capitulo 22

A mi profesora con amor

“Quiero saber todo sobre ti, así que te diré todo sobre mi misma”.

Amy Hempel.

Tiffany

Le di veinticuatro horas. Conocía a taeyeon. Necesitaba tiempo y espacio para pensar en lo sucedido. Me mató dárselo, pero lo permití. Solo por un día. Sabía que no era posible ser capaz de entrar en su clase el jueves y verla enseñar sin desmoronarme, así que el miércoles por la tarde, muy agradecida por no tener que trabajar esa noche ya que había reorganizado los horarios, fui hasta su casa tan pronto como pensé que ella estaría allí. Respondió a su puerta y me miró con sus grandes y adorables ojos de búho.

Cuando abrió la boca, di un paso hacia adelante. Tuvo que retroceder y abrir más la puerta para así dejarme entrar, y lo hizo, sin algún tipo de pelea. La sorpresa pudo haberle impedido tratar de bloquearme el camino. Me parecía bien, porque me hallaba dentro. Cerrando la puerta tras de mí, sostuve su mirada sorprendida.

— ¿Aún no has terminado de volverte loca? Movió su cabeza hacia atrás y hacia adelante.

—No. —Bueno, ya no voy a esperar más. —Tomando su rostro entre mis manos, añadí—: Lo que estamos haciendo está mal. Que sea algo de una sola vez está mal. Tratar de convencernos de que fue algo de que avergonzarse, sucio y sórdido está mal. Fue el mejor o de mi vida, taeyeon. Me sentí conectada contigo, como… no lo sé. No se trataba solo de o con una chica cualquiera; sino que compartí algo profundo y significativo... contigo. No me importa cuántas políticas escolares nos digan que no. Yo digo que sí. Inhaló y sacudió la cabeza.

— ¿Por qué haces que me resulte tan difícil resistirme a ti? Maldición, estaba ganando. Mis labios se curvaron en un lado.

—Porque quieres decir que sí tanto como yo quiero que lo hagas.

Un gemido, diciéndome que su voluntad se desmoronaba, salió de sus pulmones.

—Esto va a terminar mal. —Se inclinó hacia delante y posó su frente contra mi pecho.

—Quizás. —Puse mis brazos a su alrededor y le besé el cabello—. Puede que no. —Entonces le di un beso en la mejilla—. Espero que no.

Mirándome, me mostró toda la fe que tenía en mí.

—Yo también.

Por fin, la besé en la boca. Sus labios temblaron bajo los míos, así que aflojé la presión hasta que fue ella la que se lanzó a por más. Sus dedos se fijaron en mi pelo. La llevé hacia atrás hasta su sofá y la recosté allí. Había tantas cosas que quería hacer, tocar, ver. El armario no había sido más que una broma gigante. No fui capaz de desnudarla por completo ni saborear sus pezones ni besar la parte interior de su muslo. Planeaba rectificar todo eso en estos momentos. Pero tan pronto como estuvimos en posición horizontal y le sacaba lentamente su camisa sobre la cabeza, un timbre sonó en algún lugar de la parte trasera de su casa. Alcé la cabeza con confusión y miré a mí alrededor.

— ¿Qué demonios?

Debajo de mí, taeyeon se rio y se arregló el pelo con los dedos, como para suavizarlos.

—El temporizador del horno.

—Se movió para hacerme saber que tenía que levantarme. Me senté, parpadeando con la idea de un temporizador de horno.

En mi apartamento, nunca se preparó nada en el horno, y desde luego, tampoco en casa. Tuve comidas caseras un par de veces cuando la vecina a tres casas se había apiadado de nosotros y nos invitó. Pero pensar en Santana preparando una comida casera era... irreal.

—Comida —dije en voz baja cuando mi estómago rugió alegremente con la idea. Diablos. ¿También cocinaba? Era demasiado bueno para ser verdad

—. ¿Qué vamos a comer?

— ¿Vamos?

—taeyeon arqueó su ceja estricta de profesora mientras se levantaba y alisaba la camisa.

—. No recuerdo invitarte a cenar.

—Oh, vamos. —Salté detrás de ella y la seguí hasta la cocina como un cachorro mendigando.

—. Soy una pobre niña universitaria. ¿De verdad vas a rechazar esta cara? —Señalé mi labio fruncido y pestañeé un par de veces. Cuando levantó la mirada y lo vio, se echó a reír.

—Oh, Dios mío. Eres patética. De acuerdo. Puedes quedarte a cenar. Tengo un montón. Después de apagar el temporizador, agarró un par de manoplas para el horno, pero se las arrebaté.

—Estás herida. Yo lo haré. Frunció el ceño.

— ¿Herida? ¿De qué hablas?

—Tu brazo —le recordé al abrir el horno

—La caja de libros cayéndose. Hombro lastimado. Quince puntos de sutura. ¿Te suena? Llevó la mano hasta su hombro.

—Ya ni siquiera los noto. Han dejado de tirar cuando me muevo.

—Eso es bueno. Pero espera hasta que empiece la picazón. Después de que unos amigos de mi madre me dejaran en el hospital una vez, yo… oh, mierda, lasaña. ¿Hiciste lasaña? Ella parpadeó. —Yo… —Sacudiendo la cabeza, miró la lasaña antes de volverse hacia mí—. Sí, hice lasaña. ¿Qué decías de haber estado en un hospital? ¿Qué edad tenías? Me gustaba la expresión feroz en su rostro, como si quisiera ir a defender a mi yo del pasado. Sacudí una mano.

—Oh, diez o algo parecido. Lo importante es, que terminé con puntos de sutura, y era muy molesto cuando estaban listos para salir, porque me picaba mucho. Pero, en serio, ¿cómo sabías que la lasaña era mi comida favorita?

—Simplemente se me antojó lasaña esta noche.

—Bueno, hiciste lo suficiente para un ejército.

—La saqué y la puse en el plato que ella ya había puesto en la encimera.

—. Creo que tu subconsciente sabía que iba a venir y tu telepatía te dijo que me hicieras esto. Cruzando los brazos sobre el pecho, apoyó la cadera contra el mostrador y me miró.

—Y yo creo que estás siendo ridícula. —Negó con la cabeza, pero sus ojos brillaban.

—. Cuando te vi por primera vez, no imaginé que fueras tan... juguetona.

La atrapé por la cintura y la atraje hacia mí. Apoyando su trasero contra el mostrador, para poder presionarme contra ella, incliné mi cara y pasé mi nariz por su cuello.

—Yo no tenía ni idea acerca de un montón de cosas sobre ti, así que diría que estamos a mano en ese aspecto. No eres para nada como creí. Eres mejor. Mucho... mucho mejor. Cuando agarré el dobladillo de su camisa y tiré hacia arriba por encima de su cabeza, gritó con sorpresa.

— ¡Tiffany!

Sonreí.

— ¿Qué? Creo que debemos comer en topless.

—Intentó cubrirse su sujetador blanco normal, pero atrapé sus muñecas.

—. No lo hagas. —Mi voz era suave. Suplicante—. Quiero verte.

La oí tragar. Su cuerpo temblaba contra el mío. Luego alzó sus brillantes ojos y confesó-

—: Entonces yo también quiero verte. Respiré más fácil.

—Hecho.

—Me quité la camisa medio segundo más tarde. Con los ojos abiertos, taeyeon me recorrió con una mirada de completo asombro.

—Increíble.

—Siéntete libre de tocar —le dije—, porque yo planeo hacerlo. Deslicé los dedos sobre los puntos de sutura negros y feos en su hombro. Se estremeció y cerró los ojos, así que seguí adelante, moviendo mi mano hasta que agarré el tirante de su sostén. Lo aparté y besé la parte de piel que había estado escondiendo. Creé un camino de besos hasta su pecho que ya no tenía sujetador, y tomé su pezón en la boca. Allí, chupé, haciéndola gemir hasta que por fin me tocó. Enroscó su mano alrededor de mi nuca, y se aferró a mí al tiempo que yo tiraba suavemente de su pecho. Mientras mi lengua se movía sobre el pico duro, ella pasaba sus manos por mi espalda. Cuando llegó a la cintura de mis vaqueros, se movió hacia el frente, acariciando tentativamente mis abdominales y luego abrió el primer botón de mis vaqueros. Ahí es cuando no pude soportarlo más.

—Sabes, deberíamos esperar a que la lasaña se enfríe antes de comerla.

—Cierto —concordó y me besó mis pectorales, justo sobre mi corazón, al tiempo que gimió y deslizó hacia abajo la cremallera. Agarrando sus caderas, la levanté.

—Tengo la idea perfecta de lo que podríamos hacer mientras esperamos. Sus dientes mordieron el lóbulo de mi oreja antes de susurrar

—: Llévame a la cama.

Taeyeon

Tiffany me acostó casi con reverencia en mi colchón. Luego dio un paso atrás y abrió los botones de sus vaqueros. Me senté, totalmente cautivada. Se hallaba perfectamente formada, con el cuerpo de una pieza escultural de arte. Mientras se deslizaba los pantalones sobre sus caderas y por sus piernas, juro que mi boca se hizo agua. Tragué saliva y dejé que mi mirada bajara por cada bendito centímetro suyo, y luego volví a sus bragas ya por si estropeadas.

—Me gusta cómo me miras.

—Hizo un espectáculo incluso de enganchar los pulgares en la cintura de sus bragas.

—Me gusta mirarte.

Conteniendo la aliento, esperé y luego... guau. Se bajó las bragas hasta que estuvo gloriosamente desnuda.

— ¿Te gusta?

—Dejando sus manos a los costados, se volteó lentamente para darme una visión de trescientos sesenta grados. Su firme y estrecho culo era tan impresionante como lo que se posicionaba en el frente. Apenas podía apartar la mirada. Pero me las arreglé para mirarla a los ojos.

—Servirás.

Se rio y metió en la cama, haciendo una pausa al golpearse la rodilla con el libro de bolsillo que había estado leyendo anoche antes de irme a la cama. Con el ceño fruncido, lo cogió y lo tiró por encima del hombro. Jadeé con indignación.

— ¡Oye! Mi libro.

—Me disculparé con él más tarde, lo juro.

—Entonces se lanzó sobre mí y se quedó mirándome a los ojos. Fruncí el ceño a medias.

—Ya van dos libros de bolsillo que han sido perjudicados por tu culpa. Espero, te des cuenta que no es una buena manera de empezar una relación con una adicta a los libros.

Se limitó a arquear una ceja.

— ¿Dos libros?

—Sí. Este, y ese que empapé en la bañera cuando me…

—Recordando que no sabía absolutamente nada sobre el incidente de baño, me tapé la boca y me sonrojé en un escarlata profundo.

— ¿Bañera?

—Se percató de mi consternación demasiado fácil y me dio una sonrisa maliciosa.

—. ¿Estabas, tal vez... desnuda en esta bañera? Tragué saliva incapaz de apartar los ojos de los suyos.

—Por lo general lo estoy cuando me doy un baño.

—Mmm. —Puso su labio inferior entre los dientes—. Me está costando imaginarte de esa manera. ¿Puedes ilustrármelo mejor? Sin preguntar, abrió el cierre de mi falda. Luego la deslizó por mis piernas.

—Maldita sea

Murmuró una vez que estuve totalmente desnuda

—. Eres tan hermosa...

Me sonrojé bajo su mirada y mis pezones se tensaron. Se centró en ellos con avidez.

—Así que, sobre este baño donde arruinaste un buen libro.

—Con voz rasposa, pasó su mirada sobre mí una vez más y sus dedos se posaron suavemente sobre un pezón.

—. ¿Hacías tal vez... esto... cuando sucedió? —Me agarró entre las piernas y frotó los dedos sobre mi clítoris. Me arqueé y gemí, agarrando un puñado de sábanas mientras mi cuerpo se impulsaba hacia su toque.

—Tal vez —jadeé.

— ¿Y pensabas en mí mientras lo hacías? Cuando se inclinó para reemplazar sus dedos por su boca, deslizando su lengua sin piedad sobre mi piel dolorida, grité y agarré su pelo. Pero, ¡oh, Dios mío!

—Por supuesto —le confesé en voz alta.

—Jesús, taeyeon—Su voz era inestable y frenética—, me deshaces por completo.

Sus manos ampliaron más mis muslos a medida que su lengua lamía más profundo. Clavé los talones en el colchón, sintiendo su tacto desde los dedos de los pies hasta la raíz del pelo. Luego empujó un dedo dentro de mí, y grité. La ola de placer era abrumadora. Traté de luchar contra ella y abrazarla al mismo tiempo; no podía dejar de retorcerme cuando Tiffany me llevó a un nuevo nivel de delirio. Hundiéndome en el colchón cuando los músculos de mi cuerpo entraron en coma post-coital, me quedé mirando a Tiffany asombrada y aturdida.

—Se veía tan adorable cuando me envió una sonrisa de orgullo que me hizo sonreírle. De hecho, tuve la sensación de que resplandecía de pies a cabeza.

—Te ves como si acabaras de ser follada.

En ese momento, no pude haberme sentido insultada ni aunque quisiera. Seguía sonriendo.

— ¿No fue así? —Todavía no.

—Un nuevo brillo determinado iluminó sus ojos mientras se arrastraba sobre la cama. Al llegar a mí, se inclinó para besar mis labios. Su lengua unió con la mía. Y entonces su cálida palma agarró mi rodilla, presionando para abrirla un poco más. Cuando se impulsó dentro, tiré la cabeza hacia atrás y respiré a través de mis dientes. Siempre estaba tan... allí, como si quisiera llenar todo el espacio disponible y luego exigir más. Agarrando mis muslos, envolvió las piernas alrededor de su cintura y me rodeó con unos brazos. Uniéndonos hasta que no supe dónde terminaba ella y comenzaba yo, hicimos el amor.

La habitación permaneció tranquila. Sintiéndome demasiado soñolienta como para moverme, descansé de costado sobre el pecho de Tiffany, totalmente desnuda mientras ella pasaba la mano por mi cálida y sensible espina dorsal.

—Eso se siente... —gemí—. Es tan bueno.

— ¿Ah, sí?

—Se incorporó lo suficiente para inclinarse y besarme el hueso de la cadera

—. También se siente bien para mí. Eres tan suave. Cerré los ojos y sonreí, incapaz de controlar el aturdimiento rugiendo a través de mí. Pero nunca había tenido una experiencia post-o como esta.

Los dos hombres que no me forzaron, se habían ido con excusas tan pronto como terminaron. En realidad, ya que el primero no se había molestado en terminar, creo que solo se había retirado tan pronto como hubo terminado su asunto, y luego siguió su camino.

Pero esto... esto era lindo. Me gustaban las caricias después del o.

Tiffany me movió sobre mi espalda para que pudiera besar mi ombligo, pero un bulto debajo de mi columna me hizo menearme hasta que lo alcancé y saqué el conejito azul que él había ganado en la feria. Arqueando una ceja, lo recogió y me sonrió satisfecha.

—Sabía que conservabas esta cosa. —Luego utilizó la tela suave de la oreja del conejo para acariciarme el ombligo y entre mis pechos. Suspiré y me estiré lánguidamente bajo ella. Tarareó. —De repente me alegra mucho, mucho que te pongas esa ropa desaliñada en la escuela. Creo que me volvería loca si otra u otro chico en la escuela tuviese idea de lo que tienes debajo de ellas.

Le eché un vistazo, levantando las cejas.

— ¿Qué, no te gustan mis trajes de poder?

Soltó una risa.

— ¿Trajes de poder? ¿Es así como los llamas?

Me encogí de hombros. ¿Cómo más debía llamarlos? Los usaba para ganar la posición que quería en ese campus.

—Sé que no es lo que usas generalmente —continuó Tiffany—. En el bar, usaste esa y cosa negra y sin espalda, y para el carnaval, esos adorables pantaloncitos vaqueros. Tengo la sensación de que usas tus trajes de poder solo en la universidad.

Sonreí con orgullo y le besé en la mejilla.

—Y llevarías razón.

—Caray, sé que tengo razón. Pero, ¿por qué? ¿Por qué lo haces? Sabes... lo poco favorecedores que se ven, ¿verdad?

Con un revoleo de ojos, me reí.

—Sí. Ese es el punto. Prefiero ser pasada por alto y juzgada con bajas expectativas que llegar en mi primer semestre con un montón de ropas llamativas para intimidar a la gente y hacerles pensar que quiero pasar por encima de ellos. Además, quiero que sepan que me importa mi trabajo, no la moda.

—Tienes un razonamiento curioso, profesora, pero aun así me alegra que no dejes que todo el mundo vea estas curvas.

—Arrojó el conejo por encima del hombro para poder acariciar un nódulo en mi cadera. Deteniéndose, frunció el ceño

—. ¿Qué es esto?

Hielo se formó en mis venas. Cuando se inclinó para examinar la vieja cicatriz de cuchillo y luego besarla, me aparté.

—No.

—El pánico en mi voz la hizo levantar la vista y estudiarme, leyendo cada incomoda expresión cargada de recuerdos en mi cara.

—Taeyeon—dijo en voz baja, sus ojos astutos veían más de lo que quería que viera

— ¿Era un detonante?

— ¿Un det...?

—Parpadeé. ¿Por qué utilizó esa palabra? Mi terapeuta siempre había usado esa palabra. Sacudiendo la cabeza, traté de reírme de la preocupación en su mirada.

—. No sé lo que quieres decir.

—Digo...

—Tomó una respiración profunda y luego exhaló. Colocando los dedos sobre la cicatriz, preguntó

—: ¿Recibiste esto de la violación?

Perdí el conocimiento. En serio, por una fracción de segundo, no vi nada, salvo una oscuridad absoluta. Pero seguí completa y horriblemente consciente.

— ¿taeyeon

—Dedos cálidos tomaron mis hombros. Parpadeando, vi una imagen borrosa del rostro de Tiffany llenar poco a poco mi vista

—. ¿Recuerdas decirme eso? —preguntó.

—No —le susurré, horrorizada—. No lo hice...

—Oh, Dios, no le dije, ¿no? ¿Por qué iba a decirle acerca de eso? Abriendo la boca para hablar, negué con la cabeza, totalmente horrorizada

—. ¿Por… por qué iba a decirte sobre eso?

—Estabas borracha. Hablamos mucho esa noche.

—Pero... —Apreté la mano sobre mi pecho. No era algo que quería que supiera... No quería que nadie lo supiera

—. ¿Qué es exactamente lo que dije?

—No mucho. Que tenías catorce años. Él era un jugador de basquetbol. Tus padres se negaron a hacer nada al respecto.

Aparté el pelo de mi cara, sorprendida de lo fríos que se sentían mis dedos.

—Pero… —Me alegro de saberlo.

—Tomó mi mano y besó mis nudillos.

—. Me alegro de entender por qué eras tan prejuiciosa conmigo al principio. Y siento alivio al ver lo fuerte que eres. Has sobrevivido a esto y lo superaste. Yo no... Mierda. No sé cuánto piensas en ello cuando estamos juntas, pero el hecho de que todavía puedes encontrar placer conmigo es... —Negó con la cabeza. Con los ojos brillantes de emoción, sonrió.

—. Me impresionas muchísimo, eso es todo.

Me acurruqué contra ella y metí mi cara en el hueco entre su cuello y el hombro.

—No pienso en ello, en él, no cuando estamos juntas, excepto tal vez para maravillarme por lo bueno que en realidad puede ser comparado con...

— Me estremecí al recordar lo feo que podía ponerse.

—Me alegro. —Tiffany me besó en la mejilla—. Pero si alguna vez toco un detonante, o hago cualquier cosa que te recuerde... me dirás, ¿verdad? Asentí, y por extraño que parezca no era mentira. No tenía idea como nos movimos tan rápido de profesora y estudiante que se despreciaban la una a la otra a confidentes personales. Pero estaría agradecida por siempre. No solo gané una amante, también parecía como si hice una amiga.

Así qué, confié en mi amiga.

—Era mi último año. —Reposando mi mejilla sobre su corazón, pasé mis dedos cruzados sobre su pecho—. Me faltaban un par de meses para cumplir los quince. Zach también era de último año. —Zach. —Tiffany gruñó la palabra como si quisiera guardar en su memoria el nombre de su próxima víctima. Sonreí suavemente y asentí, amando el protector tono de su voz. —Tenía dieciocho, como todos los chicos de último año, y era “el” chico. Entonces, yo no era muy buena ocultando mis emociones. Todos sabían que tenía un flechazo con él. La primera vez que me sonrió y dijo hola¸ creo que literalmente suspiré en voz alta. Cuando me pidió una cita, me hallé... en la luna.

Los brazos de Tiffany se apretaron a mi alrededor, pero no me interrumpió mientras pasaba sus dedos por mi cabello.

—No tenía idea de que había una apuesta dando vueltas sobre quien tomaría la idad de la niña rara. Maldiciendo fluidamente, Tiffany puso su cara junto a la mía y presionó nuestras mejillas. Siseó una respiración como si necesitara dejar salir algo de la ira que hacía presión dentro de ella.

—Fue un completo caballero la mayor parte de la noche. Vimos una película; él pagó y me compró palomitas de maíz y una bebida. Estaba bastante enamorada cuando aparecieron los créditos finales. Creí que él me prestó más atención durante aquella película de acción que mis padres en toda mi vida. Me dejó escoger la película y puso las palomitas en mi regazo para que tuviera acceso a ella. Incluso rellenó mi soda a la mitad de la película. Luego de eso, habría huido de casa y unido a una banda de gitanos solo para estar con él. Lo que sea que quisiera. Entonces cuando me preguntó si me gustaría ir al lugar conocido de besuqueo antes de llevarme a casa, estuve de acuerdo. Pero no había tenido mi primer beso hasta entonces. Como que pensé que estaría de acuerdo en ir de a poco, un paso a la vez, tú sabes.

Tiffany asintió y besó mi cabeza.

—Por supuesto —concordó conmigo, su voz suave y tranquila

—. Así es como se hace usualmente.

—Los besos estuvieron bien —continué, preguntándome por qué no se sentía extraño hablar sobre besar a otro chico mientras estaba en los brazos de mi actual amante. Pero confesarle todo a Tiffany era... natural—. No estoy segura de si el beso francés me saldría bien de buenas a primeras, pero quería hacerlo feliz, así que lo intenté. Fue cuando subió mi camisa y comencé a sentirme incomoda. Yo solo...

—Aún no estabas lista —terminó por mí.

—Exacto. No estaba lista. Pero cuando traté de detenerlo... —Negué con la cabeza y apreté los ojos. Enterrando su nariz en mi pelo, Tiffany murmuró

—: No tienes que decir el resto. Pero quería que supiera.

—Él cambió completamente —seguí adelante—. Si hubiese continuado siendo amable, si hubiese tratado de hablarme bonito un poco más, tal vez lo hubiese hecho de buena gana. Pero al primer signo de mi resistencia, se volvió brutal. Agarró mi cara con una mano, me llamó rarita frígida, y sacó un cuchillo de su bolsillo.

—Mierda.

—Los brazos se envolvieron a mí alrededor incluso más fuerte.

—Creo que amenazarme con una cuchilla lo encendía más porque fui rígida y obediente después de eso, pero continuó deslizándola sobre mi piel mientras cortaba la ropa. La tenía contra mi cuerpo cuando por primera vez, tú sabes, se forzó dentro de mí. Ahí fue cuando salté y me cortó... —De acuerdo, no más. Jesús.

—Respiró pesadamente contra mi cabello mientras me sostenía fuerte contra ella antes de decir con voz áspera

—: Lo siento pero no puedo... supongo que no me di cuenta que escuchar por lo que pasaste sería tan... —Negó con la cabeza.

Tal vez soy retorcida, pero amé saber lo difícil que era para ella escuchar esto. Porque significaba que se preocupaba. Tiffany Hwang se preocupaba por lo que me pasó. Ni siquiera mis padres se preocuparon así.

—Está bien.

—Giré en sus brazos para estar acostadas estómago contra estómago. Necesitando confortarla, le toqué la mejilla. Cuando encontró mi mirada, sus ojos azules se llenaron con tormento.

— ¿Cómo diablos sobreviviste a eso?

—Ha pasado mucho tiempo —dije—. Justo después, me escondí mucho dentro de mi caparazón, sin ni siquiera importarme que Zach se jactara frente a toda la escuela sobre ganar la apuesta. No me importaba casi nada. Pero el tiempo y la terapia ayudan más de lo que crees.

Tiffany asintió.

—Todavía no entiendo, ¿por qué tus padres no hicieron nada al respecto?

Me encogí de hombros.

—El padre de Zach era uno de los colegas de mi padre en la universidad donde enseñan.

—Idiotas —bufando, Tiffany agitó la cabeza—. Por favor dime que Zach terminó muriendo de forma lenta y dolorosa.

—No. Se convirtió en un abogado corporativo, y lo está haciendo muy bien; eso escuché.

—El maldito. Probablemente presume todos los días como hizo estallar la cereza de la niña rara.

Tuve que sonreír por el ácido en su tono. Me encantó lo enojado que se puso por lo que me pasó.

—Probablemente. —Inclinándome, pasé mi nariz por la suya—. Ojalá hubiera crecido en tu ciudad. Y hubieses sido tú, la jugadora estrella de fútbol del cual hubiese tenido un enamoramiento. Sus labios capturaron la esquina de mi boca.

—Yo también. Quiero decir, además del hecho de que hubiese estado en to grado cuando tú estabas en el último y no era ninguna estrella en ese entonces. Aún era pequeña y flaca, y me pateaban el trasero cada dos días.

—Aun así te preferiría sobre él, todos los días. —Acercándome, le di un breve besó en la nariz.

—Entonces supongo que es algo bueno que me tengas. Soy toda tuya, taeyeon kim. Y si el abogado corporativo Zach alguna vez se te acerca, lo mataré. Literalmente, voy a romperle el cuello.

Riendo, besé sus labios esta vez. Tenía en la punta de la lengua decirle “te amo”, en un suave susurro. Pero me di cuenta de lo que iba a dejar escapar. Tragándome las palabras, puse los brazos alrededor de su cuello y nos giré hasta que quedó encima de mí, clavándome a la cama.

—Hazme el amor — demandé a cambio.

Su sonrisa era engreída y satisfecha.

—Sí, señora —respondió mientras su boca bajaba a la mía.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 33: Bueno después de tanto pude terminar esta hermosa historia! Esta demás decir que siempre es un gusto leer tus adaptaciones más porque son de mi hermos TaeNy <3
JKS_lilhy #2
Chapter 33: Gracias por la historia, yo trabajo, estudio y soy mamá así ke leer este tipo de fic me encantan de verdad y más si son de mi pareja favorita taeny is real....
Skyth06
#3
Chapter 33: Fue hermoso gracias por compartirlo!!
2597611 #4
Chapter 33: Voy a llorar :'( .. no quería que acabe la historia pero buehhh .... Es una de mis favoritas !!
roguecr #5
Chapter 33: Hermosa historia gracias x compartirla y tienes razon los fics siempre son mejor con nuestro amado. Taeny
Skyth06
#6
Chapter 32: Porrr finnnn siiiiii
sakuratsukino #7
Chapter 32: es todo, yo esperaba un poco más en el final, pero no me mal entiendan la historia es muy buena, gracias autor por compartirla, extrañare leer las actualizaciones, espero exista un epilogo
roguecr #8
Chapter 32: Que bueno q tae regreso , al fin juntas. :)
2597611 #9
Chapter 32: Enserio es el final ??????
apsunbyung #10
Chapter 32: Bastante buena la idea del fic. Me gusto. Gracias por compartirlo (y adaptarlo claro)^^