Estoy teniendo unos sueños extraños donde sólo escucho murmullos sin poder saber que dicen. Algunos me despiertan con el corazón a punto de salir, tiritando y sintiendo mucha angustia, hay otros murmullos que son más suaves y me despiertan con la sensación de paz y calidez. Por supuesto que los que más predominan son los de angustia y eso hace que esté todo el día sintiendo algo en mi pecho que no puedo saber que es. 

Ya hace una semana que dejé el hospital. Me encuentro en la casa de Dara ahora, si, me ofreció hospedarme en su casa para recuperarme, sigue teniendo fe de que podré recuperar mi memoria, yo sinceramente lo veo difícil, sobre todo cuando tengo mis sesiones con su tía, mi Doctora.

Quería rechazar la oferta,  el haber estado a mi lado siempre en el hospital ya me era demasiado, vivir en su casa es más que demasiado pero no tenía otra posibilidad, a mi casa no podía volver porque no se donde queda. Y ver a Dara tan positiva y entusiasmada con la idea de ir a su casa para ayudarme menos que menos me daban ganas de objetar.

En el transcurso del viaje del hospital a su casa me quedé dormida y no pude ver como es el lugar donde estoy, cuando desperté me encontré con una casa de dos pisos toda de madera estilo cabaña, cuando entramos todo el interior estaba adornado de globos de colores y una torta que decía “Bienvenida a casa CL”

CL … ese mismo día que salía del hospital Dara me dio una cadena con una llave plateada con un corazón que tenía grabada las iniciales “CL”.

Me dijo que la tenía puesta el día que me encontró pero que por razones obvias me la habían quitado y ella decidió guardarla hasta que su tía le dijera que no podría afectar mi mente. Y ese día para ella era el indicado. Cuando lo tuve en mi mano y lo vi era como ver algo por primera vez, sin valor o sentido alguno, una sensación vacía. Pero igual sonreí dándole las gracias. Por lo menos ahora ya tengo un “nombre”, no se si es el verdadero pero algo es algo.

Ese día decidí tener mejor humor y compartir aquella torta que la mamá de Bom había hecho para mi. Me era extraño que mi doctora también era una madre y cocinara. Para mi sigue siendo mi doctora que me pregunta como me encuentro y me dice que pasos seguir para mi recuperación. Repito, es extraño verla en papel de madre pero me gusta, es muy cariñosa y siempre me regaña cuando le digo doctora, ella quiere que la llame por su nombre, Kyo.

A veces me pregunto si yo tendré madre también, obviamente se que la tengo pero me pregunto si estará viva o si estará buscándome porque no estoy con ella. Ese tipo de preguntas aumentan mi dolor en el pecho y es cuando ando decaída la mayor parte del tiempo. Estos días han sido difíciles para mi, los siguen siendo. Cuando estaba en el hospital acostada sentía que era una paciente y estaba ahí para que me curaran de una enfermedad o algo por el estilo pero estar en una casa desconocida y volver a la cotidianidad hace que mi mente me invada con miles de preguntas, preguntas sencillas.

¿Me gusta el café o el té? ¿soy del azúcar o del edulcorante? Parece tonto pero me afecta por un momento hasta que pruebo mi café o té y ahí me doy cuenta como me gusta. Por lo visto soy fanática del café y le pongo dos cucharadas y media porque así es como lo siento agradable.

Otras preguntas me surgen por ejemplo cuando Dara tiene que ir a su trabajo, me pregunto si yo tendré uno y si ya me habrán despedido por estar ausente. Lo mismo con su mascota, tiene un gatito con tonalidades grises y marrones muy claros con rayas negras, se llama Dadoong, es muy hermoso y es mi gran compañía en momentos de soledad y cuando mi mente me ataca con preguntas. ¿Tendré un gatito también? tal vez si porque realmente me encanta Dadoong, acariciarlo y escuchar como ronronea en mi regazo es uno de mis momentos favoritos desde que llegué a esta casa.

Me acabo de despertar y estoy mirando el techo preguntándome si viviré en una casa como esta, toda de madera como una cabaña o en un departamento moderno y si viviré sola o acompañada, ¿con un novio? ¿una familia?

Escucho los pájaros cantar anunciando que ya amaneció. Aunque no pude observar mucho cuando salí aquella vez del hospital, de por si todavía no he salido de esta casa tampoco, la mayor parte del tiempo me siento muy cansada y duermo, pero Dara y Bom me contaron de la Isla y tengo que admitir que tuve suerte en aparecer en un lugar así y no en una isla desierta sin nada ni nadie. Ni quiero imaginarme que pasaría si me encontrará en un lugar así, bah, seguramente ni lo supiera porque no creo que hubiera estado con vida.

Mis pensamientos son interrumpidos por un grito muy agudo acompañado con unas maldiciones. Sonrío. Dara está haciendo tostadas de nuevo y por el olor que entra por mi habitación se le quemaron de nuevo. Estos días su objetivo es hacerme una tostada sin tener que rasparla, hasta el momento no lo logra y hoy parece que tampoco. Creo que es momento de levantarme y ayudarla en