capitulo 9

A mi profesora con amor

“Pocas personas se atreven hoy en dia a decir que dos seres se han enamorado porque se han mirado el uno al otro. Sin embargo, es de esta manera que comienza el amor, y de esta manera solamente…”

Victor Hugo, Los Miserables.

 

Tiffany

El club se encontraba más lleno de lo habitual. Con una toalla blanca sequé el sudor de mi frente mientras miraba el enjambre de cuerpos que inundaban el otro lado de la barra.

 

Cuando una camarera apareció con una bandeja redonda llena de botellas vacías, levanté mi barbilla a modo de saludo. — ¿Alguna buena propina esta noche?

 

—Oh, sí. —Movió las cejas antes de tirar los envases vacíos en el cercano contenedor de basura.

 

El familiar tintineo y el quiebre de cristales casi me consoló porque había llegado a ser tan común. Pero ése era el único consuelo que sentí esta noche.

 

Debía tener la noche libre, sin embargo en los últimos nueve días desde que renunciaron las gemelas, había estado atrapada detrás de la barra del Forbidden todos esos putos días. Planeé reunirme con Yuri y su amiga sunny en la fiesta de la fraternidad de esta noche, para un esperado trío. Pasaron casi seis semanas desde que estuve con una chica. Ese fue un gran período de sequía para mí.

Tal vez fue lo que me hizo pensar en cosas sucias sobre mi profesora de inglés. Últimamente, he pensado en ella justo antes de irme a dormir. Cuando mi cabeza se encontraba recostada en la almohada y mis ojos acababan de cerrarse, era cuando ella llegaba vacilante a mi subconsciente hasta que tenía oficialmente más de un sueño húmedo sobre ella.

 

Seguía sin poder creer que casi la besé en su oficina ayer por la mañana. Tenía que ser lo más vergonzoso y horripilante que jamás había hecho.

 

Era imposible decir si ella se hizo la tonta después, o si honestamente no tenía ni idea de lo cerca que estuve de inclinarme y devorar su boca. Agradecía que no hiciera un problema de eso.

 

Pero añadía una razón más por la que realmente necesitaba encontrar una chica para una agradable y satisfactoria liberación. Y pronto. Excepto que, Jessie, maldita sea, justo tuvo que llamarme para venir a trabajar. Con siwon fuera de la ciudad visitando a su familia y el chico nuevo, Lowe, haciendo una cosa u otra con su novia, nos dejaba con Minho trabajando involuntariamente en nuestra noche libre.

— ¿Qué te daremos, cariño? —preguntó Minho a la camarera cuando ella apoyó los codos contra la barra y tomó una respiración profunda y vigorizante como si también necesitara un día libre.

 

—Necesito un ron doble con cola y dos botellas de cerveza Coors. Y tomaré valium si tienes uno.

 

—Ah, no puede ser tan malo. –Minho se inclinó sobre el mostrador para masajear las sienes de la camarera mientras cogía un vaso para preparar su pedido.

Me reí entre dientes.

 

—Sí, deberías trabajar en la noche de mujeres por nosotros alguna vez. Entonces te escucharé hablar acerca de un mal turno.

 

Me lanzó una mirada sucia solo para cerrar los ojos y gemir cuando Minho tocó una zona sensible. Sacudiendo mi cabeza por la forma en que sin esfuerzo él siempre hacía suspirar a las chicas, puse el ron con cola en una servilleta de cóctel y cogí las cervezas de la nevera.

 

Sosteniendo el cuello de las dos botellas en una mano mientras quitaba las tapas con un abridor, miré hacia Minho y la camarera justo cuando una mujer cruzó mi línea de visión entre las personas detrás de ellos. Apenas alcancé a ver su perfil, pero fue suficiente para estirar el cuello un poco más y tratar de verla de nuevo.

 

Ella usaba un vestido oscuro, sin espalda, cuya falda se ensanchaba desde su diminuta cintura y terminaba justo por encima de las rodillas. Sus delgados y delicados hombros tan atractivos. Y su pelo... guau, su pelo era oscuro, pero no negro. Tal vez un profundo caoba con toques de marrón. Lo había peinado con raya a un lado y lo juntó en un rizo suelto, mientras que el otro lado lo dejó cayendo por su espalda.

Me encantaba cuando las mujeres hacían eso, dejando un lado todo misterioso y escondido bajo una recompensa de ricos rizos, mientras que la otra mitad me tentó con una vista abierta de carne desnuda. Siempre quise hacerlos a un lado e inclinar la cabeza para besar el hombro descubierto mientras sumergía mis dedos por la parte que fluía libre para acariciar lo que se ocultaba debajo. Lo mejor de ambos mundos.

Y con esta dama que llevaba un vestido sin espalda, mi mente ya desenterraba visiones de cómo podría simplemente seguir besando, haciendo un camino hacia abajo, hasta esos hoyuelos gemelos en la parte superior de su trasero.

Me estremecí por la humedad en mis pantalones y puse a ciegas las dos botellas en la bandeja en espera al lado de Minho

.

—Gracias, Tiffany —gritó la camarera mientras me alejaba. Ni siquiera le respondí cuando me incliné un poco más sobre la barra para escudriñar en la multitud.

 

Maldita sea. ¿Dónde había ido?

 

—Oye, ¿podemos conseguir un screaming por aquí?

 

Rechinando los dientes, me giré hacía tres chicas que me hacían señas. Todas se hallaban escasamente vestidas y ys, pero seguía tentado a buscar a la mujer con el vestido negro.

 

Controlándome, sacudí la cabeza para liberarla de pequeños vestidos negros y regresar a mis deberes. Sonriendo amablemente a las tres, bajé el timbre de mi voz. —Claro que sí. ¿Quién quiere gritar primero?

 

Rieron y se inclinaron más cerca, apoyándose en la barra para dejarme ver por debajo de las tres blusas. Una de ellas no usaba sostén. Grandioso.

Senos-libres rio. —Nos referíamos a la bebida.

 

—Oh, oh. —Apoyé la mano en mi frente, fingiendo vergüenza—. Tonta de mi parte. Por supuesto que se referían a eso. Bueno, también pueden tener algunos de esos. —Le guiñé un ojo—. Ya vuelvo.

 

Minho se acercó furtivamente a mi lado mientras preparaba la primera mezcla para ellas. — ¿Segura que puedes manejar a esas tres encantadoras dulzuras, compañera? —preguntó, insinuando el doble sentido cuando movió sus cejas, haciendo que el arete de plata destellara bajo las tenues luces del techo.

Bufé. —Confía en mí. Puedo con esto.

 

Se rio entre dientes, pero dio un paso atrás para ayudar a un tipo que se acercó para ordenar. Regresé con las chicas y les pasé sus bebidas. Pagaron en efectivo, y cuando metieron un par de billetes extra en mi tarro de propina, mi sonrisa se hizo un poco más ancha. —Gracias.

 

—Oye, ¿acaso no eres Tiffany Hwang, la capitana del club de básquet? —La más alta del grupo finalmente tuvo el coraje de preguntar.

 

—Sip. Esa soy yo. —Siempre encantada cuando alguien reconocía mi cara por algo bueno, apoyé los codos sobre la barra mientras me inclinaba hacia ellas—. ¿Me han visto jugar, señoritas?

 

Dos negaron con la cabeza, mientras que la tercera, no muy en voz baja, dijo—: Me encantaría verte jugar.

 

La sonrisa que le envié prácticamente decía: en cualquier momento, cariño; aunque, sinceramente, mi mente todavía se hallaba en “vestido negro”. Pero flirtear me daba más dinero, así que seguí flirteando.

 

— ¿Cuándo sales de trabajar? —preguntó otra.

 

Abrí la boca para responder con otra respuesta pícara que esperaba pudiera traerme más dinero cuando vi a alguien acercarse a la barra y sentarse en un taburete al otro extremo. Miré por encima y casi tragué mi lengua cuando la vi. Su pelo oscuro magnífico caía sobre un hombro, y ese vestido negro brillaba ligeramente con las luces del techo.

 

—Discúlpenme —murmuré y abandoné a las tres chicas universitarias para acercarme a mi dama misteriosa. Nada me impediría que al menos obtuviera su número.

 

Pero Minho se me adelantó yendo hacia ella. Agarré su brazo y tiré hacia atrás, haciéndole perder el equilibrio.

 

— ¿Qué demonios? —dijo, tropezando contra mí.

 

—He cambiado de opinión. Puedes quedarte con las tres. La quiero a ella.

 

Se rio y volvió a mirar a la mujer que se hallaba ocupada con la cabeza inclinada, buscando algo en su bolso de mano a juego con la tela de su vestido. Cuando él volvió a mirar hacia las chicas coquetas, una lenta sonrisa se extendió por su cara.

 

—Bueno, diablos, Hwang. Creo que es la primera vez que has preferido la calidad sobre la cantidad. Estoy impresionado.

 

—Solo ve a ocuparte de las cabezas huecas. —Lo empujé hacia las tres que se seguían esperando en el bar.

 

Se rio de mi fijación obvia con la mujer sola, pero obedeció, caminando lentamente hacia el trío.

 

Tomé una respiración profunda, un poco ansiosa por la primera impresión que le daría, y caminé hacia ella. No notó mi aproximación, lo cual me dio un momento para planear mi estrategia.

Al final, me decidí por lo simple.

 

— ¿Qué puedo hacer por ti? —pregunté, poniendo mis manos en el borde de la barra y flexioné mis brazos porque sabía muy bien que al hacer eso, mis pechos se abultaban a través de mi camisa. Dejé que mi sonrisa comenzara a extenderse mientras ella levantaba su rostro. Las chicas siempre afirmaron que mi sonrisa les gustaba tanto como lo hacían mis pechos.

 

Ella levantó la vista, y contuve la respiración, esperando el momento en que nuestros ojos conectaran. Una sacudida pasó a través de mí. Esperé una cara bonita, y joder, no me decepcionó. Pero la emoción desolada que vi en un par de ojos oscuros penetrantes me tomó por sorpresa.

 

Se hallaban muy abiertos y delineados con algo de maquillaje oscuro que la hacía lucir totalmente y y apetecible. Pero muy, muy triste. Mis instintos protectores se pusieron en marcha, listos para destrozar a quien la había herido.

Entonces miré su boca. Sus labios maduros, comestibles y con forma divina, al igual que... espera un segundo. Conocía esos labios. Eran demasiado familiares, incluso cuando se separaron por la sorpresa.

 

—Santa mierda. —Me aparté, fijando mi mirada de nuevo en sus ojos y luego, a su cara para obtener toda la imagen.

 

La maldita mujer ardiente era mi maldita profesora de inglés ardiente.

Boquiabierta, no podría haber contenido mi sorpresa ni aunque lo intentara.

 

— ¿Dra. Kim?

 

¿Qué. Diablos? Esto no podía estar pasando. No podía estar pasando, en absoluto. Había anhelado a una mujer que me ayudara a sacar de mi mente a mi maestra. ¿Y el universo me la envía usando un ardiente vestido negro? Increíble.

Me hallaba cabreada de inmediato por dos razones. Esto no me ayudaba a superar mi obsesión.

Y la misteriosa mujer que podría haberme ayudado a hacerlo, resultó ser tan prohibida como lo era ella, porque eran la misma. Entrecerré los ojos y apreté los dientes. Bueno, esto era simplemente genial.

Me pregunte si él se daba cuenta que la forma en que me miraba era mucho más íntima de lo que jamás podría ser si me tocara”.

Maggie Stiefvater, Shiver

 

Taeyeon

 

Me plantaron. No hablé con Philip desde el día anterior, cuando volvimos a organizar la cita, pero pensé que seguía en pie.

Oh, cuánto me equivocaba.

 

Pero ya me encontraba aquí, así que me quedé y seguí buscándolo. No quería ser una perdedora lamentable e irme a casa sola, con el vestido más bonito y más y que tenía, para enfurruñarme en el sofá mientras comía bombones y veía repeticiones de mi único y verdadero amor, Damon en The Vampire Diaries. Quería que mi maldita cita apareciera.

 

Así que, vagué entre grupos de amigos de fiesta, sintiéndome sola y abandonada. Incómoda por hallarme rodeada de tantos universitarios, me pregunté por qué Philip eligió este lugar. ¿No quería descansar de la multitud?

 

Gracias a Dios, aún ninguno me reconoció como su profesora de inglés, pero ciertamente reconocí a algunos de ellos. O tal vez debería decir que nadie me reconoció hasta que finalmente me acerqué a la barra, después de buscar por el lugar a Philip durante los últimos cuarenta y cinco minutos.

 

Los ojos de una de mis estudiantes se abrieron en conmoción y pronunció—: ¿Dra. Kim? —Miré boquiabierta hacia la estrella de basquetbol, decidiendo que Joseph Conrad fue un genio al escribir “El Corazón de las Tinieblas” y se inventara la frase: ¡El horror, el horror! Porque así fue como me sentí. Absolutamente horrorizada.

El mejor modo para hacer de mi noche un infierno: incluir a Tiffany Hwang en la mezcla cuando fui plantada en una cita.

 

Gemí soltando un poco de lloriqueo en voz baja, preguntándome que hice para que el karma me pateara en los pechos así. Si Philip aparecía ahora, no sería capaz de concentrarme en ella porque Tiffany lucía increíble en esa camisa negra ajustada. Y sus pechos eran tan abultados...

 

¡Mmm, rico!

 

¿Por qué, de todos los lugares, tenía que trabajar aquí?

Aclarando mi garganta, enderecé los hombros y traté de pretender que era perfectamente normal para mí estar aquí, vestida con la ropa más reveladora que poseía, y disfrutando un poco de alcohol potente para aliviar mis nervios alterados.

 

—S-sí. T... tomaré una cerveza Bud Light Lime. —Ya está. Sonó bastante... bien. Mujer normal ordenando una bebida a una camarera normal... quien daba la casualidad era la protagonista en todos los sueños sucios que tuve la semana pasada.

 

 

Me miró boquiabierta un segundo de más, luego sacudió la cabeza y débilmente repitió—: Bud Light Lime. —Como si fuera una grabadora. Pero tan pronto como las palabras parecieron ser absorbidas por su cerebro, frunció el ceño y soltó un bufido—. ¿Una Bud Light Lime? ¿En serio?

 

— ¿Qué? —Fruncí el ceño, curiosa por el veneno en su voz.

Se encogió de hombros. —No lo sé. Solo pensé que sería más del tipo que ordenaba champán rosado en una copa. —Pestañeó un par de veces para completar su burla.

Su desprecio me impactó. Hubiera pensado que me despreciaría mucho menos en este momento. Por fin le di una A. Le aseguré que guardaría su secreto. Incluso fingí no darme cuenta cuando casi me besó. Dolía darme cuenta que todavía pensaba en mí como la perra del siglo.

 

—Bueno, no lo soy —murmuré, tratando de ocultar el dolor—. ¿Puedo tener una Bud Light Lime o tengo que ir a otro lugar para una bebida?

 

—No, no hay necesidad de irse. Puedo traérsela. —Una sonrisa torció sus labios, y sus ojos se endurecieron—. Identificación, por favor.

 

Cuando estiró su brazo, quedé boquiabierta a su palma extendida.

 

— ¿Es broma?

 

Su expresión brillaba con malvado deleite mientras lentamente negó con la cabeza.

 

—No, señora. No bromeo. El que los menores de edad consuman alcohol es un asunto serio, y nosotros aquí, en Forbidden, no permitimos ese tipo de actividad.

Murmurando en voz baja, furiosa, abrí el broche de mi bolso y comencé a buscar en su interior.

 

—Te estás desquitando con esto, ¿no es así, Hwang? —Arranqué mi licencia de conducir y la empujé hacia ella.

 

—No tiene ni idea —murmuró mientras tomaba el plástico de mis dedos antes de bajar la mirada. Un segundo después, su frente se arrugó—.taeyeon, ¿eh?

Cruzando los brazos sobre mi pecho, fruncí el ceño.

 

—Es correcto. ¿Qué pasa con eso?

Tiffany negó con la cabeza. —Nada. No sabía su nombre.

 

Apreté los dientes y le tendí la mano. — ¿Ahora puedo recuperar mi identificación? ¿Tiffany?

 

Ella la apartó de mí y sacudió la cabeza.

—Un momento. Todavía tengo que comprobar su edad.

—Cuando su mirada parpadeó a mi fecha de nacimiento,

Su mandíbula cayó abierta-

 

—. Santa mierda, ¿solo tiene veintitrés? —Levantó su rostro—. ¿Cómo demonios es que tiene un doctorado a los veintitrés?

 

Suspiré y quité impaciente un poco de cabello de mis ojos.

 

—Vamos a ver. Me gradué de la escuela preparatoria a los quince, obtuve mi licenciatura a los dieciocho, mi maestría a los veinte, y recibí mi doctorado como una de las mejores de mi clase el año pasado. Suma todo, y eso me hace de... ya sabes, veintitrés.

 

Sacudiendo la cabeza lentamente hacia adelante y hacia atrás, se quedó boquiabierta.

 

—Bueno, mierda. ¿Graduada en la escuela preparatoria a los quince? Joder, debí haber sabido que era una de esas extrañas niñas genio —dijo luego entre dientes con un bufido burlón.

 

—También estoy sedienta. —Me incliné hacia delante y tomé mi licencia de conducir de su mano—. ¿Qué hay de esa bebida?

 

—Por supuesto, profesora. —Su voz era despectiva mientras se giraba y se alejaba. Miré detrás de ella, molesta al darme cuenta que todo lo que pensé que compartimos ayer debió haber sido nada más que producto de mi imaginación. Y sin embargo, no me hallaba lo bastante molesta como para no comerme con los ojos su trasero apretado en esos pantalones vaqueros azules.

 

En serio. Guau.

 

Obligándome a mirar hacia otro lado, abrí mi bolso y fingí buscar algo, aunque ya tenía mi dinero listo para pagar antes de que siquiera viera quién se encontraba detrás del mostrador.

 

—Tome. —Su voz no era muy educada al colocar una botella abierta en la barra delante de mí.

 

—Gracias. —Le di un asentimiento regio y tomé un tentativo sorbo.

 

Después de que pagué permaneció frente a mí, viéndome beber. Su postura se cernía como si no pudiera esperar a que me fuera, pero sus ojos... Oh Dios, sus ojos.

 

Poniendo cálida bajo su mirada directa, miré a nuestro alrededor, esperando decir algo que al menos, la hiciera mirar hacia otro lado, porque su atención cautivada hizo que la parte interna de mis muslos cosquilleara. Un lento ardor se esparció desde la boca de mi estómago, hacia la punta de los dedos de mis pies.

 

—No sabía que trabajabas aquí.

 

—Eh. —Sus labios se torcieron con desprecio incluso aunque sus ojos siguieron devorándome—. Quiere decir que, ¿hubo algo que olvidé mencionar en mi ensayo?

 

Sonreí a pesar de su mirada. —Aparentemente. Aunque en realidad, dijiste que trabajabas en un bar para apoyar a tus hermanos. Solo que no diste ningún nombre.

—Cierto. —Asintió lentamente, y su mirada siguió todos mis movimientos mientras tomaba otro sorbo. Cuando siguió el rastro de la botella en mi mano a mi boca, mi estómago se enredó en nudos. Tragué saliva con nerviosismo, y juro que su mirada trató de seguir el líquido bajando por mi garganta. Lo aún más perspicaz, era que su atención volvió a mis labios cuando bajé la botella. Si sus ojos tuvieran lengua, ella la habría pasado por mi boca y bajado hacia mi barbilla, sobre mi garganta hasta justo entre mis pechos... y de regreso.

 

—No puedo creer que solo sea dos años mayor que yo.

 

El comentario me sorprendió tanto, que derramé un poco de cerveza por mi barbilla en mi siguiente trago. Moviéndome rápidamente, me limpié con el dorso de la mano, a pesar de que ella vio todo el asunto, y me aclaré la garganta.

 

— ¿Por qué? ¿De cuántos años me veo?

 

Sus labios se inclinaron hacia arriba con diversión.

 

—Diecinueve. Pero ese no es el punto.

 

—Entonces, ¿cuál es el punto? —Aparté la mirada más allá, ansiosa por encontrarme atrapada bajo su lectura directa.

 

Inclinándose cerca, bajó la voz. —En clase te comportas más como si tuvieras cincuenta.

 

Me volví hacia ella para estudiarla. Ojos azul pálido brillaron con una emoción que no podía nombrar, pero solo se limitó a regresarme la mirada; el desafío allí me ordenó devolver el fuego y llegar a algún tipo de réplica.

 

—Guau —dije, encogiéndome internamente porque pude detectar un temblor en mi voz mientras traté de hacer que mi tono sonara seco y poco impresionado como el que tenía ella—. Debes encantar a todas las mujeres con ese tipo de halagos.

 

Solo se rio entre dientes. —Apuesto a que tengo más o que usted.

 

—Y ahora incluso sus palabras me retaron a un duelo con ella.

Con un rodar de ojos, me reí y enderecé los hombros, poniendo más espacio entre nosotras.

 

—No diría que eso es algo para presumir.

 

No podía creer que le contesté de esa manera. Debí sentirme ofendida y haberle gritado por estar fuera de lugar con ese comentario poco profesional a su profesora. De hecho, aún debería gritarle por eso. Sí. Sí, creo que lo haría.

 

Pero tan pronto como abrí la boca, lo llamó otro cliente. Siguió sosteniendo mi mirada mientras levantaba una mano hacia la otra persona. Luego sonrió ligeramente hacia mí. Después pasó una mirada rápida por mi cuerpo, se volvió y se fue a atender a alguien más, dejándome privada y caliente en todos los lugares incorrectos.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 33: Bueno después de tanto pude terminar esta hermosa historia! Esta demás decir que siempre es un gusto leer tus adaptaciones más porque son de mi hermos TaeNy <3
JKS_lilhy #2
Chapter 33: Gracias por la historia, yo trabajo, estudio y soy mamá así ke leer este tipo de fic me encantan de verdad y más si son de mi pareja favorita taeny is real....
Skyth06
#3
Chapter 33: Fue hermoso gracias por compartirlo!!
2597611 #4
Chapter 33: Voy a llorar :'( .. no quería que acabe la historia pero buehhh .... Es una de mis favoritas !!
roguecr #5
Chapter 33: Hermosa historia gracias x compartirla y tienes razon los fics siempre son mejor con nuestro amado. Taeny
Skyth06
#6
Chapter 32: Porrr finnnn siiiiii
sakuratsukino #7
Chapter 32: es todo, yo esperaba un poco más en el final, pero no me mal entiendan la historia es muy buena, gracias autor por compartirla, extrañare leer las actualizaciones, espero exista un epilogo
roguecr #8
Chapter 32: Que bueno q tae regreso , al fin juntas. :)
2597611 #9
Chapter 32: Enserio es el final ??????
apsunbyung #10
Chapter 32: Bastante buena la idea del fic. Me gusto. Gracias por compartirlo (y adaptarlo claro)^^