Dos Años Después

Correr Para Vivir

El césped iba siendo cubierto por el peso del pequeño cuerpo que se arrastraba por el jardín. Las blancas ropas se encontraban ya teñidas de un verde jaspeado, mezclado con tonos marrones y oscuros, patrocinados por la tierra que acogía los arbustos donde se encontraba oculto.

Los ojos fijos en la mira del arma que sostenía a la altura de su barbilla, esperando por algún movimiento del enemigo. El sudor que recorría su frente sólo indicaba lo tenso de la misión.

Una misión de supervivencia.

Del otro lado del jardín, un arma de igual calibre se movía en diferentes direcciones, buscando la presa que se ocultaba en algún rincón. Esta vez no fallaría.

Se movió lentamente, procurando no remover los arbustos que lo acogían, de lo contrario, su escondite sería revelado y quizás esa sería la última vez que viera la luz del día.

No, esta vez no podía perder. Tenía que luchar hasta el final.

El enemigo decidió jugar su última carta. Tenía que arriesgarlo todo para asegurarse la victoria.  Con cuidado y abriendo los ojos lo doble de lo normal, reveló parte de su cuerpo a campo abierto, esperando atraer la presa que tanto deseaba.

Y no falló.

Sus ojos destellaron de alegría, viendo la posición expuesta del enemigo; rápidamente ajustó su arma, apuntando contra su objetivo en un movimiento limpio.

El otro esperó pacientemente, hasta que oyó el sonido de hierba moviéndose y la risa suprimida de victoria de su presa.

No faltaba mucho para que los papeles cambiaran.

Antes que pudiera disparar el arma en sus brazos, un proyectil fue dirigido contra su pecho, lanzándolo al suelo sin darle tiempo para reaccionar y tratar de ocultarse.

Su alma dolió. Había sido atrapado una vez más.

-te atrape! Te atrape HyeSungie!! Te atrape!!! – saltaba Eric alrededor de su víctima, sosteniendo la pistola de agua en alto.

HyeSung permanecía sobre la hierba, con un puchero en los labios y la expresión perdida.

Una vez más había perdido contra Eric.

-no es justo! Hiciste trampa! – se quejó HyeSung, pateando la tierra bajo sus pies, lanzando gotas de lodo contra sus blancos pantalones.

-se llama estrategia! – respondió Eric orgulloso, mostrando la lengua a su presa.

-ya no quiero jugar! – exclamó HyeSung molesto, lanzando la pistola de agua contra el césped.

Eric observó la expresión airada de su amigo, colocándose de cuclillas frente a él.

-no seas tonto… te dejaré ganar esta vez! – propuso Eric, ofreciendo su mano para que HyeSung se colocara de pie.

-no quiero! Ya no voy a jugar contigo nunca más en mi vida! – reaccionó HyeSung, con lágrimas en los ojos.

-si haces eso… entonces ya no voy a respirar! – respondió Eric, inflando sus mejillas fuertemente, hasta que sus labios empezaron a tornarse azules.

 

 

Dentro de la hermosa y gigantesca mansión de la familia Lee, dos hombres terminaban de arreglarse, listos para iniciar sus actividades del día. Uno vestía un impecable y elegante traje oscuro, digno de todo hombre de negocios, gerente general de Lee & Family Corporation. El otro, vestía un traje en tonos gris, camisa blanca, gemelos de plata y corbata al juego; como correspondía al esposo de un hombre de tan alto rango.

-a qué hora es tu cita en la escuela? – habló Minwoo, terminando de atar su corbata frente al espejo

-a las 10am. – respondió Dongwan, yendo en ayuda de su esposo que parecía estar en problemas.

-estás seguro que quieres enviarlo a esa escuela?... me preocupa cambiarlo así de escuela… - mencionó Minwoo, observando fijamente mientras su esposo tiraba del nudo de su corbata.

-no me gusta la currícula de esa escuela, desde que cambiaron el director no es lo mismo, quiero lo mejor para mi hijo – respondió Dongwan, acomodando su cabello frente al espejo.

-y JungHyuk?... sabes que HyeSung no estará contento si lo cambiamos sólo a él… - habló Minwoo, pasando un brazo alrededor de la cintura de su esposo.

-es por eso que hice la cita para los dos, conozco a mi hijo – sonrió Dongwan complacido consigo mismo, colocando una mano sobre el brazo de su esposo que sujetaba su cintura.

-no se te escapa nada, cierto? – habló Minwoo, inclinando su rostro contra el rostro de su esposo.

-por supuesto que no – respondió Dongwan, colocando ambos brazos alrededor del cuello de su esposo.

Minwoo sonrió, cerrando la distancia entre los dos rostros, construyendo un beso que inició lento y poco a poco iba adquiriendo velocidad y pasión.

La pasión que iba creciendo día a día, desde que ambos esposos regresaron a Seúl, con un hijo en brazos y decididos a construir una hermosa familia.

-no hagas eso! ya basta! Que no hagas eso!... APPAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!

Los gritos desesperados del niño en el jardín, obligaron a la pareja a separarse abruptamente, sobre saltados por el llamado desesperado de su hijo.

Minwoo corrió rápidamente a la ventana de su habitación, mientras Dongwan ya se encontraba bajando las escaleras.

-ahh no otra vez! – gimió Minwoo, observando a su hijo en el jardín, lanzando cortas patadas contra el césped mientras el otro niño permanecía sentado a su lado, apretando los labios fuertemente.

Y luego que la mirada del gerente general de L&F Corp., se ajustara a las luces de la mañana, un escalofrío recorrió su cuerpo.

-Dongwan va a matarme!! – exclamó Minwoo, corriendo en búsqueda de su esposo.

 

 

Dongwan corrió a toda velocidad hacia el jardín, siendo seguido por las mucamas y mayordomos de la mansión, que ya estaban acostumbrados a los espectáculos de las mañanas.

-JungHyuk! Mun JungHyuk! Ya basta! – exclamó la mujer de traje blanco y delantal naranja.

El niño referido no se inmutó un centímetro, apretando más los labios.

-BUAAAHHHHH!! BUAHHHHH!! – lloraba HyeSung al lado de su amigo, desesperado al ver como el rostro de Eric se tornaba completamente azul.

-niños, ya deténganse! – ordenó Dongwan con voz enérgica, tomando a su hijo por los brazos, colocándolo de pie.

Inmediatamente, HyeSung abrazó la cintura de su padre, ocultando su rostro en su pecho.

-Eric! Eric si sigues aguantando la respiración te pondrás tan azul que tendremos que llevarte al hospital y probablemente no regreses a casa en meses… es lo que quieres? Estar lejos de HyeSung  por tanto tiempo? – intervino Minwoo, colocándose de rodillas frente al niño que continuaba apretando los labios.

Eric observó con rostro frustrado en dirección de los adultos, luego cambiando su vista hacia HyeSung que continuaba llorando en los brazos de su padre.

Finalmente Eric decidió rendirse.

-ppfffffhhh!! Aire! Aire! – gemía el niño con respiración agitada.

-ya Sungie… ya paró… - colocó Dongwan una mano sobre el cabello de su hijo, asegurándole con una sonrisa que todo estaría bien.

HyeSung giró el rostro en alivio, observando a su amigo respirando nuevamente y el color de su rostro regresando a la normalidad.

-todo está bien, vayan a sus quehaceres – tranquilizó Minwoo a la servidumbre, que poco a poco fue abandonando el lugar.

-lo siento tanto señores! Me di la vuelta y ya habían desaparecido! – se disculpó la madre de Eric, cocinera en casa de la familia Lee desde hace dos años atrás.

Dongwan sonrió a la mujer, indicándole que todo estaba bien. Pero una vez que los ojos de Dongwan cayeron en la ropa de su hijo. Todos pudieron adivinar que nada estaba bien.

-LEE MINWOOOOOO!!! – exclamó Dongwan, lanzando una mirada letal a su esposo.

Para cuando las demás personas en el jardín pudieron reaccionar, Minwoo se encontraba corriendo a paso acelerado dentro de la mansión. El sentimiento de culpa encima, luego que regalará a los niños las pistolas de agua en el jardín, en la última navidad.

 

 

-cuántas veces te he dicho que no juegues con el niño HyeSung cuando trae ropa nueva puesta! – regañaba la Sra. Mun a su hijo, mientras llevaba a los dos niños dentro de la mansión.

Eric mantenía la cabeza baja, atemorizado por los regaños de su madre.

-no fue su culpa… yo insistí para que jugáramos en el jardín – intercedió HyeSung por su amigo,  tomando su mano ágilmente.

Eric sonrió cuando vio su mano y la de HyeSung unidas.

Así había sido su amistad por los últimos dos años. Dos años en los que Eric y su madre llevaban viviendo en la mansión de la familia Lee, luego que el padre de Eric falleciera de un mal cardíaco, a tan sólo 24 horas después que los esposos Lee auxiliaran a los esposos Mun, en aquel incidente en medio de la carretera.

Minwoo y Dongwan no tuvieron corazón para abandonar a la desdichada familia, luego que vieran la precaria situación en la que vivían. Minwoo ofreció a la Sra. Mun, el puesto de ayudante de cocina en la mansión de su familia, a lo que la mujer aceptó sin pensarlo mucho, después de todo, ya nada le quedaba en aquella modesta casa.

Apenas pusieron un pie en la mansión Lee, Eric y HyeSung se volvieron amigos inseparables. A HyeSung le era difícil separarse de Eric; era su compañero de juegos favorito y Eric tampoco se quejaba. Los niños disfrutaban enormemente de su amistad, tanto así que los esposos Lee se vieron obligados a llevar a Eric al viaje a Disney World, que habían planeado como regalo de cumpleaños para su hijo. Y fue ahí cuando Eric decidió que ya no quería que lo llamaran JungHyuk, como su nombre de nacimiento, sino Eric, después que HyeSung quedara maravillado con un show de piratas que lo dejó soñando todo un mes.

Y fue así como poco a poco, Eric fue criado al lado de HyeSung, acompañándolo a todos lados donde éste iba, compartiendo travesuras y momentos de juegos. Dongwan se sentía complacido que su hijo tuviera un amigo con quien compartir sus sonrisas. La idea de darle un hermano a su hijo, había pasado alguna vez por su cabeza, pero aún no estaba listo. Con Eric era más que suficiente para que HyeSung se sintiera acompañado.

-qué pasó ahí?... Oh Dios Mio!! – exclamó la Sra. Lee, observando a su nieto cubierto en lodo y residuos de pasto en su blanca ropa.

HyeSung se escondió detrás de la Sra. Mun, atemorizado por la reacción de su abuela.

-lo siento tanto señora, no volverá a suceder – bajó la mirada la Sra. Mun, apenada por el comportamiento de su hijo.

-ya te he dicho que controles a tu hijo, no es correcto que el niño de la casa ande jugando en el lodo con el hijo de la cocinera – regañó enérgicamente la Sra. Lee, tomando a su nieto de un brazo.

-la Sra. Mun irá a asear a los niños, deje que HyeSung vaya con ella – ingresó Dongwan a la sala, regresando a su hijo a manos de la Sra. Mun.

La Sra. Lee hizo un gesto de incomodidad, dejando que la cocinera continuara su marcha en dirección de la habitación de HyeSung.

 

 

Veinte minutos después y mientras HyeSung terminaba de ser vestido en su habitación, los tres adultos en la mansión se encontraban encerrados en el estudio del patriarca de la familia, debatiendo una vez más sobre la crianza de HyeSung y su relación con el hijo de la cocinera.

-ya les he advertido que pongan distancia entre los niños – mencionó la Sra. Lee, sentada en la enorme e imponente silla de su esposo.

-son niños madre, es lógico que hagan travesuras y se salgan de control de vez en cuando – respondió Minwoo.

-pero no con el hijo de la cocinera! Sabrá Dios que clase de vandalismos le pueda enseñar ese niño a mi nieto! – reaccionó la Sra. Lee.

-señora, Eric es un buen chico, es muy noble y aprecia mucho a HyeSung como para enseñarle cosas incorrectas – intervino Dongwan.

-aún así, no me gusta la relación de esos dos… es mejor que los separen un poco, HyeSung debe aprender a socializar con niños de su clase – insistió la Sra. Lee.

-la última vez que quisiste que HyeSung  “socializara”, terminó rodando escaleras abajo, olvídalo! – respondió Minwoo, irritado.

Ninguno de los padres olvidaba el día en que la Sra. Lee organizó una fiesta para su nieto, invitando a casi todos los hijos y nietos pequeños de sus conocidos. Para mala fortuna, HyeSung no logró acomodarse a la presencia de los niños desconocidos, luego que éstos de burlaran e hicieran mofa de Eric, y como venganza al sentirse ignorados, los niños jugaron una broma a HyeSung,  haciéndolo caer accidentalmente por las escaleras.

HyeSung terminó con una pierna enyesada y un mes de descanso en cama. Después de aquel incidente, Minwoo y Dongwan hicieron prometer a su madre que nunca más intentaría hacer que su hijo socializara en contra de su voluntad.

-eso es porque HyeSung está pegado a ese niño las 24 horas al día… eso debe terminar – sentenció la Sra. Lee.

-viven en la misma casa, tienen la misma edad, es lógico que simpaticen el uno con el otro – respondió Dongwan.

-es por eso que decidí tomar cartas en el asunto – habló con voz determinada la Sra. Lee, deslizando un sobre la mesa.

Dongwan observó con ojos de sospecha a su suegra, tomando el sobre en la mesa, abriéndolo en silencio y luego abrir los ojos de par en par, como si hubiera visto un fantasma.

-se ha vuelto loca!!! – exclamó Dongwan contra su suegra, lanzando el sobre de regreso a la mesa.

Minwoo se colocó de pie, exaltado por la reacción de su esposo. La Sra. Lee, observó a los esposos sin inmutarse y con mirada desafiante.

-no pensarás que dejaremos que envíes a nuestro hijo al extranjero – habló Minwoo con voz seca, leyendo el contenido del sobre en la mesa.

 

 

Después de terminar su baño y cambiarse a ropas frescas y limpias, HyeSung esperaba en su habitación porque sus padres vinieran por él y lo llevaran a la entrevista en la nueva escuela, de la que era postulante.

Como los adultos demoraban demasiado, HyeSung decidió ir en busca de sus padres, asomándose inocentemente por la puerta del estudio de su abuelo.

-es una buena escuela, los hijos de muchas de mis amistades han asistido ahí – oyó HyeSung hablar a su abuela.

-no, no y no! mi hijo no saldrá de este país! No lo va alejar de su familia! – respondió Dongwan airado.

-si no quieren alejarse de él, le pediré a tu padre que te dé la gerencia de la sucursal en Londres – se dirigió la Sra. Lee a su hijo.

Los ojos de HyeSung se abrieron como platos. Londres. Su abuela planeaba enviarlo lejos. Lejos de su familia y de Eric.

Los ojos de HyeSung empezaron a llenarse de lágrimas, conforme seguía oyendo la discusión dentro del estudio de su abuelo.

-madre esto no se trata de mudarnos a tu antojo… no queremos que HyeSung deje Corea, es nuestra decisión final – intervino Minwoo en apoyo de su esposo.

-la solicitud ya está hecha y ya fue aceptado, las clases inician la siguiente semana… el niño recibirá una buena educación y convivirá con niños de su misma clase – argumentó la Sra. Lee.

HyeSung no pudo seguir oyendo más y salió corriendo de regreso a su habitación, envuelto en lágrimas.

Quince minutos después y también aburrido por la espera, Eric tocó en la habitación de HyeSung, encontrándolo recostado en su cama, llorando desconsoladamente.

-HyeSungie?... HyeSungie qué pasa?... por qué lloras? – se acercó Eric a la cama, revisando la condición de su amigo

-Eric… ERIC!! – se lanzó HyeSung sobre Eric, abrazándolo con fuerza.

-no dejes que me lleven! No quiero dejar mi casa! Quien va a cuidar de mis appas!?... – lloraba HyeSung en brazos de su amigo.

Eric no entendía nada, hace tan sólo una hora, había dejado a su amigo en perfecto estado e iniciando la preparación para su entrevista en la nueva escuela; ahora HyeSung estaba envuelto en lágrimas y hablando palabras incoherentes.

-HyeSungie, qué pasa? – interrogó Eric, aturdido por el estado de su amigo

-mi abuela… mi abuela… va enviarme a estudiar a Londres!… - respondió HyeSung, rompiendo en llanto una vez más.

Los ojos de Eric empezaron a llenarse de lágrimas.

-p-p-pero… tus appas no dejarán que te manden lejos – trató de razonar Eric, dejando caer pequeñas lágrimas por su rostro

-la abuela dijo que todo estaba listo… me iré la próxima semana – habló HyeSung entre sollozos.

Eric sintió un golpe en su interior. Dolía saber que no volvería a ver a su amigo.

-no te irás… no te vas a ir!... no los voy a dejar! – abrazó Eric con fuerza a su amigo.

-qué haré… no quiero irme! – volvió a llorar HyeSung.

-dijiste que será la próxima semana?... – habló Eric repentinamente

HyeSung asintió silenciosamente con un movimiento de cabeza.

-si no te encuentran… no podrán llevarte lejos, cierto? – pronunció Eric con voz decidida.

HyeSung dio una mirada inocente a su amigo.

 

 

Después de una acalorada discusión con su suegra, Dongwan salió del estudio de su suegro aún irritado y molesto con las decisiones premeditadas de la madre de su esposo.

Dongwan sabía que sería peligroso si HyeSung abandonaba el país. Corea era el único lugar seguro para HyeSung y para él. Tan sólo con su primer viaje a Disney por el cumpleaños número 5 de su hijo, Dongwan había tenido un paro cardíaco diario, en todo lo que duró el viaje.

No, Corea era el único lugar seguro para ellos. Dongwan no podía correr riesgos mayores.

El joven padre se dirigió a la habitación de su hijo para llevarlo finalmente a su cita a la nueva escuela, pero una vez dentro, se dio con una sorpresa.

-HyeSung?.... HyeSung?... – llamó Dongwan por toda la habitación, empezando a revisar por cada rincón.

-dónde estás hijo?... te estás escondiendo a propósito?... esto no hace feliz a appa – continuó llamando Dongwan, buscando incluso debajo de la cama y dentro del clóset.

Y lo siguiente que notó Dongwan, lo dejó congelado al borde del colapso.

El cangrejito de felpa que usualmente estaba al centro de la enorme cama de su hijo, no se encontraba en su lugar.

-Minwoo! Minwoo!! – salió corriendo Dongwan de la habitación de su hijo, alarmando a la servidumbre en el camino.

-no se queden ahí mirando! Busquen a HyeSung! – ordenó Dongwan a los trabajadores, mientras éstos observaban como su rostro iba perdiendo color.

Los empleados no tardaron en dispersarse por toda la mansión, buscando hasta en los lugares más imposibles, pero ninguno tuvo éxito.

-lo encontraron? – interrogó la Sra. Lee a los empleados, una vez que éstos regresaron a la sala.

Todo el personal agitó la cabeza, apenados por no tener buenas noticias para la pareja de esposos que se encontraba en el sofá con rostros mortificados.

-pero eso es imposible! Hace un rato estaba acá! – exclamó desesperada la Sra. Lee.

-si me disculpa señora… JungHyuk también desapareció… - habló con voz débil la Sra. Mun.

-oh no! – exclamó Dongwan, casi perdiendo el conocimiento.

Para todos era obvio que los dos niños habían huido juntos.

 

 

-Eric ah… estás seguro que es por acá? – llamó HyeSung, tratando de hacerse camino entre la espesa hierba

-si! Ya casi llegamos Sungie!... camina más rápido! – respondió Eric, liderando el camino

Los dos niños se encontraban en medio del pequeño bosque que colindaba con la mansión de la familia Lee. No era la primera vez para los niños explorando ese lugar, de hecho,  fue el propio Minwoo el que los llevó ahí hace más de un año, con el fin de pasar una noche acampando a la intemperie.

El pequeño bosque era frondoso y solitario, un lugar perfecto para esconderse. Y en uno de los árboles de ese pequeño bosque, Minwoo había construido una pequeña casita de madera, como regalo de cumpleaños para Eric. Y era ahí a donde los niños se dirigían, en busca de refugio y huyendo para que no los separaran.

-ya llegamos Sungie! Mira! – señaló Eric emocionado, apuntando con un dedo sobre su cabeza.

-woah! – exclamó HyeSung, observando la hermosa y pequeña casita de madera sobre el árbol.

-espera aquí mientras busco una escalera – ordenó Eric, empezando a trepar diestramente por el árbol

HyeSung observó a su amigo, sintiendo envidia por su habilidad para trepar fácilmente por el árbol.

-yo también quiero hacerlo! – exclamó HyeSung, colocando una mano sobre la rama más cercana

-no! no sabes hacer esto, qué tal si te caes? – regañó Eric desde arriba, alcanzando finalmente la base de la casita.

-no soy ningún tonto! – se enojó HyeSung, sentándose sobre el césped con un puchero un los labios y los brazos cruzados en el pecho.

Eric sonrió desde arriba, empezando luego a buscar la escalera para que su amigo pueda trepar a la casita.

-listo Sungie! Agárrala! – llamó Eric, lanzando una escalera hecha a base de cuerdas.

HyeSung empezó a subir por la escalera, teniendo cuidado de no dar un paso en falso o mirar para abajo, ya que aún estaba superando su miedo a las alturas, luego del incidente en las escaleras de la mansión.

-dame la mano! – volvió a llamar Eric, estirando una mano en dirección de su amigo que ya casi llegaba a la base de la casita.

HyeSung sonrió, tomando la mano de su amigo, concentrando su mirada en sus ojos, no dándose cuenta que había descuidado la mochila que llevaba en su espalda, haciendo caer su cangrejito de felpa sobre la hierba.

-el Sr. Cangrejo! – exclamó HyeSung, girando la vista en busca del muñeco que su Minu appa le había regalado cuando tenía 4 años.

Pero el movimiento hizo que la escalera empezara a agitarse, haciendo perder el balance a HyeSung.

-HyeSungie! – exclamó Eric, cuando su amigo soltó el agarre de su mano y su espalda aterrizó sobre la hierba.

 

 

La mansión de los Lee era un caos. La noche empezaba a caer y aún no había señales de los niños. La Sra. Lee acababa de hablar una vez más con la policía, pero éstos siempre le daban la misma respuesta, tendrían que pasar aún 24 horas para que los niños se puedan dar como desaparecidos e iniciar su búsqueda.

Dongwan permanecía en su habitación, dormido gracias a la ayuda de los sedantes que las mucamas le habían dado con engaños en su bebida. El padre no había dejado de llorar histéricamente, pidiendo por que su hijo regrese sano y salvo a casa.

Minwoo se encontraba en su habitación, recostado al lado de su esposo y pidiendo en silencio, por que su hijo esté a salvo, donde quiera que se encontrara ahora.

La situación era difícil para ambos padres.

-Minwoo?... y HyeSung? – abrió Dongwan los ojos lentamente, reconociendo a su esposo a su lado

Minwoo agitó la cabeza con mirada apenada.

-Dónde está mi hijo?... oh por Dios si algo le pasa! – exclamó Dongwan, rompiendo en llanto una vez más.

-tranquilo Wannie, nada le pasará a HyeSung… Eric no dejará que nada malo le pase – trató de consolar Minwoo, abrazando a su esposo.

-deberíamos estar afuera buscando y no aquí sin hacer nada! – se levantó Dongwan de la cama, abruptamente.

-mi madre ya mandó a los guardias a revisar la zona… no pudieron haber ido muy lejos… - tranquilizó Minwoo, regresando a su esposo a la cama.

-quiero a mi hijo de regreso!... no me importa cómo… lo quiero de regreso sano y salvo! – lloró Dongwan en brazos de su esposo.

Minwoo presionó con todas sus fuerzas contra el cuerpo de su esposo, esperando enviarle todo el consuelo y las fuerzas que necesitaba. Dolía mucho ver a Dongwan en ese estado.

 

 

-HyeSungie! HyeSungie! – llamó Eric alterado, bajando rápidamente del árbol, hasta colocarse al lado de su amigo.

-Eric! Duele! Duele mucho! – exclamó HyeSung, sujetando su brazo derecho y haciendo un intento fallido por colocarse de pie.

Eric observó con horror como la sangre empezaba a correr por el brazo derecho de su amigo y la pierna que aparentemente, había vuelto a ser lastimada.

HyeSung lloró desconsoladamente, asustado por las heridas en su cuerpo.

-no te preocupes Sungie! Sé qué hacer! – tranquilizó Eric, tomando unas pequeñas ramas de entre los arbustos y quitándose la camiseta para cortarla en retazos, con los que terminó por entablillar la pierna lastimada.

-duele mucho! – lloró HyeSung, cuando Eric trató de mover su brazo.

Eric entró en pánico. Su amigo necesitaba un doctor con urgencia.

-HyeSung ah… tengo que buscar ayuda… - habló Eric con pena en su mirada

HyeSung entendió el mensaje, llorando con más fuerza.

-si lo haces me llevarán lejos! – exclamó HyeSung desesperado

-no puedo curar tus heridas… tiene que verte un doctor… - trató de razonar Eric.

-no lo hagas! Por favor! – suplicó HyeSung desconsolado.

-lo siento Sungie ah… no puedo dejar que nada malo te pase! – exclamó Eric, corriendo a toda velocidad entre la espesa hierba.

HyeSung lloró con fuerza, sabiendo que esto significaba que tendría que abandonar su hogar.

 

 

-cómo que nada! Son niños! No pudieron haber ido tan lejos! – regañó la Sra. Lee a sus hombres de seguridad, luego que estos regresaran sin noticias de los dos niños fugitivos.

Minwoo y Dongwan bajaron por las escaleras, oyendo las respuestas de los hombres de seguridad. Dongwan casi sufre un desmayo al saber que aún no había novedades del paradero de su hijo.

-hemos buscado por todos lados pero aún así…

-son unos ineptos! En primer lugar debieron darse cuenta que los niños estaban huyendo! Cómo pudieron haber salido de la mansión sin que nadie se diera cuenta! – continuaba la Sra. Lee, exaltada por la ausencia de su nieto.

Minwoo sujetó con fuerza a su esposo, consolando las lágrimas que volvían a correr por sus mejillas.

-Minwoo Hyung! Minwoo hyung!! – se oyó una voz desesperada a lo lejos.

Minwoo y Dongwan se levantaron de sus sillas, alarmados por la voz del niño que se hacía más cercana.

-Eric!? – exclamó Dongwan, saliendo al encuentro del niño.

Los demás adultos en la sala siguieron al joven padre.

-Dongwan hyung!... es Sungie! Tienen que ayudarlo! – corrió Eric a los brazos de Dongwan

-HyeSung?... dónde está? Qué le pasó? – interrogó Dongwan al niño.

-se cayó de la casita… está muy mal! – lloró Eric en brazos del padre de su amigo.

-oh Dios Mío! La casita del árbol? – intervino Minwoo esta vez.

Eric asintió entre sollozos.

Inmediatamente, Minwoo corrió en dirección del pequeño bosque, seguido por los guardias de seguridad.

Quince minutos después y con mucha dificultad por la oscuridad de la noche, Minwoo logró hacer su arribo al lugar donde se encontraba la casita del árbol.

-HyeSung! – exclamó el joven padre, encontrando a su hijo llorando sobre la hierba.

HyeSung lloró con más fuerza, al ver a su padre acompañado por los guardias de seguridad.

-oh Dios mío que te pasó!? – volvió a exclamar Minwoo, notando las heridas en el cuerpo de su hijo.

-HyeSung! HyeSung! – llegó Dongwan, seguido de más guardias de seguridad que llevaban unas fuertes linternas, iluminando todo el camino.

El joven padre alzó a su hijo en brazos, iniciando a paso apresurado, el camino de regreso a la mansión.

 

 

Dos horas después y luego que el doctor de la familia revisara a HyeSung, el niño se encontraba durmiendo en su cama, bajo efecto de los calmantes y la medicina para tratar las heridas en su cuerpo. El doctor diagnóstico una leve fractura en la pierna izquierda de HyeSung y elogió las habilidades de Eric y el entablillado en la pierna herida, que hizo que la fractura no llegara a mayores. Además del yeso en su pierna, HyeSung lucía ahora un cabestrillo en el brazo derecho. Por lo demás, la salud del niño se encontraba en perfecto estado.

-casi me matas del susto hijo… - susurró Dongwan, sentado en la cama, acariciando el cabello de su hijo.

-ya pasó Wannie, ya está en casa… - besó Minwoo el cabello de su esposo, dirigiéndole una sonrisa consoladora.

-no sé qué haría si algo le pasa… lo he criado como si fuera mío… no quiero perderlo… - pronunció Dongwan, besando la frente de su hijo.

-es tuyo Wannie… nuestro… - respondió Minwoo, masajeando los hombros de su esposo.

-dejemos que duerma… tú también tienes que descansar – habló Minwoo luego de unos minutos, colocando a su esposo de pie.

Dongwan asintió, acomodando los cobertores sobre el cuerpo de su hijo.

Antes que los padres pudieran abandonar la habitación, la puerta se abrió lentamente, revelando una pequeña figura bajo el marco.

-puedo… puedo pasar la noche aquí? – habló Eric tímidamente y con la mirada baja.

-claro Eric, sólo asegúrate de no despertar a HyeSung, tiene que descansar bien – respondió Minwoo con voz gentil

-por supuesto que no! no molestaré! Sólo quiero cuidar el sueño de Sungie! – respondió Eric aceleradamente.

Los dos padres sonrieron ante la reacción adorable del niño en la puerta. Minutos después, Minwoo y Dongwan abandonaron la habitación, preguntándose aún que había llevado a los niños a huir de casa.

 

 

-perdóname HyeSungie… pero no podía dejar que nada malo te pase… - susurró Eric, dando un beso en la mejilla del niño dormido.

-Eric? – abrió HyeSung los ojos, encontrándose con la mirada sorprendida del niño a su lado.

-aish! Soy un tonto! Se supone que no tenía que despertarte! – se regañó Eric asimismo.

-no fuiste tú… creo que ya pasó el efecto de la medicina – justificó HyeSung, sentándose sobre la cama.

Eric ayudó a su amigo a acomodarse entre las almohadas.

-HyeSungie me perdonas?... tenía que buscar ayuda… y además… por mi culpa te lastimaste – dejó caer Eric sus lágrimas, observando el cabestrillo en el brazo derecho de HyeSung.

-no fue tu culpa Eric ah… yo también quería huir… pero ahora ya no podré… me llevarán lejos… - dejó caer HyeSung sus lágrimas.

- adónde vayas no me olvides – sollozó Eric con fuerza.

-tú tampoco me olvides… o te golpearé cuando regrese y no te prestaré mi colección de animes! – retó HyeSung, también entre sollozos.

-no quiero que te vayas! – exclamó Eric

-no quiero irme! – respondió HyeSung

Los dos niños se envolvieron en un fuerte abrazo.

-niños? – se abrió la puerta de la habitación, revelando a los cuatro adultos que lucían alarmados, luego de oír los llantos provenientes desde adentro.

-por favor no se lleven a HyeSungie! No se lo lleven! – suplicó Eric, abrazando con más fuerza al niño en sus brazos.

-no quiero ir a Londres! Abuela no me lleves a Londres! – suplicó HyeSung, entre fuertes sollozos.

Minwoo y Dongwan dirigieron una mortal a la Sra. Lee. Ahora los adultos entendían por qué los niños habían huido.

-por favor abuela! Me portaré bien! Pero no me lleves! – lloraba HyeSung con más fuerza.

-prometo que nunca más jugaré en el lodo con Sungie!... pero no se lo lleven! – lloró Eric, ahogándose en sus lágrimas.

La Sra. Lee observó a los dos niños con la boca abierta y el corazón conmovido.

-se lo dije! Enviar a HyeSung a Londres sería una mala idea! Ve todo lo que provocó! – regañó Dongwan a su suegra, acercándose a la cama al lado de los dos niños.

Minwoo siguió a su esposo, ayudándolo a separar a los niños, tomando a Eric sobre sus piernas, mientras Dongwan sujetaba a HyeSung contra su pecho.

-oh cariño… pensaste que te enviaría a Londres?... por eso huiste? – corrió la Sra. Lee al lado de su nieto.

HyeSung asintió entre sollozos, enterrando la cabeza en el pecho de su padre.

-te advertí que el niño no lo iba a tomar tan bien… - intervino el Sr. Lee, dirigiéndose a su esposa.

 

 

-lo siento tanto cariño… - habló la Sra. Lee, limpiando con sus manos las lágrimas en el rostro de su nieto.

Dongwan besó el cabello de su hijo, asegurándole que todo estaba bien.

-la abuela lo siente mucho… si no quieres ir… está bien… no volveré a insistir con enviarte al extranjero… - aseguró la Sra. Lee, sonriendo dulcemente a su nieto.

Las lágrimas de HyeSung se detuvieron, observando con expresión brillante a su abuela.

-de verdad? – interrogó el niño inocentemente

-es una promesa… - respondió la sra. Lee, acariciando las mejillas de su nieto.

Los dos niños en la habitación sonrieron al mismo tiempo.

-gracias señora… - se dirigió Dongwan a su suegra con voz calmada.

La sra. Lee dirigió una mirada apenada al joven padre, colocándose nuevamente de pie.

-vamos a dormir, los niños tienen que descansar – habló el Sr. Lee, acercándose para dejar un beso un la mejilla de su nieto y palmear amorosamente la cabeza de Eric.

Minwoo y Dongwan asintieron al unísono, acostando a los niños en la cama de HyeSung.

-de verdad no se llevarán a HyeSungie? – interrogó Eric una vez más, mientras Minwoo acomodaba los cobertores alrededor de su cuerpo.

-por supuesto que no, Eric, HyeSung se quedará en esta casa todo el tiempo que él quiera – aseguró Minwoo, terminando de acurrucar al niño.

-appa… no quiero dejarte solo… nunca… - habló HyeSung a Dongwan, sosteniendo su mano antes que éste abandonara su lado en la cama

Dongwan observó a su hijo con expresión conmovida, besando su mejilla amorosamente.

-claro que no hijo… siempre voy a estar contigo… - aseguró Dongwan, despidiendo a los dos niños en la cama.

Las luces se apagaron finalmente.

-ves HyeSungie?... ahora nadie nos podrá separar! – exclamó Eric entre susurros, girando su cuerpo hasta encontrarse con la mirada gentil del niño a su lado.

-nunca Eric ah… nadie nos separará – respondió HyeSung con los ojos entre abiertos.

-duerme HyeSung ah…. Yo cuidaré tus sueños – habló Eric, abrazando al niño a su lado.

-hasta mañana Eric ah… sé mi mejor amigo por siempre… - pronunció HyeSung entre bostezos, cerrando los ojos finalmente.

-siempre seré tu mejor amigo… - respondió Eric en voz baja, inclinándose hasta dejar un beso, en la mejilla del niño que ya se encontraba profundamente dormido.

-… o quizás algo más? – sonrió Eric pícaramente, dando una mirada al hermoso rostro del niño en sus brazos.

 

 

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Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.