Huyendo

Correr Para Vivir

A/N:  Segundo capítulo arriba!! Disfruten!!

 

-Señor?... Señor despierte, ya llegamos… Señor?...

Dongwan abrió los ojos casi de un salto, al sentir la mano que agitaba su hombro en movimientos suaves, sorprendiendo a la sobrecargo y a su pequeño hijo que se encontraba dormido contra su pecho.

-oh lo siento! – se disculpó el joven padre inmediatamente

La joven sobrecargo sólo sonrió, distrayendo luego su mirada en el pequeño niño que abría los ojos con pereza.

-llegamos?... llegamos… - susurró Dongwan para si mismo, observando por la ventana el resplandeciente cielo azul y la vista de una nueva ciudad que le daba la bienvenida.

Una nueva ciudad que sería sólo el comienzo de nuevas aventuras y desventuras. Un nuevo inicio destinado a asegurar el bienestar del joven padre y el pequeño niño que reposaba sobre su pecho.

-appa el Sr. Conejo!!!... el Sr. Conejo!!! – la voz desesperada del niño sobre su pecho, alarmó a Dongwan, regresándolo a la realidad

Inmediatamente, Dongwan buscó frenéticamente por los alrededores de su asiento, el juguete que era el tesoro más preciado de su pequeño hijo.

-cariño, tranquilo… acá está… ves? aquí está el Sr. Conejo – tranquilizó Dongwan a su bebé recogiendo con ayuda de la sobrecargo, el frágil muñeco que había caído al piso en algún punto de la noche.

HyeSung abrazó su conejo de felpa, apenas le fue devuelto a sus brazos por la amable sobrecargo.

Diez minutos después y con mucho esfuerzo, Dongwan salió de la terminal de buses, llevando consigo las tres maletas que había logrado sacar de casa, una mochila con sus documentos y cosas de uso personal, su pequeño bebé en brazos y un corazón que ahora pesaba como una tonelada.

Era sólo el inicio de una vida que no pintaba para nada fácil.

Minutos tuvieron que pasar para que el joven padre consiguiera un taxi que lo llevara a un buen hotel que le permitiera no solo descansar cómodamente, sino también ocultarse de su esposo, quien de seguro estaría ya buscándolo por todo el país.

-suite 2403, que disfrute su estadía – sonrió la recepcionista del hotel, entregando la llave de la habitación al joven padre.

-gracias - respondió Dongwan secamente, tomando la mano de su pequeño hijo, que dirigió una mirada tímida a la joven recepcionista que le sonreía dulcemente.

 

 

Dongwan siguió al botones, hasta la habitación destinada, sonriendo complacido al ver el lugar donde pasaría los siguientes dos días, antes de partir a otra ciudad. Una suite cómoda, lo suficientemente espaciosa para él y el pequeño niño, que ya se encontraba corriendo por toda la habitación, abrazado a su juguete favorito.

El joven padre, colocó las maletas sobre la cama, acomodando luego algunas prendas y enseres de uso necesario sobre los muebles de la habitación. Dongwan dejó escapar un profundo suspiro, recordando como solía hacer esta tarea en la que antes era su casa. Recordó como cuidó cada día de esa casa y la familia que había logrado construir. Aunque ahora no estaba muy seguro si ésa fue alguna vez una familia.

Por que en las familias no existen secretos, ni mucho menos secretos tan grandes que podían cambiar el rumbo de sus vidas.

-appaaaaa!! – oyó Dongwan la inocente voz del niño que trataba de alcanzar el borde de una de las ventanas de la habitación, para ver a través de ella.

Dongwan sonrió, viendo a su pequeño hijo parado de puntillas frente a la ventana, luchando por tener una mejor vista a la nueva ciudad. El joven padre se levantó de la cama, caminando hasta donde se encontraba el pequeño niño, alzándolo en sus brazos.

HyeSung sonrió alegremente, observando la hermosa vista a través de la ventana.

-Disney?... – giró HyeSung su pequeña cabecita, señalando un lejano parque de diversiones que se veía entre la ciudad.

-no cariño, es sólo un parque de diversiones – respondió Dongwan, dando un beso sobre el cabello de su bebé

-Disney! Sungie quiere ir a Disney! – gimió HyeSung en brazos de su padre, señalando con su pequeña manita el parque de diversiones a través de la ventana

-luego cariño, aún tenemos cosas que hacer… no te están gustando las vacaciones?, appa se sentirá muy triste si Sungie no quiere estar con él – habló Dongwan, limpiando con la palma de su mano, lágrimas que no existían en su rostro

-appa no llores, Sungie quiere mucho a appa! No llores… - abrazó HyeSung a su padre, sujetándose con fuerza de su cuello

-ohh! Vas a asfixiarme! – rió Dongwan, palmeando amorosamente la espalda de su bebé.

-appa… Sungie quiere salir a jugar… - habló el pequeño niño luego de unos minutos, con el rostro sonriente

-Sungie cariño, no podemos salir aún… - respondió Dongwan, tomando al niño hasta la cama

-el Sr. Conejo dice que está aburrido… - intentó HyeSung, haciendo su mejor puchero, mientras su padre lo recostaba sobre la cama y lo arropaba entre las cobijas

-pero si sólo llevamos quince minutos en la habitación?... deja que el Sr. Conejo descanse - sonrió Dongwan ante el gesto de su bebé, acomodando el conejo de felpa al lado del niño

-y Sungie también debe descansar como es debido – habló Dongwan, recostándose al lado de su pequeño hijo.

-Sungie quiere jugar… - gimió el bebé tratando de luchar para escapar de los brazos de su padre, que lo envolvían, entregándolo al sueño.

-no, Sungie tiene que dormir. Sungie y appa jugarán, luego que el Sr. Conejo haya tomado una larga siesta – estableció Dongwan, fingiendo un largo y profundo bostezo, que fue imitado por el niño cuyos ojos empezaron a cerrarse casi inmediatamente.

Dongwan abrazó a su bebé, tarareando su canción de cuna favorita, mientras el niño terminaba por cerrar los ojos completamente, frunciendo los labios en un adorable puchero.

 

 

-vamos a estar bien Sungie, vamos a estar bien – seguía repitiendo Dongwan, mientras continuaba acariciando la pequeña espalda del niño que dormía confortablemente contra su pecho.

El día parecía ser eterno para Dongwan, no pudiendo abandonar sus pensamientos de las posibles reacciones de su esposo, al regresar a casa y encontrar absolutamente nada. Sólo una casa vacía y el abandono de las dos únicas personas que le brindaban amor, esperarían a Jae Ryul.

Dongwan lo lamentaba por su esposo, pero no podía fingir que no había oído lo que oyó, ni ver lo que vio. Las pruebas eran claras y por más que el corazón de Dongwan doliera por la distancia y el abandono, tendría que acostumbrarse a aprender a olvidar y construir una nueva familia al lado de su pequeño hijo.

-sólo unos días más Sungie… unos días más y viajaremos a casa a conocer a tus abuelos – pronunció Dongwan, dejando un amoroso beso sobre el cabello del niño

Dongwan aún podía recordar el día que dejó su casa, despidiéndose de sus padres con una sonrisa y asegurándoles que iría en busca de su felicidad. La felicidad al lado del hombre que había conquistado su corazón y prometido una vida llena de amor y sonrisas. Sin embargo lo que Dongwan obtuvo fue mentiras, traiciones y una decepción tan grande que hacía que su corazón pesase enormemente.

Dongwan sabía que era tarde para arrepentirse. Sabía que llegaría a casa de sus padres y tendría que resignarse a oír los regaños de éstos. Sabía que tendría que aceptar su error y agachar la cabeza. Pero de todo este error, lo único que Dongwan no lamentaba, era el niño que sostenía en brazos contra su pecho. El niño que le daba la paz que necesitaba y la esperanza de que todo saliera bien. Por que HyeSung sólo lo tenía a él para que lo protegiera y Dongwan estaba seguro que recibiría una bala en el pecho, antes de que algo le llegase a ocurrir al niño que adoraba como si fuera de su propia carne.

 

 

-appa… appa… appa!! – seguía llamando el pequeño niño, jalando con su menuda fuerza, la camiseta del hombre que parecía profundamente dormido

-appa!!... appa… está oscuro… Sungie tiene miedo – susurró el HyeSung, acurrucándose lo más cerca que podía, contra el pecho de su padre, en busca de protección.

La noche empezaba a caer y la habitación había tomado un tono oscuro total, asustando al pequeño niño que abrió los ojos de manera entusiasta, esperando que su padre lo llevara a jugar fuera del hotel, como lo había prometido horas antes.

-appa… appa has que deje de estar oscuro… los monstruos saldrán a devorar a Sungie… - gemía el pequeño niño, con el miedo apoderándose más de él a cada segundo que pasaba

-appa… despierta – volvió a intentar HyeSung, jalando con más fuerza de la camiseta de su padre, pero sin obtener respuesta.

-appa… - pequeñas lágrimas empezaron a caer de los almendrados ojos del niño, que abrazó fuertemente al conejo de felpa que no dejaba su lado

-Sungie quiere que appa despierte… despierta appa… por favor – lloraba HyeSung, apretando los ojos para no dejar que el miedo se siguiera apoderando de él

La pequeña y frágil vocecita del niño, se coló por los oídos de Dongwan finalmente, haciendo que éste entreabriera los ojos con pesadez.

-Sungie… - llamó Dongwan, tratando de ajustar su vista a la oscuridad

-APPA!! APPA LA LUZ!! LOS MONSTRUOS!! – lloró con fuerza el bebé, al llamado de su padre

Dongwan inmediatamente, tomó a su hijo en brazos, estirándose por encima de la enorme cama hasta alcanzar la lámpara ubicada en la mesita de noche.

-oh cariño lo siento! Dormí más de la cuenta – habló Dongwan, palmeando suavemente la espalda de HyeSung, tratando de calmar su llanto

El joven padre se puso de pie con su hijo en brazos, encendiendo las luces de toda la habitación. Dongwan sabía que a HyeSung le asustaba la oscuridad, luego que su appa Jae le contara una no muy conveniente historia, sobre monstruos de la oscuridad que salían en las noches a devorarse a los niños pequeños. Por supuesto que Jae lo hizo a propósito para tener al niño toda la noche en su habitación y no molestando su tiempo de calidad con el joven Dongwan. Al principio la estrategia dio buenos resultados, pero luego que HyeSung aprendiera a usar correctamente sus pequeños pulmones, llamando a Dongwan cada vez que despertaba en medio de la noche, Jae Ryul, supo que no tenía como ganarle a ese pedacito de carne que hacía, que el corazón de su joven esposo se derritiera.

 

 

Al día siguiente y con el corazón más ligero, Dongwan llevó a su hijo al comedor del hotel, disfrutando un desayuno tranquilo y divertido. HyeSung se sentía maravillado por todo lo que veía, pues no muy a menudo salía de casa con su padre.

A Dongwan le divertía ver las expresiones de sorpresa y asombro de su pequeño hijo. Por una parte se sentía como unas vacaciones, pero aún con toda esa alegría, Dongwan no podía olvidar la principal razón por la que se encontraba fuera de casa, buscando salir del país a salvo con el niño.

Minutos más tarde y tal como lo prometió, Dongwan llevó a HyeSung al parque de juegos más cercano al hotel, no sin antes asegurarse de cubrirlo bien, como precaución por si los guardias de su esposo estuvieran cerca en su búsqueda.

-appa! Más alto!! – exigió HyeSung, balanceándose en el columpio en el que llevaba ya, más de veinte minutos

Dongwan cumplió las exigencias de su hijo, elevándolo más alto en el columpio, ganando risas alegres del niño que parecía estar disfrutando este día, como ningún otro.

Dongwan no pudo evitar recordar, cuando fue la última vez que llevó a HyeSung fuera de casa a pasar un día, juntos. Y es que los últimos meses, Dongwan había notado muchos cambios en la actitud de su esposo, quién le exigía no abandonar la casa que compartían, ni mucho menos pasar tiempo con el niño. Dongwan nunca entendió estas exigencias, y luego de inmensos reclamos, finalmente logró que su esposo le permitiera acercarse nuevamente a HyeSung, bajo la promesa de no abandonar nunca la casa. Dongwan cedió a cada petición absurda de su esposo, creyendo ciegamente que éste lo hacía por un sentido de sobreprotección. Sin embargo la verdad era otra, destrozando por completo a Dongwan, cuando lo descubrió.

-appa!! – los llamados del niño, despertaron a Dongwan de sus recuerdos

-lo siento cariño, me distraje… vamos al hotel, ya es tarde – habló Dongwan, tomando al niño del columpio, emprendiendo marcha de regreso al hotel.

-Disney! – exclamó HyeSung, saltando alegremente mientras tomaba la mano de su padre y sostenía su conejo de felpa en la otra mano.

-pronto cariño… pronto – respondió Dongwan, haciendo su mejor esfuerzo por sonreír y no desilusionar a su bebé

 

 

A la mañana siguiente y aún haciéndose a la idea de hacer y deshacer maletas casi diariamente, Dongwan se encontraba en la habitación del hotel, empacando el restante de las pertenencias de su bebé, mientras éste daba vueltas por la habitación, jugando con su conejo de felpa.

-Sungie, ya es hora de irnos – llamó Dongwan al niño, entregando las maletas al botones que acababa de entrar en la habitación

-Disney? – se acercó HyeSung corriendo a su padre, con una enorme sonrisa en el rostro

-aún no cariño, iremos a un sitio mejor que Disney! – respondió Dongwan, esperando engañar al niño y ganar su cooperación para el resto del viaje

HyeSung saltó de alegría, dejándose alzar en brazos por su padre, mientras se despedía de la habitación que lo había albergado por los últimos dos días.

Treinta minutos después, Dongwan se encontraba nuevamente en una terminal de buses, con un par de boletos en manos y las inmensas maletas a un lado. Su autobús saldría en tan sólo veinte minutos más y Dongwan sentía los inmensos nervios recorrer su cuerpo. No quería ni imaginarse lo que ocurriría si los guardias de su esposo lo encontraban en esa terminal.

-Mickey Mouse!! – oyó Dongwan exclamar a HyeSung, no pudiendo controlar al niño cuando éste salió corriendo en dirección del aparador, a pocos pasos de distancia de ellos

Hyesung corrió entusiasmado, hasta colocarse frente al aparador y observar con adoración el muñeco que se exhibía dentro de éste.

-HyeS…! – Dongwan sintió que las palabras se ahogaban en su garganta, cuando notó a los dos hombres de negro, paseando libremente alrededor de la terminal. Uno de ellos estaba a tan sólo pasos del aparador donde se encontraba HyeSung observando el muñeco que llamaba poderosamente su atención.

El alma de Dongwan abandonó su cuerpo por breves minutos. No podía permitir que esos guardias encontraran a HyeSung y por consiguiente, dieran con él. No podía dejar que lo alejaran de su bebé.

Dongwan retrocedió unos pasos, escondiéndose detrás de una de las columnas del lugar, esperando por que los guardias pasaran de largo al niño en el aparador, dándole la oportunidad de huir exitosamente.

-appa! Appa!! – empezó a llamar HyeSung con su pequeña vocecita

Dongwan sintió que el alma nuevamente abandonaba su cuerpo.

Los hombres de negro giraron el rostro en varias direcciones, buscando el origen de la vocecita que despertó su curiosidad. Dongwan agradeció el tumulto de gente a esas horas de la mañana, que escondían por el momento al niño en el aparador.

-appa! Appa!! – gimió HyeSung, asustado de no ver a su padre en ningún lado

Dongwan sintió las piernas débiles y los nervios a punto de explotar. Quizás después de todo, tendría que arriesgarse y sacrificarse por que HyeSung no fuera descubierto. Al fin y al cabo, todo esto era por él.

 

 

-mi appa… desapareció… - oyó Dongwan de pronto la  frágil voz de su bebé, hablando con una mujer de cabello gris

Dongwan observó a la mujer girar el rostro en varias direcciones, quizás en busca del padre del niño, que empezaba a soltar lágrimas de desesperación. Aprovechando el momento, Dongwan se atrevió a salir de su escondite y correr a toda velocidad en busca del niño que en cualquier momento rompería en audible llanto, llamando la atención de todo el público en la terminal, incluyendo los guardias que cada vez estaban más cerca.

-Sungie!, Sungie cariño acá estoy! – exclamó Dongwan, sosteniendo a su hijo con un brazo y con el otro, tomando el codo de la mujer de cabello gris, hasta girarla de espaldas a la multitud

-gracias por cuidar de Sungie – habló Dongwan rápidamente, ayudándose con el reflejo del aparador, para reconocer las posiciones de los guardias que seguían en su búsqueda

Sin dar tiempo de hablar a la mujer, Dongwan tomó a ésta y al niño fuertemente, iniciando su camino hasta el rincón donde había dejado abandonado su equipaje.

-gracias! Acaba de salvarnos la vida! – exclamó Dongwan rápidamente, dejando a la mujer confundida.

El joven padre aseguró la gorra que llevaba en la cabeza, tomó a su hijo en brazos, colocándolo sobre el carrito donde llevaba las maletas, sentándolo en medio de éstas y finalmente cubriéndolo ligeramente con su abrigo. Con los nervios aún palpitando dentro de él, Dongwan inició la marcha hacia la puerta de embarque, logrando exitosamente subir al autobús y respirar al fin tranquilamente.

-no nos encontrarán Sungie… nunca, te lo prometo – repetía Dongwan sin parar, acariciando el cabello del niño que dormía acurrucado contra su pecho, mientras el autobús abandonaba la ciudad.

 

 

 

Salió de la cafetería, sosteniendo un vaso de café en mano y tosiendo brevemente por el intenso frío que empezaba a colarse en sus pulmones. Se dirigió al vehículo de color amarillo, estacionado a unos metros de la cafetería y tomó el asiento del piloto, frotando sus manos con vehemencia y dando finalmente un soplido entre éstas para recuperar el movimiento, luego del entumecimiento que sufrió a causa de la baja temperatura. Sin demorar mucho, echó el auto en marcha, iniciando su recorrido habitual.

No avanzó más que un par de calles, para detener el auto finalmente, a la señal de la madura mujer que levantaba la mano en su dirección.

-mamá no quiero ir – se quejó el muchacho que acompañaba a la madura pasajera, en el asiento trasero

-algún día entenderás todos los esfuerzos que hace tu madre por asegurar tu futuro – respondió la mujer con severidad

-no puedes controlar mi vida para siempre – replicó el muchacho, girando la vista hacia el camino por la ventana

El joven hombre que conducía el taxi de color amarillo, observó por el espejo retrovisor a sus peculiares pasajeros, mientras un viejo recuerdo venía a su memoria.

 

 

*FlashBack*

-QUEEEE??!! Se han vuelto locos! – exclamó el joven muchacho, lanzando la servilleta de tela que llevaba sobre su regazo, contra la elegante mesa servida en la terraza de la prominente mansión

-cuida tu vocabulario hijo, esa no es forma de hablarle a tus padres! – regañó la madura mujer de cabello oscuro, sentada frente al muchacho

-y cómo quieren que reaccione! – continuó reclamando el muchacho, con el rostro visiblemente airado

-sabías que tarde o temprano ocurriría, los Choi son muy buenos amigos nuestros, por supuesto que no nos negaríamos a aceptar ese compromiso – explicó el hombre de cabello gris, sentado a la cabecera de la mesa

-esa es MI decisión! Soy yo, quién debe decidir con quien me comprometo! No ustedes! – exclamó el muchacho, dirigiéndose a su padre

-aún eres muy mocoso como para entender este tipo de negocios, el compromiso ya está acordado! – reiteró el hombre de cabello gris

-no lo acepto, deshagan ese compromiso!

-hijo! Claro que no lo haremos! Los planes para la fiesta de compromiso ya están en marcha – respondió la mujer de cabello oscuro

El muchacho, sintió la desesperación crecer dentro de él.

-no pueden jugar así con mi vida

-es un negocio que nos beneficia a todos – insistió el hombre de cabello gris

-a todos menos a mí!... no voy a aceptar ese compromiso!... jamás! – estableció el muchacho, retirándose a su habitación

Los días pasaron y la tan anunciada fiesta de compromiso se dio lugar en la mansión de la familia del muchacho.

La mujer de cabello oscuro tuvo que ir a la habitación del muchacho, en vista de que éste no bajaba a saludar a su prometida, ni a los invitados.

-hijo, abre la puerta, la gente pregunta por ti – llamaba la mujer de cabello oscuro, tocando la puerta de la habitación.

Minutos pasaron y finalmente la madura mujer decidió llamar al ama de llaves y abrir la puerta con una copia de seguridad. Y lo que encontraron dentro de la habitación las dos mujeres, las dejó con la boca abierta.

-oh por Dios! – exclamó la mujer de cabello oscuro, sosteniendo en sus manos, el sobre blanco que llevaba escrito su nombre, sobre la cama de su único hijo.

“Papá y mamá, lamento mucho esto que estoy haciendo, pero no voy a unirme con una persona que no amo. Perdónenme por ser tan cobarde y no decírselos a la cara, ni tener el valor de despedirme formalmente. Me iré lejos a hacer mi propio destino. Les demostraré que no soy ningún mocoso mimado y haré mi propio éxito. Le demostraré al mundo que puedo hacerlo por mi mismo, crearé mi propia fortuna y haré que se sientan orgullosos de mí. Por favor perdónenme. Algún día regresaré a casa y verán el hombre exitoso que soy.”

La mujer de cabello oscuro, dejó caer unas lágrimas por sus mejillas, entendiendo que su hijo había huido de casa.

*Fin del Flashback*

 

 

El joven conductor, dejó salir un enorme suspiro, mientras sus molestos pasajeros abandonaban el vehículo.

Abandonó su hogar en busca del éxito propio y el goce de su libertad, mas lo que encontró fue dificultades y demasiados retos que terminaron asfixiándolo y obligándolo a conducir ese viejo taxi todos los días, en busca de dinero para poder sostenerse en una ciudad que le seguía negando el éxito.

 

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.