En sus planes no estaba pasar el último día del año en la sala de espera de un hospital, recostada en las sillas y con un vaso de café en una mano mientras que con la otra sostenía de forma impaciente el teléfono celular en espera de cualquier llamada o simplemente por tener algo con que desquitar su nerviosismo y ansiedad.

Salieri estaba sola en la sala de espera, había mandado al resto de los chicos a la casa de SuHo, incluyendo a Nim. Quiso quedarse sola esa primera noche con LuHan en el hospital pero a causa de la gravedad no le dejaron estar en la misma habitación. Los familiares de LuHan estarían en Seúl el primer día de Enero. No había deseado conocerlos en esas circunstancias pero el destino solía jugar malas pasadas en muchas ocasiones, y ésta era una de esas.

Miró la hora nuevamente en el teléfono, tres de la mañana y no había conseguido dormir en absoluto. Claro que se sentía cansada, sin embargo no podía creía que si cerraba los ojos podía pasar cualquier cosa y prefería estar despierta para reaccionar rápidamente, por eso el cesto de la basura se encontraba casi a la mitad de vasos desechables de café que había bebido, dejó de contar cuando llegó a diez vasos. Tenía tanta cafeína en su sistema que era realmente imposible que durmiera. Claro que en unas horas cuando Nim y los chicos llegaran ésta la regañaría por no haber dormido y probablemente la mandaría a dormir al apartamento pero se negaría. No iba a despegarse del hospital en ningún momento.

Una hora después una enfermera se acercó a ella. Le dijo que el doctor la esperaba fuera de la habitación de LuHan. Se levantó rápidamente y sintió un mareo ligero, y después se dirigió hacia terapia intensiva. El médico observaba a través de un cristal hacia el interior de la habitación del chico. Al estar ahí por fin pudo verlo. Estaba tendido en la cama, con una sábana blanca cubriéndole hasta la cintura, veía muchos tubos y uno de ellos estaba conectado a una máquina y después se dividía para estar en la boca y nariz de LuHan, también sondas con medicamento. Se veía pálido más de lo usual, tenía rasguños y golpes en los brazos producto de la caída.

—Está respondiendo al tratamiento. —le dijo el médico viendo aún hacia el interior de la habitación. —Por eso lo trasladaremos a una habitación normal. Continuara con todo lo que tiene aquí pero ya podrás estar con él de cerca.

—Gracias, muchas gracias.

—No podemos bajar la guardia, no estamos seguros de cuando reaccionara el golpe en su cerebro lo inflamó y tal vez necesite cirugía pero se verá conforme vaya respondiendo, si continúa así de bien saldrá de peligro pronto.

Regresó a la sala para sentarse un momento, en cuanto LuHan estuviera en una habitación nueva le llamarían para que entrara a verlo. Minutos después la misma enfermera apareció indicándole que la acompañara para llevarla a la habitación.

Al entrar y cerrar la puerta tras de sí su corazón se encogió. Nunca se imaginó ver a LuHan en una cama de hospital en ese estado, su vida pendiendo de un frágil hilo que amenazaba con reventarse en cualquier momento. Se sentó con cuidado en la orilla de la cama mientras acariciaba su mano, las lágrimas empezaron a caer y las limpió inmediatamente. Debía ser fuerte, no podía quebrarse ante la situación LuHan necesitaba que fuera fuerte. Fuerte por los dos.

—Tienes que despertar, no puedes dejarme.

Sintió que los ojos le picaban y se cerraban poco a poco. Se levantó y se recostó en un sofá para dos personas que estaba junto a la cama. Aún estaba oscuro, no pasaban de las cinco de la mañana, podría dormir un par de horas antes de que los chicos llegaran. Y en cuanto su cabeza se apoyó en el sofá cayó en un sueño profundo.

 

 

Eran pasadas las siete de la mañana cuando llegaron al hospital. Al llegar a la recepción la enfermera les comunicó que LuHan ya se encontraba en piso y que Salieri estaba con él. Los demás decidieron esperar en la sala mientras ella iba a la habitación de LuHan. Al abrir la puerta y entrar lo primero que vio fue a él en la cama, lleno de tubos y medicamentos y en el sofá de al lado estaba su amiga profundamente dormida.

La conocía demasiado bien y bastaba verla para saber que no durmió durante toda la noche y no la culpaba, si ella estuviera en su lugar y fuera ChanYeol el que estuviera en la cama no dormiría tampoco. No quiso despertarla por lo que solo estuvo unos cuantos minutos y después salió para reunirse con los demás en la sala de espera.

—Salieri duerme, no quise despertarla.

Minutos después el médico encargado de LuHan apareció, necesitaba hablar con alguien y comunicarles los nuevos hallazgos sobre él.

—Antes de trasladarlo a piso se le realizaron más pruebas, tenemos los resultados y pueden ser algo desesperanzadores para ustedes…—iba a continuar hablando pero entonces una enfermera llegó corriendo.

—El paciente Xiao LuHan ha despertado…

El doctor corrió tras la enfermera sin terminar de decirles lo que sucedía, mientras que ellos empezaban a festejar el que ya hubiera reaccionado. Si estaba despierto quería decir que iba a salvarse, que se pondría bien.

Minutos que les parecieron eternos pasaron y la misma enfermera de antes apareció, diciéndoles que podían acompañarla pero no entrar a la habitación, no todos. Caminaron a lo largo del pasillo y al detenerse escucharon al médico hablar a través de la puerta.

—¿Cómo te sientes?

—Me duele todo, ¿qué pasó?

—Tuviste un accidente el día de ayer, pero estás logrando salir adelante.

En ningún momento escuchó la voz de Salieri y eso le preocupó, instantes después su amiga salió de la habitación con lágrimas en los ojos, fue que supo que algo estaba mal.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?

—LuHan despertó pero… No sabe quién soy yo, no me recuerda en absoluto.

Todos se quedaron pasmados ante lo que acababa de decir Salieri. Había despertado pero no la recordaba, ¿habría olvidado a todos?

 

 

Cuando abrió los ojos no podía creer lo que veía, en la cama se encontraba recostado un LuHan que ahora estaba consciente y la veía fijamente. Se levantó rápidamente para acercarse a la cama y pulsó el botón de emergencia para llamar a la enfermera.

—¿Cómo te sientes?

—Mareado, me duele todo…

—Es normal después de lo que pasó pero haz despertado y es lo que importa. —sintió como las lágrimas luchaban por salir pero las contuvo, no debía verla llorar.

—Disculpa pero ¿Trabajas aquí? Porque no pareces una enfermera.

Y con esas palabras sintió su corazón partirse en dos, esperaba que al despertar estuviera tan de buen humor como para jugarle bromas pesadas, porque eso debía ser una broma muy pesada.

—LuHan por favor no juegues con eso.

—¿Tengo cara de estar bromeando? —le cuestionó en un tono frío. —No sé quién eres, ¿Por qué estás en mi habitación si no te conozco?

No pudo responderle porque en ese instante la enfermera entró en la habitación, dijo que iría por el médico. Le dijo que no la conocía, LuHan no la recordaba ¿Por qué? Después de todo lo que habían pasado…

—¿De verdad no sabes quién soy? —LuHan negó.

En ese instante el médico entró en la habitación con una enorme sonrisa en su rostro, comenzó a examinarlo y le preguntó cómo se sentía.

—¿Quién es ella? —preguntó mientras veía al médico, y éste la miraba a su vez a ella.

—Nadie…—dijo mientras le daba la espalda y caminaba hacia la puerta, no pudo contener más sus lágrimas y las dejó salir.

En el pasillo se encontró a los chicos y a Nim, quienes estaban con unas caras de felicidad que en cuanto la vieron salir llorando desaparecieron. Les contó que LuHan no la recordaba, que no sabía quién era ella.

El médico pidió que algunos de ellos entraran, se irían turnando para verlo y así comprobar si a ellos tampoco los reconocía. Fueron entrando a la habitación y cada vez que salían y le decían que a ellos sí los recordaba sentía que su corazón se hacía pedazos más pequeños. Al final, entraron Nim, ChanYeol y JongDae.

 

 

LuHan los veía fijamente para después sonreír ampliamente. Había reconocido a ChanYeol y JongDae pero no estaba segura si la recordaría a ella.

—Nim, ¿no vas a saludarme?

Dijo su nombre, la recordaba a ella sí la recordaba. JongDae se giró a verla sorprendido. Se acercó a la cama y lo saludó. No entendía el por qué a ella sí y a Salieri no. Pasaron algunos minutos hablando con él, hasta que ella decidió preguntarle.

—¿No recuerdas a Salieri?

—¿Quién es Salieri? —la mirada de LuHan estaba llena de confusión.

—La chica que estaba contigo antes Hyung. —le respondió ChanYeol.

—Ah con que así se llama, pues no nunca la había visto antes en mi vida.

—¡¿Cómo puedes ser así Hyung?! —explotó JongDae, todos se giraron a verlo sorprendidos. Su rostro reflejaba enojo y apretaba los puños con fuerza. —¿Cómo puedes olvidarla así?

—Y ¿Por qué debería recordarla?

—Eres un imbécil…—y diciendo eso JongDae salió de la habitación dando un portazo.

No volvieron a hablar del tema y momentos después ellos también salieron. Buscó a Salieri pero no se encontraba en el pasillo ni tampoco JongDae, probablemente le contó que a ellos también los recordó.

El médico los reunió a todos en la sala de espera para terminar de darles los resultados de las pruebas.

—Bueno, ya en parte han visto los resultados de las pruebas aplicadas. El joven Xiao no recuerda a ciertas personas o cosas de su vida, es normal a causa de la lesión tan fuerte que sufrió en la cabeza.

—¿Es temporal o para siempre? —preguntó Salieri que estaba de pie en una esquina.

—No lo sabemos, la inflamación del golpe aún está presente, una vez que pase debemos realizar más pruebas para descartar otras secuelas. Puede ser temporal, pero eso puede llevar días, meses o incluso años hasta llegar a ser permanente.

 

 

Una semana después, la familia de LuHan había vuelto a Bejing mientras él continuaba recuperándose del accidente en su departamento. Durante los primeros días había intentado acercarse a él pero había sido totalmente inútil pues él rechazaba su cercanía. No entendía por qué, con la pérdida de memoria ¿perdió también lo que sentía por ella?

Se sentía derrotada totalmente, después de todo lo que pasaron y un accidente de ese tipo vino a separarlos de una forma tan cruel. Habría dolido menos si él la hubiera terminado al menos así sabría que fue en un estado consciente y no por una pérdida de memoria.