So Bin sin poder dar crédito a lo que estaba viendo ante sus ojos, observó como la chica vestida con ropa masculina junto a Taemin caminaban hasta la vía peatonal frente a su auto.

Taemin: ¿Por qué no me haces caso y te quedas aquí?

SeungYul: No me acabas de decir que Moonbyul iba a casa de sus padres, es la coartada perfecta para que pueda estar aquí en paz. Tengo un asunto que atender…

Taemin: Solo dime a dónde vas.

SeungYul: Amigo estaré bien, puedo cuidarme solo, es más puedo incluso hasta cuidar de ti. –Ingenió burlándose. –

Taemin: No me parece gracioso.

SeungYul: Quédate tranquilo, te llamaré más tarde ¿Ok? Y en la noche volveré justo aquí. Lo prometo. Vamos permite que me dé un gusto, nunca puedo salir de día, por eso tuve que tomar prestada tu ropa, la mía son solo trajes de noche.

Taemin: Si Moonbyul se enfada conmigo por tu culpa, estás muerto.

SeungYul: Si, si, ya…

Taemin repleto de frustracion y resignado al no poder detenerlo, simplemente dejó ir a su amigo sin importar los planes que este tuviera.

Luego de decir esto SeungYul tomó un autobús y se dirigió sin escalas a la consulta de la doctora Lee. Seduciendo a la recepcionista del departamento médico de salud mental de la clínica Samsung, entró a la estancia sin ninguna cita previa. Afortunadamente la doctora Lee no estaba con ningún paciente sino que revisaba papeleo y fichas de personas ya atendidas. Viendo al chico que vestía una gorra azul, unos pantalones cortos de mezclilla y una brillante camisa blanca, entrar como si fuese el jardín de su casa, quedó pasmada.

Dra. Lee: ¿Qué haces tú aquí?

SeungYul: Que bienvenida tan poco gentil doctora. Ha sido un largo tiempo sin verle. ¿Ha estado bien?

Dra. Lee: ¿Cómo es que apareciste a luz de día? –Preguntó sin escucharle. –

SeungYul: Bueno sí, yo también he estado muy bien, gracias por preguntar. –Replicó con ironía. – Y pues no lo sé, usted más que yo debería tener la respuesta a eso ¿No?

El silencio embargó la sala, mientras Song Hee buscaba desesperada entender la situación y el chico despreocupado miraba todo a su alrededor distraído por cada detalle.

Dra. Lee: SeungYul… ¿Podrías responder a una pregunta?

SeungYul: A la que usted desee distinguida. –Contestó con disposición. –

La sorprendida expresión de la profesional cambio de estupefacta a una sobria seriedad al mirar a la cara a SeungYul.

Dra. Lee: Cuándo naciste… ¿Qué te hizo venir a la vida?

SeungYul: Moonbyul… proteger el honor y la integridad de Moonbyul, si Moonbyul está en peligro o sufre, yo estaré ahí para ella, mientras yo viva Moonbyul no sufrirá.

Dra. Lee: ¿Y que sucedería si yo te dijera que tú has sido la causa de algún sufrimiento para Moonbyul?

SeungYul: Eso es imposible. –Negó con una sonrisa temblorosa. – Y ahora contésteme usted una pregunta a mi Doctora Song Hee… –Respondió con la mirada brillante y sus ojos humedecidos. – ¿Es cierto que Moonbyul siente algo por Solar?

Dra. Lee: No puedo decirte eso, lo que yo hablo con mi pacientes es algo personal entre ellos y yo.

SeungYul: No juegue conmigo. No hay nada de Moonbyul que yo no deba saber. Solo conteste a la pregunta ella no se enterará.

Song Hee volteó y saco un libro desde uno de sus libreros, una antigua novela romántica donde un mártir se sacrificaba por amor. Acariciando el lomo del libro volvió a dar frente a SeungYul y lo dejó sobre la mesa.

Dra. Lee: ¿Sentir algo?… Moonbyul me dijo en sus propias palabras que para ella Yongsun es la luz que ilumina sus días y que perderla a ella, significaría perderlo todo. En palabras comunes ella está enamorada de su compañera. Y si tú estás aquí preguntándome por eso, es porque también estás interesado en ella ¿no es así?... Que impresionante, –Continuó. – jamás había visto un caso así en toda mi carrera, en donde una persona amara tanto a otra, que toda parte de su mente se implicara con esa intensidad en ello, si Moonbyul no la quisiera con esa magnitud probablemente tú no sentirías nada hacia Yongsun.

SeungYul: Cállese… usted no tiene idea de lo que está hablando. –Ordenó con impotencia mientras apretaba la mandíbula. –

Dra. Lee: No te engañes Yul… Si Yongsun ha mostrado algo de interés en tu persona, probablemente sea porque ve rasgos de Moonbyul en ti, e inconscientemente la ve a través de ti, solo que quizás no se ha dado cuenta de ello. Si te pones en medio solo harás sufrir a ambas. Además Moonbyul cada día es más fuerte, y mientras su fortaleza, valentía y seguridad de sí misma aumentan, ella menos te necesita para vivir.

SeungYul: ¡No hable más! ¡No quiero escucharle! –Gritó alterado lanzando su gorra al suelo. –

Dra. Lee: ¿¡No quieres lo mejor para Moonbyul!? –Respondió haciendo entrar en razón al chico. – Si no le das la oportunidad de crecer a Moonbyul, si tú no la liberas, ella jamás será feliz. ¿Lo entiendes?

Con lágrimas en los ojos el joven asintió, con moral derrotada y deshecho de todas sus agallas cayó sobre el largo sofá de la consulta.

SeungYul: Y desapareceré… ¿Solo así? Dejaré de existir…

La doctora piadosa de la identidad quebrada frente a ella, se sentó junto a SeungYul poniendo su cálida palma sobre el hombro del chico.

Dra. Lee: No desaparecerás. Vivirás, en cada sonrisa de Moonbyul, en cada acto noble, en los recuerdos de Taemin, y en la paz de Moonbyul, tú vivirás.

SeungYul: Por primera vez en toda mi vida, tengo miedo. –Confesó sollozando. –

La doctora viendo a SeungYul como a un pequeño niño, le abrazó y consoló por varios minutos, le sirvió un té y le vio retomar la tranquilidad. SeungYul recogió su gorra del piso y la sacudió volviendo a ponerla en su cabeza para dirigirse a la salida de la habitación.

Dra. Lee: ¿Hacia dónde vas?

SeungYul: Voy a dejar ir a Moonbyul, me iré. –Dijo con ojos vidriosos mientras mantenía su sonrisa con serenidad. – Pero antes de irme hay una cosa que necesito hacer.

Dra. Lee: SeungYul espera. –Pidió acercándose al carismático chico. – Gracias por cuidar de Moonbyul, ella no lo entiende aun pero estoy segura de que más temprano que tarde lo hará.

SeungYul: Gracias a usted por acompañarla y por respetarme. – Dijo haciendo una cómica reverencia mientras se quitaba la gorra y la ponía otra vez en su lugar. – Espero de todo corazón que sea feliz, no deje a Moonbyul sola cuando yo ya no esté.

Dra. Lee: No lo haré, puedes estar tranquilo.

El chico salió de la habitación sin olvidar sonreír a Song Hee por última vez. Corriendo en las escaleras del hospital SeungYul salió y sacó su teléfono del bolsillo para llamar a Yongsun.

SeungYul: ¿Aló? ¿Este es el número de la chica más encantadora y hermosa de toda Corea?

Solar: ¿Te acordaste de que existo?

SeungYul: No seas así preciosa, si tan solo supieras que he pensado en ti todo el tiempo…

Solar: No trates de engañarme.

SeungYul: Jamás te engañaría Yongsun. He tenido demasiado trabajo y el tiempo se me ha ido de las manos. Sabía que sí te llamaba el escuchar tu voz me haría querer verte y terminaría dejando todo de lado por correr hasta ti.

Solar: No debería perdonarte, aun menos con las cursilerías que estás diciendo… pero hoy estoy muy molesta y quizás me ayudes a mejorar mi ánimo…

SeungYul: Entonces que te parece si nos reunimos a almorzar, vemos una película y vamos a jugar a una estación de juegos que conozco. ¿Te animas?

Solar: Esta bien. ¿Dónde nos vemos?

La pareja se reunió fuera de en restaurante en el barrio de Samseong, Yongsun estaba muy feliz de ver a SeungYul ya que por alguna razón siempre que tenía problemas con Moonbyul, él aparecía para reparar su día. Mientras comían SeungYul lanzaba tontas bromas solo para ver a Solar sonreír. Ella le hacía sentir tan real, como si él fuera realmente una persona, pero sabía que este día sería el último para él, por esa razón quiso pasar todos sus últimos momentos junto a ella, la única chica de la cual había sido capaz de enamorarse. Aun que si duda la amara, no podía decir “te amo para siempre” porque su “para siempre” no duraría, no podía prometerle nada, no tenía tiempo que ofrecer, ni dedicación… lo único que podía darle eran sus últimos momentos.

De camino al cine SeungYul tal como un admirador lo haría le rogó a Yongsun que con el teléfono de ellas se tomaran unas fotografías para dejar registro de lo que habían compartido.

Juntos vieron una película pero SeungYul no recordaría cual había sido ya que le vio a ella prácticamente todo el filme y las veces que vio la pantalla fue solo para disimular cuando ella volteaba la vista a verlo. Luego de la película fueron a jugar a un centro de juegos de video, competitivamente quien ganara debía cumplir el castigo del otro. Yongsun perdió miserablemente en la mayoría de los juegos, pero de todas formas Yul le premió comprándole algodón de azúcar color rosa, al pagar el dulce Solar notó que la billetera de Yul era exactamente igual a la de Moonbyul y esto llamó mucho su atención.

Cuando salieron a caminar fuera del centro el cielo estaba oscuro y lleno de nubes, Yongsun preguntó a Yul como pagar el precio de su castigo al ser la perdedora de la competencia y él le dijo atrevidamente que le daría un golpe con su dedo anular en el medio de la frente, sin más él hiso gesto de preparar su mano para golpearla ella cerró fuertemente sus ojos. Yul tiernamente luego de robar un poco de su dulce de azúcar le robó un beso dejándole sin aire, y los parpados de Yongsun empezaron a relajarse para entregarse a ese dulce instante.

SeungYul: Dime que recordarás este día.

Solar: Hablas como si te fueras a ir lejos.

SeungYul: Me iré por un tiempo…

Solar: ¿Dónde?

SeungYul: …Por un… viaje de negocios. Me iré unos meses, puede que sea más tiempo si es que tengo éxito, aun no lo sé.

Solar: ¿Lo dices en serio? –Preguntó con una expresión de amargura. –

SeungYul: No te enfades, quiero verte sonreír. Ya es tarde, hace algo de frio te iré a dejar a la parada del autobús. Debo volver al bar a trabajar.

Solar: SeungYul…

SeungYul: No es necesario que digas nada. Vamos te acompañaré. –Interrumpió tomándole de la mano. –

Al pasar el bus Solar tomó un asiento y observó como SeungYul se despedía de ella oscilando su mano de un lado a otro en la parada del bus mientras sonreía, sin saber que esa sería la última vez que le viera. Cuanto puso los auriculares en sus oídos dejo que el modo aleatorio en su lista de reproducción tocara la primera canción que se le antojará, y para su sorpresa esta fue Last Goodbye de Akmu, sin comprenderlo el escuchar la letra le generó una profunda nostalgia que apretó su pecho y la llevó al borde del llanto.

AKMU - Last Goodbye (Letra en español)

El chico sacó su teléfono de su bolsillo y caminando hacia una banca de un costado de la calle marcó el número de Taemin, antes que este contestara sus lagrimas ya comenzaban a caer.

SeungYul: ¿Hermano?

Taemin: ¿Dónde estás SeungYul? –Cuestionó con preocupación. – ¿Ya vienes?

SeungYul: ¿Sabes que se trata de mí porque soy el único que te llama hermano? ¿Verdad?

Taemin: Claro que sí, ¿Eres mi hermano no? –Respondió al notar su disimulado llanto. –

SeungYul: No, pero quizá en mi vida pasada lo fui. Daría todo de mí por ello.

Taemin: No digas estupideces y ven aquí.

SeungYul: Gracias Tae… gracias por dejarme ser tu hermano, tú mejor amigo y tu socio, eres la mejor persona que jamás puede conocer. Moonbyul… ella debería estar contigo ¿sabes? Yo sé que ella cree que eres un buen chico, pero tú la conoces no se inclina por los caminos fáciles. Cuida a Moonbyul, sé que lo harás pero de todas formas prométeme que velarás por ella.

Taemin: Te lo prometo hermano.

SeungYul: Adiós Baek Taemin.

Taemin: Yul-ah ¡SeungYul! ¿Qué vas a hacer? ¡Park SeungYul!

Sin volver a replicar, el alter ego terminó la llamada. Invadido por su propio desamparo emocional, su llanto ya era irrefrenable, preparado para dejar de existir miró el cielo por última vez buscando una estrella, cuando interrumpiendo sin respeto alguno por tan solemne momento una mano tras de él cubrió su boca y nariz con un pañuelo húmedo, este tenía un extraño aroma que fue de lo último que pudo dar cuenta antes de que sus ojos se cerraran.