Jessica PDV

Me lancé a proteger a Jadyn en cuanto se desató la reyerta. Minshik había aparecido en la habitación disparando a todo hombre que se moviera y amenazara a su familia. Algo que a Yuri le sirvió de mucho, porque le dio espacio para atacar.

Yunjin y Jade no se quedaron quietas, entraron en la pelea con lo que pudieron y arremetieron con valentía sabiendo que Tiffany protegería a Jane (era la más indefensa de todas debido a su edad) y yo cubriría a Jadyn. Con mi cuerpo no bastaría, tenía que sacarla de allí.

Así que capturé sus brazos, tiré de ella y me abracé a su torso. Soltó un suave gemido que vibró en mi cuello y percibí que su cuerpo se contraía queriendo ayudarme con el peso. Me ahogué en el destello profundamente azul de su mirada cuando la miré y en la forma que un ligero enrojecimiento luchaba por engullir sus pupilas.

—Jadyn… —susurré acariciando su rostro, casi olvidando que corríamos peligro.

—¡Jessica, cuidado! —gritó Jade.

Al mirar sobresaltada, descubrí que uno de los hombres de Donghae se acercaba a nosotros con un cuchillo. Empujé a Jadyn al suelo, sintiendo como su cuerpo se me resbalaba de las manos, y le clavé al esbirro el bisturí justo en la garganta. Tropecé por la fuerza de la estocada y caí sobre Jadyn.

—Dame…un…arma —gimió.

—Cállate —murmuré y rápidamente volví a cogerla.

La arrastré hacía el baño sintiendo como sus brazos me rodeaban y como sus dedos acariciaban la parte baja de mi espalda. Apoyé su cuerpo contra la pared al tiempo en que me empujaba a un lado y pegaba una patada al tipo que acababa de entrar. Este soltó la pistola a los pies de Jadyn. Se incorporó, la cogió y disparó con premura provocando que el esbirro dejara un rastro de sangre en la mampara de la ducha.

Fui incapaz de comprender de dónde demonios había sacado Jadyn la fuerza para arremeter y protegerme.

Soltó la pistola y me tendió la mano. Enseguida, la capturé y me deleité con la débil sonrisa que me regaló.

Después, se desmayó. Y Donghae me arrastró fuera del lavabo.

—¡Quietos! —clamó , paralizando a todo el mundo. Solo uno de sus esbirros continuaba con vida. Busqué enloquecida cualquier daño que pudiera tener alguno de los míos, pero no encontré nada.

Yuri me observó con los ojos titubeantes. Ambas sabíamos que lo mejor era que Donghae me llevara con él, por el bien de todos. Pero no le pareció bien. No me dejaría ir si poner resistencia. De nada sirvió que se lo suplicara con la mirada.

Donghae descubrió las intenciones de Yuri y decidió apuntarme con la pistola.

—Yuri, créeme cuando digo que la mataré si no me dejáis salir de aquí con vida —dijo, más desquiciado que nunca. Era la primera vez que le notábamos tan desorientado y agitado.

—No te creo —repuso Yuri pulsando un pequeño botón que había en el mango de la pistola. Extendió el brazo y dejó que el cargador saliera disparado al suelo—. La necesitas y lo sabes.

—Siempre puedo causarle dolor —sugirió—. Quieres que tu…

—¡Cállate! —chilló Yuri interrumpiéndole, y no comprendí bien porque lo hizo. ¿Qué era lo que Donghae iba a decir que tanto le alteró ¿Qué estaban ocultándome? ¿Lo sabría Jadyn? ¿Lo sabían los demás y por eso me miraban de esa forma?

—¡Ah, es cierto! —exclamó Donghae, divertido—. Ninguna de las dos lo sabe todavía.

¿Qué no sabía? ¡¿Qué no sabía?!

Minshik se acercó a su nieta y le colocó la mano en el hombro empujándole lig