Ayer llovía a torrentes y ahora me jodo en calor ¡Clima desgraciado! Por suerte el Comikstore no está ubicado tan lejos, sólo un par de desvíos antes de llegar a mi casa y ¡Voilá! ¡chanán! O cualquier cosa que indique presentación.

-Vamos, tú puedes –me animo, ¡no puedo!

Veo a esos niñatos entrar y salir de la tienda tan fácil como si estuviesen burlándose de mí; con valor miré a ambos lados antes de cruzar la calle, miré la puerta del Comikstore como si fuese un portal al otro mundo, escucho en mi cabeza pequeñas risitas de burla hacia mí misma ¡¿por qué parece tan difícil entrar?!

Vamos, sé que puedo entrar sin parecer idiota, he hecho cosas mejores que esta, yo lo sé; entro con dificultad y lento, pero la campanilla que choca con la puerta me pone los nervios de punta, no llamé la atención, ¡ah sí lo hice! Un par de chicos se me quedan viendo, es como si fuera un pedazo de carne en una perrera.

Me adelanté rápido al mostrador apoyándome en este intentando darle la espalda a todos, de reojo vi como Tae leía una historieta y de a poco giraba la vista hacia mí, estando a tan sólo unos centímetros de distancia entre nuestros brazos.

-Ignórame –le susurré sin mirarla, totalmente avergonzada.

Actualmente mis neuronas no hacen contacto y lo único que veo son los colorines mechones que caen sobre mi vista, como intentando ocultarme, luego de unos eternos segundos me giré un poco, intentando ver a la vendedora de comics y lo que hacía; mi corazón empezó a palpitar con exageración al ver que el par de piercings que adornaban su labio inferior, hoy eran un par de color rojo, ¡ah qué lindos! Siento mi cara arder y mi estómago un revoltijo de sensaciones impulsivas.

-¡Es imposible! –Exclamó de repente golpeando el mesón con furia.

-¿Qué te pasa? –le pregunté, pero ella siguió leyendo como si nada.

La observo detenidamente, es la primera vez que puedo verla tan cerca y cautelosa, sus ojos son naturalmente ónice , y tiene una pequeña maña de chuparse el labio, exactamente en su piercing derecho.

-En serio, es imposible –dijo riendo.

-¿imposible qué? –le susurro ¡¿qué le pasa a esta chica?!

Se acercó lento a mi rostro, sin cambiar la dirección de sus ojos ni despegarlos de la revista, como si quisiese decirme un secreto o… ¡¡hacer que me sonroje!! Como lo estoy haciendo, me siento psicópata, ¿cómo es posible que esa cosa rosa me vuelva loca? Es como cuando pisas un chicle y es insignificante pero sabes que te incomoda… bueno no digo que ella sea un chicle, si lo fuera ya la estaría mordiendo ¡espera no! No quise pensar eso ¡argh!

-¿De verdad crees que es fácil? –Dijo- No puedo leer porque estás apoyada en el mesón, con una cara totalmente roja, agitada y tardaste seis minutos en ingresar a la tienda ¿crees que posible que pueda ignorarte? –no sé si es el tono de su voz, que esté tan cerca, que haya tomado el tiempo quizás en lo que me demoré en entrar al Comikstore, pero esto que estoy empezando a sentir no es normal.

-¡Ah sí! Yo –intenté rápidamente ponerme a la postura correcta- vine a pagarte el Comic –digo metiendo las manos en los múltiples bolsillos de la mochila, siento la cara arder, las piernas me flaquean un poco, y esa sensación que no encuentro el dinero se hace eterna.

La chica en frente de mí me mira sonriente, está disfrutando mi sufrimiento lo sé ¡puta! Hace que sienta estas cosas tan raras por sólo tenerla tan cerca, como si estuviera segura que mi comportamiento imbécil es debido a su presencia ¡¡¿quién carajos se cree que es para hacerme sentir así?!! No encuentro el dinero, las manos me sudan y el cabello me molesta en la cara ¡la odio! Me está avergonzando con la mirada y siento que me está acosando -¡es una perra!

-Perra…¿Me dices a mí? –se levantó de golpe con una extraña mirada.

-¡no! -¡¡¡joder lo dije en voz alta!!!- ¡tú cállate quieres! –pero qué cosas digo.

-bueno, no hay por qué ser tan agresiva –se empezó a reír ¡¡¿por qué le estoy diciendo estas cosas?!!

¡Cálmate! Fanny , intenté respirar profundamente, y adivinen, sentí su aroma golpeándome la nariz como diciendo ¡hey enamórate! Ahora además de gustarme me provoca barosmia (excitación por olores en particular), veo que esta chica me está destapando los fetiches, de verdad la estoy odiando.

-¡Eres odiosa! –le grité.

-¡¿yo qué hice?! –se extrañó aún más, llamando la atención de los pendejos en la tienda.

-¡cállate! –¡Qué estoy diciendo!- espera…-me calmo.

El dinero está en el bolsillo de mi chaqueta, pero seré imbécil, de verdad quiero llorar, ¡pero no! Empecé a sacar las monedas… monedas que vergonzoso y las pongo encima del mesón.

-Aquí está Tayeon–joder, entre medio de recordar su nombre y recordar que no lo recuerdo dije lo primero que recordé.

-Taeyeon –respondió sonriendo, siquiera mirando las monedas, sus ojos siguen pegados a los míos es incómodo y molesto.

-Tion –quiero cambiar la expresión tan boba y encantadora que tiene en su rostro.

-Taeyeon.

-Tellón.

-Taeyeon

-¿Tecate?

-¡¡Taeyeon!! Por la puta –lo logré, deja de mirarme y se queja.

-¡¡¿y querías que lo recordará?!! Joder qué nombre tan difícil tienes –bien, es la segunda vez que tengo un diálogo decente con ella, bueno algo decente, creo que nos estamos gritando.

-¿y qué me dices de ti? –ahora volvió a reírse- tu nombre es Fanny y yo lo recuerdo –se excusaba.

-Mi nombre es más fácil que el tuyo.

-¡claro que no! Suena como una losion -¡lo sabía!

-¡¡¿disculpa?!! No es problema mío que tenga nombre de losion –Creo que esto agrega más cosas que reírse de mí.

-Patini…-¡no lo diga!- de losion –empezó a reírse y bien, ya me enoje.

-Tu nombre es masculino.

-hmm –exclamó con desprecio- no eres la primera que lo dice, además –¿se sonrojó?- no me interesa.

Creo que es la primera vez que me rio en frente de ella, de todas formas que ella se sonrojara ante mí me quita algo de peso sobre el hecho que ella me provoque estas sensaciones tan misteriosas