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Correr Para Vivir

 

-Sungie no corras – el joven padre tomó a su hijo en brazos, sentándolo a su lado en una de las sillas dentro de la pequeña y fría oficina.

El niño hizo un puchero, mostrando su disconformidad por ser privado una vez más, de recorrer el pequeño espacio dónde ya llevaban esperando casi una hora.

Dongwan observó a su hijo, soltando luego un pesado suspiro. Sólo unas horas los separaban, para que sus vidas dieran un nuevo cambio. Y esta vez, Dongwan esperaba que el cambio sea para bien.

-appa, Sungie se aburre… - exclamó el niño, apretando entre sus pequeños brazos, su cangrejo de felpa

-lo sé cariño… pero Minwoo appa nos pidió que esperáramos – habló Dongwan, acariciando el cabello de su hijo.

HyeSung hizo una mueca de frustración, apoyando la barbilla sobre la cabeza de su muñeco.

-sólo un poco más Sungie… sólo un poco más - Dongwan abrazó a su hijo, acariciando su espalda, tratando de convencerse él mismo, que todo estaría bien de ahora en adelante.

Al fin y al cabo, lo que hacía, lo hacía por su hijo.

La puerta de la pequeña oficina se abrió, sobresaltando al joven padre y al niño.

HyeSung se acurrucó más contra el pecho de su padre, observando detenidamente a la anciana mujer de rostro poco amable, tomar asiento en el escritorio ubicado en uno de los extremos de la oficina.

-disculpe… cuánto más demorará? – Dongwan se dirigió a la mujer, tratando de no sonar muy molesto ni muy ansioso.

La anciana elevó la mirada dura contra el rostro del joven padre, terminando por intimidar al niño que permanecía aferrado a su pecho.

-están terminando de revisar unos documentos… cuando todo esté en regla podrán proceder – respondió la mujer con voz fría, regresando a su trabajo en el computador.

Dongwan sonrió incómodamente, sintiendo la mirada reprobatoria de la anciana.

-ese niño debería ser criado en un hogar normal – susurró la mujer, robando una mirada al niño que seguía aferrado a su padre.

Dongwan sintió que las palabras de la mujer traspasaban su pecho. La decisión que había tomado era muy difícil. Pero Dongwan ya había decidido seguir este camino, y nada lo iba a detener.

-disculpe pero qué considera usted un hogar normal? – sin darse cuenta, los labios de Dongwan dejaron escapar las palabras.

La anciana levantó la mirada, observando severamente al joven padre y a su hijo.

-algún día ese niño necesitará de una madre… - fue todo lo que dijo la mujer, regresando la mirada a sus deberes.

-lo he mantenido con vida desde que nació… no se atreva a decirme que algún día necesitará de una madre, porque yo he sido padre y madre para él, desde el día que lo trajeron a mis brazos – reclamó Dongwan a la anciana con voz enérgica.

HyeSung se estremeció en brazos de su padre, asustándose por el brusco cambio en el tono de su voz.

-lo siento cariño, no quería asustarte – Dongwan giró su atención hacia su hijo, levantándolo en sus brazos.

La mujer observó al joven padre, esbozando una pequeña sonrisa. Y luego la sonrisa se desvaneció, el momento que la puerta volvió a abrirse.

 

 

-no quiero dejarlo bajo la vigilancia de esa mujer – argumentó Dongwan, sosteniendo a su hijo en brazos.

-Wannie de por sí ya es extraño… no dejes que sea más extraño para HyeSung – insistió Minwoo, queriendo tomar al niño

-no!... no lo voy a dejar con esa señora amargada – proclamó Dongwan, abandonando la pequeña oficina con su hijo en brazos.

A Minwoo no le quedó más remedio que disculparse con una mirada suave, encontrándose por primera vez en el día, con los ojos reprobatorios de la anciana. Y Minwoo entendió el por qué de la insistencia de llevar a HyeSung al salón donde se llevaría acabo la ceremonia.

-nos están llamando – pronunció Minwoo con voz baja, antes de seguir los pasos de su amigo y ahora futuro esposo.

El salón era pequeño, lo suficiente para dar lugar a la significativa ceremonia que traería nuevos bríos de esperanza al acongojado padre y al niño que observaba todo alrededor con la boca abierta.

Minwoo ingresó al salón, pasando una mano amorosa sobre el cabello de HyeSung y luego dirigiéndose a tomar su lugar al lado de Dongwan.

Los nervios eran notables en las miradas de ambos hombres que no estaban seguros de lo que hacían.

Minwoo amaba a Dongwan. Eso lo sabía desde el día que lo vio en aquel hospital, completamente preocupado por el bienestar de su hijo. Minwoo también sabía que poco a poco, el joven padre y el niño sentado en una de las sillas del salón, habían ido llenando cada espacio de su vida vacía. Su razón de ser sin sentido ni esperanzas, de pronto tuvo una luz guía, el momento que Dongwan y HyeSung ingresaron en el vehículo que conducía.

Dongwan buscaba cura para sus heridas y asegurar el futuro y bienestar de su hijo, a quién sacó de casa, prometiéndole silenciosamente, que nada le faltaría. Dongwan no veía la vida sin su hijo al lado. Era lo único que le quedaba de una estúpida ilusión de adolescente. Con un corazón destrozado y reconociendo sus errores, Dongwan estaba dispuesto a darse una segunda oportunidad. Aunque por el momento tuviera que forzarse a amar al hombre que sostenía su mano en ese instante. El hombre que de alguna manera, calmaba su acongojado corazón, con solo una sonrisa.

-Sr. Kim Dongwan? – la voz profunda del hombre de cabello cano detrás de la mesa frente a él, despertó a Dongwan de golpe, haciéndole dar un salto del susto.

-lo siento! – se disculpó el joven padre inmediatamente, haciendo una reverencia.

-bien, repetiré la pregunta. Acepta al Sr. Lee Minwoo como su esposo? – repitió el oficiante con voz seria y profunda.

Dongwan apretó los labios, dando una ligera mirada a su hijo, cuyos ojos se encontraban fijos en las manos entrelazadas de los dos contrayentes.

Minwoo apretó con ligereza la mano de su futuro esposo, esperando por una respuesta afirmativa.

HyeSung subió la mirada al rostro de su padre, dirigiéndole una dulce y ensoñadora sonrisa, mientras apretaba con fuerza y alegría, su cangrejito de felpa. Era como si el niño estuviera dando su consentimiento para el matrimonio de su padre.

Y sin pensarlo más…

-acepto – salieron firmes las palabras, de labios de Dongwan.

 

 

HyeSung observaba con ojos temerosos a la mujer que tecleaba con fiereza frente a su computador. Algo en aquella mujer lo intimidaba más que cualquier cuento de terror que haya oído en los campos de juegos, dónde lo llevaba su padre.

De otro lado de la oficina, Minwoo y Dongwan terminaban de firmar los documentos que necesitaban para legalizar su unión y salir del país, esa misma noche. El tan ansiado regreso a Seúl.

-quieres un caramelo? – se dirigió la mujer detrás del mostrador, al niño que sacudió la cabeza con timidez.

HyeSung estaba demasiado asustado como para recordar lo mucho que los dulces lo enloquecían.

La mujer lanzó una mirada cansada al niño, retornando a sus labores en el computador.

HyeSung se cansó de esperar por sus padres, tomando la decisión de ir en su búsqueda, antes que la mujer detrás del mostrador, volviera a intentar dirigirle la palabra. El niño se paró con cautela, empezando a caminar de espaldas, cuidando que la madura mujer no intentara nada a sus espaldas.

Pero las acciones del niño fallaron, el momento que sus pies se enredaron con las bases de las sillas en el camino, haciéndolo caer de espaldas contra el piso.

-BUAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!! - el llanto del niño alarmó a todos los presentes y probablemente a todo el edificio.

Minwoo y Dongwan abandonaron sus quehaceres inmediatamente, corriendo al lado de su hijo.

-cariño que pasó?... tranquilo, está bien… appa ya está acá – Dongwan tomó al niño en brazos, levantándolo del piso.

-dónde duele, campeón? – habló Minwoo con voz suave, acariciando la espalda de su hijo, tratando de aminorar el dolor.

-appa!! Appa!! BUAAAAAHHH!! – seguía llorando el niño, preocupando más a sus padres.

-debió tropezar con esas sillas – señaló la mujer en recepción.

Dongwan y Minwoo dirigieron las miradas a la madura mujer, al mismo tiempo.

-y dónde estaba usted!? Se supone que tenía que vigilarlo! – regañó Minwoo inmediatamente.

La mujer se quedó sin habla ante el exabrupto del joven padre.

-si algo grave le pasa a mi hijo por este accidente, la haré responsable! – continuó Minwoo, mostrando un lado de él que ni él mismo conocía.

-Minwoo basta… Sungie se hizo un raspón en el brazo, pásame mi bolsa – intervino Dongwan para alivio de la anciana.

Minwoo giró la mirada en dirección de Dongwan, que se encontraba sentado en una de las sillas, con HyeSung aún llorando, sobre su regazo.

-lo siento… es que no puedo verlo llorar así – se disculpó Minwoo, tomando la bolsa dejada dentro de la oficina de registros civiles.

Apenas tuvo su bolsa en manos, Dongwan sacó su botiquín de emergencia, empezando a curar las heridas de su hijo.

La anciana mujer en la recepción, observó a los dos padres cuidar y consolar el dolor de su hijo.

Una sonrisa se dibujó en los labios de la anciana, observando a la nueva familia, que se veía muy sólida.

 

 

-tienes todo? – repitió por cuarta vez Dongwan, ingresando a la habitación que ahora lucía baldía.

-ya está lo último – sonrió Minwoo, tomando el par de maletas en el piso, en manos.

Los dos padres regresaron a la salita, del que solía ser, el departamento de soltero de Minwoo. Ahora el lugar se veía más grande, estando completamente desierto. En una de las esquinas, HyeSung permanecía sentado en el piso, abrazando su cangrejito de felpa. Dongwan se dirigió a tomar al niño en brazos y salir del departamento, no sin antes dar una última mirada al lugar que lo había albergado por un par de meses.

La puerta del departamento se cerró, dejando a Minwoo solo, con su propio momento íntimo para despedirse.

El pequeño muchacho recorrió con la mirada cada rincón, recordando cómo lo había encontrado el primer día que llegó a la ciudad. Y principalmente, Minwoo recordó que fue lo que lo llevó a esa ciudad. Sus sueños y aspiraciones de grandeza que se vieron estampados con una realidad que no se asemejaba ni por un milímetro, a las ilusiones que le vendían por televisión.

El éxito añorado se le había escapado por completo de las manos. La vida dura que le tocó vivir desde el primer día que abandonó su hogar, le había hecho darse cuenta que no todos los sueños pueden ser posibles.

Pero como recita un viejo dicho, “Los sueños no se acaban, sólo cambian de forma”. Ahora Minwoo tenía una nueva visión de ese sueño por el que llegó a luchar a América. Y estaba seguro que llegaría a Seúl con la cabeza en alto, sabiendo que su éxito había sido logrado.

-adiós para siempre… - susurró el muchacho al espacio vacío en el departamento, abriendo la puerta con lentitud.

-es hora de seguir… - sonrió Minwoo, dando una última mirada a su modesto departamento.

El taxi que los esperaba fuera del edificio, tocó el claxon un par de veces, antes de verlo salir a paso apurado.

-creí que no vendrías – sonrió Dongwan a su esposo

-y perderme la diversión?... jamás! – respondió Minwoo, pasando un brazo por los hombros de su esposo.

-Minwoo appa, vamos a Disney?  - interrumpió la pequeña vocecita, entre los dos padres.

Minwoo bajó la mirada al rostro inocente y esperanzador de su hijo, acariciando su cabello.

-te prometo que iremos en tu próximo cumpleaños, ése será mi regalo – sonrió el joven padre con mirada firme.

-Lee Minwoo!! No le prometas cosas que no podrás cumplir! – regañó Dongwan a su esposo.

-quién dice que no podré cumplirlo?... espera y verás… los llevaré a Disney y a muchos lugares hermosos!! – respondió Minwoo, sentando a HyeSung sobre su regazo.

-tú si crees en mí, verdad campeón? – habló Minwoo al niño, ante la mirada reprobatoria de Dongwan.

HyeSung sonrió, asintiendo con la cabeza una y otra vez.

 

 

El frío viento que corría, calaba hasta en los huesos. Dongwan tomó un abrigo extra de una de las maletas, envolviéndolo en el pequeño cuerpo de su hijo. Minwoo terminó de bajar las maletas del taxi, colocándolas en el carrito para luego emprenderme marcha al counter de embarque.

-y los papeles de HyeSung!? – habló Minwoo en alerta, luego de revisar por tercera vez, el interior de su mochila de viaje.

-tranquilo, los tengo yo – calmó Dongwan a su esposo, alcanzando el pasaporte y demás documentos de su hijo.

Minwoo tomó los papeles, alcanzándoselos a la joven en el counter. La muchacha sonrió al ver a la nueva familia, colocando los sellos respectivos en los boletos de viaje.

-que tengan bien viaje – sonrió la muchacha, devolviendo los documentos a Minwoo.

Los dos hombres se dirigieron a la salita de espera, colocando a un dormido HyeSung, sobre una de las sillas, mientras terminaban de revisar que tuvieran todo para el largo viaje que estaba por venir.

-por qué no me dijiste que cambiaste el pasaporte de HyeSung?... y si teníamos problemas luego? – regañó Minwoo, devolviendo los papeles del niño, al interior de su mochila

-el pasaporte no fue lo único que cambié – rió Dongwan, observando el rostro enfadado de su esposo

Minwoo observó a su esposo con confusión y curiosidad. Sin dudarlo, Minwoo volvió a sacar los documentos de su hijo, revisándolos minuciosamente.

Y su rostro dio un salto de sorpresa.

-e-es en serio? – alzó la mirada el joven padre a su esposo.

-dijiste que querías que HyeSung también fuera tuyo – respondió Dongwan, evadiendo la mirada de su esposo. De pronto el rostro de Dongwan se sentía como en llamas.

Minwoo sonrió, volviendo a leer los documentos del niño.

-creo que esto es más de lo que pedí… gracias! – se acercó Minwoo a su esposo, deteniéndose sólo a centímetros de distancia, no sabiendo si era seguro continuar con sus acciones.

Dongwan volvió a sentir su rostro arder. Pero sabía que si ya había tomado la decisión, lo mejor era dejar que las cosas se desarrollen por si mismas. Y sin pensarlo más, cerró la distancia dejada por Minwoo, tocando sus labios por breves segundos.

Un beso que se sintió eterno y mágico.  El inicio de algo nuevo que regresaría muchas alegrías a los días de tristeza del joven padre.

-gracias Dongwan… gracias por hacerme parte de tu vida – susurró Minwoo, cerca al rostro de su esposo, una vez que ambos se separaron.

Dongwan sonrió, tomando la mano libre de su esposo.

-y doble gracias por esto… - sostuvo en alto Minwoo, el pasaporte de su hijo.

-es lo más justo, ya que estamos casados… nuestro hijo debe llevar ambos apellidos… Lee-Kim HyeSung… - respondió Dongwan, con el rostro ardiendo una vez más.

 

 

No pasó mucho tiempo para que los dos jóvenes padres, abordaran el avión, junto con el niño que ya se veía cansado aún antes que el vuelo partiera. Minwoo y Dongwan se colocaron en sus asientos, cada uno con los pensamientos revoloteando en diferentes direcciones.

Para Dongwan, era el fin de un ciclo de errores. Para Minwoo, era el inicio de una nueva era. Para ambos, era el paso más grande que estaban dando en sus vidas. Ambos hombres abandonaron sus hogares a una edad temprana, buscando alcanzar sus sueños y demostrar a sus familias que podían cuidar de sí mismos. Ahora, ambos hombres regresaban en cierto punto derrotados, pero con los sueños cada vez más fuertes.

-appa! – saltó HyeSung sobre el pecho de Dongwan, cuando el avión empezó a agitarse un poco, luego que el capitán diera el aviso del despegue.

-tranquilo Sungie, ya estamos despegando… en unas horas conocerás Seúl! – tranquilizó Minwoo al niño, jugando con su cabello.

Dongwan rodeó a su hijo con ambos brazos, besando su frente tiernamente.

-te lo dije Sungie… te prometí que cuidaría de ti – habló Dongwan en un susurro, observando la imagen del aeropuerto, por la ventana, que se hacia cada vez más lejana.

Minwoo colocó una mano sobre la mano de su esposo, dedicándole una sincera sonrisa.

-ya estamos a salvo Sungie… no más correr para nosotros… - susurró por última vez Dongwan, volviendo a besar el cabello del niño.

HyeSung se acurrucó en el pecho de su padre, quedándose dormido instantáneamente.

-cumpliré mi palabra Wannie… no les faltará nada – aseguró Minwoo, acariciando el cabello de su hijo.

Dongwan asintió con la cabeza, dejando que por última vez, las lágrimas de rabia y melancolía, cayeran por su rostro.

El pasado quedaba atrás, las mentiras y engaños serían olvidados. El peligro nunca más volvería a rodearlo. Ahora estaba seguro. Ahora todo volvería a empezar.

 

 

El avión aterrizó en el aeropuerto de Seúl a tempranas horas de la mañana. Dongwan y HyeSung se encontraban sentados en unas bancas, dentro del aeropuerto, mientras Minwoo terminaba por recoger el equipaje.

-te dije que me dejaras ayudarte – regañó Dongwan, observando a su esposo cargar con las pesadas maletas.

-y quién cuidaba a HyeSung? – sonrió Minwoo, dando una señal a esposo, para que lo siguiera fuera del aeropuerto y buscar un taxi.

Dongwan siguió a su esposo, llevando a su hijo de la mano. HyeSung lucía visiblemente asustado por el cambio de ambiente. Definitivamente Seúl, no le era nada familiar con América.

-descuida Sungie, ya te irás acostumbrando, esta es la ciudad de tus appas! – animó Minwoo al niño, una vez la familia fuera del aeropuerto.

HyeSung dio una sonrisa tímida a su padre, aferrándose con fuerza a su cangrejito de felpa.

La familia no demoró mucho en conseguir un taxi que los llevara a su destino final, donde podrían descansar. Mentalmente, Dongwan se iba preparando para el reencuentro con su familia que se daría lugar, inevitablemente, al día siguiente de su llegada a la ciudad.

-tranquilo Wannie, ya estás a salvo – colocó Minwoo una mano sobre la de su esposo, dirigiéndole una dulce sonrisa.

-han pasado 7 años desde la última vez que supe de mi familia – respondió Dongwan con voz débil.

-la familia siempre perdona – aseguró Minwoo, sosteniendo con más fuerza la mano de su esposo.

-appa mira! Es como un bosque! – la voz entusiasmada de HyeSung, distrajo a los dos padres.

Dongwan dio una mirada por la ventana del vehículo, quedando con la boca abierta.

-qué es este sitio?... a dónde nos estás llevando? – giró la mirada Dongwan hacia su esposo.

-tranquilo Wannie… ya casi llegamos – respondió Minwoo, dando una mirada por el parabrisas del taxi.

Dongwan permaneció en silencio, decidiendo confiar ciegamente en el hombre que repentinamente se había tornado serio y mudo.

El taxi finalmente se detuvo, quedando Dongwan y HyeSung, aún más sorprendidos con el destino final del recorrido.

-es como un castillo de los cuentos de hadas!! – habló HyeSung con emoción, dando pequeños saltos para tener una mejor vista de la residencia, donde los acababa de dejar el taxi que los trajo del aeropuerto.

-un castillo para un principito, no? – sonrió Minwoo, tomando a su hijo en brazos hasta colocarlo sobre sus hombros.

-woah!! Mire Sr. Cangrejo! Es enorme!! – abrazó HyeSung a su muñeco de felpa, cuidando de no caer de los hombros de su padre.

Dongwan observó todo con mirada severa, esperando por una explicación de su esposo. Con cuidado, Minwoo se dirigió a lo que parecía ser la puerta principal de la residencia, tocando el timbre.

 

 

-Minwoo, qué es este lugar? – pronunció Dongwan con voz seria.

Antes que Minwoo pudiera contestar a su esposo, la reja principal de la residencia se abrió, dejando ver a dos hombres de trajes oscuros.

-joven Minwoo! – exclamaron los dos hombres a la vez, sorprendiendo a los dos esposos.

El recorrido dentro de la enorme y elegante residencia, dejaba sin aliento a Dongwan. Nunca antes Dongwan había estado en una residencia de semejante tamaño. Ni siquiera con el hombre que solía vivir, Dongwan había visto tanto lujo y opulencia.

-appa puedo jugar ahí? – jaló HyeSung por la manga de la chaqueta de Dongwan, señalando con su pequeña mano, el enorme jardín que los rodeaba.

-más tarde Sungie, más tarde – respondió Minwoo por su esposo, tomando a su hijo entre sus brazos.

Finalmente la familia alcanzó la puerta que daba a los interiores de la mansión. Tímidamente, Minwoo abrió la puerta con familiaridad, dando un largo suspiro, observando todos los interiores.

-nada ha cambiado – dijo Minwoo para sí mismo, mientras los guardias dejaban las maletas de la familia, en la sala.

-los señores estarán aquí en un minuto – anunció uno de los guardias, haciendo su retiro.

Apenas se vieron solos nuevamente, Dongwan volvió a enfrentar a su esposo,

-qué hacemos aquí? – interrogó Dongwan, tomando a HyeSung de los brazos de Minwoo, colocándolo en el sofá.

-Wannie tranquilo… te dije que cuidaría que nada les faltara – respondió Minwoo con voz seria.

-Minwoo?... oh por Dios eres tú! – antes que los esposos tuvieran oportunidad de volver a intercambiar palabras, la voz de una madura mujer los interrumpió.

Dongwan observó a su esposo, abandonar su lado para ir corriendo a los brazos de la elegante mujer de cabello oscuro.

-mamá… - pronunció Minwoo con voz entrecortada, abrazando a su madre.

Los ojos de Dongwan se abrieron de par en par, dándose cuenta de la situación.

-y quién es esa persona? – habló la voz grave y seria, de pie detrás de Minwoo y su madre.

Minwoo se separó de los brazos de su madre, dirigiendo una mirada confiada al hombre que lo observaba con dureza.

Dongwan sintió que su cuerpo se tensaba, bajo la mirada severa del hombre al lado de la madre de Minwoo.

-appa… - se oyó la pequeña voz de HyeSung, aferrándose con sus dos brazos, a la pierna de su padre, en busca de protección.

-y ese niño? – habló ahora la mujer de cabello oscuro, dirigiendo una mirada curiosa en dirección de HyeSung.

Minwoo retrocedió sus pasos, tomando a HyeSung en sus brazos, y luego tomando la mano de Dongwan con seguridad y firmeza.

-papá, mamá… les dije que me iría a buscar el éxito… y aquí están… les presento a mi esposo y a mi hijo…

El shock para ambas partes, fue inevitable.

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.