Las cuatro paredes a nuestro alrededor son oyentes de aquellos torturadores sollozos que salen incontrolables de mi boca, de mi garganta y quizás de mi pecho, miro la pared del cuarto de Taeyeon, el mismo que tantas veces desee conocer y ahora se convirtió en la escena de un crimen, ese de haberla detenido a hacerme sentir bien, por devastadores sentimientos que explotaron de mi alma, no tengo idea misma que hacer, ni tengo el valor de voltear siquiera a mirar el rostro de quien yo amo, Tae, quien en una difusa confesión me dijo que le gustaba, o al menos sentía algo por mí ¿en algún momento estuvo claro? Digo, sigo sin entender lo que siente.

-Me voy…-pronuncio en un doloroso susurro, sin pensarlo ni querer hacerlo, por única vez siento que debo estar lejos de Taeyeon.

Me giró rápido, casi violenta, agarro la ta edición de Volcáner que había sido algo aplastada por nosotras al haber… hecho… eso.

Luego pensé, si tengo esa historieta tendré que volver a Tae, y no quise, volví a dejarla sobre la cama ¡¡¡¿por qué me siento tan angustiada?!!!

-Espera… ¡Espera no te vayas! –escuche un devastador llamado de Taeyeon detrás de mí agarrándome la blusa antes de cruzar la puerta.

-Suéltame –le digo llorando, tengo esa sensación de dolor que nunca quise asumir.

-Por favor…-pero no, salí casi corriendo de su casa.

Mis ojos no dejan de llorar ¡¡¡¿por qué?!!! Me duele tanto esta situación, pero ella lo dijo y tengo ese nudo en la garganta de escuchar de sus propias palabras que esa persona era su novio, no sé porque lloro, si lo tenía incluso asumido antes de preguntarle, si está de novia ¿por qué tuvo que besarme?...

-¡no me sigas! –le grito zafándome de sus manos, empezando a correr entre sus brazos que me quieren detener.

Su casa me parece más grande que hace tantas horas, al salir vi el color de la noche tintándose en el cielo.

-¡¿por qué te vas?! Conversemos –dice, al voltearme a la fuerza noto que sigue sin su camiseta.

-No quiero hablar –le digo con tanta dificultad que sentí enormes esferas de dolor rondándome por la boca.

-¿qué te pasa? –Pregunta con un rostro marcado de lágrimas- No te enojes por favor, no me dejes sola –me sigue tironeando pero hago caso omiso llegando a la reja de su casa.

-No quiero…-le digo quebrando la voz, Taeyeon está tironeándome, recuerdos desde la convención vienen a mí, recuerdo incluso los celos que sentí al ver tantos hombres fotografiándola con ese traje tan y que traía.

-¿qué cosa? –ya estamos en la calle, al parecer no le molesta en lo absoluto no traer camiseta, podría disfrutarlo mucho, pero sólo mi ser racional y el ilógico me dicen que corra, debo correr y alejarme de ella ¿por qué?

Siento celos, mientras me alejo y ella me sigue por las calles, siento celos, y confusión al mismo tiempo de no entender mis propios sentimientos dejándome llevar por mi instinto, y yo me pregunto ¡¿por qué me siento engañada?! Pienso en los besos que Taeyeon le da a su novio antes de que yo haga mi intromisión al Comikstore, y son los mismos labios con los cual me sonríe, ese chico debe tener esa misma sensación de placer que sentí yo al rozarme con esos piercings ¡¡no lo soporto!! No sé si estos estúpidos celos son peor que haberla parada en medio, antes que hiciéramos el amor ¡¡¿Qué no es lo que tanto deseo?!! Sí, pero no deseo ser la segunda, odio… ¡creer que soy la segunda!

-¡Roja! ¡Roja! ¡Espera no corras! –Taeyeon me grita, y siento que mis pies se mueven solos, tampoco tengo claro a dónde ir más voy en dirección a mi casa.

-¡¡ya basta!! –le grito volteándome, mirando su agitada respiración en el pecho.

-¡¡¿qué te pasa?!! –Me grita acercándose –háblame –dice agarrándome fuertemente los hombros, con unos ojos ónice empapados, llenos de brillos y destellos dolorosos.

-¿qué estás haciendo? –le digo intentando quitarme sus manos de encima, reprimiendo mis deseos por encantarme de ese brazo tatuado que me sujeta con fuerza.

-Deteniéndote, estoy preocupada –se acerca más, no entendiendo mi pregunta.

-Basta –la empujo con fuerza- ¡¡¡ya para de todo esto!!! –me abalanzo a ella empujándola más.

-¡¿de qué hablas?! –intenta defenderse de mis tontos golpeteos.

-¡¿qué es lo que planeas haciéndome sentir así?! –empiezo a golpetearla, reprimiendo mi fuerza, todos los sentimientos que he experimentado desde que la vi por primera vez los siento latentes en el pecho, desobedecerle a mi madre, que me guste, que me vuelva loca con todo su ser y que me haga sentir como juguete que ha sido conquistado por capricho, resuenan en mis golpes.

-¿De qué hablas? –me empuja, evitando mis tontos intentos por empujarla y darle manotasos.

-¡Hey chicas ys peleando! –grita un chico sobre una bicicleta torciendo el cuello a donde estábamos peleando.

-¡Cállate caliente imbécil! –le grita Taeyeon, y sin querer bajando la defensa de sus brazos, la golpee en la cara sintiendo en mis uñas que le rasguñe la mejilla.

Me sorprendí al acto ¡¿qué estoy haciendo?! Miré a Tae que seguía evitando mis manotazos, y más rabia me daba.

-¡¡No soy la segunda!! –le grito desquiciada.

-¡No eres la segunda! –Me grita agarrándome las muñecas- Rojita tú me gustas, yo… estoy enamorada de ti, no sabes cuánto… –me susurra avergonzada con esa fuerte línea roja que le propiné con mi mano.

Y no basto más que eso, para que mi ser inconsciente e ilógico, imbécil, aquel capitán que navega en mis sentimientos, pusiera esa cara de enamoramiento, ahora estaba claro, pero aun así sigo sintiendo esta molestia en el pecho; veo en los ojos de Tae que sus palabras no son mentiras, pero necesito seguir corriendo para alejarme de la confusión.

-Tae, yo... –intento decirle, antes de ser interrumpida por el sonido de un auto detrás de mí, miré los ojos de Taeyeon no indican una buena reacción.

-Por favor…-dice entrecortada- que no esté pasando…–dice hipnotizada mirando sobre mi hombro, con unas fuertes lágrimas saliendo de sus ojos inmóviles.

Me voltee con curiosidad, y mi alma se detuvo con un enorme escalofrío que me recorrió la espalda con agresividad, el auto de mis padres se asomaba por la calle, pensé en salir corriendo, morir, salir volando, desapar