¡POV TAEYEON!

Creo que esta historia ya la había leído unas ocho veces, pero aun así me gustaba la forma en que Galax salvaba la cuidad con el único pretexto de ver a Doroty, su amada y me digo yo ¿Se sentirá así de genial salvar a la persona que amas? Y bueno, era una pregunta que se me había plasmado en la cabeza durante toda la mañana y se mezclaba entre las respuestas del examen teórico que tuve que rendir.

En el ambiente ahora mismo hay un calor y una humedad enorme, repentinamente comenzó a llover con fuerza así que los pocos niños que estaban jugando entre la calle y el Comikstore se fueron rápidamente, me parece un día más aburridísimo de lo normal ¡por mucho que lea no puedo dejar de pensar en Rojita!

-Taeyeon –me saca de mi vacilación eterna, la chica pelinegra que siempre viene a comprar historietas los lunes.

-¿Si? –le contesto dejando de mirar a Galax bajo mis manos, intentando prestarle la mayor cantidad de atención posible.

-El especial de Nucleónica –se sonroja- ¿Estará en el Comikstore la fecha de lanzamiento verdad? –me sonríe expresando en sus ojos una tenue felicidad.

-Bueno, la edición especial llegará dos días después –me detuve un momento, muy rápido y recordé la sonrisa de Roja mientras le contaba una de mis locuras entre Laura y Francesca, sentía como si pudiera cumplir miles de sueños con ella- Si deseas te guardaré una.

-¡¡¿De verdad?!! –exclama feliz casi abalanzándose sobre el meson agarrándome los hombros.

-¡Claro! –Me da risa su ánimo, parece una chica muy tímida- Le diré a Do y Siwon para evitar que la vendan.

-¡Taeyeon eres la mejor! –Me abraza fuerte.

-Oh ¡Hey! –¡Me está apretando! Qué fuerza tiene.

La campanilla de la puerta resonó lento como si la puerta se hubiese movido con una pequeña brisa, miré a la dirección y una hermosa pelirroja apareció ante mi vista ¡Rojita!

Miró de reojo a la chica que despacio se despegaba de mí, con una expresión asesina y un aspecto de cansancio ¡Ah! ¡¿No es lo que parece?!

-¿Laura? –susurró la chica a mi lado con un tono de voz tan bajo que siquiera yo pude escucharlo bien, haciéndome sonreír.

-¡Rojita! –exclamé adelantándome a sus pasos lentos para abrazarla fuerte ¡La extrañaba tanto!

Fanny me agarró la mano con fuerza jalándome a su cuerpo, agarrándome con sus brazos como si fuese arrebatada de mi clienta. Rojita la miraba directamente con un rostro totalmente iracundo ¿Se enojó por qué estaba abrazándome?

-¡Hola! –le saludó Deby, ¿Débora? Parece que ese es su nombre.

Pero Fanny no respondió apretándome con más fuerza ¿Está temblando? Miro rápidamente a la chica frente a mí, sólo atino a reír tomando su bolso lleno de parches del mesón.

-Gracias por adelantado Taeyeon –me sonríe dignándose a salir por la puerta haciendo que la campanilla me resuene como si comenzara una pelea de box.

Seguía apresada entre el cuerpo de Rojita, como si fuese un pequeño animal en las manos de un cruel niño de diez años, ¿por qué Fanny tiembla tanto?

-Amor –titubeo- ¿Estás…

-Hay cosas que me gustan –interrumpe sin dejar de mirar el mesón de reojo- y cosas que no me gustan -¡Está enojada! … Qué linda- por ejemplo, me gustas tú –me apreta- pero no me gusta que te abraces con otras –me empuja.

-¡No lo hacía! –digo con miedo ¿Fanny está bien?- Sólo yo…

Me abrazó fuertemente plasmándome sus besos en los labios, la tibia caricia de su tacto me enloqueció, con la fuerza que reprimía mi cintura me desplacé con inseguridad hacía atrás hasta chocar con el mesón, sintiendome apresada entre éste y el cuerpo de Roja.

-Te extraño… -susurra entre mis labios, dejando escapar el caliente aliento y una voz precipitadamente lujuriosa.

El sabor de su saliva y como rápidamente sus manos me recorren las caderas presionando como si quisiera comerme… yo… ¡Estamos en el Comikstore!

-Amor…-jadeo quitándome de sus hermosos labios dándole paso sin querer a que muerda mi cuello- aquí no…

-No importa…-dice entre pequeños lengüetazos que se meten en mi mentón.

-Roja –le digo mirando la puerta y la lluvia con temor de que alguien entre, podría ver fácilmente a dos chicas en una situación comprometedora.

¡¿Por qué Rojita está tan… tan?! ¿Salvaje?

-Espera –le digo alejándome sin querer hacerlo, al igual que ayer no pude resistirme apresarla contra el sofá de mi casa, quería besarla, volver a fundirme con el calor de su piel y escuchar ese sonido tan exquisito que sale de su boca cuando la beso.

-Ven –me dice con una risita volviendo mi cuerpo en un instante rápido a pegarse a ella.

Podría resistirme o dejarme llevar, pero piense lo que piense estoy inmóvil, a tal punto que siento mis brazos derretidos ante su abrazo.

-Eres mía… -gime, mordiéndome los labios con agresividad. Mi estómago se revuelve y mis piernas tiemblan.

Creo que esta sensación no es como la que tengo normalmente cuando nos besamos, mi nariz choca con su mejilla y mi boca es invadida por su lengua, no es el mejor lugar pero mi corazón late tan rápido que podría descontrolarme.

-¿Cómo te fue? –me pregunta separándose tan sólo un poco de mí, si no fuese por su abrazo estaría en el piso, debo admitir que siempre me ha encantado esos dos centímetros casi inexistentes de altura que tiene más que yo.

-¿En qué? –contesto hipnotizada sin fuerzas de abrir los ojos buscando tontamente sus labios con mi boca.

-Tu examen –se ríe.

-Ah eso, bien –espabilo plasmando mi vista en sus ojos cafés tan profundos, no puedo evitar sonreír ante las pequitas de sus mejillas.

-¿Qué pasa? –dice seria con una respiración agitada, abrazándome más fuerte ambas apoyadas sobre el mesón.

Le rodee el cuello con mis brazos, ambas nos miramos a los ojos tan cerca que podríamos fusionarnos, creo que las palabras están innecesarias… esta chica me gusta tanto. Sólo me acerqué a sus labios lento, enredando su cabello entre mis dedos, entre el silencio del Comikstore y el golpear de la lluvia en el exterior se esconden nuestros ligeros gemidos.

El uniforme de Roja está bastante húmedo, su saliva recorriéndome el cuello con ternura y lujuria es inexplicable, ¿por qué estamos haciendo esto aquí?

-Espera, Roja… -intento decirle sintiendo pequeños destellos de razón en mi mente- En mi casa –le digo sin pensar muy bien.

-No importa –me susurra presionando mis hombros a su pecho creando un dulce roce entre nuestros.

-¡Ah! –No, no me haga gemir pero sus dientes presionándome la piel de los hombros es tan hechizante.

-Te extrañaba tanto –me da un enorme lengüetazo del cuello hasta el mentón.

-¿Estás bien? –le pregunto dejándome caer ante su tacto ¡¡Roja desde cuándo es tan ertida!!

-Ahora si –me responde con una sonrisa pícara mordiéndome el labio inferior, chupeteándolo con soniditos obscenos.

-Tenemos que irnos de aquí –intento recobrar el sentido pero mi palpita mucho ¡Argh Roja qué cosas me haces sentir!

Miré en un vistazo rápido por los ventanales, la pequeña lluvia ya parecía diluvio, lo mejor era salir de aquí, y lo peor, no por la lluvia. Separándome con idiotez del cuerpo de Roja me dispuse a buscar las llaves sintiendo aun el dolor de las fuertes mordidas de mi pelirroja en el cuerpo, soy como una oveja que anhela ser devorada por un lobo.

Mi respiración es agitada buscando entre mi mochila las correspondientes llaves, pero entre el silencio Fanny respira con un pequeño jadeo que me invade los oídos, como es vez que penetraba mi cuerpo de forma tan cariñosa… ¡argh! me estoy mojando.

-Listo –le muestro tontamente las llaves, Roja sólo me sonríe de soslayo, como si estuviese esperando mis movimientos.

Bajé las cortinas metálicas de los ventanales por dentro, entre arreglar la tienda atontada por el aroma de Fanny veía como esta se quitaba la chaquetilla y se desabotonaba la blusa lentamente.

-¿Nos…vamos? –pregunto sin dejar de mirarla.

Me voltee con escepticismo a la puerta para intentar abrirla, cuando la jale un  poco apareció la mano de Fanny sobre ella empujándola fuertemente para cerrarla; Sentía su rostro en mi hombro y su respiración agitada, mis manos tiritan con la llave entre los dedos metiéndola con temor en la cerradura.

-Tae… -me nombra sonriendo, mordiéndome la oreja izquierda apresándome entre su cuerpo y la puerta.

-¿Mhmm?...  –gimo inconsciente ¡ah su lengua!

-El Comikstore está cerrado –dice riendo mientras su mano invade la mía girando la llave dentro de la ce