Capítulo 18

A mi profesora con amor

“No hay nada más íntimo en la vida que simplemente ser comprendido. Y comprender a alguien más”.

Brad Meltzer, The Inner Circle.

 

 

Tiffany

—Este lugar es increíble.

La admiración en la voz de taeyeon me hizo sonreír desde el otro lado de la cabina de la camioneta de siwon cuando estacioné en el borde de los terrenos, en la zona de aparcamiento para visitantes.

—Tenía la sensación de que te gustaría. Una larga pendiente de césped se extendía delante de nosotras antes de descender abruptamente hacia la ribera del río. La hierba era corta y verde; en algunas áreas empezaba a crecer, con la promesa de una nueva vegetación. Un par de familias ya disfrutaban del día, tendidos en mantas de picnic, paseando a sus mascotas, o dejando que sus hijos se persigan unos a otros en el gran espacio abierto. Y más allá, se extendía una franja de pequeños kioscos y comerciantes, vendiendo sus mercancías a los lados de un camino adoquinado.

— ¿Cómo descubriste este lugar?

—preguntó taeyeon, abriendo su puerta al tiempo que abrí la mía.

—Mi compañero de cuarto, siwon, me trajo aquí una vez. Vive en la zona y quería uno de sus perritos de maíz que venden. Creo que me burlé de él todo el camino mientras me arrastraba aquí, hasta que llegamos. —Le sonreí—. Pero el maldito perrito de maíz no estaba nada mal, así que me tuve que callar.

Empezó a reír.

— ¿Así que me trajiste aquí porque se te antojaba comer una salchicha de carne mal procesada colocada en un palillo, freída con mucho aceite y rebozada en harina de maíz?

—Demonios, no. —Enganché el balón que tiré en el asiento trasero antes de dirigirme a su casa esta mañana, lo levanté y le di vueltas en mi dedo antes de capturarlo.

—. Tú, mi querida profesora, vas a aprender a jugar basquetbol.

Taeyeon arqueó una ceja, al parecer interesada en lugar de horrorizada.

— ¿En serio? ¿Qué te hace pensar que no sé cómo jugar?

Está bien, eso me tomó por sorpresa. Arqueé una ceja, sospechosa.

— ¿Sabes?

Sus labios se curvaron, y se veían tan ys con ese cómplice tironcito. Tuve que volver a recordarme que hoy no iba a tocarla. No se trataba de nada ual. Simplemente una unión amistosa. Para conocernos. Aunque al darme cuenta lo que significaba esa sonrisa, me quejé.

— Demonios, sí sabes.

Todo su rostro se iluminó.

—Estuve genial en basquetbol Fantasía el año pasado —confesó, sonando orgullosa de sí misma.

Eché la cabeza hacia atrás y me reí.

—Mierda. No tenía ni idea de que te gustara el juego. Quiero decir, por la forma en que actuabas en clases, pensé que odiabas todo lo que tenga que ver con el basquetbol, pero...

—Entonces caí en la cuenta. Su comportamiento no tuvo nada que ver con su opinión por el deporte en sí, sino por su historia con cierto jugador de ese deporte. Solté un suspiro.

—. Correcto. Bueno, guau. Si hubiera sabido que eras una fanática, te hubiera fastidiado para que vinieras al partido de práctica, que tuvimos hace un par de semanas.

—No te preocupes, fui.

— ¿Entonces me viste...? —Con las cejas elevadas, señalé a mi propio pecho. Asintió y yo tenía que saberlo—. Bueno, ¿qué pensaste? Sus ojos se iluminaron con coqueteo, mientras rodeaba la camioneta de siwon para reunirse conmigo al otro lado.

—Pensé que podrías ser el próximo Jordan.

—Mierda —dije, sacudiendo la cabeza.

—. No puede ser. Me sacó el balón de la mano, y la observé, francamente excitada por su interés en el mismo.

—Hmm.

—Lo sostuvo de diferentes formas a modo de práctica antes de mirarme.

—. Sabes, acabo de darme cuenta que nunca he tocado un balón. No podía creerlo, pero a pesar de todo lo hice. Sacudiendo la cabeza, lo tomé de regreso.

—Bueno, esto amerita una lección, entonces.

—Alcanzando su mano, comencé a llevarnos hacia el césped.

—. Te voy a enseñar lo necesitas saber acerca de cómo lanzarlo y encestar. Durante los primeros cinco minutos, solo hablé y le demostré cómo tenía que posicionar los hombros y la cintura, donde mantener el codo, y cómo sostener la pelota en la mano. Cuando llegó el momento de mostrarle un tiro real, vi a un muchacho a unos dieciocho metros de distancia.

—Oye, chico —grité—, atrápala. —Cuando asintió inmediatamente y se puso en posición, levanté el brazo y le envié un tiro lento. La atrapó sin esfuerzo alguno y la tiró de regreso.

Taeyeon vitoreó y lo aplaudió, diciéndole que hizo un buen trabajo. Cuando se la entregué, empezó a lucir nerviosa.

—Me siento ridícula

—admitió cuando me puse de pie detrás de ella y, básicamente, la sostuve en la posición. Moví las cejas.

—Confía en mí. Te ves y.

—Me alegraba de haberla dejado colocarse un par de zapatos y un sostén junto con lo que ya llevaba puesto antes de que la arrastrara de la casa esta mañana, porque su atuendo era informal, cómodo y perfecto tanto para nuestra práctica como para mi vista. El conjunto demostraba las mejores características de quién era ella en realidad. Con una sonrisa, me clavó el codo de nuevo en las entrañas.

—Seguro voy a lanzar como una chica.

—Eres una chica, así que, ¿a quién le importa?

—Satisfecha con la forma en que se acomodó, di un paso hacia atrás y la dejé lanzarle al chico. Él tuvo que correr y saltar para alcanzarlo, pero lo atrapó con un grito feliz.

—. No estuvo mal —le dije, asintiendo con aprobación.

Se giró para enviarme una mirada escéptica, pero le sonreí ampliamente. Sin dudas lanzó como una chica.

— ¿Quieres jugar ahora? —pregunté. Nuestro receptor y un par de sus amigos se sumaron a un juego de tocar al otro en lugar de aplacar. Y no parecía importarles dejar que la “chica” entrara en la diversión. En realidad, creo que todos tuvieron un flechazo por ella dentro de los primeros cinco minutos. Se veía tan divertida con todo el asunto. Se rio de sus propios errores, y bromeó juguetonamente con sus adversarios cada vez que nos alineamos antes de un saque, diciéndoles que iba a derribarlos. Y joder, era adorable ver cuando llevaba el balón. Reía mientras esquivaba a alguien. Nunca antes en mi vida vi que alguien riera mientras jugaba al basquetbol. Era un poco imposible de creer que era la misma mujer estricta, seria y mojigata, que enseñaba en mi clase de literatura. Pero cuando taeyeon Kim se relajaba, se relajaba. Al caer la tarde, los chicos tenían que irse y yo moría de hambre. También ella. Cubriéndose el estómago cuando se escapó un fuerte gruñido, dijo

—: ¿Dónde está ese negocio de perritos de maíz al que elogiabas?

Nuestros esfuerzos dejaron un brillo rosado en sus mejillas. Y sus ojos... maldita sea, sus ojos chocolate se hallaban vivos y brillantes. Creo que podría haberla mirado fijamente todo el día, justo así.

— ¿Qué?

—preguntó, enviándome una mirada extraña al tiempo que se quitaba la coleta en la que se había recogido el cabello cuando empezamos el juego. Mientras se peinaba el pelo con los dedos, dejando que se derramara por la espalda, negué con la cabeza. ¿Quién era esta mujer, y cómo tuve la suerte de conseguirla por un día entero? Nadie me creería si intentara decirles que la Dra. Kim comía perritos de maíz, se peinaba con los dedos y coqueteaba con un montón de chicos preadolescentes antes de sacarles la lengua después de encestar. Pero me alegré de que nunca lo imaginaran. Me alegré de tenerla toda para mí.

—Nada —murmuré, tomándole la mano.

—. Vamos a encontrar ese negocio. Después de comprar seis perritos entre las dos, encontramos un banco de picnic vacío y nos sentamos una frente a la otra mientras comíamos. Me gustaba ver su apetito. No parecía tímida acerca de comer delante de mí, o pedir dos salchichas. Y la forma en que sus labios se fruncieron cuando tomó un perrito entre los dientes, bueno, no podía observarlo demasiado. Mi cabeza ya se encontraba en un lugar al que no necesitaba ir. Pero incluso después de que aparté la mirada, todavía me encontraba excitada y ardiendo de deseos por tocarla.

—Sabes

—dijo, pensativa, mientras terminaba su primer perro de maíz y comenzaba con el siguiente

— creo que no sé cuál es tu especialidad.

Le di una mirada.

—Gestión de negocios. ¿Por qué?

Arqueó las cejas. Con la boca llena, amortiguó las palabras.

— ¿En serio?

Me encogí de hombros y tiré uno mis palillos vacíos hacia un bote de basura cercano, metiéndolo. —Bueno, ya sabes, no soy buena en inglés. Y las matemáticas y ciencia tampoco son lo mío. Historia nunca me interesó, pero soy decente en situaciones sociales, y me gusta mucho dirigir al equipo en la cancha. Me escuchan, y no sé, como que me admiran. Era una cosa que sé que puedo hacer, así que me quedé allí por si acaso, ya sabes, la NBA no me quiera.

—Pero te encanta el basquetbol, ¿no es así?

—dijo más como una afirmación que una pregunta, como si en ese momento estuviera dándose cuenta de la respuesta.

—Por supuesto. ¿Por qué jugaría si lo odiara?

—No lo sé. —Alzó uno de los lados de sus hombros—. Es que... después de ese día en mi oficina cuando dijiste que se trataba de desesperación, no pensé que fuera lo que amabas más que a nada en el mundo.

—Es... —Joder, ¿cómo explicaba esto?—. No lo sé. Entrar en el basquetbol en la escuela secundaria fue lo que finalmente me hizo ganar el respeto de algunos de mis compañeros de clase. Mi talento natural me dio esta adrenalina que era... adictiva. Me encanta el juego y anhelo esa fracción de segundo en la que tienes que pensar y reaccionar, elaborar estrategias de cuál es la mejor jugada. Me gusta aprender más de los trucos del oficio desde que llegué a Ellamore, pero... ahora hay mucha más presión. Hay mucho más en peligro. Ya no es solo diversión. Ahora, lo es todo, lo que le quita un poco de placer. Pero, sí, para responder a tu pregunta, me sigue gustando. Me encanta.

Taeyeon asintió, haciéndome saber que entendía.

—Si pudieras hacer o ser cualquier cosa en el mundo, sin ninguna consecuencia o preocupación, ¿qué harías?

Lo primero que me vino a la mente fue ella. Estaría con ella. Pero sabía que se refería a una profesión. Me encogí de hombros.

—No lo sé. No puedo pensar en nada que me guste más que el basquetbol.

— ¿Le enseñarías a otras personas si no pudieras jugar más? Hoy lo hiciste muy bien con esos chicos. Creo que serías una gran entrenadora.

—Ah. —No pensé en eso antes—. En realidad no es una mala idea.

Su espalda se enderezó mientras se limpiaba.

—Lo sé. Pero en serio, eres lo bastante inteligente como para hacer lo que quieras. Solo quería asegurarme de que el basquetbol era lo que más amabas.

Parpadeé y sacudí la cabeza.

— ¿Me acabas de llamar... inteligente?

—Me sorprendió. Frunció el ceño.

—Por supuesto que eres inteligente. Siempre supe eso. Se necesita una serie loca de neuronas para siempre decir en clase justo lo que sabes me hará enfadar más. Riendo, sacudí la cabeza y terminé mi cuarto perrito de maíz, pero aún me sentía internamente halagada porque me dijo que era inteligente.

Cuando vi a otro puesto de comida no muy lejos, me sacudí las migas de los dedos y volví mi atención hacia ella.

—Está bien. Basta de hablar de mí. Quiero saber más de ti. Su sonrisa era un poco incierta.

— ¿Yo? ¿Qué quieres saber de mí?

Inclinándome un poco encima de la mesa, le envié una mirada, como si quisiera decirle que se preparara, porque se trataba de una pregunta seria. Con mi voz baja, le pregunté

—: ¿Cuál es tu sabor favorito de helado? Parpadeó y luego echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.

—No lo sé. ¿Vainilla?

Arrugando la nariz, exploté.

— ¿Vainilla? ¿Quién demonios prefiere vainilla sobre todos los otros sabores que existen?

— ¡Oye!

—Me regañó, medio riendo y medio insultada.

—. No critiques mis gustos. ¿Cuál es tu favorito?

—Fácil. Rocky Road.

—Interesante.

—Haciendo un sonido en la parte posterior de la garganta, se tocó la barbilla con el dedo y me examinó.

— ¿Es algún tipo de simbolismo sobre la forma en que se ha desarrollado tu vida?

Solté un bufido y rodé los ojos.

—Muy bien, señorita Profesora de Literatura. Ya basta de esa mierda. No todo es una analogía de la vida. A veces, solo nos gusta la forma en que algo sabe.

—Lamiendo mis labios, me balanceé hacia ella mientras mi atención se centraba en su boca.

— Cómo me gusta la forma en que sabes.

—No —advirtió al instante; toda sonrisa desapareció cuando se apartó y me lanzó una mirada nerviosa.

Joder, me olvidé que lo mantenía estrictamente platónico.

—Lo olvidé. —Levantando las manos, me eché atrás al instante—. Error mío, en serio. Lo siento. Pero ahora me hiciste antojar helado. Si no puedo tener lo otro que se me antoja en este momento, me debes un cono grande con dos cucharadas de Rocky Road. Poniéndome de pie, llegué a través de la mesa hasta su mano y tiré de ella detrás de mí.

Nunca fui una persona de sostenerme las manos antes de hoy, pero me gustó entrelazar los dedos con los de ella y presionar nuestras palmas juntas. Había algo sano e inocente y, sin embargo, absolutamente erótico en balancear los brazos en sintonía a medida que caminábamos al lado del otro.

—Mmm, esto es por lo que te arrastré aquí —dije después de que ambas teníamos conos llenos de helado—. No podía comprar un helado por mi cuenta. Taeyeon me tentó más allá de la cordura con un vistazo de su lengua cuando lamió la vainilla cubierta de chocolate y M&Ms picados.

— ¿Por qué?

Solté un bufido.

— ¿Qué tan malo es para una chica visitar un puesto de helados sola?

Infiernos, incluso es malo para una chica tomar uno con otro chico. Solo es correcto cuando una chica te arrastra a regañadientes. Arrugando la nariz, chocó un hombro contra el mío.

—Por lo tanto, ¿soy tu tapadera para helados?

—Exacto.

—Ves, me comprendía totalmente.

Ni siquiera me importaba que toda la idea la hiciera reír de mi estupidez. Me encantaba su risa. Nos dirigimos a través de los puestos, tomadas de la mano y comiendo nuestros conos de helado, comprobando todas las porquerías extrañas que las personas tenían a la venta. Era joyería hecha en casa y pequeños adornos extraños, que sobre todo, nos hicieron reír. Pero entonces taeyeon encontró un estante de libros usados. La observé recorrer los libros de bolsillo deshilachados, encantado por la fascinación en su cara. Se hallaba en su elemento y se veía bien allí. Cuando encontró una historia que supe captó su interés, le pagué al vendedor por el libro antes de que ella se diera cuenta de que lo hice.

—No tenías que hacer eso.

—Sus palabras decían una cosa, pero sus ojos decían otra mientras abrazaba con gratitud el libro contra su pecho.

Rodé los ojos.

—De nada —le dije, golpeando un hombro con el suyo.

— Ahora vamos a buscar un lugar en el césped y extendernos por un minuto para que puedas leer. Sus ojos se agrandaron.

—Tú... ¿acabas de ofrecer dejarme... leer?

Me encogí de hombros.

—Claro. ¿Por qué no? Es nuestro día de descanso para relajarnos y hacer lo que queramos. Y he visto tu dormitorio, ¿recuerdas? Sé lo mucho que te gusta leer.

—Pero... eres simplemente...

—Sacudió la cabeza, sin saber qué decir.

—. Seguramente eso es lo más dulce que alguien me ofreció alguna vez. No podía creer que estuviera tan conmovida por la sugerencia. No lo vi como algo tan importante. Tratando de restarle importancia, dije

—: En verdad, tengo un motivo egoísta. Pensaba que tomar una siesta bajo el sol parecía como el paraíso ahora mismo. Así que... si estuvieras leyendo…

—Espera, espera, espera. ¿Me trajiste a una cita para tomar una siesta?

Cuando arqueó las cejas, me reí y levanté las manos.

—Oye, espera. ¿Quién dijo que esto era una cita? Pensé que dejé muy claro que no iba a intentar ninguno de esos trucos que suceden en las citas. Solo quería estar con alguien con quién disfrutaba pasar el tiempo y hacer cosas que las dos quisiéramos hacer juntas. Y ya que puedo ver en tus ojos que te mueres por abrir ese libro, y yo mataría por una hora de descanso, las dos cosas irían bien juntas. Y al parecer eso fue toda la explicación que necesitaba.

—Está bien

—concordó antes de que tratara de continuar engatusándola. Así que eso es lo que sucedió. Nos estiramos juntas, lado a lado con las caras bañadas por el sol y la espalda apoyada en una enorme roca ornamental, y cerré los ojos mientras abría su libro. No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando me desperté la oscuridad se acercaba. Me sentía más descansada de lo que me había sentido en mucho tiempo. Podría tener algo que ver con el hecho de que mi cara se apoyaba en su muslo o que ella pasaba sus dedos por mi pelo, pero maldita sea, se sentía bien. Me quedé allí durante un segundo, simplemente impregnándome de ello, preguntándome cómo diablos mi cara llegó ahí y cómo podría tenerla de nuevo allí, sin ropa. Oí un cambio de página por encima de mí y decidí incorporarme, bostezando. La mano de Santana cayó de mi pelo, lo que fue una pena, pero me sonrió de una manera encantadora mientras bajaba el libro y preguntaba.

—: ¿Mejor?

—Mucho.

—Me estiré, dándome cuenta de que llegó a la mitad de su historia. Maldita sea.

—. ¿Qué hora es?

Antes de dormirme saqué el teléfono del bolsillo para estar más cómoda. Cuando lo vi cerca en la hierba, fui a tomarlo, pero Santana respondió

—: Es casi las siete.

—Joder.

—siwon tal vez tuvo un ataque. Como si acabara de oír mis pensamientos, sonó mi celular.

—Y, oh, sí —añadió taeyeon—. Alguien llamado siwon sigue llamando y preguntando dónde está su camioneta.

Gemí y le contesté a mi compañero, diciéndole que se mantuviera calmado. Santana leyó la respuesta por encima de mi hombro.

— ¿Supongo que siwon es un amigo?

—Sí. —Guardé el teléfono—. Mi compañero de cuarto. Le dicen Choi. Toma literatura moderna conmigo, en realidad. Siwon Choi. Enarcó las cejas.

—Oh.

—La forma en que lo dijo me reveló que sabía quién era Choi.

—. Escribe artículos muy... interesantes.

Riendo, me apoyé en ella para oler su cabello. Olía exactamente como lo imaginé, a lavanda y sol cálido.

—Apuesto a que sí. Lleno de palabras con J y comentarios groseros, ¿no?

Se puso tensa.

Alarmada por su reacción, me aparté.

— ¿Qué pasa?

—Entonces comprendí.

—. Mierda. Lo siento tanto. Sé que no debo preguntarte sobre los trabajos o calificaciones de nadie. Me dije que hoy ni siquiera mencionaría a la escuela.

—No, no pasa nada. No es por eso que enloquecí. Quiero decir, no es que estuviera...

—Se aclaró la garganta y miró hacia otro lado; sus mejillas se volvieron rosa. Tomé su mano, preocupada por arruinar nuestro día perfecto. No pensó que yo le hubiese dicho a Choi lo que hacía con ella en su camioneta, ¿verdad? Abrí la boca para asegurarle que mi compañero no tenía idea de nada, cuando por fin levantó la mirada.

— ¿Acabas... acabas de inclinarte y olerme?

Mierda. Lo hice, ¿no? Otra cosa que me prometí no haría hoy. Pero ni siquiera lo pensé. Después de despertar relajada y descansada con mi cabeza en su muslo y sus dedos en mi pelo, se sintió como lo más natural del mundo.

—Tal vez —evadí solo para luego girar el enfoque en ella. —. ¿Acabo de despertar en tu regazo, contigo rascándome la cabeza? Ruborizándose locamente, se mordió el labio.

—Tal vez.

Me incliné hacia ella. Quería robarle un beso. Tan desesperadamente. Pero mi teléfono sonó de nuevo, haciéndome saber que tenía otro mensaje. Con un gemido, lo levanté, y leímos el mensaje de Choi, queriendo saber cuándo le regresaría la camioneta. Taeyeon frunció el ceño.

— ¿Por qué tienes su camioneta? ¿Qué pasa con la tuya?

—No tengo una camioneta —contesté mientras le respondía a Choi, para decirle que estaría en casa a la medianoche. Los ojos de taeyeon se agrandaron.

— ¿Medianoche? ¿Qué tienes planeado hacer conmigo hasta entonces?

Me estremecí, pensando en todas las cosas que me gustaría hacer con ella hasta entonces, pero tuve que recordarme que prometí comportarme.

—Es una pregunta peligrosa —advertí.

— ¿Y por qué no tienes camioneta?

—Entonces rodó los ojos.

—. Oh, lo entiendo. Eres una chica de motocicletas, ¿no es así? Debí haberlo adivinado.

Sacudiendo la cabeza, solo sonreí.

—Ya me gustaría.

Su sonrisa burlona desapareció.

— ¿Quieres decir que no…?

— Atragantándose, se sonrojó con aire culpable.

—. Oh, Dios mío. Lo siento. Simplemente asumí...

—Oye, no dijiste nada malo. No tengo un coche, eso es todo. Me sentiría, no sé... egoísta, supongo, si me comprara uno mientras mi familia estuviera...

— Bueno, no teníamos que ir allí.

—. Suelo enviar todo el dinero extra que tengo a casa, para que mi hermana se encargue de las cosas allí, por lo que no es como si pudiera pagarlo.

—Bueno, eso es solo... ya sabes, me sorprendes todo el tiempo, Tiffany Hwang. Tan pronto como descubro algo bueno y altruista acerca de ti, vas y lo superas con algo aún mejor.

En lugar de halagarme, sus palabras solo alimentaron mi culpa. Porque traerla aquí hoy fue increíblemente egoísta e incorrecto, amenazando su futuro y el de SeoHyun, Colton y Brandt. Y aún peor, no me molestaba lo suficiente como para ya llevarla a casa. Ya nos encontrábamos aquí; ¿qué eran otro par de horas? Además, quería que experimentara la única cosa por la que la traje aquí.

—Vamos.

—Le agarré la mano y nos ayudé a ponernos de pie.

—. Creo que ya es hora del evento principal.

— ¿El evento principal?

—Su sonrisa era curiosa con un rastro de emoción ansiosa-

—. ¿Cuál es el evento principal?

Señalé las luces detrás de nosotras al otro lado del mercado de proveedores. A lo lejos, se iluminó el contorno de una rueda de la fortuna girando lentamente. Sonriendo, bajé mi boca a su oído.

—Está a punto de experimentar su primer carnaval, Dra. Kim. Sus hermosos labios se abrieron por el asombro. Las luces de colores brillantes del parque de atracciones se reflejaban en sus ojos deslumbrados. Girando hacia mí, balbuceó

—: Pero, ¿cómo sabías que nunca he...?

Maldición, no recuerda nada de la conversación borracha que tuvimos, lo que era demasiado condenadamente malo, porque yo no podía olvidar un solo detalle de la misma. Levantando sus dedos entrelazados con los míos a mi boca, le besé los nudillos levemente y le guiñé un ojo.

—Es un viejo truco de percepción extrasensorial que aprendí de mi profesora de literatura.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 33: Bueno después de tanto pude terminar esta hermosa historia! Esta demás decir que siempre es un gusto leer tus adaptaciones más porque son de mi hermos TaeNy <3
JKS_lilhy #2
Chapter 33: Gracias por la historia, yo trabajo, estudio y soy mamá así ke leer este tipo de fic me encantan de verdad y más si son de mi pareja favorita taeny is real....
Skyth06
#3
Chapter 33: Fue hermoso gracias por compartirlo!!
2597611 #4
Chapter 33: Voy a llorar :'( .. no quería que acabe la historia pero buehhh .... Es una de mis favoritas !!
roguecr #5
Chapter 33: Hermosa historia gracias x compartirla y tienes razon los fics siempre son mejor con nuestro amado. Taeny
Skyth06
#6
Chapter 32: Porrr finnnn siiiiii
sakuratsukino #7
Chapter 32: es todo, yo esperaba un poco más en el final, pero no me mal entiendan la historia es muy buena, gracias autor por compartirla, extrañare leer las actualizaciones, espero exista un epilogo
roguecr #8
Chapter 32: Que bueno q tae regreso , al fin juntas. :)
2597611 #9
Chapter 32: Enserio es el final ??????
apsunbyung #10
Chapter 32: Bastante buena la idea del fic. Me gusto. Gracias por compartirlo (y adaptarlo claro)^^