capitulo 32 ( capitulo final)

A mi profesora con amor

 

“QUERIA UN FINAL PERFECTO. AHORA HE APRENDIDO DE MANERA DIFICIL, QUE ALGUNOS POEMAS NO RIMAN, Y ALGUNAS HISTORIAS NO TIENEN UN COMIENZO, UNA MITAD, O UN FINAL CLARO”

GILDA RADNER…..

 

Taeyeon

 

 

Me encontraba vacía. Un cascaron vacío.

Mirando las tumbas de mis padres, me pregunté por qué no lloraba, por qué no había perdido una sola lágrima por sus muertes.

 

A mi lado, Rita sacudió su nariz en un pañuelo y frotó ligeramente sus ojos. Extendí la mano y palmeé su brazo, tratando de ofrecerle un poco de consuelo, pero ¿cómo le ofrecía algo cuando yo no tenía nada? ¿Cuándo no sentía nada?

Los últimos días habían sido un completo borrón. Después de “renunciar” a mi posición en Ellamore. Había ido a casa y empacado un bolso, lista para dejar el pueblo por un par de días para, no lo sé, encontrarme. Reacomodar mi vida. Hacer planes para el futuro. Ocultarme de Tiffany.

Pero mi ama de llaves llamó cuando guardaba un par de vaqueros en mi equipaje. Y ahora mi miedo más grande se había hecho realidad. Mis padres habían muerto antes de decirme que me amaban o incluso de mostrarme que les importaba. Sabía que debía haberme sentido destruida, perdida, sola, sin esperanza. Pero no. Nada. Era solo un gran vacío absoluto, una vacante donde nunca habían llenado mi corazón.

 

Me había preparado para escuchar acerca de mi padre. En el hospital, con neumonía y al perder su pierna por la diabetes, sabía que este destino se acercaba a él. Pero no murió así. De hecho, mamá lo llevaba del hospital a casa cuando tuvieron un choque de frente en la autopista. Ambos muertos. Inmediatamente.

¿Conmocionada? Sí, bastante. Definitivamente me hallaba en estado de conmoción. Tal vez esa era la razón de que estuviera tan entumecida. O tal vez solo era una bruja sin corazón. Tal vez papa y mama me contagiaron y ya no podía sentir nunca más.

 

Pero cuando pensaba en Tiffany, sabía que no era cierto. Porque solo de proyectar su rostro en mi mente, ya no me sentía entumecida, sino que dolida y rota. Quizá mis padres nunca me mostraron el amor, pero sí conocía como era. Sabía cómo se sentía hallar a alguien por el que valiera la pena vivir, arriesgar todo por ese amor, y sacrificar todo por ello. Era hermoso e increíble. Así que ya no lo anhelaba de los dos cuerpos tendidos en el frío y duro suelo. Podrían llevarse su maravilloso amor con ellos, a donde quiera que fueran.

Arrojé una rosa en cada tumba abierta y me giré, lista para terminar con esto. Solo una docena de personas se encontraban presentes en el cementerio. Reconocí a colegas de papa y mama —el padre de Zack de pie cerca de la parte de atrás— pero eso era todo. Ningún amigo, ninguna otra familia. Solo personas del trabajo.

 

Un crujido vino detrás de mí, y sabía que Rita se apresuraba para alcanzarme. Desaceleré lo suficiente para que me alcanzara, luego enganché mi brazo con el de ella, y caminamos hasta el coche negro que nos esperaba.

 

— ¿Soy una persona horrible, Rita? —pregunté en voz alta.

 

Cálidos dedos rodearon los míos y estrujaron fuerte.

 

— ¿Por qué creerías semejante cosa, niña?

 

—Ellos me criaron —dije—. Me mantuvieron saludables y vestida, con un techo sobre mi cabeza. Pagaron por mi educación y me ayudaron a tener un buen comienzo en la vida. No tendría nada si no fuera por ellos. ¿No tendría que deberles más que esto? ¿No debería… lamentarlo?

 

—Oh, cariño. Solo estás conmocionada. La negación es una etapa muy real del duelo.

 

Negué con la cabeza.

 

—No. No. Sé que se han ido. Sé que…

 

Nunca los vería de nuevo. Deteniéndome a seis metros del coche mientras todavía éramos solo nosotras dos, me giré hacia ella.

 

—. Estoy aliviada —confesé finalmente—. Pasé toda mi vida preocupada por decepcionarlos, esforzándome por ganar su amor. Y ahora… soy libre. Perdí mi trabajo esta semana, y mi mayor miedo era como iba a decirles. Pero ahora no tengo que preocuparme por eso. Nunca más tendré que preocuparme por ganar su aprobación.

 

Rita hizo un sonido con su lengua y me cogió para abrazarme.

 

—Esto es mi culpa. Debí haberte apoyado más. Nunca debí haberles permitido intimidarme para mantener mi distancia. Siempre fuiste una chica tan obediente, y todo lo que siempre necesitaste fue un abrazo, solo un poco de compasión.

 

—No. Lo hiciste bien. Entiendo por qué no podías hacer mucho. Y siempre recodaré los momentos en que sí hiciste algo.

 

Agarrando mis hombros, Rita me miró con ojos pálidos y húmedos.

 

—Nunca te trataron bien. No sé cómo resultaste tan bien como lo hiciste.

Al final, tuve que parpadear para ocultar algunas emociones. Esta era mi verdadera madre. Y me acababa de dar toda la aprobación parental que alguna vez necesité.

 

—Gracias, Rita.

 

Después de que regresáramos a la casa, el abogado de mis padres vino a leer su testamento. Rita obtuvo mil dólares por cada año de servicio que había trabajado para ellos, y luego dejaron el resto de su valor financiero a la universidad donde ambos trabajaron.

 

Cuando esas palabras fueron dichas en voz alta, el frío dentro de mí solo se hizo más grande. Rita jadeó y se cubrió la boca.

 

—No —jadeó, girándose en mi dirección con culpa en sus ojos—. Pero… pero ¿y qué pasa con Santana?

 

El abogado hizo una mueca de dolor.

 

—Les pregunté por ella cuando hicieron el redactado. Pero dijeron que ya le habían dado las herramientas que necesitaba para sobrevivir. El dinero no era importante para ella.

 

Ni siquiera me sorprendió. Aún vacía, simplemente levanté el mentón y respondí

 

—: Tenían razón. No necesito su dinero.

 

Ni siquiera me importaba que hubiera planeado pedirles un préstamo hasta que encontrara un nuevo trabajo. Realmente me habían dado todas las herramientas que necesitaba para sobrevivir. Podía hacer esto. De algún modo.

Solo me tomó un par de días ver los asuntos de mis padres. Tan claros y ordenaros como siempre fueron, aun así necesitaban a alguien que pusiera todos sus deseos en acción, así qué todo recayó en mí. Pasé otro día con su abogado, asegurándome que Rita estuviera lista, y todas las cosas de papa y mama pudieran ser vendidas en una subasta. Luego me aseguré de que los fondos fueran arreglados con la universidad a la que iría su dinero.

 

Me detuve junto a sus tumbas una última vez antes de dejar el pueblo para decir un último adiós y tener un cierre. Un peso se quitó de mi pecho cuando me subí nuevamente a mi coche. Era tan extraño. Había tocado fondo. Había perdido el amor de mi vida, mi trabajo y a mis padres. Básicamente no tenía oportunidades para el futuro, y el dinero de mis cuentas bancarias duraría probablemente solo un mes o dos.

 

Pero no se sentía como si esto fuera el fin, como si todo hubiera terminado. Tal vez de verdad me encontraba en negación. Excepto que una semilla de esperanza se había almacenado en el lugar vacío de mi corazón. Creía y germinaba, y no podía evitar sentir que un nuevo comienzo despertaba dentro de mí.

Mi teléfono sonó mientras alcanzaba los límites de la ciudad, haciendo que mi capullo de esperanza se convirtiera en una flor. Habían pasado un par de días desde que Tiffany había dejado de llamarme y comenzó a dejar mensajes. Todavía me escribía cada mañana, dándome citas para mi colección. La de ayer era mi favorita hasta ahora:

 

“CUANDO ALGUIEN TE AMA, LA MANERA EN LA QUE DICE TU NOMBRE ES DIFERENTE.

SABES QUE TU NOMBRE ESTA SEGURO EN SU BOCA”

JESS C. SCOTT, THE INTERN…

 

 

Pero además de esos mensajes, había dejado de rogarme que le llamara, o que la perdonara, o que regresara a casa. Había dejado de disculparse por la pérdida de mi trabajo. Había dejado de luchar ferozmente por mí. Por otro lado, no respondí a ninguno de sus intentos, así que ella no tenía una razón para pensar que quedaba algo por lo que pelear, excepto que todavía la amaba. Siempre la amaría.

 

Mi corazón se sacudió en mi pecho mientras mi mano rebuscaba mi teléfono en mi bolso en el asiento del pasajero. Tal vez, después de todo, Tiffany no se había rendido por completo conmigo.

 

El identificador en la pantalla mostraba a mi viejo consejero y mentor. Mis hombros se hundieron y respondí educadamente.

 

La Dra. Thorn extendió sus condolencias por la muerte de mis padres. Después de que acepté sus disculpas por no haber asistido al funeral, por fin llegó a la razón de la llamada.

 

—Sé que tal vez te las estás arreglando muy bien sola en Ellamore —dijo, provocando que me encogiera porque no quería confesar que ya no era empleada allí.

 

—. Pero tenemos un miembro de la facultad en el departamento de inglés que decidió retirarse al final del semestre, y fuiste la primera persona en la que pensé para reemplazarlo. Siempre fuiste tan entusiasta acerca del currículum, y tienes la juventud y la viveza que quiero aquí. ¿Así que, crees que es posible que considerarás regresar a nosotros… como profesora?

 

Era tarde cuando regresé a Ellamore. Había conducido directo hasta aquí y debí haber estado exhausta. Pero mientras mi cuerpo solo quería descansar, todo lo demás dentro de mí permanecía despierto y emocionado por el hecho de que Tiffany se hallaba cerca. Pude haber esperado hasta la mañana, pero no lo hice. Tenía que verla ahora. Aparqué frente a su edificio de apartamentos y me atravesé rápidamente la oscuridad hasta la entrada principal donde una luz descompuesta colgaba sin vida sobre la puerta principal.

Empuñé mi mano y la llevé a su puerta, pero decidí que no quería despertar a su compañero de cuarto, así que saqué el teléfono de mi bolso para llamar, cuando cambié de opinión de nuevo. Preferiría despertarla de otro modo.

Traté con el seguro y estaba abierto. De puntillas a través del pasillo oscuro, llegué a su habitación y giré la manilla, adentrándome. La lámpara cerca de su cama brillaba suavemente y las sábanas crujieron cuando entré. Me preguntaba si ya estaba despierta, esperándome, sintiendo que vendría. Pero al levantar mis ojos hacia la cama, encontré a una chica jadeando y sentándose en el colchón.

Sosteniendo las mantas contra su mejilla, jadeó con un par de ojos abiertos y con manchas de lágrimas.

 

Me congelé como si me hubieran sacado el aire del pecho. Era hermosa, con un largo cabello rubio que caía en cascadas y rasgos impresionantes. Me dolía mirarla.

 

Ácido llenó mi estómago, y pensé que podría vomitar sobre el piso. Las lágrimas llenaron mis ojos.

 

Pero ella había seguido adelante. Era demasiado tarde. Ella…

 

— ¿Estás buscando a Tiffany?

 

Preguntó, antes de sorber por la nariz y secar su mejilla.

 

—. Creo… creo que está en la sala de estar, durmiendo en el piso o en el sofá. No estoy segura de cuál.

 

Parecía amigable. No podía creer que esta chica —a quien no conocía pero odiaba más que a cualquiera en la tierra— se atreviera a ser amigable conmigo, como si no estuviera destrozando mi alma en un millón de pedazos. Me tomó unos buenos cinco segundos procesar lo que acababa de decir.

Tiffany dormía en la sala. No aquí. No con ella.

La confusión debió haberse hecho muy obvia en mi rostro porque dijo

 

—: ¿Eres taeyeon, cierto? He escuchado sobre ti. Soy la hermana de Tiffany.

 

—¿SeoHyun?

 

Respiré. Oh, Jesús. Oh, gracias, Dios

 

—. Yo… ¡oh! Bueno, también he oído de ti.

 

El alivio me dejó aturdida y tuve que alcanzar el marco de la puerta y sostenerme para controlarme. Una vez más, mis emociones abrumadoras me tuvieron despistada de un par de detalles inconscientes por demasiados segundos; de otro modo no me hubiera tomado tanto tiempo darme cuenta de que la hermana de Tiffany estaba llorando… y aquí. ¿Por qué se encontraba aquí, y donde estaban los dos hermanos?

— ¿Te encuentras bien? —pregunté, acercándome, preocupada por ella sobre todo lo demás.

 

—Sí.

 

Asintió y se abrazó a sí misma, dejando caer la sábana para revelar que usaba una de las camisetas de los Vikingos de Ellamore de Tiffany.

 

—. Yo… yo… no. No, no estoy bien. No creo que lo esté nunca más.

 

Cuando enterró su rostro en las manos y dejó caer todos los pretextos para no sollozar, mi corazón se rompió por ella. Me arrastré en el colchón y tiré de ella en un abrazo. Tan natural como respirar, descansó su cabeza en mi hombro y aceptó mi consuelo. El aroma de Tiffany en las sábanas me confortó mientras consolaba a su hermana.

 

— ¿Es el bebé? —pregunté finalmente, apartando suavemente su cabello de su rostro.

 

Su cuerpo se estremeció mientras se acurrucaba más cerca de mí.

 

—No hay bebé.

 

El eco vacío de su voz me dijo exactamente cuál era el problema. En lugar de preguntar qué sucedió, dije

 

—: ¿Cómo llegaste aquí?

 

—Tiffany me trajo.

 

Asentí y continué pasando mis dedos por su cabello. No tengo idea de dónde vino mi lado maternal, pero esta chica era parte de Tiffany, y se hallaba herida. Tenía que arreglarlo.

 

— ¿Dónde están tus hermanos menores?

 

—Están durmiendo en la habitación de siwon.

 

Al fin, elevó su rostro y parpadeó en mi dirección.

 

—. ¿Algo duele más que un corazón roto?

 

—Yo…

 

La respuesta diplomática se atoró en mi garganta y no saldría. Así que fui con la honesta.

 

—. No, en mi experiencia no.

Abrió la boca para decir algo más, pero pisadas en el pasillo atrajeron nuestras miradas a la puerta.

 

— ¿SeoHyun?

 

La voz baja de tiffany despertó cada fibra viva dentro de mí, haciendo que mis músculos se tensaran con anticipación.

 

—. ¿Estás bien? Escuché voces…

 

Entró a la habitación y dio un paso completo antes de verme. Deteniéndose, me miró. Y miró algo más antes de decir con voz ronca

 

—: ¿taeyeon?

 

No sabía que decir. De repente me sentí apenada e insegura. Cuando la palabra “Hola” salió de mis labios en una voz pequeña e insegura, me encogí internamente.

 

—Hola —respiró, mirando de un lado a otro entre SeoHyun y yo. Su voz sonaba plana cuando añadió

 

—: Has vuelto.

 

Asentí, preocupada de que hubiera sido un error venir de esta manera.

 

—Yo… vine aquí a hablar contigo, pero… —señalé a SeoHyun—, conocí a tu hermana.

 

Giró su atención a su hermana y ella se escabulló de la cama.

 

—Yo solo… —Señaló con su pulgar hacia la puerta—. Los dejaré a los dos para que hablen.

 

—No. —Tiffany levantó una mano—. Quédate. Podemos irnos. Necesitas descansar.

 

Ladeando su cabeza, por fin pareció notar sus ojos húmedos-

 

—. ¿Estás bien?

 

Asintió y trató de borrar la evidencia de su rostro.

 

—Sí. Mejor. Con un poco de ayuda de taeyeon.

 

Cuando me miró, le envié una sonrisa de apoyo. Regresó a la cama, así que tomé eso como mi pista para bajarme. Pero cuando cambiamos lugares, me dio un último abrazo impulsivo.

—Gracias —susurró en mi oído.

 

Asentí, dándole una sonrisa de despedida, y me giré hacia Tiffany. Me miraba, sus ojos con un remolino de emociones pero su expresión severa. Entonces giró y salió de la habitación; la seguí por el pasillo hasta la puerta principal. No se detuvo ni extendió su mano para mí, y eso dolía. Pero no podía esperar menos, ¿cierto?

Una vez que estuvimos fuera del apartamento, las luces tenues del pasillo del exterior mostraron cuan rígidos e inflexibles estaban sus hombros.

 

Seguía caminando, así que la seguí por las escaleras. Apresurándome para seguirle el paso, al final dije

 

—: No me dijiste que SeoHyun había perdido al bebé en ninguno de tus mensajes.

 

Deteniéndose, se giró. Acabamos de llegar al descanso entre los pisos, donde las escaleras giraban. Agarró mi brazo y me llevó hacia la pared hasta que ladrillos helados encontraron mi columna.

 

Acercándose lo suficiente para sentir su calor y su aroma de menta en su aliento, gruñó

 

—: Bueno, no me dijiste que te ibas de la ciudad. No me dijiste que sunny lee te había chantajeado. Y seguro que no me dijiste que habías perdido tu maldito trabajo… por mi culpa. Cristo, taeyeon.

 

Acunó mi rostro y presionó su frente con la mía.

 

—. No me dijiste una mierda.

 

Estaba tan enojada que se estremeció. Sentí cada temblor en su cuerpo tan intensamente que bien podría haber temblado yo también.

 

—Maldición —murmuró cuando no respondí.

 

—. ¿Por qué no me dijiste?

 

Cerré los ojos.

 

—Porque no quería que hicieras algo estúpido.

Resopló.

 

—Demasiado tarde.

 

— ¡Oh, Dios, Tiffany! —Empujándola, jadeé—. Mentí por ti. Me negué a decirles quien eras, para protegerte. Por qué harías… espera. ¿Qué hiciste?

 

Inclinándose sobre mí, empuñó las manos en sus caderas y frunció el ceño.

 

—Les dije que era yo en esa foto. ¿Qué crees que hice?

 

—No.

Negándolo, sacudí la cabeza rotundamente. Temor recorrió mi piel, hormigueando en mi cráneo. Pero si Tiffany había salido herida por esto, después de todo lo que sacrifiqué para mantenerla a salvo, yo… yo no sabía que haría. Tal vez perdería toda la fe en el mundo.

 

—. Ellos… ¿te echaron?

 

La vergüenza cubrió sus ojos. Inclinando la cabeza ligeramente, apartó la mirada y pasó la mano por su cabello.

 

—No —admitió en voz baja.

Siseé a través de mis dientes.

 

—Oh, gracias a Dios.

 

—No me dejaron irme —añadió con una mueca de frustración.

 

— ¿No te dejaron? Qué hiciste… por favor no me digas que lo intentaste. Dios, Tiffany. Necesitas esta beca.

 

Dio un paso hacia mí.

 

— ¿Sabes qué? Estoy cansada de que últimamente todos me digan qué necesito.

 

Poniendo sus puños contra la pared a cada lado de mi cabeza, se inclinó hasta que nuestros rostros estuvieron a centímetros de distancia

 

—. Lo que necesito eres tú. Nadie me entiende como tú. Nadie me ama como tú. Tú eres todo. Y cuando te hundiste por mi culpa, una parte de mí murió. Me sentía jodidamente rota porque no podía dejar el maldito lugar contigo. Lo intenté. Intenté tanto conseguir que te trajeran de vuelta. Y cuando amenacé con irme, ellos también. Y ahora, si me voy, harán toda esta cosa pública y ensuciarán tu nombre. Nunca podrías volver a enseñar, en ningún lugar. Así que, aquí estoy, atrapada, sin poder hacer ni una puñetera cosa, mientras tú asumes toda la culpa por…

 

 

—Shh.

 

Toqué su rostro y le acaricié la mejilla, ofreciéndole una sonrisa mojada.

 

—. Está bien.

 

—No. —Apretó los dientes, gruñéndome, y aplastó su frente contra la mía con más firmeza—. No está bien, maldición. Lo que te hicieron no estuvo bien. Hicieron de lo que teníamos algo morboso, sucio y equivocado. Y no lo era. Solo... no lo era. Lo juro por Dios, eres lo único correcto que he hecho en mi vida.

 

Me alcé sobre los dedos de mis pies y estrellé mi boca contra la suya. Me devolvió el beso salvajemente, agarrando fuerte mi cabello y rozando mis labios con los suyos. Pensé que trataba de castigarme, pero se sentía tan bien como para ser algún tipo de castigo. Me froté contra su cuerpo con la misma vehemencia, necesitando sentirla y saborearla y…

 

Arrancó su boca de la mía y se apartó de golpe, apretándose los labios como si la hubieran traicionado. Mirándome fijamente, dijo

 

—: No vuelvas a hacer eso. Si nos atrapan, nos hundiremos juntas.

 

Sacudí la cabeza.

 

—No recuerdo haber hecho ese trato.

 

—Maldita sea.

 

Se acercó de nuevo, hundiendo las manos en mi cabello y acunando mi cabeza entre sus palmas.

 

—. No podía hacer nada, taeyeon. ¿Acaso entiendes lo que eso me hizo? Mis manos todavía están atadas, y no puedo hacer nada por ti, ¿mientras tú sacrificas alegremente toda tu vida por mí? Eso no está bien. No es justo. ¿Por qué no me dijiste lo que pasaría? Algún tipo de advertencia…

 

—Quería hacer esto por ti, Tiffany.

 

Descansando mi palma sobre su mejilla, dejé escapar un suspiro contenido. No importaba qué tipo de turbulencias pasaban a nuestro alrededor, aquí en sus brazos, me sentía en casa.

 

—Pero, ¿por qué no me lo dijiste? Y después de eso, ¿por qué te fuiste sin una palabra? ¿Por qué no contestaste ni un puto mensaje de texto?

 

—Contactarme contigo después de esto podría haber alertado a la universidad que era tu brazo en la imagen. No quería eso. Además, pensé que podría venirnos bien un poco de tiempo separadas, para aclarar las ideas y mirar todo desde una perspectiva nueva.

 

Cuando sus ojos se estrecharon y abrió la boca, me apresuré a añadir

 

—: Y yo fui una cobarde. Si me hubiera puesto en contacto contigo, sabía que hubiera estado tentada a volver.

 

—Pero sí volviste.

Mi sonrisa era temblorosa.

 

—Supongo que tu poder de tentación fue más fuerte de lo que pensaba. Simplemente no puedo estar lejos.

 

Un sollozo rasgó su garganta. Envolvió los brazos a mí alrededor y nos alineó. Este beso fue más suave, pero igual de codicioso.

 

—Entonces, ¿esto es todo? —Preguntó, pellizcando mi mandíbula—. No hay nada que nos mantenga separadas, ¿por fin podemos estar juntas? ¿Abierta y permanentemente?

 

Me mordí el labio y ella sintió mi vacilación. Alzando la cabeza, me miró.

 

—Mierda —susurró—, no me gusta esa mirada en tus ojos.

 

—Me ofrecieron un trabajo —le dije—, para enseñar en mi universidad de origen. A más de mil kilómetros de distancia.

 

El aliento salió apresuradamente de sus pulmones mientras me miraba fijamente. Luego, dejó caer sus manos de mi rostro y retrocedió lentamente.

 

—Entonces, te vas. Y no puedo seguirte. Jesucristo.

Agarrándose la cabeza, se dio la vuelta.

 

—. ¿Cuántas veces planeas romperme el corazón?

 

—No más, espero. —Abrazando mi cintura, tomé una respiración profunda, y di el salto más grande de mi vida.

 

—. Porque rechacé el trabajo.

Se giró, mirándome.

 

— ¿Tú qué?

 

—No me iré a ninguna parte.

 

— ¿Qué? ¿Estás loca? —Se acercó, agarrando mis brazos—. No puedes rechazarlo, taeyeon. ¿Y si no puedes encontrar un trabajo cerca?

Me encogí de hombros. —Entonces, no enseñaré. Haré otra cosa.

 

—Pero amas enseñar.

Esta vez, asentí.

 

—Sí, lo amo.

Con un gruñido, se presionó más cerca.

 

— ¿Tengo que estrangularte, coreana? No sacrificarás nada más por mí.

Solo sonreí.

 

—Bueno, tampoco te dejaré. Puede ser que ame enseñar, pero te amo más a ti. Tiffany Hwang, mi hogar es donde sea que tú estés, así que me quedaré aquí.

Gimió, y las manos sobre mí comenzaron a temblar.

 

—Deberías ir. —Su voz era tensa, pero siguió instando—: Sé que quieres el trabajo, me doy cuenta. Debes tomarlo.

 

—Sí lo quiero —admití—, pero no me importa. Como dije, te quiero más a ti.

 

Sacudiendo la cabeza, solo siguió mirándome.

 

—Dices eso ahora. Pero... en un par de años, cuando estés atrapada aquí por mí, te resentirás conmigo y con todo de lo que te aparté. Necesito que sigas tus sueños, taeyeon.

 

—Estoy siguiendo mi sueño, Tiffany. Confía en mí. Todo lo que siempre he querido es ser amada.

 

—Que Dios me ayude. —Se estremeció y observé las grietas en su resistencia.

 

—. Te amo. Nunca he amado a nadie como te amo a ti, pero...

 

—Pero eso es todo lo que necesito —le aseguré. Tocando su rostro ligeramente, repetí—: Créeme, puedo conseguir un trabajo en cualquier lugar. No tiene que ser en la universidad o incluso universidad comunitaria. Solo me gusta tratar de llenar a la gente con el mismo aprecio por la literatura que yo tengo. Encontraré trabajo en donde sea que esté. Pero no encontraré otra tú. No quiero dejarte.

 

Se dobló. Sus hombros cayeron y su cuerpo se desplomó contra el mío mientras sus labios atrapaban mi sien.

—Tampoco quiero que te vayas.

—Entonces está decidido. Todos nos quedaremos.

 

Tiffany me besó de nuevo.

 

—Te amo. Te amo tanto. No sé cómo podría probarte alguna vez cuánto te amo.

 

Ya lo había probado. Nunca nadie me había amado así. Con cada palabra y gesto me mostró sus sentimientos, y saboreaba cada momento con ella. Me había enseñado lo que era amar y ser amado. Desató mi niño interior y me ayudó a vivir el momento. Pero también me había dado un futuro en el cual interesarme. Podría ser incierto, pero no podía esperar para empezarlo. Con ella.

 

Sabía que me diría lo que había pasado con sus hermanos durante mi ausencia, así como yo le contaría sobre mis padres. Teníamos mucho que discutir, pero presentía que tendríamos un montón de tiempo para hablar de eso.

Después.

 

 

Por ahora, me sentía demasiado emocionada al saber que en realidad tendríamos un después. Así que le devolví el beso y disfruté el presente.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
LlamaAmerica #1
Chapter 33: Bueno después de tanto pude terminar esta hermosa historia! Esta demás decir que siempre es un gusto leer tus adaptaciones más porque son de mi hermos TaeNy <3
JKS_lilhy #2
Chapter 33: Gracias por la historia, yo trabajo, estudio y soy mamá así ke leer este tipo de fic me encantan de verdad y más si son de mi pareja favorita taeny is real....
Skyth06
#3
Chapter 33: Fue hermoso gracias por compartirlo!!
2597611 #4
Chapter 33: Voy a llorar :'( .. no quería que acabe la historia pero buehhh .... Es una de mis favoritas !!
roguecr #5
Chapter 33: Hermosa historia gracias x compartirla y tienes razon los fics siempre son mejor con nuestro amado. Taeny
Skyth06
#6
Chapter 32: Porrr finnnn siiiiii
sakuratsukino #7
Chapter 32: es todo, yo esperaba un poco más en el final, pero no me mal entiendan la historia es muy buena, gracias autor por compartirla, extrañare leer las actualizaciones, espero exista un epilogo
roguecr #8
Chapter 32: Que bueno q tae regreso , al fin juntas. :)
2597611 #9
Chapter 32: Enserio es el final ??????
apsunbyung #10
Chapter 32: Bastante buena la idea del fic. Me gusto. Gracias por compartirlo (y adaptarlo claro)^^