-Creo que te vendría bien uno de zanahoria, o pimentón o charco de sangre ¡No! ¡Ya sé! De tampax.

-¡¿En serio?! Pues yo creo que te vendría bien uno de puta barata y ¡ah! Mira pero si ya estás con el disfraz puesto.

-¡¡Jajajaja!! Roja amor- empezó con el ataque de risa- no puedo creer que seas tan picota –Dice Tae abrazándome por la espalda, pero ya estoy muy enojada con esto.

-¡Suéltame!  -le forcejeo.

Ya llevábamos más de una hora mirando disfraces por internet, con bromas de mil cosas de color rojo, vergonzoso por cierto, que podría disfrazarme, Taeyeon quien ahora me está apretando como si yo quisiera salir corriendo de su habitación, me había planteado disfrutándolo hasta que mi paciencia, muy poca paciencia, superó el borde.

-¡Qué me sueltes! –le empiezo a golpear despacio.

-¡no quiero! Estas calentita –me apreta más.

-¡harás que me caiga! Suéltame –la empujo pero vuelve a lanzarse sobre mí.

-Eres tan linda –dice con una voz suave, abalanzándome a su cama, acomodándose autoritariamente  sobre mí a horcajadas.

-¿Qué crees que haces? –le pregunto seria, fingiendo hasta con mi última pestaña esa mirada de molestia que en verdad no estoy sintiendo, pero a veces funciona, creo… nah siempre me concentro en el calor de su cuerpo y termino cediéndole.

-Observarte –dice apresándome las manos sobre la cabeza.

Miré desde mi posición como los mechones negros de su cabeza caían dulcemente por su frente, desde que se lo tiñó hace unos días los encantos de Taeyeon han subido de tono, no es que yo sea alguien superficial, no… pero cualquier cosa que Tae tenga sobre ella me enloquece al máximo, como si sólo quisiera observarla una y otra vez. Miraba como su pecho se inflaba con éxtasis, la fuerza que apresaban mis manos estaba un poco temblorosa y su mirada me atravesaba los ojos.

-Rojita…  -susurró despacio, casi inaudible al borde que creí imaginar que esas palabras salieron de su boca.

Pero no pude responder ese dudoso susurro, y sólo me extraño al ver esa sonrisa lujuriosa, esa mirada encendida que me recorría de los ojos hasta mi estómago, no decíamos nada, el silencio nos invadía y sólo presentí una cosa, nos gustábamos.

La abracé con fuerza de la cintura, al notar que sus manos perdieron estabilidad, la hice hacía mí con énfasis, la desee por un segundo que me dominó por completo.

Simplemente sin querer la saque sobre mí, la posicioné bajo mi cuerpo y comencé a besarla, sentir el olor a shampoo exagerado y su olor natural me embobaron, le besaba los labios una y otra vez atrapando el metálico sabor de sus piercings con mi boca, podría presentir incluso que lo hacía un poco agresiva.

Escuchaba los gemidos de Taeyeon ahogados como inútiles formas de querer respirar, sus piernas me abrazan las caderas y no puedo evitar deleitarme con el roce y la presión de nuestro pecho.

-Vas a mojarme… -susurró en un doloroso gemido cargado de deseo.

Comencé a darle pequeños mordiscos a su cuello, sin importar que rozara su cabello entre mis labios, lento y hasta un poco torpe deslice mis manos que estaban en sus hombros hasta la hebilla de su jean amarillo, con torpeza acaricie el cinturón metiendo la punta de mis dedos por debajo de toda su ropa, rozándole el vientre con cariño.

Las piernas de Taeyeon se movían inquietas, sumisas acariciándome las caderas, entre besos abría los ojos en pequeños destellos, veía la expresión placentera y entregada de Taeyeon en cada roce con su anatomía, sus manos intentaban apretarme la espalda, pero la fuerza que debía tener se esfumaba cada vez que tocaba una nueva parte de ella.

Con lentitud, besando la parte baja de su cuello, empecé a subir su camiseta negra de tirantes, aquella que ahora perfectamente me dejaba mordisquearle  los hombros.

En respuesta Tae se dejaba querer por mis labios, levantó sus brazos como una acción de afirmación que podría tocar lo que yo quisiera. Dándole chupetones a su piercings, mis manos se encargaban deshacer el cinturón, cuando lo logre baje la cremallera lento, haciendo sonar el eco de ese movimiento en nuestros oídos, sentía caliente y un poco sudado el cuerpo de la chica superhéroe infiltrada, porque ahora con el cabello negro perfectamente seguía siendo Nucleónica de apariencia humana, qué chica tan fanática.

Cuando tenía un poco más abajo sus jeans, apretándole en los muslos como tanto le gusta, con mis dientes subí la camiseta sobre sus pechos, el dorso de mi mano le acariciaba el vientre y el ombligo… ahora me dispongo a dar el paso único infaltable, me acerco lento a sus pechos, anhelando en mi lengua el sabor de su piel, empecé a sentir una fuerte vibración en mi muslo izquierdo casi llegando al trasero, que tenía aplastado entre las caderas de Tae… en un momento me dije ¡ah eso se siente rico! Hasta que volví a escuchar Something y bien, es su teléfono.

-¡Argh no!... –dijo Tae frustrada, blanqueado los ojos, con la voz agitada.

No diré nada, no diré… ¡¡argh!! Me salí de su cuerpo, la miré con enojo y violentamente agarré su camiseta cubriéndole el estómago, Taeyeon dio un suspiro de ira, y levantándose molesta quedó sentada perfectamente a mi lado sacando el aparato que tan preciso interrumpió el momento.

-Sunny… -dijo irónica contestando el teléfono hasta molesta, empecé a reírme.

Me levanté arreglándome lo poco que se había desordenado mi cabello, me senté sobre la silla del escritorio y escuchando poco que conversaba con la chica del cabello arcoíris, seguí mirando los disfraces, ¿no me viene ninguno? Es que de verdad no sé qué carajos elegir.

Pasaron unos tres minutos hasta que Tae volvió a mi lado.

-¿Me acompañas al Comikstore? –pregunta con una voz de pocos amigos.

-¿Reunión? –pregunté riendo sin mirarla.

-Ya sabes, Sunny y sus cosas… pasaré al baño a limpiarme –lo último lo dice enojada- y nos vamos.

Apagué el computador de Tae, me levanté y esperé a la chica pelinegra fuera de su casa. Nos encaminamos, Taeyeon no pronunciaba nada, estaba enojada por hacerle parar en medio de mis besos, si bien yo también me quedé con el calentón a flor de piel, la expresión que Taeyeon poseía era increíble, iracunda, incrédula, encantadora.

Aparecimos al frente de un Comikstore cargado de molestia ¡ya Taeyeon!

-Espero que sea algo importante porque el calentón no me lo aguanto por nada –dijo apenas entró al Comikstore enojadísima, no pude evitar reírme, al observar que todas la personas, mayoritariamente niños habían quedado escépticos con esta declaración.

-¡Wuuuu! Por favor hagan un video –dice Siwon, el chico del tercer turno del Comikstore.

Siwon era otro de los amigos de Tae, de aspecto tranquilo y Do, si algo necesitabas reparar de tu computador, él era el indicado.

-No te enojes –hizo un puchero Sunny, la cual estaba apoyada sobre el mesón.

-¿Qué pasa? –le repreguntó un poco más calmada.

-Buenas Fanny –me dirige su sonrisa tan hermosa de siempre.

-Hola Sunny.

-Bueno verás –dice levantándose- ¡¡se me ha ocurrido hacer una idea genial!! –exclama levantando los brazos con ese brillo intenso sobre los iris.

-¿Una fiesta? –preguntamos Taeyeon, Siwon y yo.

-¿Cómo supieron? –dice desconcertada, incluso muy extrañada.

¡En serio es tan inocente y linda!

-¿Y? –dice Taeyeon enfatizando la pregunta, moviendo su palma apurando la respuesta.

-¡¿cómo qué y?!  -finge enojo- Pues necesito que alguien me acompañe al centro a comprar el veneno dulce –Alcohol, creo que es obvio- ¿O crees que celebraremos Halloween con jugo? –se ríe.

-¿Halloween? –Alza una ceja- ¿qué no recuerdas lo último que pasó en tu fiesta de Halloween?

-Bueeeno –dice Sunny pensando, mirando al techo- Que Heechul se pusiera nadar en la piscina desnudo … Do metiera cerveza en el acuario… -piensa- Baekhyun terminara en el hospital y que se incendiaran un poco las cortinas del living… ¡no quitó lo divertido! –Sonríe- ¿verdad?

-¡¿las cortinas?!  Sunny por poco se incendia tu casa entera, el sofá casi explotó porque a Henry se le ocurrió ocultar el vodka bajo los cojines -¡¡¡pfffjajaja!!!

-¿Me acompañas? –le pregunta emocionada.

-Bien, ¿por qué no te acompaña Henry? –Henry duda.

-Porque él no puede –responde cómica.

-¿A dónde irás a comprar? –ve la hora en su teléfono.

-A la mejor distribuidora de alcohol de toda Progissea, ahora.

-¡¿ahora?! Pero si faltan días para Halloween – Taeyeon se indigna, las conversaciones que tienen estas dos me parten de risa.

-Por lo mismo, el alcohol se pondrá más caro más cerca de la fecha estemos.

Taeyeon me miró unos instantes, apretando con fuerza mi mano, me dio una sonrisa de “tengo que acompañarla” y sólo atiné a reírme de soslayo.

-Te veo en una hora afuera del centro comercial, acompañaré a Rojita a su casa –le besa la mejilla.

-Vale vale, vayan con cuidado y no lo hagáis en los callejones –empieza a reírse y me pongo más roja que mi cabello.

-Adiós chicas –siwon.

.

-¡Hey! Fanny –exclama Sunny haciéndome voltear- ¡¿Irás a mi fiesta verdad?! Quiero que todas mis amores estén ahí, incluyéndote, bueno amor eres de Taeng, pero tú me entiendes –dice guiñándome el ojo con esa risita de picardía y encanto, miré de soslayo a Tae quien mostró una molesta expresión que duró un segundo.

-¡naturalmente! –le respondo.

Salimos del Comikstore, caminé con Taeyeon de la mano, casi disimulado, no era de estar apegada a ella todo momento, pero cada roce que sentía de su cuerpo era un paraíso.

-¿Y? –digo rompiendo el silencio, la extraña expresión de Tae me sorprende- ¿De qué vamos a disfrazarnos?

-No sé –responde cabizbaja.

-¿Tae, estás bien? –la abrazo mientras caminamos.

-Sí si -¿por qué está desanimada?- sólo pensaba un poco.

-Sabes estaba buscando, un disfraz que te gustara a ti –me sonrojo un poco.

-Tú siempre me gustas, pongas la ropa que te pongas siempre te ves hermosa –me mira sonriendo- aunque sin ropa también te ves preciosa –ah ¿seguirá enojada porque no lo hicimos?

-Usaré eso que tú odias –le dije- podría buscar un personaje pelirrojo para que sea más realista ¿no crees? –la sonrisa que se formó en Tae me enloquecía.

Se puso a pensar, bajo la mirada y mientras caminábamos observó de reojo mi rostro, repentinamente se paró en seco.

-¡ya sé! –Exclamó- ¿Qué te parece Verónika Flame?

-¿Verónika Flame? Suena bien –me puse a pensar.

Cuenta la leyenda que a principios del siglo XIX, existía una sacerdotisa llamada Verónika Flame que era famosa por sus habilidades para exorcizar demonios, incluso está en nuestros libros de historia nacional. Es parte de la idiosincrasia de nuestra ciudad, y creo que en temas de leyendas religiosas, la exorcista Flame, es la más famosa de Progissea, estuve leyendo y se cree que murió en 1843 a culpa de un suicido, provocado por el mismo demonio que la poseyó.

-¿y piensas que me vería bien? –le pregunto imaginándome en ropas del 1800 con una cruz diciéndole a Tae ¡¡sal demonio ual!! ¡Deja esta muchacha pura y al en paz!

-y cómo no, si tú eres preciosa hasta descuerada -¡bien! El demonio no salió.

Llegamos a mi casa y yo seguía rondándome en la cabeza, recordé que en mi libro de historia de hace unos años había un supuesto retrato de ella.

-Acompañaré a Sunny a comprar al centro ¿irás a verme mañana? –Me dice fuera de mi casa, con esa expresión de piedad, como si fuera mi decisión ir a verla después de colegio o no -¿Si?

-Te veré mañana si –le beso la mejilla, pero en un oculto movimiento le rozo los labios- te amo.

-y yo a ti también –me sonríe ¡Awww! Esos ojos Onice.

-Oye, ¿cómo es que Sunny puede hacer tantas fiestas? –le pregunto imaginándome a Sunny sacando dinero de un pozo sin fondo.

-¿Te refieres al dinero?

-Sí.

-Bueno es con cuotas, cada invitado pone cierta cantidad de