Eric sitió el jalón del seguro de la puerta cuando ya se encontraba a la salida del estacionamiento y tuvo que echar mano de todo su autocontrol para ocultar la sonrisa que se formó en sus labios, y que de tan grande no le cabía en el rostro, antes de detenerse. Se inclinó sobre el asiento del copiloto y bajó la ventanilla.

-¿Me llevas a casa por favor?- Pidió tragándose todo su orgullo y sintiendo el estómago hacerse un nudo.     

Estaba a punto de dejarlo entrar cuando una mejor idea lo detuvo.

-¿No prefieres conducir?-Preguntó a Hyesung, dejándolo atónito.

¿En serio? Eric Moon, quien había criticado siempre su forma de conducir, ¿Le ofrecía las llaves de su coche? Definitivamente algo andaba mal, Hyesung no podía sacarse esa sensación de desconfianza.

-Estoy muy cansado ¿Sabes?- Aclaró Eric, conociendo de sobra la suspicacia del otro.-Así que decide pronto por favor.

-Muy bien.-A pesar de sus dudas, Hyesung se dirigió a la otra puerta. Si tenía que hacer el viaje a casa con el líder aquella oferta le convenía infinitamente.  Sabía que Eric se quedaría dormido y eso lo hizo ganar confianza.

El líder se movió al asiento del copiloto, cediendo el volante.

Hyesung condujo tranquilamente, tal como lo había pensado, Eric se quedó dormido tan pronto como se acomodó en el sillón.

…   

-¡Andy!- Llamó Choong Jae estando a tan solo un par de metros del auto de su Hyung, desde donde caminó tratando de recuperar el aliento

-¿T-te sientes bien? Saliste tan rápido que no me dio tiempo de…-desvió ligeramente su mirada y carraspeó la garganta -… de nada.-su gesto provoco una sonrisa pícara en el rostro de Dongwan. El maknae solo asintió con la cabeza mientras sostenía el paquete que acababa de recibir.

-¡Yah! ¡Park Choong Jae!- Levantó la voz el mayor dejando a los otros dos sorprendidos -Usted debe ser más cuidadoso de no contagiar a los demás cuando se enferma.-señaló con el dedo y continuo en tono serio.-¡ Mire nada más el estado deplorable en el que se encuentra Andy ¡

-yo…mmm…esto- Balbuceaba Junjin sin saber de qué forma reaccionar ante el repentino reto.

-Usted tiene que hacerse responsable.-sentenció

-¡Hyung! No seas tan duro con él- Suplicó Andy entrelazando su brazo con el de Jin, que se alivió ante la intervención del menor.

-Permíteme llevar esto- Tomó el bolso de hombros del menor en respuesta y sus miradas se conectaron, perdiéndose de todo lo que los rodeaba por unos segundos.

En los labios de Dongwan se dibujó una sonrisa de complacencia, aquellos dos realmente formaban una pareja adorable.

-Bueno, creo que yo mejor me voy. No quiero hacer mal trio.-interrumpió subiendo a su auto.

-Gracias por todo Hyung.- Andy regresó a la realidad.

-Más te vale que lo cuides muy bien.-esta vez se dirigió a Choong Jae con una mirada escrutiñadora.

-¡Por supuesto que sí!-

-Ahora te llevaré a tu casa- Una vez que su Hyung había salido del estacionamiento, Junjin condujo al menor hasta su auto con un brazo sobre sus hombros.

-N-no tienes que molestarte.

-No seas necio y sube al auto- Abrió la puerta del copiloto e hizo un ademan de invitación.

Durante un par de segundos el silencio reinante al interior del vehículo se hizo incómodo. Andy miraba por la ventana, dejando de repente soltar un pesado suspiro.

-¿Por eso no querías contestar mis llamadas verdad?-Habló al fin el mayor.- no querías que supiera que estabas enfermo.

Andy se había excusado en el trabajo para no responder las llamadas de Junjin, contestándole únicamente por mensajes de texto.

-No quería que te sintieras responsable y te preocuparas de más.- respondió enfrentando la mirada del mayor.

Otro suspiro profundo se hizo presente, viniendo esta vez Chonng Jae.

-Andy…-Hizo una breve pausa-¿Cómo no quieres que me preocupe cuando no puedo saber ni siquiera si estás bien? ¿Cómo quieres que me sienta si ni siquiera soy capaz de cuidar de la persona que amo?- El tono de Choong Jae se había vuelto un tanto hosco.

-¿M-m-me estas regañando?- Con los ojos cristalizados y abiertos como platos Andy no pudo ocultar su incredulidad, ni el hecho de que se había sentido herido por el tono del mayor,

-N-no era esa mi intención- trató de remediar la situación al ver aquella expresión  en los ojos de Andy. Sabía que se había equivocado al hablarle de esa forma.-Me refiero que debemos cuidar el uno del otro y tenernos confianza-Continuó más tranquilo. -Desde ahora no hay que ocultarnos las cosas ¿Si?- El menor asintió levemente con la cabeza. Lo abrazó y dando un beso en su frente se disculpó en un susurro- Lo siento.

-Necesitarás hacer algo más para que te perdone.- Andy tomo el control de la situación enseguida girando el rostro y frunciendo los labios.

-Te llevaré a comer…- se apresuró a suplicar juguetonamente-…lo que tú quieras- pero el menor no cedió.

-mmm…-El mayor se quedó pensativo un instante-…no quería decirte esto, pero mi intención era quedarme a dormir en tu casa-Se inclinó con sutileza hasta que sus labios quedaron cerca del oído del otro y continuó maliciosamente.- y, mimarte toda la noche.

El rostro de Andy se encendió en rubor y de repente sintió que le faltaba el aire, por lo que empezó a abanicarse con las manos.

-¡Mejor vámonos antes de que se te ocurran más tonterías Choong Jae!- Trató de sonar molesto para ocultar su vergüenza, lo que provocó que una descarada carcajada saliera de lo más profundo de Junjin.

-¡Muy bien! Como tú quieras.- respondió victorioso, dejando un fugaz beso sobre el cabello del menor.

-Espero que sepas que no lo dejaré pasar tan fácil la próxima vez que me hables de esa forma.-advirtió acomodándose el cinturón de seguridad.

-Lo sé.- Respondió en tono infantil mientras ponía en marcha el motor del auto.   

…

Una extraña sensación de añoranza lo había invadido desde el trayecto de camino a casa. Una vez en su apartamento, se dio una ducha, tomó un poco de té caliente y se echó sobre la cama esperando a quedarse dormido aunque sabía que probablemente no lo conseguiría con todos aquellos recuerdos revoloteando como diáfanos fantasmas en su cabeza. Recuerdos de un agridulce amor de juventud que la imagen de los menores del grupo, percibida horas atrás, había traído hasta él.

Tomó el teléfono y marco. Escuchó la apesadumbrada y perezosa voz que llamó su nombre en palabras arrastradas.

-¿Dongwan?

-Lamento despertarte- moduló su voz a un tono más bajo.

-¿No puedes dormir? ¿Qué es esta vez?- preguntó Minwoo girando sobre su cama y volviendo a cerrar los ojos.

-No lo sé…- mintió honrando el pacto que tenían de dejar el pasado atrás.

-¿Estrés? ¿Preocupación? ¿Inseguridad?...

-No.-rio.-Está vez  no es nada de eso. Más bien un agradable sentimiento de nostalgia… como recordar tu niñez.- Encaminó la conversación a una dirección más favorable. Lo único que necesitaba era oir su voz, sentirse escuchado, reconfortado o simplemente no sentirse solo. Porque ciertamente aquella relación que le enseñó los sinsabores del amor también le había regalado al mejor de los amigos.

-Cuando era niño…-Minwoo empezó a hablar de su infancia entonces, a referencia de Dongwan, una de esas historias que él sabía contar muy bien. Era una especie de hábito desde que se separaron, antes de eso el insomnio no era usual, contarle una historia que lo hiciera olvidarse de todo lo que traía en la cabeza y conciliar el sueño.  

*flashback*

Sintió aquel cuerpo deslizarse sigilosamente bajo las cobijas y una sonrisa se dibujó en su rostro. Sin abrir los ojos, giro sobre la cama para corresponder a los brazos que lo rodearon por la espalda.

-Eres un travieso Lee Minwoo- susurró dejando un beso sobre su cabello.

-¡Shhh! ¡Nos van a escuchar!- se acurrucó cerrando los ojos.

Dongwan lo cubrió con la cobija y se quedaron profundamente dormidos.

El sonido de pasos en el corredor hizo a Minwoo despertarse.

-¡Mierda!-Exclamó al darse cuenta lo descuidados que habían sido. Estaba amaneciendo y no quería ni imaginarse lo que pasaría si alguien entraba y encontraba aquella escena. En apresurados y torpes movimientos se puso de pie, provocando que el hombre a su lado despertara también. –Escuché a alguien allá afuera.- susurró disponiéndose a salir.

Dongwan saltó de la cama pidiendo con la mirada a Minwoo que esperara. Se acercó a la puerta y la abrió lentamente echando un vistazo hacia afuera.

-No hay nadie.- suspiró aliviado-probablemente alguien se levantó al baño.

-Mejor me voy antes de que me dé un infarto-Se despidió dejando un beso sobre los labios de Dongwan antes de salir a hurtadillas.

*fin del flashback*

Si, aquella relación también había estado llena de gratos recuerdos, de esos que uno no puede más que agradecer.

-Dongwan…Dongwan…-Llamó Minwoo para cerciorarse que el hombre al otro lado de la línea estaba dormido.-que descanses.-dijo antes de colgar.

…

-Llegamos.-Anunció Hyesung sin obtener respuesta del líder-Eric ya llegamos.-Esta vez alzó un poco más la voz.

-¿Qué? Ah, sí.- Pronunció apesadumbrado una vez que abrió los ojos. Tomaron sus cosas y salieron del auto.

-Toma.- Hyesung devolvió las llaves del coche.

-Gracias. Que descanses.-Tomó las llaves y se despidió con una sonrisa para después dar la vuelta disponiéndose a marchar.

-Gr-gracias a ti.-murmuró casi  para sí mismo, sin atreverse a creer todavía en el cambio de actitud de Eric. Quizás esta vez era cierto pero, ¿Cómo saberlo?-¡Espera Eric!- Alzó la voz mientras lo alcanzaba en el elevador.-Yo también subo.- entró. Unos cuantos segundos de incomodo silencio se hicieron presentes antes de que la conversación iniciara y, sorprendentemente, fluyera con naturalidad sobre cosas poco profundas, como el trabajo, incluso algunas bromas. Sin darse cuenta Hyesung bajó donde Eric y caminando junto a él llegaron hasta el apartamento del líder.

-Bueno…-interrumpió el mayor.-…te invitaría a pasar pero en verdad estoy muy cansado, ¿Te parece si continuamos mañana?- Fueron estas palabras las que trajeron de vuelta a la realidad a Hyesung quien se limitó a asentir con la cabeza.-Bien, te espero en el auto a las 6:30. Buenas noches.-Sonrió antes de entrar y cerrar la puerta, dejando al menor ahí parado sin saber cómo reaccionar exactamente.

Y así fue que muy temprano en la mañana Eric no tuvo que esperar mucho la llegada de Hyesung, quien se había pasado toda la noche pensando que si esta vez Eric estaba resignado al fin a ser solo amigos, podía darle una oportunidad, después de todo no era como si en verdad lo odiara.

…

Andy entreabrió los ojos perezosamente en la madrugada cuando el cielo todavía no clareaba,  y entonces recordó que se había quedado dormido en el coche de Junjin después de haber ido a cenar y como este lo había llevado cargando hasta allí porque de alguna forma el medicamento que estaba tomando le producía mucha somnolencia y pesadumbre. Echó una mirada por toda la habitación sin encontrar en ella mayor rastro de su pareja que su aroma impregnado entre las cobijas.

 Se levantó sabiendo que tenía trabajo y salió de la habitación en busca de Choong Jae. ¿Acaso se había marchado?

En cuanto abrió la puerta llegó hasta su nariz el peculiar e inconfundible olor.

-Se está quemando lo que tienes en la estufa.- Advirtió a quien se encontraba cortando vegetales laboriosamente.

-¡Ay, no!-exclamó después de sobresaltarse por la sorpresiva entrada. Volteó rápidamente a atender el fuego. – ¡Maldición!- Espetó cuando, al intentar tomar la cacerola hirviendo, se quemó la mano. Andy se apresuró a auxiliarlo.

-¿Estás bien?-Tomó su mano para revisarla más de cerca. No era grave. Suspiró.- ¿Por qué no solo lo apagaste?- Cuestionó en tono de reto ejecutando la acción.

-¡Es tu culpa por asustarme de esa forma!- Intentó justificarse formando un puchero en sus labios, completamente avergonzado.

-Ven, vamos a ponerte un poco de ungüento.- Se rindió completamente conmovido por el mayor.

-¿Te parece si yo termino en la cocina?- Consultó Andy terminando de colocar un vendaje sencillo en la mano del agraviado. Sabía que Jinnie no estaba acostumbrado para nada a las tareas del hogar, mucho menos en un hogar ajeno, pero el simple hecho de haberse levantado temprano para ayudarlo un poco era para el menor una muestra de cariño invaluable, no quería arruinarlo haciéndolo sentir mal solo porque las cosas no sucedieron como esperaba.

-Está bien.- Respondió Junjin más resignado que nada después de haberlo pensado un poco.-También dejé la ropa en la lavadora.-Continuó, causando en el rostro del maknae una expresión de extrañeza e incredulidad divertida que procuró moderar.-La sacaré a orear mientras tú te encargas del desayuno y así no se nos hace tarde. “Muy bien, la sorpresa del desayuno no funcionó, pero al menos todavía tengo una oportunidad con la ropa” Pensó Choong Jae aliviado.

En el rostro de Andy se dibujó una inevitable y amplia sonrisa, su corazón y su estómago saltaban dentro de él por la felicidad.

-De acuerdo, pero ten cuidado con tu herida.-Condicionó sin poder resistirse a darle un dulce beso antes de regresar a la cocina.

La cocina se encontraba hecha un asco. Con la maestría de un Chef profesional Andy se encargó de la situación.

-¡Pero qué demonios!- La exclamación proveniente de la habitación de lavado interrumpió al menor en su labor casi finalizada.

-¿Ahora qué?-Interrogó para sí mismo emprendiendo la marcha para verificar la situación, no sin antes bajar las flamas en la estufa.

-No sé qué demonios pasó.- Se defendió visiblemente consternado acercándole una de las prendas recién sacadas de la lavadora.

-Pero qué…-Alcanzó a articular el maknae. Todas las prendas tenían el mismo aspecto: tiesas como trozos de papel reciclado.

Andy se acercó a revisar la máquina que acababa de terminar su trabajo, todo parecía normal hasta que…

Una carcajada estalló en los rosáceos labios del menor sin que este pudiera evitarlo. El rostro de Junjin se tiñó de vergüenza, sin comprender del todo lo que estaba pasando.