capotulo 5

A mi profesora con amor

 

“Todo lo que siempre quise fue extender un brazo y tocar otro ser humano, no solo con mis manos, sino con mi corazón.

 

Tahereh Mafi, Shatter Me. …

TAEYEON

 

Me encantaba el olor de las palomitas de maíz. Era el aroma prohibido de una juventud que nunca me permitían saborear. Sodas gasificadas también fueron un tabú en mi casa durante mi niñez.

 

Tan pronto como pagué mi combinación de Pepsi y palomitas de maíz en el puesto, tuve que tomar un rápido sorbido de mi pajita y alzar un puñado de delicia mantecosa directo de la cima del cubo. Un par de palomitas cayeron por los lados demasiado llenos, y aterrizaron en el piso de concreto para mezclarse con las caídas de todas las compras anteriores. Me encantó. Era tan desastroso y despreocupado, algo que les habría dado un infarto a mis padres.

 

—Gracias —le dije en apreciación a la chica que acababa de entregarme mi refrigerio.

 

Mis padres me habrían regañado por charlar con la boca llena, pero aquí, a nadie le importaba. Disfrutando de mi zorrería vergonzosa, me volví y casi me estrellé con dos chicas que esperaban en la fila detrás de mí.

 

—tengo una clase de álgebra con ella, y oh, dios mío, está tan buena —decía una de ellas, sin siquiera darse cuenta que yo necesitaba pasar.

 

—Cierto. —La segunda chica se abanicó—. Tendría los bebés de Tiffany Hwang sin pensarlo.

 

Oh, hermana. Rodando los ojos, murmuré un severo

—: Permiso. —Y me giré de lado para deslizarme entre ellas. Pero esto estaba mal. Me desvivía por la misma chica que un par de zorras quinceañeras y cabezas huecas. ¿Qué demonios pasaba conmigo? ¿Y por qué demonios empeoraba mi obsesión al asistir al partido de práctica primaveral... dónde ella, obviamente, estaría jugando?

 

Tal vez, debido a que yo en realidad amaba el basquetbol, a pesar de lo mucho que todos los otros profesores con los que trabajé pensaban de forma absurda que debería anteponerse a una buena educación. O quizás, solo quería ver a Tiffany Hwang en esos shorts arrojando un balón por todas partes durante todo la tarde.

 

Me estremecí por el pensamiento y entré al estadio por la primera entrada que encontré. Mi asiento se ubicaba dos secciones por arriba, pero no me importaba la caminata. Ayudó a despejar mi cabeza para lo que vería.

 

Un par de jugadores se encontraban en la cancha, calentando, así que me concentré en encontrar mi asiento. Fue usado por un par de ocupantes ilegales, pero los eché a correr con una mirada intencionada a mi boleto antes de enviarles mi mirada de maestra de ceja arqueada.

 

Una vez instalada con las palomitas de maíz en el regazo, me bajé más la gorra en mi cabeza, esperando que me hubiera ocultado lo suficientemente bien. Ir de incógnito era también parte de la diversión. Ya que nunca me atreví a hacer nada que mis padres no hubieran aprobado cuando viví en casa, nunca tuve la emoción de escabullirme.

 

Aquí, me sentía perfectamente bien por asistir a un partido que horrorizaría a mis padres. En realidad, no tenía que esconderme. Pero era divertido fingir. Además, ahora no quería ser reconocida como la Dra. Kim. Los estudiantes siempre se aproximaban con alguna clase de pregunta de una tarea, y en este momento, solo quería ser taeyeon, la espectadora de chicos y chicas ys en shorts… eh, quise decir, de basquetbol. Las personas no tendían a reconocerme cuando usaba pantalones vaqueros y una camiseta de mangas largas con la mascota del campus de un Vikingo. Así que fui con ello.

 

Levantando la cadera solo lo suficiente para jalar la lista que adquirí, y sacándola de mi bolsillo trasero, la desdoblé y de inmediato comprobé el nombre de quién-tú-sabes. Ella era el número doce.

 

El doce se convirtió en mi nuevo número favorito.

 

Al ser único juego fuera de temporada, este partido de práctica era una exhibición. Y me preparé para un espectáculo. Ahondando en las palomitas, comí puñados de una vez y tomé mi bebida, sintiéndome sorpresivamente joven y alegre. Mmm, reconfortante.

 

Criada por dos profesores universitarios, que me tuvieron en sus cuarenta y tantos, algunas veces me sentía como si nunca se me hubiera permitido tener una infancia. Esperaron que superara al resto; y habitualmente lo hacía. Cuando había comenzado la escuela, de inmediato me pusieron en clases superdotadas. Siempre fui más joven que todos mis compañeros y aun así, se esperaba que actuara tan madura como ellos, si no más madura debido a mi coeficiente intelectual. Y ya que nunca nadie quiso relacionarse con la chica fenómeno y genio, jamás tuve ningún amigo que podría haberme enseñado cómo ser una niña normal.

 

Hoy parecía como si pudiera ser uno de esos días donde podía sentirme tan alegre como quisiera.

 

Este extremo del estadio se protegía perfectamente del sol de la tarde, así que cuando un viento suave sopló en mi rostro, sentí un poco de frío. Me acurruqué más profundo en mi camiseta, curvando los hombros hacia adelante para mantener tanto calor corporal como fuera posible, solo para saltar cuando un grupo escandaloso de chicos en la sección siguiente soltaron carcajadas entre ellos.

 

Eché un vistazo en su dirección y sonreí ante cuanta diversión tenían. Las dinámicas desconcertantes de amistad siempre me habían eludido, pero en una forma curiosa. Solo porque nunca nadie hizo amistad conmigo, no significaba que no observaba los círculos sociales durante los años, ni anhelaba ser bienvenida en uno. Miré, me asombré y lo envidié.

 

Pero mientras los miraba, el brillo en mi euforia se atenuó y dejé caer los hombros bruscamente mientras que la soledad surgió poco a poco. El grupo escandaloso se volvió más ruidoso al tiempo que los chicos se empujaron e intercambiaron insultos amistosos, estableciendo una jerarquía de clases. Sinceramente, ¿cómo podrían los amigos ser tan malvados y decirse esos insultos, que yo no acusaría ni a mi peor enemigo, solo para sonreír y reír como si se hubieran dado el mejor cumplido?

 

Dios, quería que alguien me llame por un nombre sucio y luego cuelgue un brazo alrededor de mí, apretándome con genuino compañerismo.

 

Ya en la próxima mirada hacia los chicos ruidosos, fruncí el ceño con irritación envidiosa. ¿Tenían que restregar su felicidad así? Sabía muy bien que me encontraba sola por aquí, sin un solo…

 

—Te están molestando a ti también, ¿no? —me preguntó el hombre a mi lado, mientras echaba un vistazo y observaba mi expresión.

 

Parpadeé y volví mi atención a él, sobresaltada de encontrarlo sonriéndome. Parecía estar en sus treinta y pocos, cabello castaño claro y ojos color té para combinar. Usando pantalones vaqueros sueltos y una camiseta apoyando a la universidad, podría ser cualquiera.

 

Rodando los ojos con exageración, señaló con la cabeza hacia la pandilla alborotadora.

 

—Parece que esta es siempre mi suerte; quedó atascado en el grupo más revoltoso de idiotas inmaduros en el estadio entero.

 

—Justo cuando dijo eso, cada chico en el grupo escandaloso se puso de pie, mientras pasaban un trío de chicas lindas. Silbando y gritándoles, se levantaron las camisas para mostrarles sus vientres pintados, los cuales deletreaban la palabra “Vikingo” con cada letra en un pecho diferente. Las chicas impresionadas se rieron y gritaron cumplidos, pero siguieron caminando.

 

— ¿Ves a lo que me refiero?

 

—Mi compañero colocó el codo en la parte posterior del asiento vacío entre nosotros, que lo hizo parecer de repente muy cerca

 

—. Idiotas.

 

Le envié una pequeña sonrisa, ni cerca de confesar que estuve ansiando ser una idiota junto con ellos.

 

—Al menos sobresalen en el espíritu escolar —contesté educadamente.

Echando la cabeza atrás para revelar un cuello fuerte y moreno, el hombre se rió.

 

—Esa es probablemente lo único en lo que sobresalen. Juro que he reprobado al menos a la mitad de esa pandilla.

 

Enderezándome más, me espabilé para prestarle atención.

 

— ¿Eres profesor en Ellamore?

 

Con un regio asentimiento, ofreció una mano.

 

—Philip Chaplain. Soy profesor en el departamento de historia.

 

—Entonces somos vecinos. —Animándome, le estreché la mano. Sabía que el edificio del departamento de historia se localizaba al lado de Morella Hall, mi edificio, pero nunca conocí a nadie del cuerpo docente de allí.

 

—. Acabo de comenzar este semestre, enseñando literatura.

La sorpresa reinó en sus rasgos antes de darme una sonrisa vacilante

 

. — ¿Eres una asistente licenciada?

 

Negué con la cabeza.

 

—No. Estoy en el cuerpo docente. Como tú.

 

Habitualmente me molestaba cuando alguien me confundía con una estudiante o una simple asistente de profesor. Pero Philip estaba siendo tan agradable, que lo perdoné sin dudarlo.

 

Otra vez, pareció sorprendido y confundido antes de que cambiara su expresión.

 

—Oh. —Arrastró la palabra cuando el reconocimiento iluminó sus ojos-

 

—. Tú eres la… —La mirada viajó sobre mi rostro y por mi cuerpo hasta que sus ojos se detuvieron en mi pecho, y asintió-

 

—. Sí, por supuesto que eres tú.

Aquellas cinco palabras murmuradas me confundieron. Por supuesto que yo era, ¿qué? ¿Hasta él escuchó que era la única profesora en la cancha dispuesta a reprobar a Tiffany Hwang? Quizás Frenetti tenía razón; iba a tener una mala reputación si no…

 

Su reputación la precede, Dra. Kim. —Philip interrumpió mis pensamientos sonriendo con genuina cordialidad—. Todos hemos escuchado sobre el miembro más joven del cuerpo docente que enseñó en Ellamore, pero ninguno de mi departamento la ha conocido aún. Estábamos comenzando a pensar que eras un mito que creó la gente inglesa, porque ya sabes, les gusta la ficción.

Me abstuve de rodar los ojos ante su juego de palabras trillado.

 

—Sí, nos gusta. Pero puedo asegurarte que soy completamente real. Por favor, llámame taeyeon.

 

—Taeyeon —repitió; sus ojos adquirieron una clase de brillo intenso y bajó la voz—. Un bello nombre para una bella mujer.

 

Me sonrojé de la cabeza a los pies, insegura de cómo tomar tal cumplido. Un poco me gustó, pero no me encontraba segura si se me permitía que me guste.

Antes de que pudiera trastabillar con algún desganado agradecimiento, el presentador del juego interrumpió a través del altavoz, dando inicio a los acontecimientos del día

.

Philip y yo regresamos nuestra atención al final del área donde posaba una Jumbotron gigante. Una serie de avances de dos segundos de varios jugadores fueron exhibidos por la pantalla, creando un monólogo estimulante del equipo como un todo. Cuando mostraron a Tiffany usando una camiseta del equipo con el número doce y un balón acunado en sus manos, mi interior saltó con energía agitada.

 

—Se trata de ese momento en que todo se reduce a nada más que la unidad y determinación para tener éxito —dijo a la multitud, antes de que la cara de un nuevo jugador iluminara toda la pantalla.

 

Aún imaginando al número doce, fruncí los labios, recordando la otra palabra con “D” que él utilizó para describir este juego. No era motivación ni determinación, sino desesperación.

 

Todavía me preguntaba por qué dijo eso y lo que quiso decir. Pasaron dos días desde nuestra reunión en mi oficina y aún no entregó su trabajo, pero tenía curiosidad por saber por qué eligió esa palabra.

 

—Entonces, te gusta el fútbol, ¿no? —La voz de Philip interrumpió mis pensamientos y yo, salté literalmente, haciéndolo reír y poner una mano en mi hombro, para estabilizarme—. Lo siento.

 

Moví la mano, perdonándolo al instante.

 

—No, está bien. Me... distraje. Pero, sí, siempre he disfrutado viéndolo. Es casi como un tablero de ajedrez, pero más... físico.

 

—Poniendo los ojos en blanco, porque seguro sonaba como una idiota, le mostré una sonrisa tímida—. No hay mucho contacto en mi vocación, así que siempre he tenido curiosidad y estímulo por ello.

 

Al levantar la mirada para captar su reacción, decidí abruptamente que físico, contacto y estimulo, podrían no haber sido la elección ideal de palabras. Volvió esa luz tenue en sus ojos que vi cuando dijo mi nombre.

 

Sus labios se torcieron con una sonrisa divertida.

 

—Me encanta cuando una mujer es estimulada por el basquetbol. —Fue todo lo que dijo antes de que las personas en la multitud a nuestro alrededor volaran fuera de sus asientos y comenzaran a aplaudir. Aparté mi atención de Philip y miré al campo para ver a todos los jugadores hacer su gran entrada. Inmediatamente, me puse de pie con todos los demás.

 

No necesité mucho tiempo para encontrar a la jugadora número doce. Corrió cerca de la parte delantera de la línea. Contuve el aliento y llevé mis nudillos a la boca, poniéndome en puntillas para poder mantener una visual constante de ella.

 

—Con Hwang en su último año, creo que vamos a tener campeonatos nacionales, sin ningún problema —dijo Philip, inclinándose hacia mí.

 

Salté, olvidando que se encontraba allí. ¿Pero en serio? ¿Cómo supo mencionarla justo cuando pensaba en ella? Ugh, probablemente porque siempre pensaba en Tiffany Hwang.

 

Le envié al profesor de historia una débil sonrisa.

 

—Por lo tanto, ¿es tan buena?

La sonrisa de Philip era deliberada y un poco coqueta.

 

—Solo mira. Es la mejor jugadora y capitana que probablemente hemos tenido.

 

—Mmm. —Traté de no parecer demasiado intrigada. Pero no había manera de ocultar mi anticipación veinte minutos más tarde cuando el equipo de Tiffany tomó el balón y ella corrió por la cancha. En su primera jugada, movió el brazo hacia atrás tan pronto como el central lanzó la pelota en sus manos. Con perfecta precisión, la llevó hacia otro jugador que corría por la cancha. Su receptor no tuvo que frenar ni acelerar. Ni siquiera tuvo que estirarse para atraparla. Simplemente ahuecó los dedos y la pelota aterrizó en sus palmas.

—Oh, Dios mío —murmuré asombrada—. Podría ser el próximo Aaron Rodgers.

 

A mi lado, Philip gimió y luego se echó a reír mientras colocaba su mano sobre su corazón, haciendo una mueca.

 

—Dios, por favor no me digas que eres fan de los Pakers.

Arqueando las cejas, me volví hacia él, dispuesta a defender a mi equipo con lealtad.

 

—Obvio. ¿Por qué, qué equipo apoyas?

 

—Hola. Estamos en Illinois. Al Bears, por supuesto. —Arrugué la nariz, pero se apresuró a decir—: Pero mi mariscal favorito en la liga es Tom Brady.

Asentí, concediéndole esa. Brady no estaba mal. Para nada. Pero...

 

—Soy muy aficionada a Alex Smith.

 

Esta vez, fue el turno de Philip para asentir como si me permitiera esa concesión, antes de añadir—: Por lo menos no dijiste Manning.

Sonreí

 

. — ¿Cuál?

 

Me señaló, con una gran sonrisa en su cara.

 

—Diablos, sabes de tus capitanes. Muy bonito, Dra. Kim. —Nunca me dijo si hablaba de Eli o Peyton, pero parecía tan impresionado por mi conocimiento del deporte, que creo que no importaba.

 

Encantada de haber sido capaz de impresionarlo, le devolví la sonrisa y recordé—: Es solo taeyeon.

 

—Cierto. Taeyeon. —Cuando su mirada se calentó de ese modo masculino interesado, me mordí el interior del labio, sin saber qué hacer con toda su atención

.

A nuestro alrededor, el estadio se volvió loco. Puse mi atención en la cancha justo a tiempo para ver a la número doce esquivar a un defensor corpulento y saltar a la zona final, anotando.

 

—Oye, ¿qué haces el próximo sábado? —preguntó Philip, distrayéndome otra vez, y sorprendiéndome mucho—. Porque me encantaría salir contigo.

 

Abrí la boca.

—Emmm... —No podía creerlo. Vine aquí para comerme con los ojos a otra mujer que resulta ser mi alumna, y acabé siendo invitada a salir por un compañero de trabajo.

 

Sacudiendo la cabeza, porque todavía me sentía confundida por el hecho de que esto sucedió, farfullé—: ¿La administración no menosprecia ese tipo de cosas? Compañeros de trabajo... ¿socializando?

 

Philip se encogió de hombros. —No somos exactamente compañeros de trabajo. Trabajamos en departamentos diferentes. Además, hay un par de miembros de la facultad en el campus, que están casados entre sí. La única política que estoy seguro que tienen sobre socializar es entre profesores y alumnos.

 

Miré hacia la número doce en el campo, que actualmente era atacada por sus compañeros de equipo, para felicitarla.

 

La punzada en mi pecho me dijo que me sentía decepcionada al oír en voz alta la política profesor-alumno, a pesar de que ya sabía que existía. Aún más atontada por mi reacción porque incluso si hubiéramos sido libres para salir, apostaría que Tiffany nunca me daría la hora del día, y lo último que necesitaba era una mujeriega como ella.

 

¿Entonces por qué me sentía triste?

Volviéndome a Philip, tomé una respiración profunda. Mi corazón dio un vuelco rápido en mi pecho, incapaz de creer que en realidad iba a hacer esto.

 

—Está bien —dije—. Sí. Creo que me gustaría.

 

Me devolvió la sonrisa.

 

— ¿En serio? —Cuando asentí, respiró hondo y me envió una enorme sonrisa de alivio-

 

—. Genial. Es una cita entonces.

 

Vaya. Una cita.

 

Una aclamación de la multitud llevó mi atención hacia la cancha, cuando la defensa interceptó la pelota y la ofensiva de Hwang trotó de vuelta la cancha.

Sacudí la cabeza con desconcierto. No podía dejar de preguntarme qué es lo que haría la número doce si supiera que me había ayudado a organizar mi primera en cita dieciocho meses. Ya que me odiaba, estoy segura que lo haría

 

Molestar, así que sonreí aún más. Bien. Se necesitó al hombre adecuado para hacerme pensar en ella tan inapropiadamente como lo hice.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
LlamaAmerica #1
Chapter 33: Bueno después de tanto pude terminar esta hermosa historia! Esta demás decir que siempre es un gusto leer tus adaptaciones más porque son de mi hermos TaeNy <3
JKS_lilhy #2
Chapter 33: Gracias por la historia, yo trabajo, estudio y soy mamá así ke leer este tipo de fic me encantan de verdad y más si son de mi pareja favorita taeny is real....
Skyth06
#3
Chapter 33: Fue hermoso gracias por compartirlo!!
2597611 #4
Chapter 33: Voy a llorar :'( .. no quería que acabe la historia pero buehhh .... Es una de mis favoritas !!
roguecr #5
Chapter 33: Hermosa historia gracias x compartirla y tienes razon los fics siempre son mejor con nuestro amado. Taeny
Skyth06
#6
Chapter 32: Porrr finnnn siiiiii
sakuratsukino #7
Chapter 32: es todo, yo esperaba un poco más en el final, pero no me mal entiendan la historia es muy buena, gracias autor por compartirla, extrañare leer las actualizaciones, espero exista un epilogo
roguecr #8
Chapter 32: Que bueno q tae regreso , al fin juntas. :)
2597611 #9
Chapter 32: Enserio es el final ??????
apsunbyung #10
Chapter 32: Bastante buena la idea del fic. Me gusto. Gracias por compartirlo (y adaptarlo claro)^^