-No seas necio.- Le dejó en claro que no era una sugerencia. Él ya había tomado una decisión.

-Minwoo, -Lo tomó por la muñeca y le habló por lo bajo.- quiero estar solo, por favor.-Pidió con su mejor sonrisa, esperando que su petición fuera atendida.

-Ya te has mojado bastante.-Insistió.-Sólo quiero evitar que te enfermes ¿Entiendes?

Subió al coche a regañadientes. Mirar aquel cielo grisáceo y marchito era como verse en un espejo. Tampoco paraba de llover en su interior.

Minwoo se abstuvo de hacer algún comentario. Sabía que si intentaba traspasar por la fuerza la barrera de sonrisas impecables que el Black Hole se empeñaba en construir a su alrededor cuando estaba deprimido, como ahora, solo lograría empeorar las cosas.

No. A Kim Dongwan hay que darle su propio tiempo y espacio. Dejarlo llevar sus asuntos a su propio ritmo.

-Gracias Minwoo.- Dijo mientras descargaba su bicicleta.-De verdad muchas gracias.-Se despidió reiterando su agradecimiento con una sonrisa.

-Cuando quieras Wannie.

…

Junjin se vio obligado a atender ante la insistencia. Un hombre de mediana edad, quizás un par de años más joven que ellos, gerente de aquel hotel. Se dirigió a él y este se esforzó por comprender lo que trataba de decirle pero su prácticamente nulo manejo del idioma solo le permitió quedarse ahí, como petrificado, en el umbral. En ese momento se sintió tan avergonzado que su cuerpo empezó a transpirar excesivamente.

-Disculpe pero este chico no entiende el inglés.-Andy salió al rescate con una amable sonrisa en el rostro.- ¿En qué le puedo ayudar?

El gerente lo miró con curiosidad por un par de segundos, como inconscientemente, después se aclaró discretamente la garganta.

-Buenas noches caballero.-Se dirigió al menor con gesto amable, tal vez demasiado. –Disculpe la molestia pero los huéspedes del piso de arriba se han quejado de un…-Hizo una breve pausa, pareció estar buscando las palabras adecuadas.-…bueno, dicen que parece que hay una especie de animal fuera de control haciendo demasiado ruido y que no los deja dormir, al parecer el escándalo viene de esta habitación…

Andy se dominó para que la vergüenza  no distorsionara su rostro, en cambió sus orejas, afortunadamente ocultas bajo la capucha, estaban completamente encendidas en carmín.

-Esto… es verdad que  el escándalo lo hacíamos nosotros. Me disculpo por eso.-Hizo una ligera reverencia.- Estábamos… Bueno…-Jugueteó nerviosamente con sus dedos.-…se nos salió de control. No volverá a ocurrir, se lo aseguro.-La seriedad que mostró con sus últimas palabras fue suficinte para ganar la simpatía del gerente.

-De verdad siento haberlos molestado. Lo cierto es que nadie además de los huéspedes de la habitación de arriba, se han quejado de algún ruido, y eso que este piso está completamente ocupado. Ocurre  que se trata de una pareja de la tercera edad y usted sabe lo sensibles e insistentes que pueden llegar a ser.- Confeso con una sonrisa de ojos que le hacía ver bastante afable. Hizo una reverencia antes de retirarse sin más. En el negocio de la hotelería suelen verse cosas extrañas todo el tiempo, por lo que no se sorprendió demasiado la situación con la que acababa de encontrarse.

Sunho cerró lentamente la puerta, para después recargarse de espaldas contra ella, con la mirada perdida.

-¡Maldición! ¡Choong Jae!- Chilló llevándose las manos al rostro.- ¡Me has arruinado!!-Sollozó  en voz baja.- ¡Ya estarás contento!-Lo señaló con el índice, mientras lo encaraba con esa mirada furibunda con la que bien hubiera podido derretir todo el hielo de la Antártida.

Junjin rompió la perplejidad en que hasta ahora se había mantenido, con una risilla ahogada

-Pero amor, -Llamó acercándose al menor, quien aún permanecía recargado contra la puerta cerrada.-No es para que te pongas así…

-- ¿Y cómo quieres que me ponga?- Espetó esquivando la caricia que el mayor pretendió hacer en su cabello.

La reacción en respuesta, por parte de Choong Jae, fue tan rápida que Andy no tuvo oportunidad de escabullirse de los fuertes brazos que lo acorralaron contra la puerta.

-Entonces tú puedes burlarte de mí las veces que quieras pero, ¿Si yo lo hago una vez me convierto en el peor novio del mundo y merezco el infierno? ¿Es eso lo que tratas de decir?

-De que demonios estas….-Frunció conjuntamente el ceño y sus gruesos labios en una mueca de confusión que lo hacía lucir adorable.- ¡Aish! ¡Choong Jae!- Las piezas del rompecabezas se armaron dentro de su cabeza.- ¿Cómo puedes ser así de infantil?

 Por fin Junjin dejó escapar esa abierta carcajada que había estado guardando.

-Tienes razón, soy tan infantil.-Suspiró dando media vuelta, encaminándose al interior de la habitación por la pequeña recepción.-Solo quería castigarte un poco y ya vez el jaleo que has montado.-Alzó un poco la voz, en tono irónico, encogiéndose de hombros sin mirar atrás.

Andy se quedó en silencio por un segundo, reflexionando, antes de lanzarse a detener la marcha del mayor. Tomándolo con firmeza por el antebrazo.

-Ok, lo acepto.-Dijo casi en un susurro, con la mirada clavada en el suelo por la vergüenza.-Pero, ¡Apuesto lo que quieras a que tú no habrías aguantado más que yo!-Lo desafió con la mirada cristalizada.

-Allá vamos de nuevo…-Suspiró Jin, negando con la cabeza, resignado. Era imposible ganarle a Andy. Lo viera por donde lo viera, el maknae siempre tenía que tener la última palabra. Lo tomó gentilmente por los hombros y lo condujo a sentarse a su lado en el sillón que estaba próximo a ellos. Era un sillón con vestiduras de piel bastante confortable, aunque su espacio era algo reducido para ser ocupado por dos personas, por lo que sus cuerpos se apretujaban entre sí.

Junjin acariciaba el cabello del menor, aprovechando que éste parecía estar perdido en sus pensamientos. Por un momento se vieron envueltos en un cálido silencio.

-Tal vez es cierto…-Murmuró el menor, más como pensando en voz alta.

-¿Qué?- Choong Jae buscó su mirada.

-Siempre estoy tomándote el pelo, jugando contigo, porque es divertido. No creí que te molestara tanto. Supongo que merecía una cucharada de mi propia medicina. Lo siento.

A Junjin casi se le cayó la quijada al suelo. No podía creer lo que acababa de escuchar. Apresuró su mano derecha hasta la amplia frente del menor, para asegurarse de que este no estuviera delirando por alguna extraña fiebre.

-¿Quién eres y en dónde está mi pequeño príncipe caprichoso?-Exageró su tono e hizo una pantomima.

-¡Basta!-Se alejó tanto como pudo en aquel estrecho espacio, desviando la mirada con el semblante avergonzado.

-Ya no tiene importancia.-El pecho de Junjin estuvo a punto de colapsar con aquella vista. Incluso sus palabras sonaron ahogadas.

A Sunho no se le escapó la reacción del mayor.

-Incluso perdí mi colita.-Consiente de la posición de Jinnie. Se puso de rodillas, apoyando los brazos en el respaldo del sillón, mostrándole el pedazo faltante en su trajecito y haciendo un puchero irresistible.

Una sonrisa pícara se apoderó de sus masculinas facciones.

-Me encanta cuando te pones juguetón.-Ronroneó trayéndolo hacia sí, sujetándolo por la barbilla.-Esto es justo lo que estaba esperando.-Deslizó su mano hasta el trasero del menor en dónde dejó un par de palmaditas. Andy se apresuró a tomar sus labios.

-Hagámoslo correctamente esta vez…-Susurró recuperando el aliento.

…

Bajo las cobijas de aquella amplia cama yacían sus cuerpos exhaustos y húmedos. Uno frente al otro, mirándose en silencio, mezclando sus alientos.

Hyesung entrecerró los ojos, dejándose envolver por el calor de aquel brazo aferrado a su cintura mientras sus manos se posicionaban tímidamente sobre el amplio pecho del mayor.

Los largos dedos de Eric se deslizaron por el flequillo que caía desordenadamente por la frente del menor, haciéndolos hacia atrás.

-Tienes una frente hermosa.-La profunda voz lo trajo de regreso de ese trance de confort en el que había entrado.

No era la primera vez que escuchaba esas palabras salir de boca del líder. De hecho, las había tomado por una cruel burla en el pasado, algo que lo había herido profundamente.

Analizó cuidadosamente el interior de las oscuras pupilas del mayor. Parecían más profundas que nunca, como perdidas en un horizonte lejano.

De pronto Hyesung se sintió demasiado avergonzado. Su corazón dio un vuelco dentro de su pecho.

-¿Por qué eres tan raro?- Apartó la vista con las mejillas ardiendo en rubor.

Eric se deleitó, más de lo habitual, con esos finos gestos. Terminó por juntar sus cuerpos, descendiendo un poco para poder hundir su rostro en la exquisita clavícula de Hyesung, acurrucándose bajo su fino mentón. Aferrándose al calor de su cuerpo con la delicadeza con la que uno se aferra a su sueño más preciado.

-Hay tantas cosas que odio de ti.-Por fin rompió Hyesung el sutil silencio, casi en un susurró de su masculina voz. Esta vez fueron sus dedos los que se entretejieron en el cabello del mayor. -Tantas cosas, que llevan al límite mi paciencia.- Sintió la respiración de Eric agitarse contra su cuello. Pudo imaginar claramente su rostro sonriendo tontamente y en sus labios se formó, casi inconscientemente una sonrisa también.-Por ejemplo.-Se aclaró discretamente la garganta.-Odio que hagas latir mi corazón de esta forma.-El líder descendió aún más, pegando su oído al pecho que retumbaba ciertamente con desenfreno.-Tan fuerte que es doloroso.-Suspiró antes de continuar.-Odio que me hagas perder la cordura y sólo tener ojos para ti.-Sintió los brazos de Eric asiéndose con más fuerza a su alrededor.-Ya sé que es ridículo pero, gracias a ti, llegué a pensar que “amor” y “odio” eran exactamente la misma cosa-Parecía estar compartiendo sus pensamientos en voz alta.-Lo cierto es que si te odio es precisamente porque te amo…-Al darse cuenta de las palabras que habían salido de su boca, no pudo evitar sentirse sumamente avergonzado.

-Yo…creo que en el coche no lo dije apropiadamente.-Eric dirigió su atención, apenas levantando ligeramente la cabeza, mirando el rostro de Pilkyo.

-De hecho fue aterrador- Musitó.

-¡Estaba demasiado exaltado!-Se justificó apresuradamente.-Tenía un plan ¿Sabes? Incluso practiqué unas mil veces las palabras que diría…-Soltó un suspiro.

Era el momento, lo sintió en lo profundo de su ser.

-Escucha…Eric, escucha con atención porque creo que no seré capaz de repetirlo.

Eric se desprendió de aquel cuerpo, regresando a recostarse sobre la almohada. Absorto en el ceño ligeramente fruncido del menor

-Soy yo quien te pide una oportunidad para estar juntos. Ser amantes.-Se armó de valor para enfrentar esos profundos ojos oscuros.-Ya no voy escapar de mis sentimientos. Quiero dártelos… Aún si te cansas de ellos y terminas botándolos a la basura...-Sus ojos se humedecieron. Hizo una pausa antes de ser capaz de continuar. Eric permaneció en silencio sintiendo su corazón estrujarse y sus ojos humedeciéndose también. -¿Me darías una oportunidad?

-Hyesungie... ¿Aún no te das cuenta? ¿Aún después de lo que acaba de pasar?-Sus mejillas se ruborizaron solo de pronunciar esas palabras.

–No puedo cambiar esto que soy… Tampoco quiero que cambies, a pesar de todo… Así que,  por favor, toma mi mano.-Buscó su contacto tímidamente.        -Sostenme aún más fuerte si sientes la debilidad de mi corazón egoísta. Permíteme atesorarte más que a nada en el mundo. Perdóname si me aferro tan fuerte a ti que te causo dolor…-Su voz se tambaleó y un par de lágrimas escaparon de sus párpados

-Nada Puede causarme más dolor que estar lejos de ti.-Abrigó sus delicadas facciones  entre sus delgados dedos.- Así que no odies a nadie más que a mí ¿Entendido?- Una adorable risita disimulada relajó el semblante del menor, quien se apresuró a secar sus lágrimas      

-Y tú no puedes mirar a nadie más ¿Entendido?-Hizo un adorable puchero.

-¿Por qué miraría a alguien más cuando te tengo a ti?-No pudo evitar reír con cierta timidez.

-Tú sabrás.-Se encogió de hombros pretendiendo sonar desinteresado.-Hace un rato no parabas de sonreírle a esa mujer.

Eric lo miró con suspicacia.

-¿Mi Principito está celoso?- Inquirió con picardía, sintiendo sus latidos acelerarse descontroladamente una vez más.

-¡Por supuesto que no!- Se llevó las manos al rostro tratando de ocultar el rubor en sus mejillas.-Temo que se enamore de ti y termine con el corazón roto.-Su tono se impregnó de cierta arrogancia.- Así que no vayas por ahí luciendo radiante, porque tú solo me perteneces a mí ¿No es cierto?

Eric soltó una abierta carcajada, completamente deleitado por las expresiones del menor.

-Así es Jung Pilkyo. No tienes que ser tan pretencioso.-Lo retó al tiempo en que lo atraía atrapándolo entre sus brazos. El menor no pareció tomarle demasiada importancia al tono serio del mayor.

-Por cierto, ¿Por qué Chicago?-Cambió de tema habilidosamente, separándose ligeramente de él.

-Ah, eso…-Le tomó un segundo seguir el hilo de la conversación. -¿Recuerdas el lugar en el que estuvimos hace unas horas?- Hyesung asintió a manera de respuesta.- Pues ahí se grabaran algunas de las escenas más importantes de la película. Yo estaba muy curioso por la clase de lugar que resultaría, por lo que les pedí que nos encontráramos allí ¿Es un lugar precioso verdad?-El menor asintió nuevamente. Sería difícil olvidarse de aquel sitio. Nunca había visto algo parecido.-Deberíamos casarnos en un lugar así ¿No lo crees?

-¿Queeeeé?- Sus ojos se abrieron de par en par. Eric podía jurar que lo vio palidecer drásticamente. -¿N-n-n-no c-c-c-crees que estás yendo d-d-d-demasiado rápido Junghyuk?

-Por supuesto que no digo que lo hagamos ahora.-Rio descaradamente, haciendo al Crabbie Prince sonrojarse.- Solo digo que, cuando decidamos hacerlo, sería lindo si fuera en un lugar como ese ¿No crees?- Sus rasgos se suavizaron dulcemente y Hyesung sintió como si el corazón se le fuera a salir de repente.

-Mejor vamos a dormir antes de que tengas más ideas alocadas.-Suspiró  profundamente, acomodándose sobre el lecho.

-Arrúllame Sungie.-Se acomodó también, asegurándose de mantener su cuerpo a una distancia razonable. Sabía que a Hyesung no le gustaba que fuera tan aprehensivo con él.

Pilkio fingió no haber escuchado.

-Sungie…-Llamó y el otro respondió apenas con un sonido gutural, como si se estuviera quedando profundamente dormido.-Canta para que pueda dormirme.- Pidió en tono adorable, recargando su barbilla en el hombro del menor.

Pilkyo comenzó a tararear, sin mucho esfuerzo, al tiempo en que acariciaba desordenadamente el cabello del mayor. Eric se dio por complacido, no tardando en conciliar plácidamente el sueño.

…

Su tercera copa de vino. La melancólica música ambientando, en perfecta armonía con la delicada iluminación, la sala de estar de su hogar. Al lado de él su fiel guitarra, aquella que derramó todas las lágrimas que él no había sido capaz de dejar fluir, en sus notas.

Sobre la mesa, destacando entre un par de revistas, libros  y fotografías, se encontraba “aquello”. Reluciendo trémulo, cómo compartiendo toda aquella tristeza, dentro de su pequeña cajita recubierta de terciopelo.

-Tal vez…- Pensó en voz alta.

*Flashback*

-De verdad… De verdad lo siento.- Fueron sus últimas palabras antes de dar media vuelta y salir de ahí sin ser capaz de mirar atrás. No quería herirlo. No era su intención.

Estaba tan confundido que solo pudo mirarla partir.

*Fin del flashback*

Ya habían pasado tres semanas y todavía no se había podido desprender de “eso”.

En un primer tiempo pensó en tirarlo al río o botarlo simplemente en la basura. Incluso quiso enterrarlo. Se arrepintió en cada intento, regresando con “él “ a casa, sintiéndose más miserable de lo que nunca antes se había sentido.

-Sí, creo que es lo mejor.- Se dijo a si mismo mientras se ponía de pie. Ya había tenido suficiente. Estiró un poco sus músculos y se puso a escombrar la casa que, sinceramente, estaba hecha un desastre.

…

No era, lo que se dice estrictamente, una fiesta. Más bien una pequeña reunión de amigos a la que sus queridos dongsaengs lo habían invitado.

El pub en el que se encontraban era bastante privado. Cuando llegó ya había algunas personas reunidas alrededor de la mesa, ubicada en una de los extremos del establecimiento. Todos eran conocidos suyos por lo que se entretuvo en saludos afectuosos por aquí y por allá antes de encontrarse con Donwgan.

-¡Hey Minwoo!- Exclamó al verlo, llamándolo a sentarse cerca de él.

-¡Wannie!- Atendió a su llamado, acercándose para tomar asiento junto a él.

-No pensé que nos encontraríamos aquí- Rio.

Minwoo lo miró detenidamente por unos instantes.

Lucía un poco hinchado. Se notaba que no había estado durmiendo  muy bien.

Aun así le sonrió. Dongwan es de esos que odian que se les mire condescendientemente.

Durante la cena, Minwoo no pudo evitar notar un par de cosas más que le parecieron inusuales, que le indicaron la inestable condición emocional del Black Hole, como la forma en la que bebió, por ejemplo.

El ambiente era muy ameno y el tiempo pasó rápido. Era cerca de la media noche cuando todos se empezaron a retirar

-Vamos Wannie.- Lo tomó por el brazo.-Pedí un taxi para que te lleve a casa.- Estaba preocupado de dejarlo ir solo en el estado en el que se encontraban.

Dongwan lo miró, examinándolo por un momento.

-Vamos Minwoo, - Le sonrió.-no me digas que ya quieres irte a casa.-Tomó su hombro afectuosamente. Minwoo correspondió a su sonrisa.

-Yo creo que ya te has divertido suficiente por esta noche Wannie.- Rio dejando un par de palmaditas en su mejilla izquierda. –Ya estás borracho amigo…

-Minwoo…-Cogió la mano sobre su rostro.-…no quiero regresar a casa.