Capitulo XXVII
#2 TraicionJessica PDV
No creí que regresar Seúl iba a ser tan duro. Estando en Yeosu, había recreado una y mil veces ese momento y eso me confortaba. La alegría era tan desbordante que no me había parado a pensar en que nada cambiaría. Seguiría sinver a Jadyn y privada de libertad, solo que en distinto escenario.
En realidad, no tenía sentido regresar. Podríamos asistir al acto de Lee Dongsun y estar de regreso en Yeosu al día siguiente. Se lo había dejado entrever a Donghae y él no mencionó una palabra, pero no caí en la cuenta de que su sonrisa me había respondido. No se trataba de volver a Seúl, sino de provocar. Me querían en la ciudad para demostrarle a Jadyn que ellos estaban por encima de cualquier Park y que lo tenían todo controlado.
Me hundí en el asiento y me clavé las uñas en las palmas de las manos hasta sentir el dolor. No quería demostrar cuanto me estaba costando mirar aquellas calles. Donghae sonrió con regocijo. Disfrutaba con la idea de hacerme sentir tan cerca de Jadyn.
Abrí la ventana y deje que el aire frío golpeara mis mejillas. Minutos más tarde, atravesamos la verja principal de la mansión Jung. Donghae detuvo su coche en el jardín principal, se apeó y entró en la casa rápidamente. Le seguí fuera, pero decidí no entrar …y mirar el horizonte.
<>, dijo mi fuero interno, que cerca estuvo de empujarme a hacerlo.
Pero una suave caricia me paralizó. Reconocí ese tacto cálido casi de inmediato y me di la vuelta lentamente para encontrarme con aquellos ojos onyx. Ahogué un gemido y pestañeé antes de notar como una lágrima se escapaba. Me lancé a su cuello y hundí mi cabeza en el hueco de su hombro.
—Taeyeon… Taeyeon —jadeé. Me rodeó con fuerza y premura.
—Estoy aquí, mi amor. Tranquila. —Habría conseguido calmarme con sus palabras, sino las hubiera dicho tan sofocado.
Me quedaría entre sus brazos hasta estar segura de haber olvidado todo el dolor y la ausencia de los últimos. Hasta le sentí. Jadyn no estaba allí, pero, por un momento, me pareció estar abrazándole a ella.
—Hueles a ella… —gemí vulnerable.
Taeyeon buscó mi mirada y se encontró con mis ojos cerrados. Me alzó el mentón y acarició cada rincón de mi cara con suavidad, como siempre lo había hecho. Después, me besó en la frente, y le miré.
Me observaba de arriba abajo, consternada. Estaba analizándome, reconociendo lo desmejorada que estaba. Era evidente que había adelgazado, mi cara estaba más pálida de lo normal y tenía unas ojeras de mil demonios. Había visto esa evolución día a día, pero para Taeyeon fue una sorpresa. Apretó la mandíbula y entrecerró los ojos.
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