Era sábado por la mañana y al salir de su habitación se encontró a Nim en la sala con la mesa de noche llena de libros, hojas sueltas, bolígrafos, marcadores, la computadora y un sinfín de cosas de la universidad. Estaba cursando su primer semestre y las clases le estaban provocando canas verdes.

Cuando entró en la sala su mejor amiga ni siquiera se dio cuenta, continuaba enfrascada en sus tareas. Era temprano, apenas pasaban de las 9:00 y ella ya tenía todo ese caos, seguro se había despertado muy temprano o tal vez ni siquiera había dormido.

—Yah ¿Cuánto dormiste? —Nim pareció apenas notarla al escuchar su voz pues se sobresaltó al instante mientras la volteaba a ver sorprendida.

—¿Desde cuándo estás ahí? —le pregunta mientras se acomoda los lentes.

—Un rato, pero no me respondiste ¿cuánto dormiste? —intentó sonar seria y firme.

—Dos horas, es suficiente porque debo terminar esto.

Se acerca hasta ella y le arrebata el libro que tiene entre sus manos, provocando una protesta por parte de la menor que la mira con el ceño fruncido.

—Vas a dejar todo esto y a dormir al menos cuatro horas señorita.

—Pero Salieri…

—Pero nada, no puedes estar haciendo las cosas bien si no duermes, anda a tu cuarto. —Nim se levantó con pesar. —Anda o te llevo a rastras y sabes lo que haré…

Esas últimas palabras hicieron que su amiga saliera corriendo a su cuarto sin mirar atrás. Preparó el desayuno y después de comerlo caminó hasta el cuarto de Nim sin hacer ruido, al abrir la puerta la encontró dormida profundamente, tanto que ni siquiera se había quitado los lentes. Entró despacio y casi caminando de puntillas y colocó los lentes en el mueble de al lado. Salió con el mismo silencio y cerró la puerta tras de sí.

Apenas era la primera mitad del primer semestre y era el más difícil, pues todas las carreras llevaban materias generales y si conseguían aprobar todas entonces en el segundo semestre iniciaban las materias de su carrera, de lo contrario quedaban fuera de la universidad. Por eso su amiga se preocupaba tanto por los trabajos y tareas, además de que aspiraba a obtener una beca que le ayudaría a costear la mitad de la licenciatura.

Sin embargo eso no evitaba que se preocupara al verla dormir a diario hasta casi la madrugada, saltarse las comidas por estar estudiando o trabajando y con un cansancio evidente. Sabía que ella podía con eso pero la preocupación seguía ahí, no deseaba verla terminar en el hospital a causa del agotamiento y estrés.

Pasado del medio día mientras ella repasaba algunas partituras Nim apareció en la sala todavía bostezando y con la marca de la almohada en una de sus mejillas.

—¿Cómo te sientes ahora? —le preguntó riendo.

—Mejor, ahora puedo seguir con las tareas.

—Primero vas a comer, y hablo de comida nada de “desayunar” —fue a la cocina y regresó con un tazón de pollo y otro de arroz.

Nim sonrió y todavía medio dormida empezó a comer lentamente. Una vez que terminó comenzó a trabajar nuevamente en las cosas de la universidad. Realizaba pausas de vez en cuando para hablar con ella, en su mayoría referentes a la próxima graduación, que por cierto era la suya y si todavía tenía pensado irse de Corea.

Lo de irse tenía que admitir que no lo había pensado desde el día que había arreglado las cosas con LuHan y de eso ya habían pasado varios meses. De modo que cuando el tema de conversación fue ese no pudo evitar sumirse en sus pensamientos y no responder a su amiga que continuaba expectante a lo que diría.

¿Quería irse de Corea? La respuesta era sí, ¿Quería dejar a LuHan? La respuesta obvia era no, pero no estaba segura de qué hacer, si ponía las cosas en una balanza una pesaba más por ciertos aspectos y en otros la segunda opción así que era más o menos un empate.

—No tienes que preocuparte por eso, ya será el tiempo de hacerlo después. —la voz de Nim la sacó de su profunda reflexión y simplemente asintió.

 

Para la hora de la cena su mejor amiga finalmente había terminado los deberes de la universidad, mientras que ella se la había pasado prestando atención a unas partituras y pensando en qué haría finalmente al terminar la carrera.

Terminan por llamar a un restaurante de comida china para cenar, después llaman a ChanYeol y LuHan para que las acompañen a comer y después ver alguna película en el departamento.

Mientras LuHan le ayuda a lavar los trates y Nim junto con ChanYeol salen a rentar alguna película, no puede evitar que el pensamiento de hace unas horas venga de nuevo pero esta vez lo cambia por lo que pasa en ese momento: LuHan y ella haciendo cosas del hogar juntos, y se imagina en un futuro ambos haciendo lo mismo en una casa… pero para que eso ocurra primero deben aclarar algunos puntos.

—¿Vendrán tus padres a la graduación? —le pregunta él mientras saca los platos del agua y los seca uno por uno.

—Sí, ya la están esperando creo que están más emocionados que yo. —suelta una risa ligera que contagia al rubio y también le hace reír.

—Mis padres están igual, y supongo que los tuyos también ansían que vuelvas ¿no? —y había llegado el momento de tocar el tema de nueva cuenta. Algo dentro de ella se removió mientras asentía débilmente. —Cada vez que llamo a los míos no dejan de decir que me quieren de vuelta en Beijing…

Después de respirar profundamente se arma de valor para hablar del tema y terminar con la incertidumbre de una vez por todas pero cuando está por pronunciar la primera palabra se ve interrumpida.

—¡Ya llegamos! —la voz grave de ChanYeol la hace suspirar con pesar, LuHan parece no darse cuenta de lo que le ocurre pues termina de guardar los platos y sonríe.

—¡Trajimos palomitas! —dice Nim emocionada mientras saca los paquetes de una bolsa junto otras botanas.

Mientras ponían en pausa la película para preparar más palomitas salió el tema de la graduación, y lo “fantástico” que había sido que la universidad decidiera realizarla terminando el semestre, es decir en pleno diciembre con el invierno a todo su esplendor. Los ensayos comenzarían dentro de unas semanas para que todo saliera bien, la ceremonia se llevaría a cabo en el auditorio de la facultad y el baile en el gimnasio.

 

 

 

El invierno apenas estaba iniciando y sin embargo se sentía con gran fuerza, incluso el otoño había sido realmente frío por lo que el invierno era prácticamente gélido. Toda la facultad de música a graduar se encontraba en el auditorio esperando las indicaciones del rector para iniciar el ensayo, el primero de muchos en esas semanas, que además eran de exámenes y presentaciones finales.

Los alumnos murmuraban entre ellos mientras esperaban la aparición del rector, que ya tenía algunos minutos de retraso, finalmente subió al estrado y comenzó su discurso.

—Buenas tardes, hoy los convocamos para realizar el primer ensayo para su ceremonia de graduación. —el silencio se hizo presente en todos los alumnos. —Son la siguiente generación a egresar de la facultad de música y canto de la Universidad HanGuk y sabemos que están perfectamente capacitados porque nuestra facultad es una de las mejores del país. —los aplausos y gritos de sus compañeros se dejaron escuchar. —Y como siempre lo confirmamos en los certámenes y concursos ganando los primeros lugares…

El rector continúo hablando de la importancia que tenía el que egresaran de la HanGuk y de las aspiraciones que el resto de la sociedad tenía cuando los alumnos egresaban de esa universidad que era una de las más importantes del país, incluso considerada la nacional, que eran el ejemplo de los futuros aspirantes no solo de la facultad sino de toda la universidad. Era un discurso bastante motivador pero les estaba quitando el tiempo del ensayo y la mayoría tenía que practicar y estudiar para sus finales por lo que querían terminar pronto.

Después de varios minutos más inició el ensayo. Se sentarían acorde a sus grupos durante los semestres, por lo que a ella le tocaba sentarse con EXO a causa del club. Mientras que WonYi, que había regresado después de una larga ausencia a causa de problemas familiares se sentaría con el que fue su grupo de origen cuando llegó a la facultad, pero la suerte es que estaba precisamente sentada detrás de ella.

 

 

Su último examen era práctico y se trataba de presentar una canción. Ya tenía la suya y esperaba que el mensaje quedara claro.

Cuando fue su turno subió al escenario y la música comenzó, buscó a LuHan que estaba en primera fila junto al resto de EXO, WonYi y los profesores que la miraban atentamente igual que al resto de su clase.

—¿No estamos dirigiéndonos hacia futuros distintos? —continúo cantando mientras sentía que sus ojos ardían. —Si te despido en tu viaje, puedo sonreír como la más bella para ti. —sentía la mirada intensa del rubio sobre ella. —Incluso el hecho de que nos conocimos por casualidad y las calles que hemos caminado. Están viviendo y respirando en nuestros corazones… Yo jamás, jamás olvidaré no importa el futuro que nos espere. No importa lo lejos que vivamos uno del otro, no me soltaré… de estas manos.

Una opresión en su pecho le impedía respirar adecuadamente pero lograba vencerla y hacerla a un lado para continuar cantando, ya había comenzado y no se iba a detener. En esa canción estaba su respuesta y su decisión para LuHan después de egresar.

Quería que el mensaje fuera claro y llegara a él.

—No importa lo lejos que vivamos uno del otro, no me soltaré… de estas manos. —bajó el micrófono y todo el auditorio se quedó en silencio, tenía sus ojos cerrados porque buscaba contener las lágrimas.

Unos brazos la rodearon con calidez y no tuvo que abrir los ojos para saber de quién se trataba, no pudo contener más las lágrimas y empezó a llorar aferrándose más a él mientras los gritos y aplausos llenaban el auditorio.

Se separó de LuHan mientras éste limpiaba una lágrima que escapaba por su mejilla y le sonreía, le sonreía con toda la calidez, ternura y amor que nunca había visto en otra persona y su mirada brillaba, entendía su decisión.

 

 

 

El tan esperado día llegó. Hacía un frío infernal y ellos lo resentían incluso más a causa de que solo usaban la toga color negro con la estola dorada sobre sus hombros, debajo de la toga tanto hombres como mujeres debían usar pantalón negro formal y la camisa blanca con el logo de la universidad y de ser posible la corbata negra.

Los nervios estaban a flor de piel.