A/N: El primer capítulo de esta historia que será larguísima!!!

La tarde estaba cayendo, poco a poco los rayos del sol se iban desvaneciendo por el horizonte. Así como el sol se ocultaba, dando paso a la oscuridad, el corazón del joven Kim DongWan se encontraba ahora mismo lleno de una oscura y profunda tristeza. Minutos antes oyó lo que jamás hubiera deseado oír. Un secreto oculto por su esposo desde hace cuatro años. Un secreto que lo cambiaba todo; su forma de pensar de él, su forma de verlo como un hombre exitoso y respetado por todos sus empleados, su forma de verlo como el padre modelo para su pequeño hijo de tan sólo cuatro años.

El hombre con el que había vivido los últimos siete años, ahora era un perfecto extraño para él.

Los padres de Dongwan se opusieron desde un principio a su relación y en respuesta, el joven estudiante decidió huir de casa e irse a vivir con su novio a América. Desde entonces no había sabido nada de su familia, pero no le importaba ya que ahora tenía su propia familia, con un bebé al que adoraba más que a su propia vida.

-appa….tengo hambre – las pequeñas manos de su bebé jalaban de un extremo de su camiseta despertándolo de sus pensamientos.

-si cariño, en un segundo appa preparará algo delicioso para bebé Sungie – Dongwan se inclinó y dio un beso en las rosadas mejillas de su bebé

El bebé sonrió adorablemente dando pequeños saltos abrazando el conejo de felpa que llevaba en brazos.

Dongwan sonrió viendo a su bebé regresar corriendo a su habitación.

Lo que iba a hacer, lo iba a hacer por él. Por su bebé.

No había manera que Kim DongWan expusiera a tanto peligro al bebé que había criado desde el primer día que su esposo lo trajo a casa, envuelto nada más que en una delgada sábana.

Dongwan había deseado tanto un hijo, que apenas vio el bebé en brazos de su esposo, se enamoró de él inmediatamente y lo proclamó como suyo. Como si fuese de su propia carne y sangre.

Esa era la razón por la que DongWan tendría que hacerlo. Por su bebé. Por la felicidad suya y la de esa pequeña personita, jugando en ese instante dentro de su habitación.

Dongwan dio un pesado suspiro luego de unos minutos y se dirigió a la cocina a preparar algo de comer para su pequeño hijo.

-di aaaaaah…… - Dongwan colocó una cucharada de sopa dentro de la pequeña boca de su bebé.

El bebé tomó la cucharada, sonriendo luego alegremente al saborear la deliciosa comida preparada por su appa favorito.

-Sungie cariño escucha, Wannie appa tendrá que hacer un viaje muy importante hoy – Dongwan pronunció con cuidado cada palabra que salía de su boca, no queriendo asustar a su bebé

-appa va dejar a Sungie?.... – los ojos del pequeño empezaron a llenarse de lágrimas

-por supuesto que no cariño – Dongwan trajo a su bebé sobre su regazo, removiéndolo de su silla

-Wannie appa, no podría vivir ni un solo día lejos de ti – Dongwan empezó a bañar el rostro del bebé con besos

-Sungie, Wannie appa te va llevar a unas muy divertidas vacaciones, solo nosotros dos, que te parece? – Dongwan trataba de contener sus propias lágrimas

-y Jae appa, no vendrá con nosotros?....

-no corazón, Jae appa está muy ocupado, él no podrá venir – Dongwan quería confesarle a su bebé que lo más probable es que nunca más volverían a ver a Jae Ryul, su esposo

-Sungie sólo quiere ir de vacaciones con Wannie appa! – el inocente bebé abrazo a su Wannie appa con todas sus fuerzas, muy contento de poder ir sólo con él a un viaje de vacaciones.

-gracias por entender cariño – Dongwan besó el cabello del niño antes de regresarlo a su silla y terminar de darle de comer.

Más tarde, Dongwan ocupó casi toda la noche empacando las cosas de él y de su pequeño hijo. Para su fortuna, su esposo estaba en un corto viaje de negocios y no regresaría hasta el día siguiente por la mañana.

Dongwan no sabía a dónde ir. A sus cortos 23 años, estaba seguro que no iba a ser fácil para él tener que arreglárselas solo con su pequeño hijo. Pero estaba dispuesto a luchar hasta el fin por que a su bebé no le faltara nada.

Sin pensarlo ni un segundo, corrió hacia la biblioteca y oficina privada de su esposo y abrió la caja de seguridad oculta detrás de una pintura. Hace unos años atrás, su esposo le confió la clave de la caja de seguridad pero nunca se atrevió a usarla, hasta ese instante en el que tenía que usar todos sus recursos para huir de casa.

Dongwan abrió la caja, encontrando varios fajos de billetes amontonados dentro. Dinero sucio, mal ganado pensó DongWan.

-esto lo hago por ti Sungie – se dijo así mismo retirando los fajos de billetes dentro de una bolsa

Luego Dongwan se dirigió hasta su habitación y cogió algunos relojes caros y otra joyería de valor del tocador suyo y de su esposo colocándolos dentro de una caja de color negro. Al menos se aseguraría que por unos días nada le faltaría a su bebé.

Con mucho pesar, el joven padre se dirigió a la habitación de su pequeño hijo, encontrándolo sobre la cama jugando con su conejo de felpa. Su juguete favorito. A Dongwan se le hacía un nudo en la garganta al pensar en las posibles penurias que podría pasar apenas cruzara la puerta principal de la casa.

HyeSung llegó a casa con tan solo unos días de nacido y no conocía más familia que su appa Jae y appa Wannie, pero solo con este último había creado una conexión muy fuerte, ya que su otro appa nunca estaba en casa y las veces que estaba no pasaba mucho tiempo con él. Dongwan estaba seguro que no le costaría mucho trabajo convencer a HyeSung del por qué de la ausencia de su otro appa. Lo difícil sería arrancarlo de esa casa donde había crecido hasta ahora. Su habitación estaba perfectamente decorada en un azul bebé impecable, con repisas llenas de juguetes y libros de sus cuentos favoritos. Todo muy bien decorado por su Wannie appa.

Sí. Lo difícil sería decirle al niño que nunca más volverían a pisar esa casa.

Pero ya tendría tiempo más tarde para eso. El taxi que llamó una hora antes estaba ya estacionado frente a la casa.

-Sungie, cariño ya tenemos que irnos – Dongwan entró a la habitación de HyeSung levantándolo en sus brazos

-appa el Señor Conejo!! – gimió el bebé al notar su conejo de felpa todavía sobre la cama

-lo sé cariño, mira aquí lo tengo….. – Dongwan tomó el muñeco y lo devolvió a los pequeños brazos de su bebé

Una última mirada a la habitación

Rogó mucho a su esposo para que le permitiera decorar esa habitación para el bebé. Parecía que fue ayer cuándo entusiasmado tomaba medidas por todos lados calculando la posición de cada mueble, eligiendo el papel tapiz para las paredes, colocando la pequeña cuna y demás muebles él mismo en cada lugar. Recordaba cómo pasó toda una noche pintando el mismo la habitación sólo para tenerla lista para el primer mes del bebé en casa.

Con su bebé en brazos, Dongwan cerró la puerta de la casa que lo albergó los últimos seis años. Lo único bueno que pudo obtener de esa relación, era el niño que llevaba en brazos, pensó. Toda su vida fue una mentira y todo el amor que alguna vez sintió por su esposo se desvaneció apenas se enteró de la verdad sobre él.

A partir de ahora, su vida sería huir. Huir lejos y jamás ser encontrado. Huir y buscar su felicidad. Rehacer su vida probablemente con alguien que no guarde tantas mentiras.

A pesar de todo Dongwan no renunciaría al amor, sólo a su pasado.

Dongwan prefirió no voltear una vez que empezó a dirigirse hacia el taxi que lo estaba esperando. Era su pasado lo que dejaría atrás sin dar una última mirada de arrepentimiento. No se arrepentiría de salvar su vida y la de su bebé.

Una vez dentro del taxi, Dongwan puso con cuidado a HyeSung en el asiento. El pequeño niño parecía muy emocionado por las vacaciones.

-appa, vamos a Disney?....me vas a llevar a ver a mickey mouse? – preguntaba inocentemente el niño

En los últimos meses, su appa Wannie había insistido constantemente a su esposo de permitirle llevar a HyeSung a Disney World, pero éste se había negado argumentando que irían cuando él esté con menos trabajo, lo cual parecía ser nunca.

-no, mi cielo, iremos a un lugar mejor. Estoy seguro que te encantará – Dongwan acarició las tiernas mejillas de su bebé, recordándose que todo lo hacía por él.

-y cuándo me llevarás a Disney?....el señor conejo quiere conocer Disney… - replicó el niño haciendo puchero con los labios mientras recostaba su mentón sobre la cabeza de su muñeco

-será en otro momento cariño, appa lo promete, sí?. Algún día regresaremos e iremos a Disney con el señor conejo! – animó Dongwan tratando de aligerar la tristeza de su bebé

HyeSung respondió con una risita juguetona mientras su appa le hacía cosquillas en los lados.

-Señor, estamos listos para irnos – avisó el conductor del taxi

Dongwan sujetó a HyeSung por los hombros mientras el auto empezaba su marcha hacia la estación de buses.

Dongwan vivió los últimos seis años en Los ángeles, Estados Unidos y ahora se disponía a viajar a otro estado, tratando de despistar a su esposo, quién de seguro lo buscaría en todos los aeropuertos, apenas note su ausencia y la del pequeño bebé.

El plan de Dongwan, era viajar de estado en estado, antes de finalmente hacer su viaje final de regreso a su país natal. Corea Del Sur.

-los papeles del niño? – solicitó la counter, una vez que Dongwan y su bebé llegaron a la terminal de buses

-oh sí! Aquí, tenga…. – Dongwan siempre replicó el por qué su esposo  nunca aceptó firmar la solicitud de adopción de HyeSung. El niño estaba registrado únicamente como hijo de Dongwan y bajo la tutoría legal del esposo de éste. Ahora Dongwan agradecía que su esposo nunca haya firmado a HyeSung como su hijo, ya que le daba la oportunidad de sacar al niño libremente sin necesitar el permiso de nadie.

-muy bien señor, por favor pase a la sala de espera – la counter entregó los documentos sonriendo al adorable niño que trataba de alcanzar el mostrador parándose sobre la punta de sus pequeños pies.

-vamos Sungie, el señor conejo debe tener hambre, comamos algo antes de que salga el bus – Dongwan tomó la mano del niño llevándolo dentro de la sala de espera VIP.

HyeSung creció rodeado de lujos y por nada del mundo su appa Wannie le iba a negar esa vida a la que ya se había acostumbrado. Su niño se merecía lo mejor.

Dongwan comía tranquilo, revisando algunos folletos del lugar hacia donde estaba viajando. Quería asegurarse de conocer bien el lugar antes de llegar ahí y verse perdido con su pequeño hijo en brazos.

HyeSung observaba maravillado por una de las ventanas, los aviones que cruzaban el cielo. A Dongwan le parecía divertida la expresión de asombro en el rostro de su pequeño hijo.

Pasajeros con destino a la ciudad de XXXXX abordar por la puerta nueve”

Era hora de partir.

Dongwan tomó a su hijo en brazos una vez más y se dirigió a la puerta de abordaje.

Una vez en sus asientos, el joven padre observaba detenidamente la cara de emoción de su bebé. Era la primera vez que HyeSung viajaba fuera de la ciudad y todo le parecía asombroso.

Esto lo hago por ti Sungie, te prometo que estaremos bien, nada te faltará mientras viva, tu appa Wannie estará siempre contigo, nadie nos va a separar

Dongwan se inclinó y dio un amoroso beso en la mejilla de su bebé.

-Sungie también quiere mucho a appa Wannie!! – HyeSung brincó y plantó un tierno beso en la mejilla de su appa Wannie

Dongwan sonrió y abrazó fuerte a su bebé mientras el bus empezaba a moverse.

-vamos a estar bien Sungie, te prometo que vamos a estar bien… - Dongwan habló directamente a los ojos de su bebé y éste asintió como si entendiera de lo que estaba hablando su appa

-Sungie siempre va estar con appa Wannie, Sungie sólo quiere a appa Wannie a su lado – HyeSung se acurrucó en el pecho de su padre, cerrando sus pequeños y dulces ojos quedándose dormido inmediatamente

-y Wannie appa sólo quiere a Sungie – Dongwan besó el cabello de su bebé, derramando una lágrima.

El pasado se quedó ahí, en esa casa que ya no era suya.

El futuro se aproximaba conforme el bus iba avanzando, abandonando la terminal.

Una nueva vida para Dongwan y su bebé.

Una vida mejor, sin mentiras.

Una vida, donde su mayor esfuerzo, sería asegurarse que su esposo nunca los encontrara.