-¿A dónde vas tan temprano?- Fue apresado por los fuertes brazos antes de poder hacer nada.

¿Qué iba a decirle a Junjin? ¿Cómo reaccionaría tras escuchar la verdad, que tenía que dejarlo para irse a encontrar con Eric? No podía decirle que lo llevaba al Médico. En primera por qué el líder le había pedido discreción ya que no quería causar alborotos ni alarmar a nadie (Hyesung) innecesariamente. Y segunda por qué conocía de sobra a Jin como para saber que no era el mejor guardando secretos y si se le escapaba con alguno de los miembros (Hyesung) ocurriría exactamente lo que Eric quería evitar.

Andy construyó mentalmente todos los escenarios posibles y ninguno parecía alentador. Decirle la verdad era arriesgado, Junjin se había mostrado especialmente celoso respecto a su estrecha relación con el líder y justo en ese momento no quería reñir con él. Aun así ¿Mentirle? Odiaba las mentiras, no era justo para ninguno de los dos.

-Tengo que arreglar unos pendientes.-Volteó para encontrarse nuevamente con él. Mirándolo fijamente, un tanto apenado,  esperando no encontrar en su semblante una señal de decepción que lo hiciera sentir aun peor.

-Haz lo que tengas que hacer amor.-Dejó un beso en su frente tomándolo con gentileza por los hombros.

Sí, estaba un poco decepcionado, pero no era nuevo para él que Andy era un hombre de negocios, muy dedicado a su trabajo. Porque asumía que al decir “Unos pendientes” se refería a asuntos de trabajo.

-Me encantaría quedarme contigo.- Acarició su pecho sintiéndose realmente halagado con la comprensión del mayor.

-Si es importante para ti, también lo es para mí.- El menor lo miró seriamente. ¿Era el mismo Junjin que conocía de toda la vida?-Descuida, ya tendremos tiempo para nosotros después.- Añadió ante la mirada incrédula-confundida del maknae.

-Eres el mejor Choong Jae.-Lo besó ligeramente.-Creí que no podría enamorarme más de ti pero…-El beso le fue devuelto antes de que pudiera terminar la frase.

-Esos son privilegios que solo tú puedes disfrutar. Solo puedo ser así para ti Andy, porque te amo.

-¡Qué cruel eres! ¡Ahora menos que nunca quiero salir de esta cama!-Se acurrucó nuevamente  dejándose envolver por el calor de aquella piel. Choong Jae rió correspondiendo aquel abrazo.

-Voy a hacer todo lo posible por regresar a almorzar contigo.-Se separó del mayor con pesadez y abandonó la cama dirigiéndose al baño, regalando una hermosa vista de su desnudez.

…

La última noche de concierto. Un cierre fantástico para un periodo de trabajo muy duro y gratificante. Después de los festejos, reuniones y todo eso, era hora de regresar a casa, era hora de tener un tiempo para sí mismos, un tiempo de descaso.

Eric se dirigía hasta la camioneta que ya lo esperaba.

-¡Eric!-La voz de Dongwan tras él lo obligó a detenerse y voltear a atender el llamado.-Casi se me olvida darte esto.- Ofreció una bolsita de cartón.- Tómalo dos veces al día por favor. Una en la mañana y una en la tarde.-El mayor lo miró con semblante serio.

-Ya no quiero tomar más de estas cosas Wannie.-La mueca de desagrado en su rostro se convirtió en un puchero infantil.

-Es por tu bien Eric, ya lo sabes. O ¿Acaso no has mejorado?

-Pero es que ya estoy harto de esta dieta ¡Hace un mes prácticamente que lo único que como es salmón! Y no es como si mi nariz hubiera dejado de sangrar. Refunfuñó.

-Pero ya no es como antes ¿O sí?-El mayor negó con la cabeza.- ¿Lo ves? Ahora llévatelo y asegúrate de tomarlo como te dije ¿Ok?-Eric tomo la bolsita resignado y una sonrisa maliciosa que apenas se esbozó tenuemente en sus labios fue captada por el menor.- De todas formas voy a decirle a Hyesung y a Andy que se aseguren de que lo tomes.-Sentenció devolviendo la sonrisa, solo que su gesto fue muy amplio.

-Lo tomaré, no tienes por qué jugar así de sucio.-Reclamó sintiéndose completamente derrotado. El Black hole dejó escapar una sonora carcajada.-Me siento como un preso. No  bromeo. Esos dos van a terminar convirtiéndome en su robot o algo así.-La risa de Dongwan se volvió más estridente después del último comentario. Estaba al borde de las lágrimas.

***Flashback***

El ensayo se encontraba prácticamente a la mitad. La música sonaba y los cuerpos en la pista se movían siguiendo la coreografía como correspondía. De repente Eric salió corriendo repentinamente en dirección al baño. Todos se detuvieron, quedando extrañados de la reacción del líder. Se miraron unos a otros, interrogantes. Quizá la necesidad física de liberarse de aquello que no necesita lo urgió a tal acto.

Esperaron sentados, tomándose un descanso, pero Minwoo empezó a preocuparse cuando más de treinta minutos transcurrieron sin que el mayor hiciera su regreso a la sala de prácticas. Sin pensarlo dos veces fue a confirmar que todo estuviera en orden.

-Eric-Hyung debió atorarse en el baño.-Comento Jinnie en broma.

-Y Minwoo fue a desatascarlo.-Espetó Dongwan en una carcajada, provocando la risa de los demás. Era demasiado divertido imaginar la escena.

-¿Eric estás…-Ni siquiera pudo terminar de hacer la pregunta. Apenas entraba al servicio y ya había reconocido la figura del líder con la cabeza inclinada sobre el lavamanos.

Eric levantó la vista, prácticamente sin moverse, para encontrar al chitchai parado frente a él. De su nariz goteaba la sangre con la constancia del segundero en un reloj y él no hacía nada para detenerla, al contrario se encontraba en aquella posición para dejarla fluir hasta la cañería, procurando no ensuciar mucho la blanca cerámica o su ropa.

-Es mejor que salga, créeme. Tarda más cuando trato de detenerla.-Explicó ante la mirada confusa del otro.-Continúen ensayando, no pierdan tiempo esperándome…

-Pero ya llevas aquí más de media hora y estás sangrando mucho, déjame llamarle al doctor…-El móvil le fue arrebatado de las manos.

-¡No! No es necesario. Ya fui al médico y no es nada grave. Aparentemente es a causa del golpe que me llevé en la cabeza la otra noche en que caí por las escaleras.

-¿Qué? ¿Te hicieron estudios? ¿Cuándo fuiste? Y lo más importante de todo ¿Por qué no nos habías dicho nada?

-Cálmate Minbong.- Pidió enderezando la espalda y la sangre escurrió rauda hasta estamparse contra el piso, ensuciando en su camino los labios y un poco la sudadera del líder. Se llevó la mano a la nariz en acto reflejo. Tapó sus fosas ejerciendo un poco de presión para detener el flujo sanguíneo mientras continuaba.- Si no dije nada fue precisamente para que no se alarmaran. Y tienes que prometerme que no le vas a decir a los demás.-Se inclinó nuevamente. Soplando a través de la nariz, y con ayuda del chorro de agua, se limpió lo mejor que pudo.

-No Eric, no me puedes pedir eso.-Dijo firmemente, sin exaltarse.-Somos un equipo ¿Recuerdas?  Tenemos que dar un concierto dentro de unos días y no voy a estar tranquilo hasta que un médico me asegure tu salud. ¿Qué pasa si se complica tu lesión por no tener cuidado?

-Soy cuidadoso Minwoo.-Las gotas de sangre caían cada vez más  lento, la hemorragia estaba cediendo

.- Si quieres acompáñame mañana a la clínica para te convenzas de que todo está bien.-Propuso.-Quiero evitar que Pil Kyo se sienta culpable ¿Entiendes?-Buscó la comprensión en los pequeños ojos del otro resignándose a decirle la verdad.

-Lo siento Eric pero tienen que estar enterados por si llega a pasar un accidente o, precisamente para evitar que ocurra uno.-Le ofreció un trozo de papel para que se secara el agua de la cara. Eric lo tomó en un gesto de resignación.

-Ahora regreso. Si necesitas algo llámame Eric.

La hemorragia no tardó en detenerse una vez que el chitchai salió, por lo que el líder salió casi detrás de él.

***Fin del Flashback***

Desde aquel día todos, especialmente Sungie y el maknae, habían estado muy pendientes de él, de su salud.

Al principio se sintió bien, estaba siendo mimado. Hyesung prácticamente no se despegaba de él, ya casi estaba viviendo en su apartamento para mantenerlo vigilado (a sugerencia de Minwoo); Lo despertaba en las mañanas, le preparaba la comida, lo acompañaba al médico y se encargaba de que tomara sus medicinas.

Andy por su parte le llevaba frutos como ciruelas, cerezas, arándanos, uvas y últimamente un poco de comida. Eric ya empezaba a cansarse de todo lo que tuviera que ver con las semillas de sésamo que Hyesung tanto amaba y de las que abusaba a la hora de cocinar. Aun así el menú era muy reducido. Todos los días había pescado en su plato, principalmente salmón, trucha y caballa; acompañados de algunas verduras, ajo y cebolla. Y no es que no le gustara el pescado, lo que es más, le encantaba; pero unas costillitas de cerdo a la parrilla o una gran hamburguesa son platillos nada despreciables, sobre todo para alguien de tan buen apetito como él.

Y también estaban las prohibiciones que, aunque no eran tan estrictas, representaban un fastidio.

Dongwan despidió al líder deseándole suerte como una especie de broma. Sabía que el líder era fuerte y que podría resistir, más aun con Hyesung a su lado. Estaba seguro que pronto podría volver a su vida normal.

A pesar de que el mayor subió a la camioneta, esta no arrancó. Tenían que esperar a Pil Kyo, quien aún no terminaba de alistarse para partir.

…

-¿Todavía no te vas Jinnie?-Preguntó Dongwan a quien recogía descuidadamente las cosas en su bolso.

-Es que me quedé con Minwoo-Hyung y los bailarines un rato. ¿Y tú?-

-También me entretuve en unos asuntos. ¿Y Andy?

-Ya se fue.-La seca contestación despertó la curiosidad del mayor.

-¿Puedo preguntar cómo van las cosas entre ustedes?- No quería parecer entrometido.

-Bien.-Hizo una pequeña pausa.-Supongo que bien.

-No suena así.-Comentó.

-Tú sabes Hyung. No podemos pasar demasiado tiempo juntos a causa del trabajo  y, aunque últimamente hemos tenido mucho…Contacto, siento que no es suficiente.

-¡No seas codicioso Choong Jae! ¡Al menos deja descansar al pobre Andy!-Retó pícaramente entre risas.

-¡¿Qué!? ¡Si es él quien no me deja descansar!-Se defendió.-Además no me refería a eso Hyung.

-¿Ah no? ¿Entonces?

-Yo sé que él es un hombre muy ocupado y que su trabajo es lo más importante pero egoístamente deseo tenerlo para mí completamente, sin interrupciones aunque sea por un día. He llegado a pensar que solo me busca para saciar sus necesidades físicas pero me niego a creer algo como eso. También está el asunto de los celos. Me incomoda que le tenga tantas atenciones a Eric. Últimamente he estado muy paranoico.

-Por qué no se lo comentas. Estoy seguro de que pueden hallar la solución si se dan un tiempo para hablarlo.

-No quiero que piense que deseo controlar su vida. Lo amo, no quiero perderlo.

-Pues te digo que lo vas a perder si no le dices todo esto como me lo estás diciendo a mí. La comunicación es lo más importante en una relación.

-Gracias por preocuparte por nosotros Hyung.- La sinceridad brilló en sus pupilas. Sin pensarlo dos veces lo estrechó fuertemente entre sus brazos.

-Yo solo quiero su felicidad. – Por alguna razón esas palabras causaron un leve dolor en su corazón.

Se despidió de Junjin y se quedó pensando seriamente. ¿Acaso estaba condenado a revivir la misma historia una y otra vez? ¿Era una especie de maldición?

Las pertenencias de Minwoo todavía estaban en la habitación y, por el desorden en que se encontraban, Dongwan pudo deducir que no había vuelto ahí desde que el concierto terminó.

Recordó por las palabras de Jinnie que se había quedado un rato más conviviendo con los bailarines. Miró el reloj, era realmente tarde.

Comenzó a guardar las pertenencias del otro, perfectamente acomodadas, en su bolso y lo colgó en su hombro. Antes de salir, dio un último vistazo revisando que nada se le olvidara. Apagó la luz y fue en su búsqueda.

“No sería justo que lo dejara solo después de todo lo que se ha esforzado”

…

-¿Quieres un poco de fruta para cenar?-Preguntó dirigiéndose directamente a la cocina apenas entró, detrás del líder al apartamento.

-Lo único que quiero es meterme en la cama y dormir hasta la próxima semana.-Se tumbó pesadamente  en el sofá.

-Primero tienes que darte un baño y…-Se paró recargándose en el marco de la puerta de la cocina, con los brazos cruzados y una mirada astuta.-Está bien si no quieres cenar pero aun así debes tomar tu té.

-Está bien- Refunfuño con una mueca de desagrado en el rostro.-Corta algo de fruta para mí por favor.- Era mejor así, el té que tenía que tomar por las noches era sumamente amargo y eso no era lo peor. Lo peor era que le provocaba eructos y cada vez que lo hacía subía nuevamente la amargura hasta su boca. Era como una tortura interminable.

-Bueno ve a ducharte. Llámame si necesitas algo-Ordenó suavemente.- Pero más vale que estés muriendo o algo por el estilo porque estoy muy cansado para tus bromitas.-Su tono cambió completamente a uno feroz y amenazante al hacer su advertencia.

Eric sonrió mientras se dirigía al baño recordando las bromas con las que había tratado de deshacerse de su cuidador. Pero éste era persistente y en lugar de renunciar, le había hecho pagar con creces sus ocurrencias.

El agua tibia que caía de la regadera  lograba relajar cada músculo de su cuerpo. Si, estaba agotado; pero desde hace días una cálida felicidad cobijaba su alma y lo hacía olvidarse de todo. Tener a Hyesung a su lado hacía saltar de dicha su corazón, era como un sueño.

Limpiar no era lo suyo, mucho menos en casas ajenas. Y ni que decir de poner en orden la cocina y lavar los platos. Sinceramente las tareas del hogar se convertían en un verdadero fastidio cuando se veía obligado a hacerlas. Sin embargo, en las últimas semanas aquel trabajo, que más bien se había tomado como una responsabilidad, le había resultado de lo más ameno.  Si, a veces lidiar con las niñerías de Eric, su irritabilidad y su ansiedad, resultaba todo un reto. Aun así tenía que admitir que lo estaba disfrutando.

Salió de la cocina una vez que lo puso todo en orden y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro al encontrarse con aquella estampa.

En el sofá, frente al televisor encendido, Eric se había quedado completamente dormido.

A pesar de que  se resistió a irse a descansar, tal como dijo el menor,  con obstinación con el pretexto de que con la ducha se le había ido el sueño. Sus parpados lo traicionaron haciéndose cada vez más pesados.

Hyesung se enterneció. ¿Cómo un hombre en mitad de sus treintas podía lucir tan adorablemente indefenso?

Apagó el televisor y al acercarse notó que todavía yacía en su mano derecha la toallita húmeda que minutos antes le había dado para que limpiara la pequeña hemorragia que se presentó en su nariz mientras terminaba de comer los frutos que había lavado y cortado escrupulosamente para él.

Se puso en cuclillas frente a él. Echó un vistazo a la toalla. Afortunadamente solo había en ella unas pocas gotas del rojo líquido. Definitivamente ya se encontraba mejor. Si en un par de días dejaba de sangrar completamente, podrían terminar por fin con todo ese show.

-Es una lástima-Suspiró retirándola de su mano con cuidado, lamentando que todo eso fuera a terminar pronto. La piel de sus dedos encontró suavemente la piel ajena y un sentimiento más grande que su voluntad se apoderó de él.

Acercó su rostro al del líder, cuidadosamente retiro el cabello de su frente y se quedó contemplándolo por unos segundos. Podía sentir su respiración tibia golpeando gentilmente sobre sus pómulos. Sus dedos se deslizaron por la delgada nariz. Tragó saliva pesadamente mientras delineaba los gruesos labios. Sin poder resistir más, cerró la distancia entre los dos rozando sutilmente la boca ajena. Con los ojos cerrados  en un impulso más bien inocente. La casi divina sensación se apoderó de él poco a poco hasta inundarlo completamente.

No pasó mucho tiempo para que el gesto fuera correspondido.