Chapter 15

Tu Reflejo En Mi

 

La puerta del departamento se cerró con un cansado suspiro, el saco del traje cayó sobre el sofá mientras sus pasos se dirigían con pesadez hacia la habitación principal, deshaciendo el nudo de la corbata en el camino y desabrochando los primeros botones de su camisa.

Había sido un día cansado en el trabajo. Reuniones interminables, revisión de los contratos con los proveedores, supervisión general del personal en el restaurant, y finalmente, un paseo discreto por el área del salón principal, revisando el desempeño de los empleados a su cargo.

Sí, había sido un día cansado y muy preocupante. Era el segundo día seguido que Yumi se había ausentado en el trabajo. Sus fuerzas y su compromiso con su actual novio, no le había dado tiempo para dar una visita a Yumi y tratar de arreglar el desastre, que estaba seguro, su ex-novio había causado.

Pensar en Eric le provocaba dolor de cabeza; su relación fue maravillosa mientras duró, pero el tiempo se encargó de enterrar todos esos recuerdos y ahora sólo podía sentir lástima por el hombre. Sí, un poco de lástima por el ser egoísta en el que se había convertido su ex-novio. Por momentos se preguntaba, cómo nunca antes se dio cuenta de la verdadera personalidad de Eric?. Fue muy tarde cuando pudo reaccionar y en ese instante, él también se había convertido en una víctima del egoísmo de su ex-novio.

El timbre sonó a lo lejos, miró rápidamente su reloj y se dio cuenta que casi una hora había pasado desde que llegó a su departamento. Sus pensamientos lo estaban traicionando por mucho estos días, todavía se sentía aturdido por su último encuentro con su ex-novio.

El timbre volvió a sonar; nuevamente tuvo que sacudir sus pensamientos y retroceder sus pasos hacia la puerta. Sería más fácil si ya no volviera a cruzar camino con Eric. Su cabeza aún no comprendía el razonamiento de su ex-novio.

Otra vez el sonido del timbre; estaba tan cerca de la puerta cuando los recuerdos lo asaltaron. Aquella noche había sido muy fría, la más fría que le había tocado vivir en toda su vida. Tuvo miedo al verse solo en ese callejón, desamparado y sólo acompañándose con sus lágrimas. Deseó tanto que solo fuera una broma, deseó con todas sus fuerzas que Eric apareciera en cualquier momento y le dijera que estaba equivocado; entonces regresarían a casa y fingiría que aquella noche nunca ocurrió.

Mantuvo su resolución por la siguiente semana, esperó desconsoladamente cada minuto, refugiado en el departamento de su mejor amigo. Esperó por un milagro. Esperó por Eric, listo con el perdón en los labios y dispuesto a continuar con el mismo amor de siempre. Pero nunca llegó. La puerta nunca se abrió para mostrar el rostro arrepentido de su ex-novio. Sólo las palabras de su mejor amigo lo acompañaban; las palabras que le rogaban porque lo dejara ir, por un nuevo inicio en su vida y una confirmación que Eric nunca volvería.

Fue difícil hacerse a la idea del abandono. Fue difícil obligarse a darse cuenta que tenía que echar al tacho los momentos vividos. Sus maletas aún estaban intactas, le prohibió a Junjin tocar sus cosas, con la esperanza de regresar pronto a su propio departamento de la mano de su novio. Fue aún más doloroso desempacar sus cosas y aceptar que ya no tenía un hogar a donde ir.

-HyeSung?… HyeSung!

Sus ojos parpadearon dos veces como si estuviera teniendo una revelación, no se había dado cuenta en qué momento su novio ingresó al departamento y se encontraba ya parado frente a él, solo a unos pocos centímetros de distancia.

-ah!… ya iba a abrirte la puerta – recuperó rápidamente la compostura, curvando los labios hacia arriba, fabricando su mejor sonrisa que pudiera despejar cualquier rastro de sospecha del rostro de su novio.

-creí que ya habías llegado hace tiempo… me escribiste hace más de una hora diciéndome que ya estabas en camino – Dongwan retrocedió unos pasos, quitándose el abrigo y dejándolo dentro del armario al lado de la puerta principal del departamento.

-ahh… se presentó algo de última hora, tuve que regresar, lo siento por no avisarte – HyeSung se había vuelto muy rápido en sus reacciones, no le gustaba ocultar cosas a sus amigos, pero no podía evitarlo desde que Eric Mun regresó a su vida.

-está bien, me preocupé porque no abrías así que usé la clave – Dongwan regresó al lado del bello hombre, colocando una mano en su mejilla derecha, acomodando los mechones de su cabello que caían alborotados por los lados de su rostro.

HyeSung sonrió dulcemente, inclinándose lo suficiente para dejar un breve beso en los labios de su novio. Dongwan pudo sentir que había algo extraño en HyeSung, pero prefirió no hacer preguntas. Ya era un día muy cansado para ambos, era mejor no seguir haciéndolo más cargado.

-me daré una ducha rápida y regreso… - HyeSung se soltó de los brazos del fotógrafo, dedicándole una última sonrisa antes de desaparecer detrás de la puerta de su habitación.

Dongwan confiaba mucho en sus presentimientos, pero a la vez tenía miedo. Nunca había sido una persona insegura, pero no podía evitarlo. El viaje había sido tan largo y la espera infinita; no podía haber sido en vano.

Veinte minutos pasaron sin que el fotógrafo pudiera contarlos. HyeSung salió de su habitación, vestido en ropas más cómodas y con el cabello aún húmedo por la ducha que acababa de tomar; el bello hombre observó a su novio en completo silencio, debatiéndose por dentro si debía interrumpir sus pensamientos o simplemente dejarlo ser.

-ah, lo siento, estaba pensando en el trabajo – fue Dongwan quien advirtió primero la presencia de su novio, dirigiéndole una sonrisa liviana, antes de extender su mano e invitarlo a tomar asiento en el lado libre del sofá en el que se encontraba sentado. HyeSung obedeció, recostando su cuerpo en el sofá, colocando su cabeza sobre el regazo del fotógrafo, quien, inmediatamente, comenzó a acariciar su cabello.

Entre las caricias de su novio y la serenidad de la noche, el bello hombre cerró los ojos, vaciando su mente y dejando las preocupaciones para más tarde.

 

 

Era casi las 7PM y su escritorio aún se encontraba lleno de papeles de trabajo pendientes. Presupuestos por revisar, contratos por archivar, cartas por emitir y reportes que llevaban días sin haber sido iniciados. El trabajo se había acumulado como si no hubiera estado ausente en toda la semana, cuando en realidad su impecable récord decía todo lo contrario; la realidad era que el trabajo en TOP Media se había triplicado desde su alianza con M Rizing. La visión del CEO se había hecho realidad.

El piso lucía a oscuras, siendo la única luz encendida la de su cubículo. La cena que tenía pensada con su novio, tendría que esperar. Un bostezo salió de su boca, frotando sus ojos para no caer en los brazos del país de los sueños; su jefe le había prometido unos días libres, completamente pagados, si terminaba todo el trabajo acumulado esa misma noche. Era una oferta muy tentadora como para no hacer el sacrificio.

Su teléfono celular timbró, distrayendo su concentración de la pantalla de su computador; el número aparecía como privado, contestando la llamada con muchas dudas en la cabeza. Y pasó exactamente lo mismo que hace un par de días, sólo se oyó el silencio del otro lado de la línea. Era la cuarta vez en la semana; comenzaba a sentirse acosado y tenía miedo de decírselo a su novio.

En los últimos dos días, su cabeza había dado vueltas por todos los nombres y rostros posibles, que podían guardar algún tipo de rencor u otro asunto desconocido contra él. Y nada. Ni un solo enemigo o secreto admirador. Su última posibilidad tenía un solo nombre, sin embargo; pero a la vez lo creía poco probable.

-servicio a domicilio? - la bolsa de plástico que aterrizó sobre su escritorio, lo despertó de sus pensamientos. Rápidamente escondió su teléfono celular de la vista de su novio.

-qué haces aquí?… digo, cómo te dejaron pasar? - Andy estaba sorprendido de ver a Junjin en su oficina a esas horas. La seguridad del edificio era muy estricta y no dejaba pasar a nadie fuera del horario de trabajo normal. Además, se suponía que Junjin debía estar en casa, descansando y cenando la comida grasosa que, ahora, Andy tenía sobre su escritorio.

-nunca dudes de mis poderes de convencimiento – Junjin guiñó un ojo a su novio, tomando una silla prestada del cubículo de al lado, acomodándose al lado del menor.

Andy observó en silencio y todavía sorprendido, mientras su novio abría la bolsa de comida y comenzaba a acomodar un par de platos sobre el lado libre de papeles de su escritorio.

-recibí tu mensaje y no me pareció justo que tengas que trabajar tanto tiempo extra, así que te traje algo de cenar y… a mi! - Junjin sonrió al menor, acercando los palillos sobre su rostro.

Andy aún no podía creer que Junjin se haya tomado todo el trabajo de comprar comida y llevarla a su oficina, menos aún, que se encontrara a su lado, sonriéndole como si esa fuera su rutina de todos los días.

-es demasiado trabajo, te ayudaré y regresaremos a casa juntos – aseguró Junjin, observando fijamente la pila de documentos hacinados a un lado del escritorio.

-qué!? - Andy se mostró aún más sorprendido, luego del ofrecimiento de su novio.

Junjin siempre había sido dulce y atento con él, pero esta vez, Andy sentía que su corazón se derretía. Tenía un buen novio. El mejor del mundo a sus ojos.

Cuatro horas después, finalmente la luz del cubículo del asistente Lee, fue apagada. El cuello de Andy dolía y sus hombros se sentían tensos, todo lo que podía desear para esa hora, era un baño tibio y una sesión de masajes privados. Gracias a la ayuda de su novio, el día siguiente solo tenía que regresar a la oficina a presentar todo el trabajo terminado, luego de eso comenzarían sus días libres y bien merecidos.

-qué es eso? - Junjin no pudo evitar su curiosidad, al ver la pantalla del teléfono celular del menor, encenderse al sonido de una llamada entrante. Y como siempre, el número en privado.

-no lo sé, ya van dos días… - Andy no tuvo más opción que confesar al mayor.

-quieres que me encargue? - el instinto protector de Junjin se activó. Combinado con un poco de celos.

-no lo sé… solo llama pero nunca habla… es muy extraño; estos días han sido tan extraños… - el menor respondió en tono cansado, dando un vistazo a la pantalla de su teléfono celular.

-a qué te refieres? - la curiosidad seguía asaltando los instintos del mayor.

-estas llamadas y HyeSung hyung… - Andy solo dejó salir sus pensamientos, olvidando que se había prometido mantenerlos ocultos de su novio. Al parecer, sólo él había notado el semblante diferente con el que el bello hombre regresó a su departamento aquella noche.

El rostro pálido de HyeSung y la ligera tonalidad rojiza en sus ojos, habían dado mucho qué pensar al menor.

-qué hay con hyung? - la curiosidad de Junjin despertó.

Andy apretó los labios, debatiendo mentalmente si debía continuar liberando sus pensamientos o simplemente inventar alguna excusa que distrajera la atención de su novio.

-es extraño… ese hombre, Eric Mun, no ha vuelto a tratar de comunicarse contigo desde hace dos días… exactamente el mismo tiempo desde que vimos a HyeSung hyung… - Andy sacó tan rápido las conclusiones en su cabeza, que olvidó por completo la presencia de Junjin.

Algo no estaba bien y podía presentir que, quizás, también tenía que ver con la ausencia de Yumi en su centro de labores.

 

 

Su rostro lucía sereno y apacible, sintió las suaves y cálidos manos recorrer su cabello por quinta vez; podía sentir, también, la mirada compasiva de los amorosos ojos de su madre. Esto debía estar quebrándola, no había forma que una madre vea a su hija encerrarse en su depresión, y mantenerse ajena a su sufrimiento. Peor aún, cuando no tenía idea del origen de su sufrimiento.

Hace dos días atrás, Yumi había recuperado el apetito y estaba decidida a refugiarse en el apoyo de sus amigos y confidentes. Aún le dolía el abandono de Eric, pero todavía le quedaba una pizca de su resolución inicial, y quería intentarlo por una última vez.

Ahora, se sentía estúpida y perdida. Salió de casa ese día, tomando prestado el auto de su padre y dirigiéndose, repentinamente, en busca de la única persona que podía brindarle consuelo y su apoyo infinito. Se sentía muy arrepentida por ausentarse del trabajo con una excusa ridícula, y aún más, por haber ocultado desde un inicio la noticia de la ruptura con su prometido. Tenía muchas cosas por las que disculparse, y luego buscaría el consuelo y la ayuda que necesitaba.

Lastimosamente, nada fue como esperaba. Llegó al estacionamiento del edificio y su cuerpo se congeló, tomó su celular y pensó en dar una llamada antes para avisar de su visita; pero sus manos temblaban. Quería desahogarse, pero a la vez se sentía avergonzada y cobarde.

Le tomó varios minutos darse el valor para salir del auto, reconociendo sus ojos la llegada del vehículo de su jefe y mejor amigo. La suerte parecía estar de su lado. Pero sus pasos se detuvieron cuando sus ojos también reconocieron el auto de su ex-prometido. Los nervios le jugaron una mala pasada, ocultándose entre los vehículos dentro del estacionamiento del edificio.

Y durante esos casi cuarenta minutos que duró la discusión entre su ex-prometido y su jefe y mejor amigo, deseó tanto que nunca hubiera tomado la decisión de salir de casa.

Fue duro enterarse de todo lo que estaba ocurriendo a sus espaldas. Fue más duro aún, saber que el fantasma al que tanto temía, tenía el rostro y nombre de su mejor amigo. Y mucho más letal, saber que sólo había sido elegida como un reemplazo temporal. No había nada de especial en ella, como pensó en un principio; Eric sólo la había escogido para suplir la ausencia de su novio.

Cómo podía competir con un fantasma al que conocía tan bien? Cómo podría volver a mirarlo a los ojos con la sonrisa sincera?

Se sentía engañada, traicionada y burlada. Como un juguete cuyo único propósito era descargar las frustraciones de los demás.

Su corazón se desgarró. Las lágrimas no dejaban de fluir por sus ojos, empapando su rostro y las manos con las que se cubría los labios, ahogando sus sollozos con el temor de ser descubierta. Quería gritar tan fuerte y que todo el dolor se fuera con la fuerza de sus pulmones, pero el leve sollozo de su ex-prometido, yaciendo en el pavimento a tan sólo unos metros de distancia, la obligaban a seguir consumiendo todo el dolor.

En su cabeza seguían reproduciéndose cada una de las palabras y confesiones de aquella discusión. No tenía tiempo para pensar, solo para llorar. Quería desaparecer y olvidarlo todo.

-qué puedo hacer por ti?… - la amorosa voz de su madre llegaba a sus oídos, provocando la re-apertura de la herida.

Dolía mucho dentro de Yumi, tener que sufrir sola y no encontrar el valor para confesar toda la desgracia que había caído sobre ella. Le dolía oír las preocupaciones de sus padres, pero aún no estaba preparada para explicar todo lo que sus oídos guardaban.

Oyó esa historia tantas veces, cuando desconocía el nombre y rostro del monstruo que había destrozado la vida de su mejor amigo; aprendió a odiarlo también y desearle la peor de las maldiciones. Ahora sabía que el mismo monstruo había tocado su puerta, y también acababa de destruir su vida. Pero no podía odiarlo como en su ignorancia, lo amaba.

Su corazón se debatía con sus propios sentimientos; amarlo u odiarlo. La destrozaba aún más, estar perdida en ese laberinto de emociones.

-por favor, háblame… - sintió una parte diminuta de su cabello humedecerse. Se odiaba por hacer sufrir a sus padres. Su infancia feliz en los que era una niña llena de ilusiones, viviendo en el mundo de fantasía que sus padres fabricaban para ella, parecía desbaratarse en cada una de las lágrimas de su madre.

Retroceder el tiempo ya no tenía sentido, era su castigo por no haber notado antes las señales.

-al menos… trata de hablar con alguien más… por favor…

Las manos de Yumi se sujetaron con fuerza de los cobertores, apretando los ojos para no dejar que las lágrimas resbalaran sobre la almohada. Claro que lo había intentado, pero su voz perdía la fuerza cada vez que oía la voz del otro lado de la línea. Podría seguir confiando en los hombres a los que trataba como a sus propios hermanos?… la vida había dado un vuelco tan dramático a sus ojos.

El sonido de la puerta liberó sus lágrimas, estaba sola y le dolía no poder compartir su desgracia. Quizás era mejor así, quizás sólo se estaba haciendo más daño; pero estaba perdida y tenía todo el derecho a cometer errores.

 

 

Sus piernas dolían luego de un arduo y cansado día de trabajo, abrió la puerta frontal del departamento y cambió sus zapatos de cuero por unas cómodas pantuflas, dejó su maletín dentro del armario junto con su abrigo y se dirigió en silencio hacia la sala. Retiró el saco de su traje en el camino, curveando las esquinas de sus labios hacia arriba, cuando el aroma de algo proveniente en la cocina, lo recibió.

Giró sus pasos y sus ojos destellaron. El dolor en su cuello instantáneamente se desvaneció. Se acercó con mucho cuidado de no hacer obvia su presencia, deslizando sus brazos por detrás, alrededor de la cintura que llevaba atada un sencillo delantal color naranja. Sus manos siempre se sentían gigantescas cada vez que lo tocaba.

-Dios! Me asustaste, idiota! - no era la bienvenida dulce y amorosa que esperaba, pero ya estaba acostumbrado.

Si no recibía ningún insulto, era momento de preocuparse.

Fingió una sonrisa inocente, mientras sus brazos aprisionaban el cuerpo del bello cocinero.

-yah! Si se echa a perder será tu culpa! Tu irás a comprar la cena solo! - las amenazas ya no funcionaban en él. Siempre podría ordenar algo para que lo trajeran a su puerta.

Concedió unos centímetros de libertad a su prisionero, manteniéndose aún muy cerca, apoyando la barbilla sobre su hombro. No estaba interesado en la comida, solo quería sentir de cerca el aroma de su compañero. HyeSung siempre olía muy bien; todavía no se explicaba cómo lo hacía. Acaso se rociaba perfume antes cada cinco minutos?. Tampoco era que le importara, era mejor disfrutarlo.

-no vas a ducharte? La cena estará lista en diez minutos, ve a ducharte, estás sudado – nunca esperaba un beso de bienvenida o unas palabras melosas; pero eso estaba bien. Tenía un novio que era real y, aunque frágil, todavía le quedaba fuerza en su carácter. Y era aún más especial, ser la única persona que conocía ese carácter.

Tomó su ducha forzada y trató de reducir el tiempo lo más que pudo, no quería perder un segundo lejos de esa persona especial. Había sido un largo día en el trabajo, solo la suave presencia de su novio le bastaba para recargar sus energías. HyeSung no lo sabía, pero se había vuelto muy indispensable para su existencia.

-vi en las noticias que esa agencia donde está entrenando tu amigo, va a debutar un nuevo grupo la próxima semana… tu amigo va formar parte de ese grupo? - los ojos de HyeSung brillaban, nunca en su vida pensó que estaría ligado, en cierta forma, a una celebridad; aunque Minwoo aún no debutaba oficialmente.

-me temo que no… ya es mucho tiempo y aún no le dan una fecha para su debut… - la respuesta de Eric fue baja y con cierto tono de tristeza. Conocía muy bien cada gran paso que había dado su amigo, hasta lograr ingresar a una de las agencias más grandes de la ciudad; lamentablemente, su edad “avanzada”, como lo calificaban los directores de la agencia, no les permitía agendar una correcta fecha de debut. Eric temía que la agencia sólo estuviera entrenando un posible profesor para las futuras generaciones de aprendices jóvenes.

El silencio rodeó la mesa. HyeSung aún no conocía personalmente al famoso mejor amigo de su novio, más que por antiguas fotografías e historias que Eric no se cansaba de contar; pero definitivamente podía sentir mucha empatía por él.

-hablemos de otra cosa… todavía te quedan unos días de vacaciones, quieres hacer algo especial? - la sonrisa de Eric regresó a su rostro, tan pronto como su atención se centró en el hermoso hombre sentado frente a él en la mesa.

HyeSung negó con la cabeza, bajando la mirada avergonzado, huyendo de la brillante mirada de su novio. Llevaban viviendo juntos tres años, pero HyeSung aún podía sentir esos nervios y ese revoloteo en el estómago, cada vez que su novio lo observaba con devota admiración. Lo amaba y era tan incontenible que no podía imaginarse una vida sin él.

La cena terminó más rápido de lo que ambos esperaban, Eric lavó los platos en la cocina, mientras HyeSung buscaba alguna película o algún programa aburrido para pasar el resto de la noche acurrucado en el sofá junto a su novio. Era una rutina que no era para nada cansada. La mejor parte del día era siempre, recostarse en los brazos de Eric y dejar que el calor de su cuerpo lo arrullara hasta que sus ojos se cerraran y el sueño se apoderara de él.

-cariño… he estado pensando mucho en Minwoo… - la voz de Eric se oyó muy cerca al oído de HyeSung. Ambos hombres se encontraban recostados en el pequeño sofá, los brazos de Eric sujetando con firmeza la cintura de su novio, cuidando su posición cómoda en el sofá.

Los ojos de HyeSung, giraron ligeramente hacia el rostro de su novio a sus espaldas, indicándole que tenía su atención.

-… han sido muchos años desde que sueña con convertirse en un idol… esa agencia sólo lo está utilizando, lo llena de fantasías… - cada vez, el tono de Eric se hacía más serio, como si en verdad tuviera ese deseo enorme de rescatar a su mejor amigo.

-… qué estás pensando? Acaso vas a formar tu propia agencia y hacerlo debutar tú? - HyeSung soltó una pequeña risita a la conclusión de sus propias palabras.

Eric quedó sin palabras. Había tenido en mente buscar alguna agencia alternativa que se interesara en su mejor amigo, y así hacerlo abandonar ese lugar que sólo lo retenía con una falsa esperanza; pero la idea de su novio, no se oía tan mal mientras la seguía repitiendo en su cabeza.

-… tengo algunos ahorros guardados… - después de varios minutos, las palabras por fin abandonaron los labios de Eric.

-… puedes contar conmigo… - el rostro de HyeSung se tornó serio y su voz decidida.

Los ojos de Eric parpadearon cinco veces, tratando de regresar la imagen de su ex novio a aquella mesa que llevaba abandonada tres años. El frío del departamento tocó su piel, las ventanas estaban abiertas llevándose el olor a alcohol de la noche anterior. Eric apretó los ojos, una vez más, con fuerza pero la imagen de HyeSung no volvía a aparecer dentro del departamento.

Quería seguir soñando, porque aparentemente, eso era todo lo que quedaba ahora. Soñar con el pasado.

 

 

La luz en su teléfono celular se encendió, haciendo un ruido extraño mientras vibraba sobre la mesa de vidrio que usaba como escritorio en su oficina. La pantalla mostraba lúcida el nombre de su actual novio. Aún era muy temprano y, ciertamente, no esperaba una llamada tan pronto. Había pasado sólo un par de horas desde que se despidió, después de haber pasado la noche en el departamento del fotógrafo.

-los de la editorial están de acuerdo con nuestra elección, iremos el fin de semana a esquiar! - Dongwan saltó los saludos, oyéndose su voz emocionada desde el otro lado del teléfono. Estaba deseando tanto volver a deslizarse en la nieve en compañía de su bello novio.

-tendré que pedir permiso, este fin de semana tenemos un evento importante y Yumi aún no regresa al trabajo… - a diferencia del fotógrafo, HyeSung no se oía tan emocionado con la noticia. Yumi seguía ausente, y el bello hombre no sabía cómo ir y explicarse.

HyeSung era muy consciente que él era la causa del sufrimiento de su mejor amiga. Indirectamente, pero era el causante.

-llamaré a la editorial para darles la confirmación y hacer los arreglos para el viaje – Dongwan terminó la llamada sin esperar respuesta de su novio. No quería parecer insensible por la preocupación de HyeSung hacia su mejor amiga, pero sentía que algo no estaba bien y tenía que remediarlo antes que sus esfuerzos y esperanzas se convirtieran sólo en un recuerdo.

HyeSung suspiró, no quería decepcionar al fotógrafo. Su corazón se sentía cálido cada vez que Dongwan estaba alrededor; esa calidez que creyó perdida, regresaba con él. Todo era más fácil cuando su ex novio era sólo una imagen viviendo en el pasado. Sus deseos más mezquinos lo hacían pensar que hubiese sido mejor si nunca hubiera vuelto a cruzar caminos con Eric.

Lo amó en el pasado, pero ahora, odio y repudio era todo lo que podía crecer dentro de él.

Finalmente, luego de volver a perderse en sus pensamientos, algo que le estaba ocurriendo demasiado a menudo últimamente, el bello hombre tomó la decisión de dejar de agobiarse por causa de su ex novio. Sólo por ese fin de semana, HyeSung iba a recordar lo que era vivir una vida sin rastros de Eric Mun en ella.

Y así, cuando el último día de la semana llegó, el bello hombre y el fotógrafo subieron al avión, junto a otros miembros del staff de la revista para la que harían una sesión fotográfica, que los llevaría a un hermoso resort cubierto en la blanquecina y resplandeciente nieve. El lugar ideal para recordar cómo fue que el corazón del bello hombre comenzó a latir nuevamente en compañía de Kim Dongwan.

-les pedí que fueran camas separadas, ya se oía demasiado extraño que les dijera que queríamos compartir una habitación… - Dongwan colocó su maleta sobre la cama que había elegido, dando una sentida mirada a su bello novio que aún permanecía en la puerta, sintiendo una especie de dejavú.

-… eres un ertido… - HyeSung sonrió, comenzando a desempacar su maleta.

El resort era pequeño, cálido y elegante; el lugar perfecto para una breve sesión de fotos. Inicialmente, el equipo de la editorial de la revista había reservado la locación por un día, pero Dongwan hizo sus arreglos para permanecer en el resort el resto del fin de semana. El tiempo fuera y lejos de la ciudad, sería la ocasión perfecta para pasar un tiempo de calidad con su novio, y deshacerse de las inseguridades que seguían perturbándolo.

-recuerdas la última vez que esquiamos juntos? - los ojos de Dongwan no abandonaban la vista de las montañas cubiertas de nieve, mientras esperaba sentado en su silla, porque el staff de la editorial terminara de colocar el equipo para la sesión de fotos.

Su alma de fotógrafo vociferaba a gritos por entrar en acción y terminar con la dirección él mismo. Se sentía tan extraño ser el fotografiado, en lugar de ser la persona a cargo. Aunque la presencia de HyeSung a su lado lo hacía sentirse menos incómodo, pero aún así, su lugar era tras el lente de la cámara.

-te ves raro con todo ese maquillaje encima – la voz del bello hombre, hizo que la mirada del fotógrafo cambiara de dirección. Ahí, de su lado derecho, HyeSung le sonreía traviesamente como si nada más existiera en el mundo.

-pues no soy el único, señorito perfecto… - Dongwan estiró una mano por encima de la cabeza de su novio, tratando de alcanzar su cabello perfectamente estilizado para la sesión de fotos de ese día.

-yah! - exclamó HyeSung con una sonrisa más amplia, haciendo su mejor esfuerzo por esquivar las manos del fotógrafo, sosteniéndolas en el aire, salvaguardando el arduo trabajo de las estilistas contratadas por la editorial de la revista. Y por que no, salvando su cabello por él mismo también. Los años habían pasado y muchas cosas cambiaron en él, pero el amor por su perfecto cabello era algo que no cambiaría fácilmente.

-tienes miedo que eche a perder tu bonito cabello? - Dongwan hizo uso de toda su fuerza y habilidad para soltarse del agarre de su novio, avanzando directamente hacia él hasta que sus rostros se encontraron a milímetros de distancia.

Sus sonrisas eran enormes y sus miradas reflejaban cero preocupaciones. Eran nuevamente esos días en los que todo comenzaba a renacer.

-ehmmm… ya estamos listos… - la voz avergonzada de uno de los miembros del staff, despertó la ensoñación de los dos hombres.

HyeSung y Dongwan tuvieron que separarse rápidamente, al notar las miradas incómodas que el resto del staff les dirigía.

-bien! Empecemos entonces! - sorprendiendo a todos completamente, más aún al hombre sentado a su lado, HyeSung sujetó la mano de Dongwan en un firme agarre, colocándose ambos de pie bajo la mirada atónita del staff.

 

 

Los lentes oscuros ocultaban sus ojos hinchados del resto del público que pasaba por su lado, observándola con mucha curiosidad; no podía culparlos, sin embargo, era un día nublado y los lentes de sol en su rostro definitivamente llamaban la atención de cualquiera. Le costó todo su valor, atreverse a hablar por el teléfono, cambiarse de ropa y salir nuevamente de casa, luego de una semana en la que creyó que su vida acabaría.

Necesitaba respuestas, y las necesitaba con urgencia.

-vine lo más pronto que pude… - el hombre frente a ella, tomó asiento del otro lado de la mesa, llamando brevemente a una de las meseras, ordenando una taza de café.

Yumi creyó que después de salir de casa y hacer esa llamada, el resto sería más sencillo; pero viendo el rostro de Andy frente a ella, las lágrimas volvían a inundar sus ojos, presionando el dolor en su pecho.

-estás bien? Oí que estabas muy enferma – la voz preocupada de Andy empeoró el estado de la muchacha.

Un sollozo se ahogó en la garganta de Yumi, conteniéndose por unos segundos mientras la mesera dejaba la taza de café de Andy sobre la mesa.

-Yumi… qué pasa? Tiene que ver con tu prometido? - Andy estaba confundido y alarmado, era la primera vez que veía a Yumi en tal estado, y sus presentimientos lo asustaban.

-él… él… ya no es más mi prometido… - entre sollozos, las palabras herían la garganta de Yumi mientras se deslizaban por sus labios.

El rostro de Andy perdió color, podía unir las piezas en su cabeza y adivinar fácilmente el resto de la situación; pero quería esperar porque Yumi continuara con su confesión. Sabía que había sido llamado para escuchar y responder dudas, e iba a esperar el tiempo prudente hasta que Yumi recuperara su valor.

-lo sé todo… los oí ese día… no quería, pero lo oí! - el pañuelo que sostenía Yumi en manos, ya se encontraba completamente empapado, ofreciendo Andy uno nuevo que sacó del bolsillo de su saco.

Los labios de Andy permanecían en silencio, recapitulando cada incidente desde el primer día que había oído de la ausencia de Yumi en su trabajo. Sus manos se estiraron por encima de la mesa, cubriendo las manos de la muchacha que continuaba sollozando.

No había palabras que pudieran consolar a Yumi, Andy lo sabía. La muchacha tenía todo el derecho de sentirse miserable y herida.

-por qué me lo ocultaron?…. Por qué tú, Andy oppa? - finalmente, Yumi pudo articular un par de palabras entre cada lágrima que resbalaba por sus mejillas.

-nadie lo hizo a propósito... de alguna manera, nunca era el momento correcto. Nadie quería lastimarte, mucho menos HyeSung hyung – Andy tenía que hacer un gran esfuerzo por buscar las palabras que pudieran doler menos en Yumi, y a la vez, tratar de hallar una solución.

-él me oyó hablar tantas veces de mi prometido… y… - un fuerte sollozo llamó la atención de los demás comensales dentro del café.

-él no lo sabía… no al principio; cuando se enteró, quiso decírtelo… Yumi, él no quería ocultártelo; tú conoces su historia… - Andy no sabía qué hacer, Yumi estaba dolida y la sensación de traición la invadía, nada podría hacerla entrar en razón, o quizás todo simplemente no tenía sentido. Quizás sí estuvieron equivocados desde un principio.

-Eric oppa… él… lo sigue amando, cierto?… - las palabras golpeaban con fuerza dentro de Yumi, odiando tener que admitir una verdad de la que quería huir.

-HyeSung hyung ya lo superó, ahora él ama a Dongwan hyung… - la única respuesta que pudo dar Andy fue esa, aunque por dentro él mismo no estaba muy seguro de tal afirmación. Al menos no, tomando en cuenta el secreto de su novio.

Las lágrimas de Yumi se detuvieron, sus recuerdos la llevaron a viajar años atrás, cuando se hizo la resolución de ser la persona que sanara el corazón lastimado de Eric Mun. Yumi siempre supo que su prometido no había olvidado a aquella persona de su pasado, pero ahora, había algo más que estaba fuera de lugar.

-no lo entiendo… - casi compuesta y aún con el dolor apretando contra su pecho, el rostro de Yumi reflejó confusión.

Andy esperó pacientemente porque la muchacha continuara sus palabras.

-HyeSung oppa dijo que su novio terminó con él cruelmente… pero la madre de Eric oppa, me dijo que él fue abandonado… - el rostro de Yumi era serio y su expresión demandante, estaba confundida y su dolor le exigía porque alguien le diera respuestas.

-eso… eso es muy complicado y no está en mí hablar de ello – Andy fue sincero, aunque por dentro, era muy consciente que sólo lo hacía para proteger a su propio novio.

-pero tengo derecho a saberlo! Todos han estado jugando conmigo todo este tiempo! Me han visto creándome ilusiones con un hombre que sabían que aún ama a su ex novio! - Yumi cubrió sus labios con ambas manos, cuando la realización la golpeó.

-Yumi, nadie te lo ocultó a propósito… ellos… Eric Mun fue a buscarlo, al día siguiente de terminar con él; pero Junjin se lo ocultó, se lo ha estado ocultando todos estos años… - dolía mucho en Andy tener que admitir la falta de su novio.

No habían más lágrimas que quedaran en los ojos de Yumi, a pesar que el dolor seguía oprimiéndola.

-pero eso es injusto… es injusto para Eric oppa… HyeSung oppa tiene que saberlo! - ni la misma Yumi sabía de dónde sacó el valor para que las palabras salieran con tanta decisión de sus labios.

 

 

La sesión de fotos terminó en un día cansado, en el que ambos hombres deseaban no volver a ver una cámara fotográfica nunca más en sus vidas. Incluso el fotógrafo, Kim Dongwan. El día había sido divertido a la par que exhausto. El movimiento a diferentes locaciones dentro del resort, junto al tiempo de espera porque el staff terminara de colocar cada equipo y las estilistas prepararan sus atavíos, había dejado un poco mareados a los dos hombres, que ahora yacían cada uno sobre sus camas, dentro de la habitación del resort en el que pasarían el resto del fin de semana.

El staff de la editorial de la revista para la que habían realizado la sesión de fotos, ya se encontraba de regreso a la ciudad.

La mañana siguiente, el día los recibió con un radiante sol y el ambiente perfecto para hacer uso de sus habilidades en esquiar. Por esos días, ambos se olvidaron de todo, eran nuevamente sólo los dos, disfrutando y viviendo una vida sin preocupaciones. Eran nuevamente esos días en los que el amor comenzaba a ver sus primeros brotes.

-en serio aún no has ido a ver la exposición completa? - Dongwan rió muy divertido y sorprendido, sosteniendo el tenedor en su mano derecha, con el pedazo de carne que acababa de partir en el plato.

Era ya pasado el mediodía, y ambos hombres habían detenido sus actividades para almorzar dentro del restaurant del resort.

-cómo podría ir? Aún en la calle la gente me mira raro… - HyeSung respondió con otra sonrisa bebiendo un sorbo de su vaso de jugo del lado derecho.

-solo ponte unas gafas oscuras, una gorra y listo! Como los idols! - Dongwan se estaba divirtiendo mucho fastidiando a su novio; aunque era muy consciente que el problema del bello hombre era en parte por su causa. Si tan sólo no le hubiera pedido a HyeSung que posara desnudo.

-mis padres vienen el próximo fin de semana, mi mamá quiere ver la exposición, le contó a sus amigas que su hijo ahora es famoso… siento que le va dar un ataque cuando vea las fotos…

Esta vez, fueron ambos hombres los que rompieron en carcajadas, llenando el silencio y tranquilidad del comedor con el sonido de sus voces.

-al menos ya te ha visto desnudo antes – el fotógrafo no podía continuar probando la comida sobre la mesa, la conversación se había tornado demasiado hilarante como para prevenirlo de una posible asfixia con la comida.

-cuando era un bebé!… han pasado 27 años desde entonces! - HyeSung también, abandonó el tenedor sobre su plato, aunque a diferencia del fotógrafo, sólo quedaban unos granos de arroz y un poco del guiso en el plato.

-HyeSung, volverías a hacerlo? Volverías a posar para mí? - la voz de Dongwan se tornó seria de pronto, observando fijamente en los ojos de su novio.

El rostro de HyeSung se transformó en una mixtura de sorpresa y diversión. El bello hombre no estaba seguro si su novio hablaba en serio o sólo trataba de continuar jugando con sus nervios.

-esta vez no te pediré que poses desnudo, lo he estado pensando mucho… qué dices? - los ojos de Dongwan resplandecían a la realización de su propia idea.

Sí, el fotógrafo había estado teniendo esos pensamientos desde el primer día que volvió a ver al bello hombre, pero la imagen completa de lo que buscaba reflejar esta vez en las fotografías de HyeSung, aún no estaba muy clara.

-estás hablando en serio?… - HyeSung desvió la mirada de los ojos de su novio, como si estuviera contemplando la idea de volver a posar para el lente de su cámara.

-no me des una respuesta ahora, piénsalo bien… - Dongwan aseguró firmemente sus palabras, dando por terminada la conversación de esa tarde.

El resto del día, los dos hombres regresaron a esquiar en la nieve hasta que las luces claras del sol dejaron de reflejarse en el cielo azul. Por la noche, una breve merienda que les fungió como cena, los acompañó una vez más en el comedor del resort, terminando con una taza de chocolate caliente frente a la chimenea en la sala de descanso a un lado de la recepción del resort.

-no quisiera irme… esto es como en Canadá, recuerdas? - la mirada de HyeSung lucía serena y relajada, observando las llamas arder dentro de la chimenea.

-viéndolo ahora, pareciera como si hubieran pasado muchos años desde aquello… - la sonrisa de Dongwan escondía una melancolía que le bello hombre no podía descifrar.

-me agradaba Canadá, ahí todo parecía más sencillo – había sinceridad en las palabras del bello hombre, y el fotógrafo pudo notar ese deseo oculto.

-cuando termine mi trabajo en M Rising, tengo que volver… - Dongwan había estado tratando de evitar esa conversación desde que sus ojos volvieron a ver el rostro que tanto había añorado.

HyeSung se quedó sin palabras. Conocía muy bien al fotógrafo y sabía que su lugar no estaba en Seúl.

-HyeSung… volverías conmigo? Regresarías a Canadá conmigo? - era la segunda vez en el día que el fotógrafo le hacía una propuesta arriesgada a su novio.

El silencio se hizo más profundo y la mirada del bello hombre ya no se encontraba en la chimenea, sino en el rostro decidido de su novio.

-no me des una respuesta ahora, piénsalo… podría ser como en aquellos días… - Dongwan aseguró sus palabras, aunque por dentro sabía muy bien que no podría ser como en aquellos días.

El bello hombre no pudo pronunciar una sola palabra, solo se limitó a permanecer en silencio, recostando su cabeza en el hombro del fotógrafo, su mirada de regreso al trozo de madera que se iba consumiendo en las llamas.

No podría volver a ser igual en Canadá, pero sí el inicio perfecto para dejar todo atrás; esta vez, sin tener que esconderse del mundo.

 

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Thank you!
Shinbella
Me tomó más tiempo de lo que esperaba escribir este capítulo final... y siento que aún necesito más de esta historia...
Gracias por continuar leyendo, ahora podré continuar con mis otras historias... alguna que quieran en particular? alguien lee mis otras historias?...

Comments

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missstery #1
Chapter 22: Gracias por el epílogo, aunque al igual que tú, también quisiera más de esta historia, o no se si mejor decir de esa nueva historia que comenzaron a escribir Hyesung y Eric, y que creo incluiría a los otros chicos. Yo leo tus otras historias aunque no siempre dejo comentarios en ellas, y aunque todas me gustan y me agrada la idea que continúes con todas, sobre todo con las que tienen menos capítulos, en particular me gustaría que continuaras con Se busca mamá, pues se quedó muy interesante y Correr para vivir, aunque creo que los problemas se avecinan y empieza el sufrimiento, aun así me gustaría que continuaras con ellas. Nuevamente gracias por la actualización y espero que tu y tus seres queridos se encuentren bien. Cuídate mucho
missstery #2
Chapter 21: Gran capítulo, y gran final, se noto el cambio que tuvieron todos los personajes a través de la historia y como les ayudó a tomar decisiones sin arrepentimientos. Se que es pedir demasiado, pero nos podrías regalar un epílogo, para ver que pasó con todos ellos, pues me queda la duda de dónde empezó nuevamente Hyesung, y sobre todo si comenzó una relación entre Eric y Hyesung de nuevo y entre Dongwan y Minwoo. Gracias por esta gran historia, al igual que tus otros trabajos es muy buena. Soy fan de tus historias y ten por seguro que me verás en alguna otra de ellas. Solo me resta decirte que espero te encuentres bien y cuídate mucho.
missstery #3
Chapter 20: Es bueno ver una actualización de la historia, creo que el final que decidas será el mejor. A pesar de que me encanta la pareja Ricsyung, un cambio a veces es bueno. Además en esta historia adore a Dongwan, y el final de este capitulo me hace confirmar que es muy buena persona, pues creo que la pregunta que le hace a Hyesung no es solo por que sí, siempre tiene una razón para todo. No puedo esperar por el siguiente capítulo, aunque me entristece que sea el último. Gracias por la actualización, espero y te encuentres bien y cuídate mucho. Lo bueno es que hay varios fics tuyos para leer y releer durante este tiempo.
shsngi #4
Chapter 19: Calva quedé. Mis pobres sentimientos necesitan paz
missstery #5
Chapter 18: Me alegra que Yumi se dé la oportunidad de sanar para poder seguir adelante y no se haya aferrado a algo que no existía. Por fin hizo las paces con Hyesung, creo que eso es bueno para ambos. Que bien que Jin vaya a decirle la verdad a Hyesung, ya era justo que la supiera, y decida él que hacer. Ya quiero ver su reacción, sobre todo después de lo que Yumi le dijo antes de irse, si de por sí ya estaba confundido, ahora después de saber eso, pobre, no quisiera estar en su lugar. También espero que no lo odie y que comprenda sus razones, que desde cierto punto de vista son muy válidas. Todo el capítulo estuvo muy interesante. Ya tengo todos mis dedos cruzados y veladoras prendidas esperando porque se quede con mi favorito, no voy a decir con quien, porque, aquí donde vivo, dicen que si pides un deseo no debes decirlo para que se haga realidad. Gracias por la actualización y sin duda estaré esperando el siguiente capítulo.
ArkangelValeria #6
Chapter 18: Hermoso capítulo. Mis manos estan juntas rezando para que sea un Ricsyung. Y porque amo a Minwoo también y quiero verlo feliz al lado de Dongwan.
Gracias por la actualización, espero con ansias por la próxima.
turyka #7
Chapter 17: Yay!! actualización... Muchos sentimientos encontrados, ya no se que pensar.....
missstery #8
Chapter 17: Esto cada vez se pone mejor, y ya no se con quien quiero que se quede Hyesung. Gracias por la actualización y sin duda seguiré leyendo tus fics.
shsngi #9
Chapter 17: <span class='smalltext text--lighter'>Comment on <a href='/story/view/1240882/17'>Chapter 16</a></span>
Tenía siglos sin logearme aquí y justo cuando lo hago actualizas, coincidencia? no lo creo



extrañé esta historia, aunque me genere altos niveles de estrés jaja ya nadie escribe wansyung así que esta actualización trajo paz a mi vida aunque me preocupa su futuro en esta historia por alguna razón t.t



aún siento pena por Yumi, no merece sufrir así la pobre :( y espero que jin y andy no se maten por llegar a un acuerdo si decir la verdad o no...



gracias por actualizar ! <3
ArkangelValeria #10
Chapter 16: Ahhhhhhhh!!!!. No puedes ser!!! Me quedé con el corazón en la boca!!!!!... Ups. Disculpa mi arrebato, me sentí como Eric, frustrada, enojada y en shock, cuando no encontré el siguiente capítulo. je je. Quiero felicitarte y darte las gracias por compartir estas historias. Desde que encontré tus fic he dejado de ver doramas y me he dedicado a retomar mi pasión, que es la lectura. Gracias por eso!! Espero sinceramente que puedas terminar esta historia. Y secretamente espero el milagro del que el Ricsung pueda suceder y vuelvan a amarse, aun más que antes. Lo siento por Wannie pero él encaja mejor con mi adorable Minwoo, jejejeje....