A/N Me disculpo de antemano (o quizá ya es muy tarde?) por el lenguaje vulgar que a veces utilizo pero no me lo puedo imaginar de otra forma.

Esta semana estoy un poquito (demsiado) atrasada con la escritura porque la gripe ralentiza mi cerebro y termino quedandome dormida, espero ponerme al corriente. Mientras tanto espero que disfruten este cap. Gracias por leer.

Y fue como si un rayo divino iluminara de repente a Choong Jae. Era perfecto, algo que él mismo pueda hacer, un detalle tan especial que ni el mismo Andy se hubiera esperado recibir algo así en toda su vida pero ¿Qué?

Por una parte se preguntaba ¿Qué clase de cosas disfruta Andy?  Trató de hacer una lista mental de camino a casa, cosa que le hizo dudar si en verdad conocía al maknae. Y por la otra ¿Qué era capaz de hacer él? Era cierto que se estaba esforzando por ser un hombre más competente en las cuestiones de la vida diaria, pero no tenía aún la experiencia suficiente como para lanzarse confiado a un camino que apenas conocía a tientas. Dándole vueltas al asunto consiguió quedarse dormido después de una ducha.

Se levantó antes del amanecer con una sola idea en la cabeza: Andy

-Iré a verlo ahora mismo, pasaré con él todo el día y podré decidirme por un presente adecuado.-Pensó en voz alta lleno de optimismo.

Tomó sus cosas, poniéndose lo primero que halló en las gavetas y salió de su apartamento sin demorar más de diez minutos. Condujo hasta la casa del maknae, deteniéndose a medio camino para comprar algo para desayunar.

Parado frente a la puerta de repente lo atacaron los nervios ligeramente, dejo salir un suspiro y llamó sin obtener respuesta. Una, dos, tres veces sin resultados causaron una molesta sensación de incertidumbre, estaba a punto de llamar una vez más pero antes de tener oportunidad la puerta se abrió finalmente, revelando a un Andy acabado de despertar. Envuelto en una cobija, con el cabello despeinado y los ojos somnolientos, vistiendo unos pantalones deportivos y una camisa sencilla que acababa de ponerse.

-¡Buenos días!- Cantó en forma adorablemente entusiasta y se acercó a dejar un beso en labios de su novio, encontrándose con algo que no le gustó nada. El olor a alcohol y tabaco emanaba, sutil pero inconfundiblemente, de él.

-¡Hola!- Respondió el menor sin darle importancia al ligero cambio de expresión en el rostro de JIn.-Pasa.- Invitó.

Junjin dejó sus zapatos en el recibidor, siguiendo a Andy. Un solo vistazo a la sala de estar bastó para incrementar la incomodidad del mayor a tal punto que ya no le era posible ocultarla en su rostro.

Había botellas de licor esparcidas descuidadamente al igual que los restos de ramyun decorando la mesa entre trastos sucios, los cojines de los sillones y ropa.

Si, ropa. Ropa que Choong Jae pudo reconocer claramente, la ropa que un día antes le había visto llevar al líder.

Una fuerza virulenta golpeó contra su estómago y sintió la cólera hirviente dentro de él amargándole el gusto. Quiso gritar, montar una escena y que Andy le diera una explicación en el instante. Sin embargo tuvo que callar, por la misma razón por la que había ido a buscarlo de madrugada: porque su relación era un secreto.

-Yo… siento que encuentres tan desordenado, anoche bebimos demasiado y…-Andy sintió de pronto la imperiosa necesidad de explicarse al notar que la presencia de Junjin se había vuelto oscura.

-No Andy,-Interrumpió el mayor haciendo un esfuerzo extra humano por controlarse-No tienes nada que explicar. Es mi culpa por venir sin avisar.-Su tono de voz era más bajo de lo normal, lo cual hizo sentir al maknae realmente intimidado.-Te traje algo para desayunar.- Se inclinó colocando la bolsa con las dos charolas de comida sobre la desordenada mesita.-Mejor me voy antes de que despierte.-Sonrió ácidamente refiriéndose al líder antes de retirarse.

Andy quiso detenerlo, y de alguna manera, Junjin también lo esperaba. Pero no pasó, Andy se quedó ahí parado en medio de la habitación mirando todo como un extraño. Prefirió guardar silencio al no saber exactamente cómo actuar. Sabía que Choong Jae era esa clase de persona que forma una tormenta en un vaso de agua y tenía el presentimiento de que las cosas se saldrían de control. Como jalarle un pequeño hilito suelto a un suéter y terminar desbaratándolo, justo así se sentía en aquel momento.

…

-¡Andy-ah!-Llamó el hombre, que todavía se encontraba recostado en la cama, de un humor increíblemente bueno y al no tener respuesta, se levantó en búsqueda de su joven anfitrión.

-¡An-dy-ah!-Gritó en voz baja encontrándose con la figura del maknae de espaldas en la cocina.

-Hola.-Respondió con una sonrisa apagada mirando por encima de su hombro.

Eric se acercó sigilosamente y lo abrazó de repente por la espalda, colocando su barbilla en su hombro izquierdo.

-¿Por qué esa cara?-Preguntó en tono infantil.- ¿Te sientes mal otra vez?-posó sus labios en el cuello del menor.

-Qué cara esperas que tenga cuando un molesto hombre borracho no me deja dormir con su palabrería ¿Eh?- Gruñó siguiéndole el juego, no queriendo mencionar la verdad detrás de su sombría expresión.

-¡Duele!- Espetó repentinamente al sentir la dentadura de Eric clavarse contra su cuello en uno de esos impulsos que por momentos dominaban al líder. Eric rio maliciosamente apartándose del menor.

-¡Eric Moon!- Se volvió para confrontarlo, encontrándose con ese destello pícaro en la mirada del mayor que tan bien conocía. -¡Ve a vestirte ahora mismo antes de que te dé catarro!-Reprendió al caer en la cuenta de que su amigo vestía únicamente el bóxer.

-Si mamá.-Canturreó graciosamente Eric mientras regresaba a la habitación arrebatando una genuina risa al maknae.

-Y ven a desayunar antes de que se enfríe.-Alzó la voz.

Eric se extrañó que la comida estuviera lista en tan poco tiempo.

-Te levantas tan temprano y, ¿Pides comida?-Observó el mayo dándole una miradilla a la charola de comida. Andy soltó un pesado suspiro.-Pudiste cocinar para tu Hyung ¡Tacaño!-Masculló.

-No lo comas entonces.-Dijo retirándole el plato lentamente, siendo detenido al instante.

-¿Quién dijo que no lo comería?

…

Era una mañana gélida de Enero, cosa completamente común en los primeros días del año. Una mañana que había resultado desastrosa para Jinnie.

No quería regresar a su departamento y era estúpidamente temprano como para dirigirse al estudió y, a fin de cuentas, no quería estar solo haciéndose ideas en la cabeza, porque se conocía lo suficiente para reconocer que era un hombre con una GRAN imaginación.  

-¿Jinnie?- El móvil fue contestado al fin de varios minutos vibrando sobré el buró.

-¡Hyung Te invito a desayunar!

Hyesung miró la hora en la pantalla del teléfono, Sabía que tenían que trabajar desde temprano aquella mañana pero aun así era muy temprano.

-¿Justo ahora?-Gruñó.

-Sí, bueno si no quieres pasar tiempo con tu ahora olvidado Baby bird está bien, comprendo. Ahora que Eric es tu mejor amigo ya no me necesitas…- Impregnó su chantaje barato de un tono de tristeza casi miserable.

-Que dem…-Rio el mayor al teléfono. -¿De qué hablas? Está bien, desayunemos.- Accedió. La llamada del menor lo había puesto de buen humor.

-Bien, paso por ti, te espero en el estacionamiento, no tardes.

El desayuno fue tan ameno que casi logro hacer que Junjin olvidara la pesadilla matutina.

-Ahora cuéntame.-Pidió Hyesung dejando la taza de café sobre la mesa. -¿Cómo está eso de que como ahora Eric es mi mejor amigo ya no te necesito?

-Bueno pues… últimamente Eric y tu parecen uña y carne y no puedo evitar sentirme celoso porque ya no me buscas.-Hizo un puchero con los labios sabiendo que era imposible para el mayor resistirse a este gesto.

-Claro que no, no es como piensas. ¿No te alegra que Eric y yo nos llevemos mejor cada día?-Preguntó en tono amable, como se le pregunta a un niño pequeño.

-No me malentiendas Hyung, me alegra que se estén entendiendo pero me he sentido abandonado los últimos días.

Mintió. En realidad apenas había notado el cambió en la relación del Ricsung. Las últimas semanas su mente era un diez por ciento trabajo, cinco por ciento sus necesidades básicas y ochenta y cinco por ciento ANDY. Pero ahora estaba molesto e hipersensible, la más mínima actitud, el más mínimo gesto, se hacía enorme ante sus ojos.

Lo que en ese momento le reclamaba al mayor lo puso a pensar en Eric ¿Es qué Eric tiene que alejarme de todo lo que quiero? Primero Hyesung y ahora Andy, o tal vez al revés, o como quiera que fuera. Eric se estaba metiendo en su camino y eso no le gustaba nada.

-Bueno, quizás sí he descuidado un poco nuestra relación.-Reflexionó el mayor sacando a Jin de ese viaje absurdo de suposiciones e ideas que se estaba trazando en la cabeza.-Pero jamás, nunca en la vida te cambiaría por alguien, mucho menos por Eric.-Se aseguró de remarcar esa parte.-Eres insustituible en mi vida Prak Choong Jae, eres mi Baby bird después de todo ¿no?

-¡Te amo Hyung!- expresó cubriendo su rostro de besos después de tomarlo por sorpresa entre sus brazos. Mientras Hyesung trataba de resistirse entre risas. El ego de Junjin subió como como la espuma.

…

-¿Qué pasó entre Andy y tú? ¿Pelearon?-Wannie soltó la pregunta después de haber esperado casi todo el día por poder encontrarse a solas con Junjin un momento.

-Algo así.-Dejó caer en un pesado suspiro.

*flashback*

Choong Jae quiso dejar de lado los inoportunos acontecimientos matutinos, después de todo ya no estaba tan molesto.

Todos estaban reunidos, el trabajo fluía como habitualmente lo hacía, nada parecía fuera de lo normal hasta que…

-¿Qué te pasó aquí Andy?-Preguntó Hyesung preocupado, señalando la marca entre el cuello y el hombro del menor.

-¡Eric me mordió!- Se llevó la mano al lugar indicado, como por instinto, haciendo una mueca.

-¡Esta vez si te pasaste!-Hyesung lanzó una mirada furibunda e Eric, Minwoo se acercó a mirar también, se alcanzaba a notar la marca rojiza, casi una herida.

-¿Te duele?-Preguntó Minwoo al menor dirigiendo a el líder una mueca de indignación.-¡Casi le arrancas el pedazo!

-Solo estaba jugando-Se defendió Eric.-No entiendo por qué hacen tanto drama, él ni siquiera se quejó.-Replicó.

-¡No tienes vergüenza!- Terminó por sentenciar Hyesung.

Eso bastó para que Junjin se pusiera furioso nuevamente. Andy lo notó en seguida y en la primera oportunidad que tuvo de acercarse a él, cuando tomaban las medidas para el vestuario,  intentó hablar con él.

-¿Estás enojado?-Preguntó inocentemente. Junjin no contestó, no sabía cómo empezar. Estaba enojado, sí, pero no quería echarlo a perder otra vez. -¿No vas a contestar?-Andy trató de convencerlo con un puchero.

-Quería pasar todo el día contigo.-Por fin habló tomando el control de sí mismo.

-Y por qué no te quedaste a desayunar con nosotros, estoy seguro de que Eric…

¿Cómo explicarle un sentimiento que ni siquiera él comprendía, que lo dominaba y cegaba, racional y tranquilamente?

-En principio de cuentas: ¿Por qué estaba Eric ahí?- Jin interrumpió al menor a dos de perder la cabeza nuevamente.

-Ya te lo dije bebimos un poco.-Andy también luchaba por mantener la paciencia.

-Pues no creo que haya sido poco  con todo el desorden que encontré, Además, si tienes tanto tiempo para emborracharte con Eric al menos tómate la molestia de responderme los mensajes que te envío.-Reclamó elevando el tono de su voz.

-Se me terminó la batería, por eso no vi tu mensaje hasta hoy en la mañana.-Trató de explicar razonablemente el maknae.

-¡Que irresponsabilidad! ¿Cómo puede un hombre de negocios ser tan descuidado para dejar morir su móvil? ¡Ah! Pero eso si te andas emborrachando hasta morir, ¡Con Eric!

-A ver Park Choong Jae, ¡No entiendo cuál es el maldito problema! Toda la vida he sido así, ¡No me vengas con estupideces!-Terminó por estallar el menor.

-¡Ahora resulta que soy estúpido por preocuparme por ti! ¿Incluso tengo que soportar esto?-Señaló la marca en su cuello levantando la solapa de su camisa.

-¡Vete a la mierda Park Choong Jae!- Espetó empujándolo para después alejarse.

*Fin del flashback*

-Eres un bestia Park Choong Jae, ¿Cómo pudiste tratarlo así?-Negó con la cabeza el mayor después de escuchar toda la historia.

-Ni me lo digas. Sólo de pensar que pasó la noche con Eric me hizo sentir incomodo, pero el hecho de que haya dejado que le hiciera una marca en el cuello me volvió loco ¡Yo ni siquiera lo he tocado!

-La relación de esos dos siempre ha sido muy estrecha. Y la forma de ser de Eric tampoco es nada nuevo ¿Por qué los celos?...

La cuestión planteada por el mayor hizo a Jinnie recordar aquel sueño que había detonado todo, ese que lo llevó a darse cuenta de los sentimientos que guardaba para el maknae. Entonces la imagen de una escena vino a su mente, un acontecimiento que había descartado por completo. Que ¿A qué venían esos celos? Ahora sabía la respuesta a esa pregunta.

-…más te vale encontrar la manera de enmendar tus errores o tendré que encerrarlos juntos nuevamente hasta que entren en razón.- Las palabras de Dongwan trajeron a Junjin devuelta de sus cavilaciones.

-Así qué tú fuiste quien nos dejó afuera del club aquella noche…- Un brillo malicioso se dejó ver en las pupilas del menor acompañado de una media sonrisa y Wannie se sintió palidecer odiándose por no ser capaz de cuidar lo que salía de su boca por una vez en la vida.

-Y-y-yo…-Tartamudeó al ver acercándose peligrosamente a Jin.

-¡Gracias Hyung! Siempre es de gran ayuda charlar contigo.- Sorprendió a su Hyung con un apretón entre sus brazos y esporádicos besos repartidos en el rostro de quien sintió como poco a poco le volvía el alma al cuerpo.

Junjin regresó sobre sus pasos una vez que salió en búsqueda del maknae para hacer una advertencia a Dongwan que apenas se reponía del sobresalto recibido.

-Tú y yo aún tenemos cuentas que aclarar. Ni creas que me he olvidado de lo bocazas que fuiste con Andy en el elevador.

…

Andy se percató de la presencia de Jin tras él en las horas restantes de la jornada pero esta vez no se lo haría fácil, estaba muy enojado, mejor dicho decepcionado de la actitud del mayor. Lo trajo de acá para allá sin darle la menor oportunidad, haciéndose acompañar de sus Hyungs. No fue sino hasta que ya se iban a casa, ya entrada la noche, que Andy cedió caminando lentamente por el pasillo con su bolso al hombro, esperando a ser arribado en cualquier momento.

-Andy.-Choong Jae tomó la mano del menor para detenerlo, a lo que el maknae respondió zafándose bruscamente del agarre del mayor, confrontándolo con la mirada.-¿Podemos hablar?

-¿Ahora sí quieres hablar? O vas a empezar con tu histeria otra vez.-El maknae parecía feroz.

-¿Puedes darme sólo una oportunidad?- Suplicó sintiendo el terrible peso de la mirada que lo escudriñaba.- ¿Te importa si vamos al lugar más privado?

-Bien.-Terminó por acceder.

Se encontraban sentados en la mesa de la salita privada de aquel restaurante, uno frente al otro. Jin sirvió un par de tragos en el absoluto silencio, bebiendo enseguida el suyo de golpe y preparándose a servirse otro. No sabía cómo empezar

-Y bien, ¿De qué querías hablarme? Porque sinceramente estoy muy cansado y de mal humor.- Presionó el menor.

-Quiero disculparme por mi terrible comportamiento hacia contigo.-Era como caminar por una placa de hielo que en cualquier momento podría resquebrajarse en un mal paso, por lo que se encaminó hacia donde se sentía más seguro.-Me puse irracionalmente celoso.-Confesó francamente.-Yo…creo que nunca me había sentido así en toda mi vida, esto es…tan nuevo para mí que no supe cómo reaccionar.

Andy tomó el contenido de su copa de golpe. Junjin estaba ahí frente a él con la mirada baja y en su semblante se podía leer completamente la confusión que había dentro de él. Andy entendía perfectamente la actual posición del mayor, pero de ninguna forma iba a permitir el ser maltratado de esa manera. Porque esos celos significaban la falta de confianza de Jinnie hacia él y eso dolía profundamente en el pecho del menor. Si sabía que él había sido el único en su corazón por tantos años, ¿Por qué dudar ahora? ¿Por qué? Cuando, como makanae del grupo, siempre se vio rodeado del cariño y los mimos de sus Hyungs, incluyéndolo a él quien no se cansaba de repetir que era la cosita más mona.

-¿Por qué? ¿Celos de qué?- Inquiriendo en tono herido Andy no pudo contenerse más.

-¡De Eric! De la forma en que te preocupas por él, la forma en que correspondes a sus cariños y complaces sus niñerías.- Exclamó sin alzar la voz, más en un gesto de impotencia que de cólera.