Me despierta una fuerte punzada. Como si algo muy pesado estuviera aplastando y haciendo mucha presión en la parte de atrás de mi cabeza. La levanto un poco, mas dolor y ahora hasta siento que está como adormecida, vuelvo a ponerla en lo que supongo es una almohada.

Sigo con los ojos cerrados, los abro entre parpadeos lentos, un techo blanco sucio. ¿por qué siempre que abro los ojos siempre hay un techo distinto? Bueno no siempre, pero ahora siento como si fuera siempre.

Suspiro.

Ese perfume…

Me muevo y me detengo al instante por fuertes molestias, empiezo a sentir de a poco el dolor muscular en cada parte de mi cuerpo, especialmente mi brazo derecho, aunque no es muscular, es más bien como una quemazón mezclada con un pinchazo. Cierto, tuve un accidente con la moto y me raspé en ese mismo lugar.

Sigo mirando el techo. No conozco este techo, es la primera vez que lo veo.

Cierro los ojos. No se por cuanto tiempo habré estado en este lugar dormida pero aún siento cansancio.

El perfume particular que aspiro cuando hay fuertes corrientes de aire me recuerda donde estoy y con quien estoy.

Empiezo a recordar más cosas pero me detengo. No quiero. No quiero llegar ahí. No quiero…

Abro los ojos. De nuevo ese techo de madera pintado de blanco.

Siento como si hubiera despertado de un gran sueño … ¿o pesadilla? No se que llamarlo sueño y que pesadilla.

No quiero recordar.

No quiero pensar.

No quiero…

Trago pesadamente saliva, tengo la boca seca, me levanto, sin darme cuenta lo hago tan rápido que me causa un pequeño mareo, me calmo y con más cuidado me levanto de lo que parece un sillón-cama.

Recorro el lugar con mi vista. Recuerdo haber hecho lo mismo no hace mucho tiempo. ¿Ayer? Si no estuve durmiendo por mucho tiempo probablemente ayer es el ayer que creo que es mi ayer .. ¿tiene eso sentido? ¿cuándo algo en mi vida tuvo sentido? Nunca.

Voy hacia la cocina, a la heladera, saco una botella de agua, lo único que hay, cierro la heladera y veo que hay dos tazas cerca de la mesada, agarro una y me sirvo agua. La tomo de un trago. Tenía sed. Vuelvo a servirme de nuevo y esta vez la tomo con mas calma. Disfruto de esa frescura recorrer por todo mi estómago. Se siente bien.

Se siente bien sentir algo bien aunque sea unos segundos.

Mientras bebo escucho el sonido del mar, está bastante cerca. Dejo la taza en la mesada y decido salir. Necesito aire.

Camino hacia la salida pero me detengo cuando algo me llama la atención. Es el tacho de basura, está abierto y puedo ver algodones usados, una jeringa y otras cosas de curación. ¿A acaso Chad ahora sabe curar personas? No puedo evitar una pequeña mueca de burla, me gustaría ver eso, aunque espero que no haya practicado con mi cuerpo, eso no me gustaría para nada.

Chad… ¿él realmente está aquí? ¿realmente está vivo?

Por suerte la puerta está sin llave. Al salir me cubro los ojos de inmediato al sentir como los rayos del sol y el resplandor del cielo ciegan mi vista. Aparto mi mano y me acostumbro a la luz del día. Ahora veo un hermoso paisaje de las playas del Sur. Un clima muy cálido, el sol que me pega en la piel es bastante caliente. Un sol primaveral, como el aire. Se siente el olor del verde y tierra húmeda mezclado con la sal del océano. El sonido de las olas rompiendo y de los pájaros e insectos cantando. Me gusta, se siente como estar libre.

Se que son las playas del sur por que hay rocas a lo lejos, las que forman las montañas del Bosque, haciendo olas grandes y fuertes. Y también a lo lejos puedo ver el muelle abandonado donde muchas veces compartí momentos con Gary.

Oh! Gary! Si el ayer es el ayer que creo que es mi ayer entonces eso significa que el hoy sería … el cumpleaños de Haru… ¿habrá pasado? ¿me lo habré perdido? … la obra de títeres … Haru …

Mis pensamientos se espuman al instante que diviso una espalda. Una espalda con una campera negra de cuero y un pelo muy llamativo que se mueve por el viento. Está sentado en la arena mirando el mar.

Chad… el está aquí.. de verdad…

Me acerco. Ahora el aire se mezcla cada vez más con ese perfume tan empalagoso. Sonrío. Para mi sorpresa es un aroma que me agrada sentir. Estoy mal… lo que puede lograr una amnesia … que extrañe y me agrade el perfume tan repugnante de Chad, quien lo hubiera dicho? Si Gaet… no… sacudo la cabeza sacándome esa repentina imagen. No merece que lo llame así, para mi desde ahora siempre será Hyun.

Me siento al lado de Chad, el no me mira pero se que sabe que estoy a su lado. Miro el mar y me pierdo en el. Es tan grande y tan infinito. Son unos minutos de un silencio cómodo.

-en cual de tu sano juicio se te ocurrió teñirte el pelo de turquesa?

Es lo primero que me sale decirle. Escucho esa risa como tos seca y vanidosa.

-me hace más y. –no a cambiado, esa voz grave, fría y seductora, no ha cambiado- y quedan perfectos con el color de mis ojos.

Esta vez soy yo la que ríe bajo con un tono de burla. Siempre tan ególatra.

Me doy media vuelta y me encuentro con esos ojos grises profundos, ya no me dan más miedo ni escalofríos. Su mirada es diferente a muchas otras veces de cuando me miró en el pasado, eso me desconcierta un poco. Tiene una pequeña sonrisa. Igual yo.

De nuevo nos quedamos en silencio y volvemos a ver el mar. Me concentro en las olas y en las gaviotas tratando de agarrar peces, eso hace que mi mente se distraiga de cosas que aún... no quiero…

-dormí mucho?

Pregunto en automático sin dejar de mirar las gaviotas.

-no tanto. Solo una noche y un poco de mañana. Pensé que lo harías más.

Me sorprende escuchar eso. Entonces quiere decir..

-o sea que el accidente de la moto y todo… fue .. ayer?

-si.

-vaya … siento como si hubiera dormido por una eternidad…

-bueno .. de por si… lo has hecho..

Vuelvo mi mirada de inmediato. El me mira sin un gesto serio, más bien, tranquilo. Se a lo que se refiere.

-si … -vuelvo a mirar al mar pero esta vez nada en concreto, esta vez dibujo esa línea imaginaria sin poder evitar el sentir que fue ayer cuando intentamos escapar en ese barco. Me detengo ahí. No quiero seguir. Me pongo las rodillas en mi pecho rodeándolo con mis brazos y apoyo mi mentón en ellos. Me lamo los labios y siento que estoy bebiendo agua con sal. Tragué mucha en ese día …

Quiero saltear la parte del barco, se lo que sucedió, lo se perfectamente. Lo que no se es lo que pasó luego. Como es que Chad está ahora a mi lado.

-¿cómo … como lograste…

-sobrevivir de la explosión?

Termina mi pregunta. Asiento con la cabeza. Siento y escucho que se mueve. De repente escucho un “click, click, click” y en seguida un humo y olor fuerte me invade mi cara y nariz.

-yerba mala nunca muere, recuerdas?

Me quedo un segundo asimilando esas palabras, otra vez una mueca parecida a una sonrisa sale de mis labios y asiento con la cabeza, esta vez mirándolo. El me devuelve la sonrisa con un guiño. Da una pitada larga a su cigarrillo, lanza el humo y hace algo que me sorprende una vez más. Se saca la campera de cuero negro y me la pone sobre mi espalda y hombros, cubriéndome parte de mi cuerpo. Habrá notado que empecé a tener un leve frío, aunque el día es cálido la brisa del mar es fresca y solo tengo puesto un jean y una remera de mangas cortas, no puedo evitar tener escalofríos cuando siento el aire fresco por mis brazos.

-como sabes soy una persona precavida. Antes de que explotara el barco logré agarrar un chaleco salvavidas. No se como, pero lo hice. Quise agarrar a … agarrarlo, lo hice, me tiré al agua… pero… no tuve tiempo, apenas salté explotó todo .. no se como pero el maldito salvavidas me salvó. Quedé inconsciente y magullado pero flotando por las aguas… solo.... Luego volví a quedar inconsciente, pensé que no iba a despertar de nuevo y cuando desperté estaba un viejo sin dientes apestando a pescado y alcohol dándome un trago de un licor tan fuerte que la quemazón por mi garganta y estómago fue lo que me hizo despertar.

Escuchar su pequeña aventura suena exactamente a eso, es como si estuviera leyendo mis libros de aventuras. Suena irreal, pero vamos, yo desperté en una Isla con amnesia y… si … lo mío es más irreal.

Suspiro.

-vaya .. has tenido suerte …

-se podría decir …

Quiero preguntarle por ese idiota pero aún no puedo, no me sale. Pienso en él y siento mucha bronca.

-¿y como me encontraste? ¿cómo sabias que estaba en esta Isla?

-eso … -se detiene y da otra pitada a su cigarrillo, lo miro y puedo percibir que está pensando bien que contestarme, veo su gesto de que algo me oculta.

-Chad … sea lo que sea … dímelo … no creo que haya algo peor de lo que ya es todo … solo dilo.

Me mira, otra mirada diferente. Es una mirada de lastima. No me gusta esa mirada. No me gusta que me tengan lástima, menos alguien como Chad.

-no sabía que estabas en esta Isla hasta el día que nos vimos en esa competencia de wakeboard.

-en serio? … desde ese día?

-si .. cuando te vi en estas playas no sabía si eras tu de verdad, era difícil de creer.

-pensabas que estaba muerta, cierto?

-que otra cosa podría pensar?

-suena lógico … por eso