Abro mis ojos y ahí está de nuevo ese techo blanco. Es lo único que puedo sentir familiar, si, un techo blanco, pero solo es porque cada vez que despierto es lo primero que veo. Todo lo demás es confuso y extraño para mi. No se donde estoy, no se que día es ni que año prácticamente. Puedo percibir que por la calefacción de la sala afuera hace frío por ende debemos estar en otoño o invierno. Lo único que veo a mi alrededor son máquinas y cables.  No se cuantos días habrán pasado ya desde que estoy en este hospital, no se donde queda, me dijeron el nombre del pueblo pero no recuerdo haberlo visto ni escuchado antes … de por si… no recuerdo nada … ni mi propio nombre. Eso me angustia y me hace sentir mal, es horrible no saber quien eres. Sumergida en mis pensamientos vacíos y preguntas sin respuestas la puerta se abre y veo entrar a una chica de pelo negro con una sonrisa sosteniendo un carrito con comida. No se quien es pero ha estado aquí desde que desperté y siempre se encarga de que coma algo. Es muy simpática, siempre está sonriendo.

-nunca simpaticé con la comida del hospital pero debo admitir que esto se ve muy bien.

Yo la miro y le doy una pequeña sonrisa. Con otra sonrisa se acerca a mi y me ayuda a acomodarme  bien para poder comer sin problemas.

-gracias …

-no hay de que. Venga, tienes que alimentarte así te recuperarás rápido.

Asiento con la cabeza y empiezo a comer despacio, vaya de verdad que si sabe muy sabroso. Me sorprendo porque antes me daban comida sin sabor. Como en silencio mientras ella se queda viéndome, es un poco extraño e incómodo comer así pero se que lo hace porque muchas veces no he terminado todo y eso la pone de mal humor. En este tiempo, que no se ya cuanto es, aprendí que debo hacerle caso a esta chica sino me llevaré el regaño de mi vida. La puerta se abre de nuevo y entra la doctora.

-Veo que ya te dieron de comer, porque no me sorprende que estés aquí Bom eh? ¿cómo está mi paciente favorito hoy?

Lo único que me sale hacer es una pequeña sonrisa para ella, siempre es alegre y muy cálida conmigo, como una madre o una tía.

-yo la veo mejor, estoy segura que dentro de muy poco te darán el alta, ¿cierto mamá?

De por si es la madre de Bom, la chica quien me acompaña ahora.

-si todo sigue como hasta ahora es lo más probable. Mañana temprano te haremos unos nuevos estudios, solo por rutina, no te preocupes.

Me dice mientras agarra y revisa una carpeta, veo que anota algo en ella. La vuelve a dejar donde estaba y con una sonrisa se retira pero antes de cerrar la puerta se da la vuelta.

-ah me olvidaba, me dijo Dara que vendrá más tarde, tenía unos trámites que hacer hoy.

Se da la vuelta y esta vez si se retira cerrando la puerta. Dara. Es otra chica joven que ha estado también conmigo desde que me desperté. Tampoco se quien es y si alguna vez la he visto antes. Me es frustrante no saber quien está a mi lado.

-eso quiere decir que llegará quejándose, créeme, Dara odia hacer trámites.

Me río bajito y sigo comiendo. Esta vez termino todo porque de verdad que tenía hambre, hasta me comí esa gelatina verde que nunca quise probar antes. Como era de esperar Bom me felicitó y dijo que me había ganado un premio. A veces creo que me trata como una niña de 5 años, bueno a veces yo misma me siento como una niña de 5 años. De su cartera saca unas revistas de moda.

-te encantará! Es lo último que se usa en Europa.

Estuvimos horas revisando y comentando la ropa y accesorios que salían en las revistas. No recuerdo quien soy pero por lo visto amo la moda, todo lo que veía me fascinaba. Estamos discutiendo sobre un vestido y de repente nos quedamos callados porque la puerta se abre y escuchamos unas quejas en voz baja. Es Dara. Está toda tapada por ropa de invierno. Mientras empieza a sacarse un poco de todo eso sigue quejándose sobre como le hicieron perder el tiempo, con Bom nos miramos y ella me guiña el ojo.

-desconsiderados, como si uno no tiene cosas que hacer.

-hola a ti también Dara.

Dara suspira y se sienta al pie de mi cama.

-lo siento, odio hacer trámites.

Yo sólo asiento con la cabeza.

-te lo dije.

Escucho como Bom me dice en un susurro para que sólo lo escuche yo, vuelvo a reír bajito, Dara nos mira a ambas.

-sea lo que le haya dicho, exagera.

Esta vez me río un poco más alto. Bom se hace la que no escucha nada y sigue viendo una revista, Dara niega con su cabeza y luego me mira y sonríe.