Propuesta A La Felicidad?

Correr Para Vivir

 

-Sungie no corras muy lejos! – el joven taxista aceleró el paso, tratando de seguir el ritmo del niño que corría por toda la acera, llevando su cangrejo de felpa en brazos.

-columpio! Minwoo appa el columpio!! – exclamó el niño, sentándose en una de las bases de la estructura, esperando por que el joven taxista llegara.

-qué rayos te da tu padre para que corras así! – logró hablar Minwoo entre jadeos, tratando de recuperar la respiración.

-Minwoo appa empújame!! – pidió el niño, agitando sus pequeños pies en el aire

Minwoo suspiró, posicionándose detrás del niño, empezando a empujarlo con suavidad, con cuidado de no hacerle daño o usar demasiada fuerza que lo elevara a una altura poco prudente. La última vez que HyeSung llegó a casa con un raspón en las rodillas, por haberse caído de uno de los juegos, Minwoo no la pasó muy bien con los regaños de Dongwan.

-más alto! Más alto! – exigió el niño, girando la cabeza en dirección del joven taxista.

-Sungie mira adelante! – Minwoo se apresuró a enderezar la posición del niño, temiendo por otro accidente que nadie, especialmente él, quería que ocurriera.

Veinte minutos después, HyeSung se encontraba trepando una de las estructuras de metal ubicado en el parque de juegos, mientras el taxista observaba desde lejos, sentado en una de las bancas.

Habían pasado ya dos meses desde que HyeSung y Dongwan convivían con el taxista. Dos meses, cuyos días habían cambiado enormemente la perspectiva de ver la vida de Minwoo. Hacerse cargo ahora de un niño pequeño, era una gran responsabilidad para el taxista. Una responsabilidad que estaba siempre dispuesto a asumir.

-Minwoo appa mira!! – oyó Minwoo la inocente voz de HyeSung, girando la cabeza en diferentes direcciones, tratando de localizar su ubicación.

El taxista entró en pánico, al no ver al niño en ningún lado.

-Minwoo appa!! – volvió a llamar HyeSung, y esta vez el corazón del taxista casi se detuvo.

HyeSung se encontraba colgado en la parte superior de la estructura de metal.

-madre santa cómo llegaste ahí!! – corrió el taxista, empezando a escalar la estructura de metal.

-lo hice yo solito! – sonrió HyeSung, balanceándose de lado.

-no! quédate quieto donde estás! – exclamó Minwoo, a punto de un ataque cardíaco.

Las personas alrededor empezaron a reunirse, expectantes por la seguridad del niño que continuaba balanceándose en la estructura de metal.

-Sungie ven acá – llamó Minwoo, tomando al niño con un brazo.

HyeSung se enroscó automáticamente en el pecho del hombre al que llevaba dos meses llamando “appa”.

Con una mano guiando su descenso y la otra, presionando al pequeño niño contra su pecho, Minwoo tuvo que hacer más de un malabar, para lograr salir de la estructura de metal.

Ni bien sus pies pisaron el suelo, las madres reunidas alrededor, empezaron a revisar al niño que continuaba sonriendo por su gran hazaña.

 

 

Otra mañana aburrida en el pequeño departamento. Otra mañana de pasarla solo, limpiando ese pequeño espacio de tierra, que ya se le había hecho muy familiar. Dongwan no sabía cómo es que en tan poco tiempo, había logrado acostumbrarse a su nueva vida. Los lujos de los que antes gozó, ahora eran más que una triste fantasía. Sin embargo, vivir en la comodidad de un pequeño hogar, donde podía ver a su hijo sonreír todos los días, tampoco estaba mal para él.

El corazón de Dongwan se sentía cálido, tan solo al recordar los últimos dos meses que llevaba viviendo en ese pequeño departamento.

Dos meses que se sentían como años. Dos meses que poco a poco, iban sanando las heridas en el corazón del joven padre.

Una sonrisa escapó de labios de Dongwan, cuando sus manos cayeron en el cuadro sobre el mueble del televisor. Una fotografía tomada por Minwoo en navidad. Una fotografía donde resaltaban las risas alegres de los dos hombres y el pequeño niño en medio, sosteniendo con ternura su cangrejito de felpa.

-te gusta verdad Sungie?... te gusta Minwoo appa… - sonrió Dongwan nuevamente, sintiendo sus mejillas arder, a la mención del nombre del taxista.

Dongwan agitó la cabeza, sacudiendo los pensamientos extraños que asaltaban su mente. Conocía poco tiempo al taxista, pero había algo en él que lo llenaba de confianza y esa calidez que no había sentido en años. O quizás nunca.

Los ojos de Dongwan cayeron repentinamente en los panfletos al lado del televisor. Unos papeles que el joven padre había decidido guardar, desde el día que trató de obtener unos boletos de avión, con el poco dinero que tenía; para él y su pequeño hijo. Para su mala fortuna, Dongwan se golpeó con la triste realidad, de que aún le faltaba reunir una gran cantidad para poder regresar a Seúl.

-si tan solo esos tipos no nos hubieran encontrado – suspiró Dongwan, acariciando melancólicamente los panfletos.

Luego Dongwan giró su vista hacia el calendario sobre la mesa. Dos meses habían pasado desde que empezó a vivir con Minwoo. Y casi cuatro meses, desde que huyó de casa del hombre con el que solía vivir.

-no puedo seguir exponiéndote Sungie… si nos encuentran será nuestro fin – se dijo Dongwan asimismo en su soledad, sosteniendo con fuerza el calendario en manos.

-tengo que buscar una manera de irnos de aquí… sea como sea… - sentenció el joven padre con firmeza, apretando tan fuerte los papeles en sus manos, que pronto éstos se vieron reducidos a pequeños trozos.

 

 

-recuerdas lo que hablamos hace un rato? – se dirigió Minwoo al niño que llevaba de la mano por las escaleras camino a su departamento

HyeSung asintió con la cabeza, tomando el último bocado del helado que llevaba en manos, mientras maniobraba para que su cangrejito de felpa no cayera de sus brazos.

-si Wannie appa pregunta cómo nos fue… - probó Minwoo al niño

-… me divertí mucho y no pasó nada malo… - respondió HyeSung con una sonrisa.

-buen chico! – levantó Minwoo al niño en brazos, tomando el recipiente de helado en sus manos.

HyeSung sonrió más ampliamente, enroscando sus brazos alrededor del cuello del joven taxista.

-oh ya están aquí – saludó Dongwan, desde la puerta del departamento, sosteniendo una bolsa negra en manos.

-Wannie appa!! – saltó HyeSung de brazos del taxista, corriendo en búsqueda de los brazos de su padre

-no Sungie! Tengo las manos sucias – detuvo Dongwan al niño, antes que éste saltara contra su pecho.

HyeSung observó con mirada triste y los brazos extendidos, a su padre.

-dejaré la basura y regreso – se dirigió Dongwan al taxista, caminando hasta el final del pasillo.

-appa… no quiere abrazo de Sungie… - lagrimeó el niño de pie en la puerta, observando la espalda de su padre alejarse.

-no Sungie, Wannie appa no quiere contaminarte con gérmenes y que luego te enfermes por su culpa – alzó Minwoo al niño en sus brazos, dándole un beso en la mejilla.

-quiero a Wannie appa! – lloró HyeSung abiertamente, despertando el pánico en el joven taxista.

Minwoo se apresuró a entrar en el departamento, dejando la puerta abierta para el regreso de Dongwan. HyeSung continuaba llorando y ni los esfuerzos del taxista por calmarlo, lograban controlarlo.

Minutos después, Dongwan hizo su aparición, luego que el llanto de su hijo hiciera eco por todo el corredor a las afueras del departamento.

-quieres callar a tu hijo – se acercó Minwoo al joven padre, llevándolo rápidamente al baño para que pudiera lavarse las manos.

Dongwan se apresuró en asearse y correr al sofá donde se encontraba su hijo, llorando sin parar.

-Sungie cariño, qué pasa? – Dongwan tomó al niño, sentándolo sobre su regazo

-Wannie appa ya no quiere a Sungie – respondió HyeSung entre sollozos

-claro que no cariño… Wannie appa sólo quiere a Sungie – Dongwan abrazó al niño contra su pecho, empezando a sobar su espalda tiernamente

-Wannie appa ya no quiere jugar con Sungie… - reclamó el niño, limpiando sus lágrimas con sus pequeñas manos.

Dongwan no supo qué responder en ese momento. HyeSung tenía razón. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Dongwan se había tomado un momento para sentarse a jugar con HyeSung o simplemente contarle una historia antes de dormir, como solía hacerlo cuando vivían con Jae Ryul.

 

 

Minwoo salió de la habitación caminando casi de puntillas, teniendo excesivo cuidado de no despertar al niño que finalmente había caído dormido, luego de intensos minutos de llanto y reclamos contra su joven padre.

Dongwan se encontraba sentado en el sofá, mirando a la nada. Reflexionando sobre las palabras de su hijo, y su descuido en los últimos meses.

-hey no te pongas así, HyeSung aún es muy pequeño para entender ciertas cosas – trató de animar Minwoo a su amigo.

-no es sólo eso… muchas cosas han cambiado – susurró Dongwan, reposando la cabeza en el respaldar del sofá.

Minwoo apretó los labios, sentándose luego al lado de su amigo.

-esto no debería ser así... HyeSung y yo, ya deberíamos estar en Seúl… - continuó Dongwan, dejando que el sentido de culpabilidad y melancolía tomaran posesión de su estado anímico.

-no es como si lo hubieras hecho a propósito – habló Minwoo

-le prometí a HyeSung que no le faltaría nada… que todo sería como antes… y mira lo que he hecho! – siguió culpándose Dongwan, cubriendo su rostro con ambas manos.

-no es tu culpa Wannie, no es culpa de nadie… HyeSung entenderá más adelante todos los sacrificios que has hecho por ustedes – argumentó Minwoo, sintiéndose impotente al ver el estado de su amigo.

-entender?... HyeSung es sólo un niño… no debería estar pasando por todo esto… no debí alejarlo de…

-claro que debías! – sin darse cuenta, Minwoo alzó la voz más de lo debido, sorprendiendo al hombre sentado a su lado.

-acaso piensas que hubiera sido mejor dejar a HyeSung con ese hombre?... y tú?... que hubiera sido de ti? – continuó Minwoo, perdiendo todo rastro de calma

-yo no importo… si hubiera sido por el bien de HyeSung… estaría dispuesto a sacrificarme… - habló Dongwan, dejando que una lágrima recorriera su rostro.

Minwoo observó a su amigo con los ojos abiertos. Incapaz de creer lo que acababa de oír.

-sacrificarte?... estás loco!?... ese tipo te hubiera matado! – estalló Minwoo más fuertemente

-y qué si lo hacía! Prefiero eso a que HyeSung tenga qué pasar por todo esto!... no te ofendas Minwoo, pero esta no es vida para él… no es lo que tenía planeado para mi hijo… - pronunció Dongwan, dejando que más lágrimas cayeran por sus ojos.

Minwoo sintió un ligero golpe contra su pecho. De pronto las palabras de Dongwan dolieron como si acabaran de incrustarle un filoso cuchillo.

-y crees que hubiera valido la pena tu sacrificio? – habló Minwoo finalmente, luego de unos minutos de silencio

-llega un momento… en el que tus prioridades cambian… ya no importa tu propio bienestar… todo lo que quiero es que él esté bien… quiero que viva feliz… si es feliz…  yo también podré ser feliz – respondió Dongwan, dirigiendo la mirada a la puerta de la habitación donde dormía HyeSung.

 

 

La noche fue la más larga en toda la vida de Lee Minwoo. Sus pensamientos no lo dejaban en paz, luego de la larga conversación sostenida con Dongwan. Una parte de Minwoo aún no se acostumbraba a la idea de vivir con las dos personas que habían puesto su vida de cabeza. Mientras que la otra parte, no podía hacerse a la idea de regresar a su antigua vida de soledad.

Dongwan y HyeSung llegaron a su vida, en un punto en el que creía que nada más extraordinario podría ocurrirle.

Minwoo llevó sus pensamientos a los días en los que solía vivir con sus padres, y esa vida despreocupada que siempre llevó. Los días en los que su máxima preocupación era combinar correctamente sus ropas, y agendar todas las fiestas y reuniones de sociedad a las que nunca faltaba.

Los días en los que nada más que él, era su máxima preocupación.

El joven taxista giró su mirada a las dos personas durmiendo en su cama, fijándola más intensamente en Dongwan.

“llega un momento… en el que tus prioridades cambian…  ya no te importa tu propio bienestar”

Las palabras de Dongwan daban vueltas en su cabeza. Quizás el joven padre tenía razón. Siempre hay un punto en la vida en el que la felicidad de los seres que amamos, llena el espacio de nuestra propia felicidad. Y nuestros sacrificios son recompensados con la sonrisa ajena. La salud y bienestar de un hijo, siempre trae alegría y tranquilidad, al acongojado corazón de un padre.

Minwoo giró su cuerpo sobre el sofá, pensando por un momento en sus propios padres, y la tristeza que de seguro les había causado, el momento que decidió huir de casa y buscar su propio camino.

-qué puedo hacer para ayudarte Wannie – susurró el taxista, observando nuevamente el rostro dormido de Dongwan.

Un golpe cálido y ligero invadió su pecho. Su corazón se sentía tan bien cada vez que su mirada se encontraba con el rostro del joven padre. Minwoo hasta ahora no lo había entendido. Pero fue sólo una fracción de segundo para que lo comprendiera.

-oh rayos! – suspiró Minwoo, colocando sus dos manos sobre su rostro.

Más vueltas en su cabeza y más horas de desvelo. Minwoo no sabía que hilo jalar, para desenredar la madeja de pensamientos que se entrelazaban dentro de él.

Sus recientes descubiertos sentimientos, su necesidad por proteger y ayudar a Dongwan, su miedo a verse solo en cualquier momento, si el joven padre hallaba la manera de regresar a Seúl con su pequeño hijo.

Su miedo a perder la familia que ahora tenía.

-familia?... mi propia familia… - se dijo Minwoo asimismo en la oscuridad de la noche, regresando la mirada al dúo en la cama.

Y una sonrisa se formó en su rostro.

-tienes razón Wannie… es hora de dejar de pensar en uno mismo… - sentenció el taxista, cerrando los ojos finalmente.

 

 

A la mañana siguiente, Dongwan despertó más temprano de lo acostumbrado, dándose con la sorpresa que el taxista había abandonado el departamento a tempranas horas de la mañana.

tengo que hacer algunas cosas muy temprano, espérenme para cenar”

Leyó Dongwan la nota sobre el refrigerador.

-Minwoo appa… - llamó HyeSung con su pequeña voz, entrando a la cocina aún vestido en su pijama enterizo

-lo siento Sungie, parece que seremos sólo tú y yo – se dirigió Dongwan a su hijo, levantándolo en sus brazos

HyeSung hizo un puchero al notar la ausencia del taxista.

-recuperemos el tiempo perdido – habló Dongwan a su hijo, llevándolo dentro de la habitación, directo a la ducha para darle un baño antes de preparar el desayuno para ambos.

 

 

Minwoo llevaba ya treinta minutos esperando en la salita de aquel lugar. Sus piernas temblaban y su corazón se aceleraba conforme las demás personas que habían llegado antes que él, iban desapareciendo, indicándole que su turno se acercaba. El taxista no estaba seguro si todo saldría como lo estaba planeando, pero al menos haría su intento.

-señor, su turno – llamó la joven secretaria, haciendo que el taxista casi sufriera un colapso cardíaco.

Otros treinta minutos después, Minwoo manejaba tranquilamente su vehículo amarillo, dirigiéndose a un lugar que juró nunca visitaría, desde el primer día que puso un pie en América. Ahora las circunstancias eran diferentes y como lo había dicho Dongwan.

“llega un momento… en el que tus prioridades cambian”

Cinco horas después y luego de terminar de visitar todos los lugares que tenía agendado para el día, Lee Minwoo se encontraba conduciendo de regreso a casa, luego de un día cansado pero muy productivo.

-ahora todo depende de ti Wannie – sonrió el taxista, estacionando el vehículo en una calle muy diferente a la que se encontraba ubicado su departamento.

El taxista dio una última mirada a su vehículo, retirando la fotografía que reposaba en el parabrisas.

-bien, cerremos el trato – se acercó un hombre maduro al taxista.

 

 

Dongwan terminaba de preparar la cena, mientras HyeSung se encontraba sentado en la mesa, entretenido con el libro para colorear que le había regalado Minwoo en navidad. A pesar de creer que el libro era aún muy avanzado para su hijo, Dongwan se sentía admirado con la capacidad de su hijo para diferenciar los colores y llenar los espacios en blanco en el libro, limpiamente.

-appa! Mira lo que hice! – se acercó HyeSung corriendo a la cocina, con una hoja de papel en sus manos.

Dongwan giró hacia su hijo, sonriendo luego de ver el extraño dibujo del niño.

-qué es eso Sungie? – interrogó el joven padre, observando detenidamente la hoja que llevaba su hijo en manos.

El dibujo consistía de tres líneas, una de ellas más pequeña que las otras dos y un círculo deforme en la parte superior de cada una de las líneas.

-este es Wannie appa, Minwoo appa y Sungie! – sonrió el niño, señalando una a una las líneas en la hoja

Dongwan sonrió tomando a su hijo en brazos, regresándolo a su lugar en la mesa.

-vaya que serás un gran dibujante! – rió Dongwan, mirando nuevamente el dibujo

-y este punto? – señaló Dongwan, la mancha la lado de la pequeña línea que representaba a HyeSung

-el Sr. Cangrejo! – respondió HyeSung alegremente, haciendo reír nuevamente a su padre.

 

 

Minwoo tomó aire valientemente, dándose valor para abrir la puerta del departamento y que todo saliera como lo esperaba.

-Minwoo appa!! – corrió HyeSung a abrazar la cintura del taxista, ni bien éste terminó de abrir la puerta.

-cómo está mi muchacho! – saludó Minwoo, jugando con el cabello del niño

-llegas antes de lo que esperaba – habló Dongwan desde la cocina.

Minwoo sintió sus nervios elevar su nivel.

Las tres personas en el departamento cenaron casi en silencio. Minwoo llevó a HyeSung hasta la sala, entreteniéndolo con algún programa al azar en la televisión, mientras él regresaba a ala cocina en búsqueda de Dongwan.

-Wannie… tienes un minuto – habló Minwoo, jalando una silla de la mesa

Dongwan observó a su amigo con curiosidad, rindiéndose finalmente y tomando asiento donde se lo indicaba.

-estuve pensando mucho en lo que hablamos ayer… - empezó Minwoo con voz queda.

-… y creo que tienes razón… esta no es vida ni para ti ni para HyeSung… - continuó Minwoo, armándose de valor mientras observaba el rostro serio de Dongwan

-a dónde quieres llegar? – habló Dongwan, no estando seguro de lo que hablaba su amigo.

-que ustedes merecen algo mejor… no es justo para los dos, tener que vivir en estas circunstancias… aquí no puedo darles lo que se merecen – respondió Minwoo, sintiendo su voz debilitarse a cada palabra

-Minwoo no entiendo… y si es por lo que hablamos ayer… he pensado en llevar a HyeSung a una guardería y conseguir un empleo…

-no! – interrumpió Minwoo abruptamente a su amigo

-HyeSung te necesita… nadie más puede cuidar de él que tú… no sabes cuánto te ha extrañado estos días que has estado en ese estado depresivo? – argumentó Minwoo, viendo a su amigo bajar la mirada

-de alguna manera debo regresar a Seúl… - agregó Dongwan, con melancolía

-estoy de acuerdo contigo… ustedes deben regresar a Seúl… pero no quiero que regresen solos – pronunció Minwoo con cuidado

Dongwan alzó la mirada, sorprendido por las palabras de su amigo.

-Wannie… prométeme que confiarás en mí… no importa lo que pase de ahora en adelante… - continuó Minwoo, llevando una mano al bolsillo trasero de su pantalón

-de qué estás hablando? – interrogó Dongwan confundido

Minwoo suspiró pesado, robando una mirada al niño sentado en el sofá.

-cásate conmigo y te prometo que los llevaré de regreso a Seúl… - habló Minwoo rápidamente, colocando sobre la mesa, tres boletos de avión. Y sobre éstos, una pequeña caja aterciopelada de color negro.

Los ojos de Dongwan se abrieron ampliamente. Un nudo se formó en su garganta.

 

 

-c-cómo… - logró pronunciar Dongwan luego de unos minutos.

-estas son sólo reservas… si me aceptas, obtendremos los boletos apenas nos hayamos casado – respondió Minwoo, señalando los papeles sobre la mesa

-dime que es una broma – habló Dongwan estupefacto

-nunca en mi vida he sido tan serio… me gustas Dongwan – confesó Minwoo

Dongwan volvió a quedar en shock. No sabía exactamente qué hacer en una situación como esa.

-de dónde… cómo… - las palabras no salían fácilmente de labios del joven padre.

-usé todos mis ahorros para comprar los boletos… y vendí mi auto… con ese dinero podremos regresar a Seúl – explicó Minwoo con calma

-te volviste loco!?... vendiste tu auto? – exclamó Dongwan en shock.

-dijiste que las prioridades cambian… ahora mi prioridad son ustedes… - afirmó Minwoo con mirada segura

-p-pero no somos nada tuyo! –argumentó Dongwan

-es por eso que te estoy pidiendo que te cases conmigo… te aseguro que una vez en Seúl, nada les va a faltar…  voy a cuidar de ustedes Wannie… pero no puedo llegar a Seúl con un amigo y su hijo… así no… - habló Minwoo, dejando a Dongwan nuevamente sin palabras

-casarnos?... te estás dando cuenta de lo que me estás pidiendo? – continuó Dongwan sus reclamos

-sí… lo sé muy bien porque lo pensé toda la noche… cuál es la diferencia de todos modos?, llevamos viviendo juntos un par de meses, HyeSung me llama appa… no hay mucho de diferente a un verdadero matrimonio – argumentó Minwoo a su favor.

-pero estás hablando de una unión… - Dongwan no pudo continuar sus palabras.

-no te pido mucho… sólo que confíes en mí y me dejes cuidarlos… hazlo por él – Minwoo giró la mirada al niño en el sofá, concentrado completamente en la televisión

-dijiste que harías lo que sea por asegurar su felicidad – insistió Minwoo, observando ahora a Dongwan.

-Minwoo esto es un tema serio…

-y lo estoy siendo… pasé toda la mañana en las oficinas de registros civiles… el matrimonio puede realizarse mañana mismo por la tarde… y luego regresaremos a Seúl por la noche… - continuó Minwoo

-por qué insistes con eso del matrimonio… - Dongwan estaba a un paso de perder la cabeza. Las palabras y argumentos de su amigo lo iban mareando poco a poco.

-porque para cuidar de ustedes, necesito que HyeSung también sea mío… sólo así podremos regresar a Seúl… cásate conmigo Wannie y te prometo que nada les va faltar… confía en mí… los llevaré de regreso a Seúl… a un lugar seguro – finalizó Minwoo, tomando la mano de Dongwan sobre la mesa.

El joven padre no sabía lo que estaba haciendo. De pronto todo giraba a su alrededor, envolviéndolo en un tornado de emociones. Pero sólo de una cosa estaba seguro. Minwoo tenía ese algo que le inspiraba confianza y le hacía tener la seguridad que sus palabras eran sinceras.

Y no iba a dejar que nada le faltara a su pequeño hijo.

-déjame ser el padre de HyeSung legalmente… - utilizó Minwoo su último argumento.

Dongwan cerró los ojos fuertemente, abriéndolos luego en dirección de su hijo en el sofá y regresando la mirada en los ojos sinceros y  transparentes de su amigo.

Y sin decir más, Dongwan estiró su mano libre, tomando la cajita de terciopelo de la mesa.

 

 

A/N: a Baby HyeSungie ya sólo le quedan un par de capítulos para empezar a crecer... :(

 

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.