?

-T-Tiffany H-Hwang.

-Bonito nombre, pero no me veas así, no luzco tan aterradora. Me llamo Taeyeon. Kim Taeyeon."

- ' - ' -

"-¿Tiffany?

-Dime.

-Eres linda."

- ' - ' -

"-Taeyeon, mírame, por favor…

-Tiffany, no, ¡voy a morderte!

-¡Taeyeon, escúchame! ¡Escúchame bien y abre los ojos!"

- ' - ' -

"-Soy un lobo.

-Sí, lo sé, eres mi amiga."

- ' - ' -

"-¿Taeyeon?"

-Dime.

-Gracias, estoy tan feliz de estar aquí contigo.

-… ¿Gracias?…

-¿Y sabes qué más? No te cambiaría por nada del mundo."

- ' - ' -

"-¡Es sólo un maldito cordero!

-¡Te equivocas! ¡Ella es más que eso!"

- ' - ' -

"-No estoy inventando nada. Cuando digo que eres bonita es porque lo eres, Taeyeon. Ahora, ¿quieres salir de ahí un momento?

-¿P-Por qué?

-Me gustaría verte de nuevo, ya sabes, hablo de la adorable rubia que me emboscó con un ataque de cosquillas la otra vez."

- ' - ' -

-"¿Bailarías conmigo?"

- ' - ' -

-"Me gustas, Tiffany. En serio me gustas…

-¿Me quieres, Taeyeon?"

- ' - ' -

"-Está bien, ¿amarnos está bien, cierto?"

- ' - ' -

"-¡TaeTae nunca me haría daño!"

Todos los momentos que habían creado, desde el primero hasta el último, se reflejaron en los empapados ojos de Taeyeon mientras sus mandíbulas tiritaban; el pelaje blanco del cuello siendo rozado por sus finos colmillos, aquellos que, contra sus primordiales instintos, se negaban a cerrarse.

Más lágrimas bajaron a medida que contemplaba la expresión tranquila de Tiffany, escuchando ya solamente las respiraciones de ambas. En el instante en que sujetó su piel, la lobezna cerró los ojos abruptamente, no pudiendo soportar la idea de que la joven de quien se había enamorado, aceptaba entregarle su vida.

Para poder salvar la suya.

-"Buen cachorro, Taeyeon" –la oyó susurrar con voz quebrada.

-"Mhp –negó-. N-No soy tan buena co-como crees…"

-"¡Mátala!" –YoungMin gritó desde la tribuna, con las pupilas amarillas inyectadas de locura.

La herbívora, entonces, abrió los ojos para verse reflejada en esos mares escarlatas y turbulentos, que le suplicaban perdón y le rogaban por abrazo y consuelo.

Sin embargo, ella tan sólo ablandó su mirada.

-"¿TaeTae? –Susurró muy bajo-. Cuídate mucho."

"¿Ti-Tiffany...?"

-"A-Adiós…" –sollozó.

-"Tiffany… ¡Tiffany, por favor perdóname!"

¡GRASP!

El gruñido del lobo se escuchó al mismo tiempo en que sus fauces se separaban para provocar un chasquido al rodear el cuello pálido.

Durante una fracción de segundo, todos los sonidos murieron. Los párpados dorados y blancos apretados fuertemente, en tanto las miradas de las amistades que habían hecho a lo largo de su vida observaban impotentes.

Las bocas abiertas en un "No" mudo, percibiendo como el aire desaparecía de repente al igual que las demás criaturas que poblaban el lugar; las esperanzas derrumbándose una tras otra, sintiendo que el alma les sangraba de la misma manera en que el cordero iba a hacerlo…

"-Te quiero. Seas lo que seas, te quiero conmigo, TaeTae.

-Estás cometiendo un error.

-No, no eres un error. Sólo eres una tonta cachorra…"

-"¡NO VOY A HACERLO!"

-"¡TAEYEON, NO!"

El grito amortiguado por el pelaje níveo, se dejó escuchar a través de la sala mientras la lobezna se paraba en dos patas; todavía con los ojos cerrados, hizo acopio de todas sus fuerzas para arrojar a Tiffany lo más lejos que le fue posible.

-"¡TIFFANY, CORRE! ¡CORRE YA!"

El cuerpo pequeño rebotó sobre las losas, provocando que los animales cerca se alejasen ante el estrépito. Rápidamente, el cordero se puso de pie y se volteó a ver al lobo.

Estuvo a punto de avanzar hacia ella, cuando un tercer grito diciéndole que corriera abandonó la garganta amarilla. El tono suplicante y desgarrador, que perforó sus oídos, al igual que esos tormentosos ojos, la hicieron pasar saliva.

Los ópalos miel temblaron de miedo puro, con un dolor inmenso partiendo todo su ser así como los rayos púrpuras que partían el firmamento.

"No… ¡no puedes… TaeTae, no puedes dejarme!"

-"Así que ésta es tu decisión… -siseó YoungMin antes de dirigir su mirada fría directo al cordero-. Je –sonrió de lado-, mátenla."

Inmediatamente la figura del subdirector se convirtió en la gigantesca anaconda negra que era, con su siseo y mirar aterradores despertando los más profundos temores en el lobo y el cordero.

-"¡Vete de aquí, Tiffany! ¡VETE!"

¡VEEETTTTEEEEEEE!

Tiffany Hwang se obligó tragarse sus lágrimas para darse la media vuelta y echar a andar los cascos, sintiendo que el tiempo corría lento y sus pasos tardaban una eternidad en realizarse.

Los rugidos y bramidos despertando en el mismo ritmo perezoso, escuchándose aún por encima de los dantescos truenos del cielo gris.

El lobo se abalanzó entonces sobre los leopardos, quienes habían sido los primeros en moverse; golpeó los costados amarillos hasta sacarlos del camino y gruñó mientras atacaba los cuellos, arrojándolos así al piso.

Conforme la hija de Michelle se abría paso, el de Taeyeon era cerrado cada vez más, tratando de evitar que el menor número posible de carnívoros pasase sobre ella. Al mismo tiempo, Yoona y las demás corrían para intentar interceptar a los miles de estudiantes –a quienes Tiffany trataba de esquivar difícilmente entre salto y salto-, de modo que el camino a la salida de la escuela no fuese bloqueado por completo.

En segundos, sin embargo, fue inevitable que una de tantas garras enviará a la lobezna al suelo de un bofetón. Apenas se puso en pie como resorte, queriendo ir tras el cordero, correas se aferraron a su piel y cuello.

-"¡Suéltenme! –aulló histérica-. ¡Tiffany, TIFFANY! ¡TIFFANYYYY!"

-"¡DETÉNGANLA!" –un dragón de Komodo ordenó.

Los lamentos de la lupina continuaron sonando altos y desesperados, quedando ella suspendida en dos patas en tanto su cuerpo luchaba por avanzar hacia delante; las ataduras hicieron mayor presión a medida que los dragones monitores se ponían en pie y empujaban hacia atrás.

Una correa más se enlazó al hocico dorado, que de inmediato le mordió; su dueña sacudió la cabeza, ahora limitada, a los lados, en un intento por romperla. El rasgar de la cuerda sonó así como Taeyeon sentía el rasgar de su propio corazón.

Ignorando el ardor en su boca…

¡SUELTENME YAAAAAAA!

El aullido rebotó fuertemente en las paredes, como un gemido precioso que despertaba relámpagos afuera. Para cuando la lobezna volvió la vista al frente, pudo ver a todas sus compañeras luchando y siendo superadas por el número; la rabia y la angustia la obligaron a querer zafarse una vez más, retorciéndose y rascando frenéticamente sus garras traseras contra los mosaicos límpidos una y otra vez.

-"¡KIM!"

El rugido de Yoona la hizo virar la cabeza atrás, percibiendo como de pronto la presión sobre ella desaparecía y caía al suelo. Las correas se soltaron de golpe, hasta deslizarse enfrente de su hocico; para cuando se apoyó sobre sus cuartos primeros y volteó a ver los dragones, les encontró aplastados por las patas de la leona.

-"¡¿Qué estás esperando?! –le observó luchar por mantenerse sobre ellos-. ¡Ve por Tiffany!"

"Yoona…"

-"¡TAEYEON!"

El grito de Jessica hizo que sus orejas se parasen, regresando la mirada al frente sólo para ver cómo la herbívora cruzaba ya el umbral de la entrada hacia el bosque. Detrás suyo, Tyler salía disparado, que fue rápidamente seguido por Yuri apenas verle.

-"¡Muévete!" –escuchó el ladrido de Gyuri, que pasaba a su lado y la obligaba a pararse.

Ambas corrieron a través del tumulto de bocas y zarpas en la recepción, sintiendo uno que otros cortes. En el momento en que un lince se arrojó sobre las dos, con su chillido espeluznante, fue su hermana mayor la que velozmente se precipitó encima de éste para evitar que Taeyeon fuese rezagada.

-"¡Taeyeon, por acá!"

Jessica corrió hasta ella y se la llevó consigo, dejando atrás a Yoona y a Gyuri, a quienes más criaturas les brincaban y rodeaban con cada segundo que pasaba.

Mordiéndose los dientes, la lobezna tuvo que mirar adelante, apreciando de repente el viento de afuera pegarle en el rostro fuertemente. Las cúpulas de interior negro en Colmillo, fueron reemplazadas entonces por la tormenta grisácea y los depredadores que avanzaban bajo ésta también.

Todos siguiendo la pista de la hija de la Directora de Casco Resistente.

-"¡Jamás les alcanzaremos así! –exclamó Taeyeon por sobre el alboroto-. ¡Tomaré un atajo, tú ayuda a Yuri!"

El dingo tan sólo le miró fijamente y asintió. En aquel instante se separaron, una desviándose hacia la arboleda, y la otra avanzando peligrosamente entre los miles de cazadores que poblaban el lugar; la figura del licaón, marchando a toda prisa tras Tyler, reflejándose en las preocupadas orbes lavandas.

Más atrás, luego de que Krystal y Sulli fuesen por Yoona y Gyuri, la sombra silenciosa del Subdirector se arrastró hasta la entrada de la escuela; una vez allí, elevó su largo cuerpo mientras sus ojos reptilescos contemplaron al lobo que pretendía escapar por entre los árboles.

" – " – "

Miles de patas detuvieron su sonar al mismo tiempo. Los cuartos marrones parados firmemente sobre aquella colina, con el pecho alto y la mirada grave, pero esta última todavía invadida por chispas de inseguridad.

Dibujándose en su interior, la silueta del gran cordero que le veía metros más abajo, al frente.

-"Michelle Hwang, hemos venido a entregarle un mensaje –habló fuertemente, sintiendo las ráfagas de aire azotar su pelaje café-. Por orden de nuestra actual Directora, Kim YooJin, Colmillo Brillante le declara la guerra a Casco Resistente. Ninguna de sus fronteras será ya respetada por nosotros, y ninguno de ustedes podrá resguardarse más tras estos pobres enrejados."

El comentario causó que los herbívoros ahí apostados dispersasen dudas y preocupaciones en susurros bajos, observando con cierto temor a los dingos arriba de la elevación.

-"¡¿La actual Directora?! ¡Así que esto es lo que planean! ¿Hacernos sus víctimas? –respondió desafiante la bovina y dio un paso adelante sin abandonar su mirar furioso-. ¡No voy a permitirlo!"

La gran cornamenta se agitó como muestra de ello, logrando con ello mermar los miedos en sus homólogos, fuesen