Pasaron dos semanas desde que vi a Jung en el bar Doha. No lo he visto desde ese día, tampoco tuve oportunidad para llamarlo. Dara se comporta de manera extraña, a veces es la misma chica dulce y bromista pero estos días la he visto muy seria y ausente, apenas la he visto. No quiero preguntarle que le sucede porque no me siento con ese derecho. Deduzco que puede ser algo personal de ella y yo no tengo porque entrometerme. Estos días estuve más con Bom, a veces salíamos a la playa, evitando la parte de las motos, y otras venía a la casa y pasábamos el día hablando, leyendo revistas de moda o viendo películas.

Una noche me animé a preguntarle por Jung, me dijo que tenga cuidado con él, no es un mal chico pero su estilo de vida no es lo que necesito ahora por eso me alejan de él. Se debe estar refiriendo a sus gustos y manera de vivir la vida. Lo que no le dije a Bom es que justamente esa parte es la que me llama la atención de él. Prefiero mantener ese hecho en secreto sino de verdad creo que me encerrarían bajo llave o peor, ponerme un custodio permanente, cosa que presiento que Bom es últimamente. No de mala manera porque es muy buena y atenta conmigo pero es obvio que está todo el tiempo conmigo para controlar que su amigo no aparezca. Lo siento exagerado.

Lo que pasó en el bar y estos días supera mis expectativas. Cuando fue el accidente regañaban a Jung de una manera amistosa por así decirlo, se habían preocupado mucho y eso lo entiendo y también entiendo que le hayan dicho que no se acercara hacia mi por miedo a que suceda otro accidente pero jamás pensé que lo decían tan en serio. Me sorprende la actitud de Bom como la de Dara. Me siento mal por Jung, no me parece justo que lo traten así. Y puedo entender también que se preocupen por mi y quieran cuidarme pero de la manera que lo están haciendo últimamente está empezando a molestarme un poco. Soy una joven que perdió la memoria no una niña de cinco años que no puede cuidarse sola. Aunque no recuerde mi pasado se como cuidarme, es un instinto humano, si veo que hay fuego no voy a meter la mano, lo de las motos fue solamente un incidente. Si, admito que gran parte fue culpa mía por haberme distraído solo un segundo pero eso no quiere decir que todo el tiempo será así. Acaso tan torpe me verán las chicas? Yo no me veo así. Este tiempo que estuve en esta casa me doy cuenta que soy una persona adaptable, le gusta los quehaceres, soy tranquila y cuidadosa.

Aunque … cuando me subí a ese cuatriciclo, escuchar ese motor rugir y la velocidad, esa sensación extraña dentro mío me produjo mucha excitación, mi corazón nunca lo sentí latir tan rápido como aquella vez.

Este tipo de cosas las escribo en mi cuaderno, no son sueños pero son sensaciones que me dijo Kyo que pueden ser memorias de mi cuerpo.

No le dije sobre esa sensación a la velocidad, sino en general, que a veces mi cuerpo reacciona de maneras que no entiendo en ciertos momentos y situaciones y ahí fue donde me dijo que esas reacciones pueden ser porque mi cuerpo si sabe de que son. Me dio el ejemplo del fuego, si yo veo fuego mi cuerpo me envía el mensaje de que no lo toque porque sabe que me va a quemar porque ya me he quemado antes. Algo similar pasa con el cuerpo relacionado a los recuerdos. Aunque yo no recuerde quien soy, que hacía, que cosas me gustan que otras no, mi cuerpo si lo recuerda y me lo da a entender con esas sensaciones extrañas como las llamo yo. Me aconsejó que los escriba también en mi cuaderno, que esas sensaciones son tan valiosas como los sueños. Así que ahora mi cuaderno es “Cuaderno de los Sueño, Recuerdos y Sensaciones”

Paso mucho tiempo escribiendo, me gusta, me hace sentir bien. Aunque siempre termino con miles de preguntas. Y siempre termino tratando de encontrar relaciones entre todo lo que escribo y solo saco locas conjeturas mías de mi imaginación. Esa es otra cosa, parece que tengo mucha imaginación.

Otra de las cosas que empecé hacer también es escribir sobre como me siento ahora. Me compré otro cuaderno, uno más grande, para poder escribir cosas más intimas y personales que la doctora no tiene porque saber. Ella lee mi cuaderno de los sueños porque me ayuda a poder descifrar que pueden ser. En cambio este es privado, solo para mi.

Siento la necesidad del querer expresar de alguna manera mis sentimientos en este estado de cero recuerdos y de lo que siento al estar en esta casa, en esta Isla, con las chicas. Con Dara. Ese es el verdadero motivo en realidad. Como no puedo hablar con ella, ya sea porque no me animo o por su distancia repentina, me frustro y necesito descargar todo eso. Mi situación actual con Dara me quema la cabeza. Me molesta su silencio. Pensé que después de descubrir quien era nuestra amistad iba a ser más especial, no lo se, tal vez tenga que decirle lo que recuerdo de ella pero no he tenido la oportunidad aún. Cuando llega a casa hablamos de cosas banales y luego se va a dormir, cuando me despierto al día siguiente ya está en el trabajo. Siento como que se aleja de mi, como si me estuviera evitando. No entiendo porque, no puede ser que esté enojada por lo de Jung. Por eso prefiero pensar que lo que le sucede no tiene que ver conmigo sino con algo íntimo de ella. Me conforta más esa idea. La verdad es que, extraño a Dara.

-no la extrañas también?

Le pregunto a Dadoong acariciando su pequeño cuerpo que descansa en mi estómago mientras yo estoy acostada en el sillón pensando las mil y unas cosas.

-que le sucede a tu mamá? Crees que está enojada conmigo o algo así?

Dadoong maúlla bajito como un bostezo, no se que significará o si significa algo. Ya me estoy volviendo loca si estoy tratando de descifrar un maullido de un gato como una respuesta a todo esto.

Veo por la ventana, ya se está haciendo de noche, Dara debe estar por llegar en cualquier momento. Se me ocurrió la idea de preparar una rica cena para esperarla, cena que ya he hecho, cuando llegue solo es cuestión de calentarla nuevamente. Espero que podamos hablar de nuevo.

El teléfono suena interrumpiendo mis pensamientos, Dadoong se despierta y salta hacia el suelo por el timbre. Aclaro mi voz y atiendo, esto de no hablar mucho hace que mi voz sea más ronca.

-Casa de Sandara Park.

Es lo que ella siempre dice cuando atiende así que me parece lo más correcto de responder.

-hey CL, soy Bom.

-ah! Hola Bommie! Sucede algo?

-nada grave, sólo quería avisarte que Dara llegará más tarde a su casa, no te puede avisar ella porque … tiene turno en la noche también … así que me pidió que lo haga yo.

-oh … está bien… gracias.

-quieres que te haga compañía?

-no, no hace falta, estaba por irme a dormir de todos modos.

-tan temprano? Te sientes bien? Mira que puedo ir eh.

-estoy bien, es solo cansancio, no te preocupes, en serio, gracias.

-mmm ok, cualquier cosa que necesites ya sabes eh! Me llamas que yo voy enseguida.

-lo se, siempre cuento contigo.

-bien, me alegra saber que lo sabes.  Ya, ve a descansar. Besos.

-Besos.

Apago el teléfono, mis ojos van directo a la cocina, al horno donde está el pollo que hice. Doy un suspiro y de repente siento como una presión en mi pecho. Dara no viene, de nuevo, otra vez sin poder verla ni hablar con ella. Por la forma, esas pausas de Bom me hacen sentir como si fuera una excusa lo del trabajo y que no podía llamarme ella. Dara no quiere hablar conmigo. Cada vez más creo que Dara está evitándome. ¿Pero porque? ¿Que hice?

No tengo hambre, así que me acerco al horno y saco el pollo y lo meto en la heladera, me fijo que esté todo en orden. Apago las luces, solo dejo encendida la lámpara de la mesa pequeña para que cuando ella regrese pueda ver. Subo las escaleras y ni siquiera tengo ganas de ir al baño. Llego a mi cama, me acuesto en ella, tampoco tengo ganas de cambiarme. Solo quiero dormir y despertar mañana, o mejor, cuando mi Dara regrese.

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Ya no se que hacer o si tengo que hacer algo. Dara sigue evadiéndome. Siempre está ocupada y ya nunca llega a cenar. Antes por lo menos la veía de noche, ahora ni eso. No me animo a preguntarle a Bom si sabe algo, tengo el presentimiento que sabe lo que le sucede. Las escuché una vez cuando fuimos a la playa, al Bar, yo solo me quedé abajo parada en la arena, pero pude escuchar que tuvieron una discusión. Cuando Bom regresó a mi lado me pidió disculpas con una pequeña sonrisa.

¿Será que Dara no sabe como decirme que no puedo vivir más en su casa? ¿Qué busque otro lugar? ¿Qué ya no puede estar más a mi lado? ¿Qué sólo fue un momento de lastima? …. Será eso … ¿Dara todo lo que sintió por mi siempre fue lastima? ¿todo lo que hizo fue por lastima y ahora no sabe como sacarme de su vida por eso sale ella?

Es lo que ronda por mi cabeza todo el tiempo. Pasó una semana más y todo sigue igual, sin ningún cambio, sin ningún afecto.

Realmente estoy sintiendo que lo mejor que puedo hacer es irme. ¿Pero a donde? Tal vez con Bom… ahí está mi doctora, no? Aunque … donde más quiero volver es a casa.

Este tiempo que estuve tan sola, hasta cuando estoy con Bom, no puedo evitar pensar en mi casa, en mi hogar, en volver. Toda esta situación hace que quiera regresar al lugar de donde vengo y estar con la gente que realmente me quiere. Con mis padres… hasta con ese chico que cada vez sueño más con su tacto, sus ojos, su voz, sus besos.

Aunque luego me persiguen las pesadillas de la ausencia de Dara. Soñar con ella ahora no me trae paz.

Lo mejor es irme a dormir y mañana empezar a ver a donde ir.

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El sonido de una puerta abriendo y cerrando interrumpe mi sueño con aquel chico. Luego escucho unos pasos que bajan las escaleras. Ahí me despierto y se donde estoy. La puerta principal se abre y se cierra y ahí abro mis ojos. Es Dara. Veo la hora, son las 2:30 de la mañana. ¿Qué hará despierta? ¿habrá llegado recién? ¿se volvió a ir? ¿por qué entró a mi cuarto? Dios, son muchas preguntas. Gruño y pateo mi cama por toda esta frustración. Me cansé. Me levanto, me pongo las sandalias y salgo de mi cuarto. Bajo las escalera con determinación, estoy más que segura que este es el momento para enfrentar a esa mujer que me está volviendo loca. Quiero respuestas y las quiero ahora.

Abro la puerta principal, un aire muy fresco golpea en mi cara, me envuelvo con mis brazos para que no me de frío. Busco a Dara con la vista y la encuentro acurrucada en una manta en un banco de madera colgante que hay del lado izquierdo de la casa. Tiene la cara agachada, apoyada en sus rodillas, no puedo ver bien su expresión. Me acerco a pasos lentos.

-Dara?

Apenas susurro su nombre. Ella se sorprende al verme porqu