Andy tomó el contenido de su copa de golpe. Junjin estaba ahí frente a él con la mirada baja y en su semblante se podía leer completamente la confusión que había dentro de él. Andy entendía perfectamente la actual posición del mayor, pero de ninguna forma iba a permitir el ser maltratado de esa manera. Porque esos celos significaban la falta de confianza de Jinnie hacia él y eso dolía profundamente en el pecho del menor. Si sabía que él había sido el único en su corazón por tantos años, ¿Por qué dudar ahora? ¿Por qué? Cuando, como makanae del grupo, siempre se vio rodeado del cariño y los mimos de sus Hyungs, incluyéndolo a él quien no se cansaba de repetir que era la cosita más mona.

-¿Por qué? ¿Celos de qué?- Inquiriendo en tono herido Andy no pudo contenerse más.

-¡De Eric! De la forma en que te preocupas por él, la forma en que correspondes a sus cariños y complaces sus niñerías.- Exclamó sin alzar la voz, más en un gesto de impotencia que de cólera.

-También tengo esas consideraciones con los demás miembros, con las personas cercanas a mí…

-Con Eric es diferente, completamente diferente.- Interrumpió la defensa del menor impregnando sus palabras de un espíritu derrotado.

-Nunca antes  te importó la manera en la que me relaciono con él.-Musitó incrédulo.

Andy tenía que aceptarlo, hacia el líder tenía atenciones que no ofrecía a nadie más. Y no porque lo quisiera más, o menos que a los demás. Por más especiales que sean en tu vida ciertas personas no puedes quererlas a todas del mismo modo, porque son diferentes, únicas. Sin embargo Sunho jamás albergó sentimientos de pareja hacia Eric. No, esos estaban destinados al hombre frente a él.

-Yo mismo no quise darme cuenta…-El mayor levantó la mirada para encontrarse con la persona que compartía su sufrimiento.-…Pero fue justamente este sentimiento el que me hizo abrir los ojos. En aquel sueño en el que descubrí que mis sentimientos hacia ti habían cambiado, yo me ponía furioso de ustedes estando juntos…-Andy se sonrojó levemente al recordar aquel sueño que Junjin le había confesado, se trataba de un sueño húmedo.-…y hasta ahora no terminaba de entender por qué.

-Recuerdo que hace un tiempo, llegué muy temprano al estudio de grabación y me encontré con que Eric, que se había quedado ahí toda la noche trabajando, ahora estaba completamente dormido sobre la silla, así que bajé a conseguirle un café sin pensarlo dos veces, aún con mis cosas al hombro, pero ya me habían ganado la idea. Minwoo, que se había quedado con él ya venía de regreso con el café y me pidió llevarlo a la sala de grabación mientras él se dirigía al baño.            

De vuelta en el estudio pude verte ahí, colocando la almohada cuidadosamente en su cuello y una manta sobre su cuerpo. Terminando por acariciar suavemente su mejilla y dejando un beso en su frente. Estabas tan abstraído en él que ni siquiera notaste mi presencia.

En ese momento deseé intensamente que me miraras como lo mirabas a él, ser el objeto sobre el que derrochas tus cuidados y tu amor.

Andy recordó el hecho del que el mayor hablaba. Eric estaba pasando por uno de los momentos más difíciles de su vida y se encerraba en el trabajo para distraerse. Al maknae se le partía el alma de verlo así, esa era la razón por la cual se deshizo en cuidados y atenciones por su Hyung en esa época.   

De pronto media sonrisa se asomó entre sus labios.

-¿Por qué sonríes?-Jinnie no entendía el repentino cambio del menor, creía que el tema que estaban tratando era suficientemente serio como para provocar una reacción de ese tipo. Al menos él estaba muy estresado con esta situación.

-Jamás creí que diría esto al encontrarnos en esta situación Park Choong Jae pero entiendo cómo te sientes.- Los ojos del mayor se abrieron como platos por la incredulidad al escuchar aquellas palabras.- ¿Recuerdas cuando me presentaste a esa chica con la que salías, Mi Seo?

-Quisiera no hacerlo.- Se atrevió a bromear provocando una risita en Andy. Junjin estaba de vuelta.

-Un día me llamaste para invitarme a salir y yo me emocioné mucho por poder pasar el día contigo después de algunas semanas de casi no vernos. Nos encontramos en el cine “Quiero que conozcas a alguien” me dijiste tomando su mano y me sentí realmente incómodo en ese momento, dolió como si algo dentro de mí se hubiera roto. Pasé todo el día con ustedes y cada vez que la mirabas, le sonreías, cuando tomabas su mano, la envidia me apresaba. Yo quería ser ella, arrancarte esas sonrisas, que me miraras de aquel modo. Al final cuando subí al coche para regresar a casa, las lágrimas no paraban de emanar sin ser capaces de aliviar esa especie de dolor que nunca antes había sentido y que no sabía de dónde provenía.

-Eric es una persona muy especial para mí, lo quiero mucho, pero no como tú te imaginas.- aclaró ante la expresión que se formó en el rostro del mayor.-No creo tener que darte explicaciones ni estoy en posición de exponer la vida privada de Eric, eso le compete únicamente a él. Yo sólo puedo decirte que me he mantenido a su lado ofreciéndole mi apoyo en silencio de la misma forma que él lo ha hecho con migo, ese es el lazo que nos une. Espero que eso sea suficiente para devolverte la tranquilidad  Choong Jae. Al único que am…

-Te amo Andy.-Interrumpió acercándose lentamente sosteniendo la mano del menor y dando un cariñoso apretón.

-¡Auch! ¡Auch! ¡Auch!...

-El hecho de que entienda por lo que estás pasando no quiere decir que pasaré por alto tu penoso comportamiento.-Antes de que el mayor pudiera conectar sus labios el maknae lo tomó por la patilla derecha, tirando fuerte de ella mientras sonreía pícaramente.

-L-l-lo sé,-Admitió en un quejido y el menor suavizó su agarre dándole la oportunidad de hablar.-Me siento un verdadero idiota por haber actuado de manera tan irracional, estoy muy arrepentido ¿Me perdonas?- Utilizó su mirada más adorable y frunció los labios para lograr la redención. De pronto un sonidillo se hizo escuchar por todo el lugar interrumpiéndolos.

Junjin, siendo soltado por el menor, sacó su móvil, que era de dónde provenía el sonido y le echó una miradilla a la pantalla, ruborizándose ligeramente.

-¡Feliz cumpleaños Andy!-Exclamó mostrándole la pantalla del teléfono que aún sonaba logrando que sus mejillas se tiñeran suavemente de escarlata también.

Una fotografía tomada a Andy mientras dormía profundamente y la palabra “cumpleaños” indicaban los primeros minutos de aquella fecha especial en un recordatorio.

-Feliz cumpleaños Andy.-Repitió acercándose nuevamente al menor, esta vez, con una sonrisa en los labios, siendo detenido a tan sólo centímetros de su rostro una vez más.

-¿Y mi regalo?-Inquirió caprichosamente en un puchero, extendiendo las palmas de las manos, con los ojos cerrados, a la espera de un obsequio.

-Yo…esto…-Balbuceó Junjin algo desconcertado.

-¿No hay regalo?-Utilizó su tono de decepción más convincente, dejando ver un sutil brillo melancólico en sus pupilas. Por alguna razón le parecía realmente divertido meter en apuros al mayor, sobre todo cuando este le hacía pasar un mal rato.

-E-esto…claro que hay regalo…solo que…no lo traje con migo, eso es, no estaba preparado.-Andy entrecerró los ojos en una mirada escrutiñadora, buscando en el mayor la más mínima señal de duda.-Que, ¿No me crees?- Choong Jae reunió toda su seguridad en aquellas palabras, sabía que él maknae podía ser realmente suspicaz. Andy sonrió complacido, dándole la victoria en aquel encuentro, toda la conmoción había quedado atrás.

Después de haber enviado a Andy a su casa en un taxi, Junjin marcaba una y otra vez el número de su hyung sin obtener respuesta.

-¿Por qué nunca contesta el teléfono? ¡Ese bribón!- Masculló marcando, esta vez al sitio de taxis. Esta era una situación extrema que requería de medidas extremas.

…

Hundió el rostro en la almohada por tercera vez con evidente molestia pretendiendo ignorar el demencial sonido del timbre que estaba siendo atacado con desesperación. Por fin se rindió poniéndose de pie dispuesto a dar, a quien sea que esté en la puerta, una buena lección.

-¿Jinnie?- No pudo ocultar su sorpresa al encontrarse con la figura del menor a través del interfón.

-Es una emergencia Dongwan, tienes que ayudarme.- En cuanto la puerta fue abierta, Junjin entró exclamando desesperado y sin ninguna consideración, logrando alarmar a su Hyung que no entendía lo que pasaba.

-¿Qué pasa Jinnie?-Preguntó exaltándose en un gesto de preocupación mientras lo seguía al interior del departamento.

-Tienes que ayudarme Hyung.- Repitió recuperando el aliento al tiempo que colocaba un par de bolsas de plástico sobre el comedor prolongando la insoportable ansiedad dentro de su amigo.-¡No tengo un obsequio para dar a Andy por su cumpleaños!-Espetó vaciando el contenido de las bolsas.

-¡Tu!...Pedazo de…  ¡Aigoo! ¡Este mocoso bastardo!- Exclamó llevándose una mano al pecho en señal de alivio.- ¡¿Crees que son horas para venir a molestarme con tus descuidos e inmiscuirme en tus conflictos amorosos?!-Reclamó poniéndose delante de él y mirándolo severamente.

-Permíteme recordarte que en mis “conflictos amorosos” ya estas metido hasta las narices. Además, me debes una y pienso cobrármela hoy.-Sonrió juguetonamente dando una palmaditas a la mejilla izquierda del mayor, quien respondió haciendo un berrinche en señal de inconformidad, lo que causo una carcajada sonora por parte de Jin.

-Y ¿Qué tienes en mente?- Se resignó a ayudarlo dando un vistazo algo extrañado a las compras vertidas en la mesa.

-Bueno…yo…se me metió en la cabeza la idea de darle algo  hecho por mí, algo único. Pero perdí todo mi día en trivialidades y sólo pude encontrar esto a esta hora.-Mostró la pantalla de su móvil.

-¿Estás seguro Jin? Eres un desastre en la cocina.-Dongwan arqueó una ceja.

-Es por eso que vas a ayudarme, para que quede perfecto.-meneó la cabeza de lado a lado de manera infantil. El mayor soltó un profundo suspiro.-Necesito que sea el mejor regalo, sobre todo después de haberlo echado a perder hoy.

-Por cierto, ¿Pudiste arreglar las cosas?-El Black Hole no pudo contener su curiosidad.

-Te contaré mientras trabajamos, tenemos muy poco tiempo.-Condicionó al tiempo que se lavaba las manos.

-Bien, pero tú vas a hacer todo, yo solo te voy a ayudar ¿Entendiste?- Advirtió asegurándose de no ser abandonado a mitad del camino.

-¡Perfecto!-Exclamó con una sonrisa dejando un beso en la mejilla que minutos antes había golpeado.

…

-¡Espera! Espera un momento…-Pidió al menor que se encontraba por finalizar la mezcla. Salió repentinamente de la cocina sin demorar en volver con una caja larga y delgada en sus manos.

-El sabor que le dará esto será incomparable.-Menciono sacando el contenido de la caja.-Justamente lo compre para dárselo hoy a Andy.

Una botella de vidrio preciosamente tallado en forma única, más como una delicada escultura. En el interior un fino licor artesanal.

-Pero, ¡Espera! Si la abres ahora ya no podrás dársela.-Detuvo Jin justo en el momento en que Wannie se disponía a destaparla.

.-No te preocupes, esto es más importante.-Quitó el sello de seguridad.-Además no es lo único que le compré.- Se sonrió audazmente.-Este puedes llevártelo a casa y compartirlo con él, estoy seguro que le va a encantar.

-¡Eso no es justo Hyung!-Espetó Junjin a forma de rabieta.- Si tú le haces regalos tan geniales el mío parecerá basura y ¿Cómo quedaré yo?- Dongwan abrió los ojos de par en par ante los reclamos del menor para después soltar una carcajada.

-Entonces  es un alivio que ya no le pueda dar esto ¿Verdad?-Sirvió un medida del aromático licor aún entre risas para después ofrecerla al menor.-Viértela ahí.-Ordenó gentilmente.

Junjin acercó la copa a su nariz e inhaló. Ciertamente el exquisito y sutil aroma evidencia la calidad de la bebida.

-Pero… esto no está en la receta.

-A veces en la cocina uno se puede dar ciertas libertades.-Respondió enfrentando la mirada interrogativa del menor. -¿Qué no confías en mí?

Jin lo vertió y lo incorporó suavemente cómo minutos antes le había enseñado su Hyung.

-Y ¿Qué más le compraste?-El menor quiso parecer desinteresado en su curiosidad.

-Nada del otro mundo, una chaqueta y una cartera. En cuanto las vi supe que eran para él.

Junjin torció la boca mientras montaba las natas laboriosamente.

-Anda, no hagas pucheros que esto te está quedando mortal.-Dijo tomando una probada con el meñique.-Espera a que se enfrié y ¡Ya verás! Ni tú mismo vas a poder creértelo.-Una sonrisa iluminó el rostro de Junjin.-Te aseguro que Andy va a estar encantado.

…

Tomó el móvil de la mesita de noche, desde la bañera lo había escuchado sonar minutos antes, y leyó el mensaje con cierto entusiasmo. Se apresuró a vestirse y, con el cabello aún húmedo, salió hasta el estacionamiento en donde ya estaba siendo esperado.

-En dónde…-Cuestionó buscando con la mirada hasta encontrar lo que esperaba.

-Bueno días.-Saludó Eric parado frente al automóvil y lanzando  las llaves a un ansioso Hyesung.

-Woah!!!- Exclamó en una risa nerviosa de incredulidad.

Ahí estaba estacionado su coche, en el lugar de siempre. Perfectamente lavado y pulido, Hyesung  incluso hubiera jurado que estaba recién pintado, parecía nuevo.

-Esta vez seré yo quien te deje conducir.-Ofreció las llaves de regreso al mayor sin recuperarse del todo de la euforia.

-Lo siento, ¿Te parece que lo dejemos para otra ocasión?-La mueca de decepción en el rostro del menor no pudo pasar desapercibida ante tal respuesta.-Voy a pasar por Minwoo esta mañana. Recogeremos el pastel de Andy,  entre otras compras.-Se excusó Eric.

-Es cierto.-susurró, por un momento había pasado por alto la fecha.-Está bien…esto…muchas gracias.-Pronunció resignado mostrando una mueca de aceptación.

-Bien, nos vemos entonces.-Respondió  el gesto con una sonrisa.-Ahora regresa adentro y sécate el cabello antes de que pesques un resfriado.-Acarició su cabeza amablemente por encima de la capucha de la sudadera antes de marcharse.

Hyesung se sintió arder en ese momento, advirtiendo la tonalidad rojiza tiñendo sus mejillas de golpe. Aquel Eric cruelmente amable al que amaba y odiaba al mismo tiempo estaba de regreso. A veces se preguntaba si lo alejaba y rechazaba realmente por el bien de ambos o porque secretamente le encantaba sentir ese dolor  punzante en su pecho, ese nudo asfixiante en la garganta. Sentirse desfalleciente, como si estuviera a punto de morir en cualquier momento. No, definitivamente podía tratarse de eso, porque a fin de cuentas  cada vez que sentía el tacto de Eric en su piel, su aliento quemando su garganta, era como estar muriendo lentamente, y eso lo aterraba. Posiblemente esa era la verdadera razón Eric lo arrastraba, lo hacía perder la razón. Junto a él todo se detenía, nada más parecía tener importancia.

…

La noche cayó benévola sobre la ciudad. El tiempo pasó volando aquél día ,  como suele ocurrir cuando más estas disfrutándolo.

Andy, quien se había visto tremendamente agasajado por sus Hyungs en su cumpleaños, estaba siendo acompañado ahora a su casa por Junjin quien, discretamente, había estado al pendiente de él, brindándole sus mejores atenciones.

Sunho fingió dormir en el camino, acomodado en el asiento del copiloto, un poco en consideración de su novio y otro tanto en consideración propia. Ambos estaban nerviosos, hasta cierto punto, incómodos. No sólo por la situación actual sino también por los hechos ocurridos en días anteriores: las discusiones, los celos, la falta de tiempo y comunicación.

-Andy, llegamos.- Anunció el mayor y bajaron del auto.

La conversación empezó a fluir casualmente ya en el elevador. Junjin mantenía una actitud misteriosa que el menor pudo advertir sin darle mayor importancia. Andy se dirigió inmediatamente al baño en cuanto abrió la puerta del departamento sintiendo a Junjin entrando tras él. Cuando regresó a la sala, todas las luces estaban apagadas.

-¿Jinnie?-Llamó buscando en la oscuridad sin encontrar más que sus pertenencias, que minutos atrás eran llevadas por el mayor, en el sillón.

Una tintineante lucecilla apareció haciéndose camino desde la cocina. Andy la siguió con expectación encontrando a Junjin sosteniendo aquella plataforma circundada de velitas.

Al principio la mirada de Jin vagaba  de aquí para allá, nerviosa, sin encontrar un punto fijo hasta que se cruzó directamente con la del menor y encontró ese brillo cristalino en ella. Como amaba esa mirada, ese rostro, esa expresión transparente incapaz de ocultar algo.

-Feliz cumpleaños Andy.-Dijo estando frente a frete por fin.