-Mamá, pasé a la tienda donde Shindong compra sus historietas, tenía que pagarle a la chica que me pasó el comic, ya que mi mochila se me quedó en el salón de clases y ahí tenía el dinero ¿recuerdas? –intento controlar mi tono de voz, pero es imposible que mis pensamientos internos no griten de furia, mi mamá es tan controladora.

-bien –dijo antes de dejarme pasar por la puerta- ¿y tenías que demorarte tanto? –preguntó molesta haciéndome parar en medio de la escalera que conduce a mi cuarto.

-Había mucha gente, parece que el gordo manteca de shindong no es el único que gusta de esas cosas –mierda se me pasó.

-¡Fanny! Te he dicho cientos de veces que no molestes a tu hermano, ¿por qué tienes que ser tan desagradable? –sus palabras no me duelen, tampoco me afectan, pero molestan, siempre tengo que ser esa persona que ella espera de mí.

-Disculpa –digo con sarcasmo, el arrepentimiento nunca ha sido lo mío.

-No quiero que vuelvas a llegar tarde –nunca le ha importado a mi mamá lo que yo quiero.

-Vale –me dirigí rápidamente a mi habitación antes de empezar a gritar.

¡¡¡Argh!!! ¡Mi mamá es un jodido fastidio! No puedo hacer nada mientras ella esté a mi cargo, tengo que estar sumida al puto pensamiento que debo hacer siempre lo que ella desea ¿y lo que yo deseo?  Me desespero, ¡piensa positivo!... recuerdo a la chica de verde y una pequeña sensación de alivio abriga mi mente ¿por qué esa sonrisa adornada de dos círculos metálicos me hace tan feliz? Me enloquezco, me siento sumergida como si mi sonrisa dependiera de la de ella.

Fui a bañarme, estuve alrededor de una hora dejando que el agua fría me acogiera el cuerpo, la única forma de mantenerme tranquila era así, sentía el cuerpo arder, pero no es furia, no es eso… es la maldita sensación de revoltijos que Súper A me provoca, ahora que mamá me preguntó el porqué de mi demora, le mentí, es la primera vez que le miento a mi mamá, y es por esa chica, porque si ella supiera que tengo estos sentimientos por una mujer…de seguro me odiaría.

-Aclárate Fanny…-me susurro, sentándome aún con el cuerpo húmedo sobre la cama, miro los rojizos mechones que me adornan, ¿es normal que sienta que a Súper A le gustan? ¡Espera! ¡¡por qué pienso en ella!! Es odioso, no sé qué me está pasando.

¿Por qué esa chica es tan rara? ¡¿y por qué me atrae tanto?! Esos piercing ¡oh si! Ahhh es tan linda ¡sus tatuajes! ¡espera!... mi entrepiernas está palpitando… es que es tan bella, Taeyeon, siento como si su nombre resbala con delicadeza sobre mis labios, sus labios…  ¡argh! iré a bañarme de nuevo.

Y bueno, así paso toda la tarde entre confusiones y preguntas raras de mi madre, con esas miraditas de desconfianza que me incomodan ¡por la puta!

Duermo, por fin puedo dormir, creo… los ojos me pesan luego de ver una película en la televisión por cable, pienso entre sueño, cómo es posible que yo, amante de la buena salud, el cuidado, la lógica y la razón haya estado dos días sin dormir, Súper A, de seguro siento que te estás esmerando ¡y es odioso!

¡Sábado! Tiro con fuerza las estúpidas sábanas que me apresan a la flojera, ¡me siento llena de energía! miro el despertador y…

-¿en serio? –digo- 7:23am –a la puta, yo sigo durmiendo.

¡Sábado! Miro es el despertador y 9:50am ¡bien! Tiro con fuerza las estúpidas sábanas que me apresan a la flojera, ¡me siento llena de energía!

¡Genial! Me visto rápido, tengo que ir a buscar la segunda edición de Volcáner al Comikstore, veré a Taeyeon y volveré a sentirme ¡confundida y feliz!

-Me acompañarás a comprar-¡¡¿qué qué?!!

-¡¿Por qué?! –mi madre es experta en hacerme atragantar con la comida, el jodido huevo revuelto creo que quiere matarme ¡pero nada como mi madre! ¿Por qué justo hoy?

-Porque quiero que me acompañes –vuelve a su voz suave, el silencio de mi familia en el desayuno es un tormento molesto.

-Pero, papá… -intento hacer que me ayude, pero mi padre es tan… no sé… imbécil.

-Lo siento hija, tu madre necesita de tu compañía.

-mamá no quiero ir –que no pregunte por qué, que no pregunte por qué.

-Irás si o si, me acompañarás –esa maldita mirada que me sobrepasa a millones de altura.

Y bueno, aquí estoy rumbo al centro de la cuidad, mi madre desea comprar reservas para la casa, ropa y esas cosas que se le ocurren justísimo cuando yo no deseo acompañarla, de ida pasamos por  frente del Comikstore, ¿han tenido la sensación de querer salir corriendo cuando no se puede? Pues es exactamente la misma que estoy sintiendo ahora, me siento apresada, de pensar en Tae me da un escalofrío doloroso que se concentra en el pecho y me ahoga, me siento dependiente de su sonrisa ilusionándome con una realidad tonta.

-No pongas esa cara Fanny –decía mi madre mirando miles de vestidos, con esa delicadeza que sólo tiene en público, llevamos como mil horas comprando ya y es lo único que ha tenido el valor de decirme… ¿mamá me odias?

-¿ya nos podemos ir? –miro la hora en mi teléfono, son las 3:35pm como Taeyeon dijo su turno de seguro ya terminó, y yo aquí viendo como esta vieja manosea la ropa.

-¿por qué tanta prisa? Antes no te quejabas tanto –su voz es de molestia, odio que intente indagar en mis deseos, pero no puedo evitar darle la razón.

Es cierto, no solía quejarme, porque acompañarla a comprar no quitaba tiempo de mis intereses en lo absoluto, pero ahora no, Taeyeon tuvo que aparecer en mi vida para crear esta molesta sensación de necesitarla, sabiendo quizás que sólo está ahí para venderme comics… ¡argh! ¡la odio! ¿Por qué tiene que hacerme sentir así? ¿Por qué tiene que esbozar esa hermosa sonrisa? ¡¿Por qué tiene que ser perfectamente todo lo que a mí me gusta?! Y que sea mujer sólo empeora las cosas, ¡no entiendo! De verdad no entiendo este dolor que tengo el pecho, el corazón es sólo el centro del sistema circulatorio, aquel que bombea la sangre, pero exactamente ahora, escuchando los malditos murmullos de la gente a mi alrededor, y la ausencia de esa voz tan dulce que sale del interior de Tae ¡estoy obsesionada por la puta! Mi corazón necesita una explicación, una que yo no he podido encontrar…

-¿Estás llorando? –pregunta mi madre y sin querer noto las leves lágrimas que han caído en mi rostro.

-No, sólo es un bostezo, me aburro aquí –y yo, dale con las mentiras.

4:23pm y recién estamos de vuelta a casa, el joputo de Shindong está aquí, pudo quedarse debido a su “enfermedad” ¡el manteca mentirosa!

-Ayúdame con las bolsas Fanny-¿y tú en qué me ayudas?

-Sí, mamá –respondí al acto llevando la cantidad de malditas cosas empacadas en la par