-Capitulo 81-

Un sonido me despierta. Abro los ojos lentamente. Me duele todo. ¿cuándo será el día que me despierte sin que me duela nada? Imposible. Me cuesta visualizar un poco, veo rayos de luz por las paredes y una puerta cerrada. No hay verdes. No hay humedad. Y estoy en una cama. Una grande. ¿Dónde estoy? Definitivamente no es la casucha ni la casa de Bom. Trato de sentarme, las costillas me dicen buen día. –buenos días para ti también amiga- Me acostumbro a la poca luz y empiezo a ver mejor la habitación. Conozco esta habitación. Miro la cama. Conozco esta cama. En esta cama dormí con Bom. ¿Qué hago aquí y lo más importante, cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo es estar llorando como un alma en pena en la playa. Me quedé dormida en la arena y.. aquí estoy. Mi estómago me anuncia que necesita ser alimentado y eso es lo que me decide levantarme. Veo que estoy con la misma ropa que ayer solo que descalza. Salgo de la habitación. Sip, es este lugar, solo faltaría un colchón en el medio y todo igual. Escucho más sonidos, de abajo, exactamente de la cocina. Voy al baño, lo primero que hago es abrir el agua fría mezclada con un poco de caliente y me empapo la cara. Se siente tan bien. Lo hago dos veces. La primera rápido y la segunda me dejo más tiempo las manos en la cara. Agarro la pasta dentífrica y me hago buches ya que no tengo cepillo de dientes y no me aguanto el olor de las mañanas. Eso hacía en la cárcel … todo el tiempo a cada minuto a cada carrera a cada misión. Termino de sacarme toda la pasta y tener buen aliento, menta fresca, cierro la canilla y levanto la cabeza. -Hola lo que serías una especie de mi-.

Me quedo viendo mi reflejo. Soy un desastre. Pálida es poco, los ojos los tengo como si me hubiera dado una alergia o drogado, líneas rojas por todas mis escleróticas. Y ni hablar la hinchazón en los parpados. Necesito mis lentes de sol ya. Sigo mirando ese reflejo que señala por todos lados que soy un ser miserable. Me siento miserable y con un agotamiento físico y mental. Sin querer más aumentar esa sensación termino de hacer mis necesidades.

Voy bajando las escaleras. Un olorcito rico empieza a poner más impaciente mi estómago.

Llego a la cocina y ahí la veo de espaldas moviendo sus manos como si estuviera cortando algo. Y creo que lo está haciendo por el ruido que escucho de un cuchillo golpeando una madera. Tac, tac, tac, tac. A ese se suma bien el sonido del tic, tic, tic de un reloj, me empiezo a poner en modo “cállense de una vez!” y ahí me doy cuenta del dolor de cabeza tremendo que tengo. Me quejo mientras me voy sentando en la silla, no quiero estar mas parada, mi cuerpo se cae solo. Apoyo mi cabeza entre mis brazos sobre la mesa tapándome no solo por el ruido sino también por el resplandor, no me ayuda con el dolor. Al contrario, lo aumenta.

Escucho y siento el ruido de un vaso apoyándose en la mesa. Levanto un poco mi vista y si ahí está un vaso de agua y al lado una pastillita redonda y blanca. Mi salvación! Me da como un poco de miedo esto de que mi única salvación sean siempre esas miniaturas pero bueno, las necesito. Me tomo la aspirina sin pensar más y adentro. No solo me ayudará con la cabeza sino también con las costillas, por lo menos hasta que regrese a lo de Bom y tenga mis calmantes. Creo que el doctor dijo que no había drama si tomaba ambas. Espero… Esta más que claro que soy un desastre con esto de los medicamentos. Yay! Un punto más a mi lista de desastres. Bien por mi! Sigue así CL y serás un completo desastre nato.

El silencio se hace de nuevo en la cocina, aunque de fondo sigo escuchando el reloj. Minzy sigue haciendo lo que creo es un desayuno. Huelo café, tostadas y oh no.. el sonido de una licuadora –no se puede hacer en mute!?- se siente que mi cabeza es esa licuadora, hasta me mareo siendo hipnotizada por ese sonido tan molesto. Por fin termina la tortura y vuelvo en si. Sacudo un poco mi cabeza, veo que quedó un poco de agua en el vaso y me la tomo. Minzy toma algo de un trago, supongo que lo que estaba haciendo en ese torturador de cabezas y ahora continua buscando cosas por cajones y estantes. Doy una pequeña mirada a la cocina. Siento como mi corazón se achica como un puño con espinas recordando lo que viví aquí, en esta misma mesa hace meses que parecen siglos. Decido dejar a lado esos recuerdos y volver a mi desastroso presente.

-como es que llegué aquí?

Dios mío, es esa mi voz???? Pero que le pasó!? Es toda ronca, grave, cortada, como de un camionero o esas señoras que fuman y toman whisky y son amantes del póker, en si horrible.

-Chad te trajo.

Ja.. debí suponerlo.

-es otra de sus intervenciones?

-se podría decir.

Me sorprendo al ver una especie de sonrisa en su cara al acercarse a la mesa con unos platos de frutas que son más que bienvenidos. Mis últimos encuentros con ella no fueron muy gratos que digamos.

-come, te sentirás mejor. ¿quieres café?

-si por favor.. bien negro… como mi vida.

De nuevo escucho una especie de carcajada corta.

-exagerada.

-no, no lo soy .. mi vida es un café negro.. aunque el café es más delicioso.. en mi vida no hay nada delicioso.

Se vuelve a acercar a la mesa con una taza y ahora con un plato de tostadas recién hechas.

-ten, aquí algo delicioso.

Va a la heladera, busca algo, regresa con frasquitos de mermelada y queso. Ahora si se sienta, frente mío, y ambas comenzamos a desayunar.

Ninguna dice nada, nos miramos a veces pero no decimos nada.

-dijo que necesitabas una cama no un sillón. Y que Bom no era una opción esta vez.

De golpe dice comiendo un gajo de naranja. La miro con una ceja levantada luego de tomar un delicioso trago de oscuridad. ¿Minzy sabrá que me estoy quedando en la casa de Bom?

-ya…- muy productiva mi respuesta. Por lo menos mi voz suena un poco mejor.

De nuevo me desconcierta su sonrisa. No es sonrisa de “eres idiota mereces la horca” es una sonrisa sincera.

-¿crees que estoy enojada o algo por que ahora vives con Bom, cierto?

Me pregunta en lo que pude notar un.. ¿tono divertido? .. ¿esta será su fase de enojo? Primero te sonrío y luego te enveneno con un trago negro. ¿Debo desconfiar por que ella no está tomando café?

-no lo se… ¿lo estás? -con esa misma sonrisa niega con la cabeza mientras come otro gajo de fruta- tienes que admitir que has estado rara estos últimos días conmigo. Pensé que estabas enojada o algo …

-tienes razón y lo siento por eso. Es solo que cuando se trata de Bom no puedo ser racional. No me gustaba la manera en la que la tratabas.

-si, a mi tampoco.. no lo merecía..

-no, no lo merece. Pero me dijo que por fin pudo arreglar las cosas contigo. Estaba feliz por eso… -ahora noto un tono diferente pero no puedo descifrarlo, meh, mi trago oscuro es más importante ahora que descifrar tonos- Entendí por que te llevó a su casa y me pareció más que razonable.

Recuerdo ese momento que Bom decidió que vaya a su casa y de nuevo mis cejas se levantan hacia ella.

-ya… ¿y te ha dicho por que me llevó a su casa y no.. –miro la cocina y sus alrededores- aquí?

Baja la cabeza. Sip, lo sabe.

-por eso no puedo enojarme ni contigo ni mucho menos con Bom –levanta la cabeza mirándome de golpe- sería hipócrita si lo hago.

Asiento con la cabeza. Estoy de acuerdo con lo que dice.

Seguimos comiendo lo que va quedando en silencio de nuevo.

-y.. ¿en que consiste esta vez la intervención?

Pregunto ya imaginando el motivo. Chad para estas cosas de sentimientos y eso es tan pésimo como yo para tratar. Nuestros consuelos siempre fueron tragos fuertes de un licor casero que le compraba a un viejito de la cárcel mientras jugábamos a las cartas y nos peleábamos por quien hacía trampa. Sep, un consuelo con todas las letras.

-en realidad no es una intervención. Solo te trajo aquí por que sabía que si ibas a lo de Bom te haría muchas preguntas que no podrías responder y por que necesitabas una cama por tu condición física.

Vaya, a veces no es tan tarado como parece.

-preguntas que a ti si te puedo responder…

De nuevo nos miramos.

-solo si tu quieres.

Comienzo a jugar haciendo círculos con mi dedo por el borde de la taza.

-está bien.. en realidad no hay nada nuevo.. lo de siempre… la puta realidad jodiendo de nuevo.. como siempre…

-entiendo… y lo entiendo muy bien, créeme.

Me detengo de hacer círculos, levanto mi vista hacia Minzy. Por supuesto que ella lo entiende.

-¿cómo haces?- le pregunto de golpe seriamente.

-¿qué cosa?

-seguir con tu vida teniendo dentro algo tan pesado que no puedes expulsarlo.

Se queda mirando como a un punto invisible en la mesa, hace una mueca y luego me mira.

-en realidad.. no lo se .. no se si estoy siguiendo mi vida ..

-pero estás acá, con Bom..

-no exactamente, recuerdas que terminé con ella? …

-ya.. pero.. puedes estar con ella.. quiero decir, aunque sea como amigas, me dijo que ahora pueden hablar mejor que antes.

De nuevo se queda pensando.

-puede ser.. pero… eso no quita que esa piedra siga creciendo y siendo más pesada cada vez que me doy la vuelta..

Silencio. Tic tac, tic tac… Vuelvo con el juego de hacer círculos en el borde de la taza.

-Dara me pidió tiempo…

Suelto de la nada, ella me mira entre sorprendida y apenada.

-lo siento..

-como bien dijiste sería hipócrita de mi parte no dárselo. Después de todo fui yo quien se lo pidió primero.

-y tu quieres estar con ella… -asiento con la mirada perdida, con la imagen de ayer de Dara entrando a la cabaña- se lo que se siente..

Por supuesto que ella sabe. Me acuerdo cuando me dijo aquella vez que cuando recuperara la memoria entendería por que dejó a Bom. Dejo la taza, esta vez la corro, y miro a Minzy atentamente.

-puedo hacerte una pregunta? –asiente con la cabeza- en mi caso creo que es más comprensible qu