Después del Caos...

Correr Para Vivir

A/N: Largo tiempo sin actualizar. Gracias por continuar leyendo; ténganme paciencia que así pasen mil años, no abandonaré mis historias...

 

El sonido del agua caliente hizo eco en la cocina de la residencia, llenando la fina taza de loza, que había sido colocada sobre la mesa. El silencio de los demás empleados, presentes, no ayudaba a alzar el ánimo sombrío que se vivía por todos los alrededores.

Más de una hora había pasado desde que los residentes y dueños de la casa, hicieron su arribo con los rostros desesperados, llevando en brazos a uno de los dos muchachos habitantes en la misma residencia, y el otro, siguiendo a pocos pasos de distancia a la horda de adultos que subían por las escaleras, buscando recostar al desfallecido muchacho en su cama, mientras el doctor, que había sido llamado de emergencia, hacia su arribo.

Nadie se atrevía a decir una sola palabra, ni mucho menos hacer especulaciones sobre los posibles escenarios que desencadenaron en el desvanecimiento del muchacho, y la caravana de personas que regresaron a la residencia.

-yo lo llevo Sra. Mun – Minwoo detuvo a la mujer en cargada de la cocina, tomando él mismo la taza de té que había sido ordenada para calmar los nervios de su mortificado esposo, quien se encontraba en la habitación de su hijo, sujetando su mano mientras el doctor terminaba de hacer su trabajo.

La mujer asintió con la cabeza, dando una mirada humilde en dirección de un rincón oscuro en la cocina, donde la pequeña abertura de una puerta, escondía al muchacho que había optado por observar de lejos todos los movimientos de los adultos en la residencia.

-hablaré con él más tarde – susurró Minwoo a la mujer, calmando la preocupación que llevaba en su rostro.

El camino hacia la habitación de su hijo fue poco tenso para la cabeza de la familia Lee-Kim, quien tuvo que soportar la mirada perforante de su madre, que se rehusaba a abandonar la residencia de su hijo, hasta que el doctor diera noticias sobre la condición de su nieto.

Minwoo sabía que no solo HyeSung retenía a su madre en su casa; todavía estaba pensando en la mejor explicación para el comportamiento de Eric, y el caos que se desarrolló fuera de la de la residencia de sus padres. El desvanecimiento de HyeSung le había comprado algo de tiempo, pero ni aún así podía pensar en un brillante argumento en defensa de Eric.

-ah! Sr. Lee, justo iba a darle indicaciones a su esposo – el doctor Kang mostró su sonrisa amable, mientras el joven padre alcanzaba la taza de té caliente a manos de su esposo.

-cómo está HyeSung? Doctor – Minwoo fue directamente al asunto, colocando una mano consoladora sobre el hombro de su esposo, sentado en la cama al lado de su hijo.

-está bien, solo sufrió un ataque por estrés, el chico debe haber pasado por un momento de mucha presión; dejen que descanse hoy y mañana, y estará bien – respondió el doctor que absoluta seguridad, dando una mirada dulce en dirección del muchacho que aún dormía en la cama, gracias a los medicamentos suministrados por el galeno.

El rostro de Dongwan se mostró más aliviado, liberando una de sus manos que sostenía la taza de té, para acariciar amorosamente el cabellos de su durmiente hijo.

-así lo haremos doctor, gracias por venir – Minwoo despidió al galeno, acompañándolo escaleras abajo hasta la puerta de salida de la residencia.

Dongwan permaneció con HyeSung, observando su rostro durmiente, mientras una parte de él se sentía culpable por haber causado esa reacción en su hijo.

-sabía que te pondrías así… hey, fueron muchos factores los que casi provocaron que a HyeSung le diera un infarto… - Minwoo trató de bromear con su esposo, una vez de regreso a la habitación, huyendo de la mirada cuestionadora de su madre.

-no digas eso ni de broma! Mira lo qué le hicimos a mi niño – Dongwan observó con ternura y compasión al muchacho en la cama, acariciando sus mejillas que ya habían abandonado su pálida tonalidad.

-no exageres, el doctor dijo que está bien… ahora acompáñame, todavía tenemos que darle una explicación a mamá… - Minwoo tomó la mano de su esposo, levantándolo de la cama en un suave movimiento.

El rostro de Dongwan perdió la expresión, recordando la otra parte del incidente de horas antes. Su preocupación por su hijo, le había hecho olvidar que tenía un problema aún mayor, esperando por él y su esposo en la primera planta de su residencia.

Fue un milagro que la matriarca de la familia Lee, haya abandonado la residencia de su hijo con una simple explicación sobre el caos que se desató el día entero. Minwoo había sido muy creativo en acomodar todas las situaciones en un suceso de eventos que afectaban no sólo a HyeSung, sino también a él y a su esposo, Kim Dongwan.

imagínate cómo se sintió Dongwan cuando HyeSung le habló de sus padres y de una posibilidad de que los separaran”. El tono dramático de Minwoo, había terminado por convencer y despedir a su madre en la puerta de su residencia.

Claro está, ninguno de los esposos Lee-Kim, intuía que la matriarca de la familia, en realidad había presenciado, desde lejos, el pequeño caos que se desarrolló a las afueras de su residencia.

 

 

El reloj marcaba casi las 10PM, los rostros cansados de ambos esposos, despedían a toda la servidumbre que se disponía a retirarse a sus habitaciones. Había sido un día muy cansado para todos. Minwoo y Dongwan solo querían alcanzar la puerta de su habitación, relajar los músculos de sus cuerpos en una ducha caliente y envolverse en el calor de sus sábanas, hasta el día siguiente.

Pero había algo que aún inquietaba a Minwoo, y que lo llevó a regresar a la cocina y escanear cada rincón del lugar, hasta encontrar aquella pequeña abertura en una de las alacenas.

-ahí estás… - pronunció Minwoo con suavidad, dirigiendo una mirada al muchacho que se encontraba encogido sobre el piso de la pequeña alacena.

-lo siento, me quedé dormido! - Eric se puso de pie inmediatamente, alarmado al haber sido descubierto en lo que pensó sería un buen escondite por el resto de la noche.

-el doctor dijo que HyeSung está bien, le dio unos calmantes que lo tendrán dormido toda la noche – el jefe de la familia Lee-Kim, informó de la condición de su hijo, esperando una reacción del novio de éste; pero Eric solo bajó la mirada, dubitativo a cómo debía responder sobre el tema.

Eric había estado preocupado por la condición de HyeSung, desde que sus ojos lo vieron desmoronarse en los brazos de su padre; pero su orgullo y el dolor por sentirse ligeramente traicionado, lo mantenían distante de todo el movimiento en la casa, oculto en un rincón donde podía oír y observar cómo la situación iba tomando control y el estado de salud de su novio mejoraba.

-sé cómo debes sentirte, pero ponte en la situación de HyeSung; con mucha seguridad, estaba tratando de evitar pelear contigo antes de tu cumpleaños, ya sabes como es – Minwoo finalizó sus palabras con una sonrisa, tomando al muchacho oculto en la alacena por los hombros, guiándolo hasta la mesa en el centro de la cocina.

Eric apretó los labios, no muy seguro si debía abrir todos sus pensamientos al padre de su novio. Aunque por muchos años, Minwoo también había representado una figura paternal para él.

-no me hubiese enojado si me lo contaba… de todos modos ese idiota de Park Junjin era muy obvio… - el muchacho masculló sus palabras, totalmente inadvertido de su sinceridad. Sus labios se sellaron inmediatamente, abriendo los ojos más allá de su tamaño natural, concentrando su mirada en el padre de su novio.

Minwoo sonrió, retrocediendo sus pasos hasta el refrigerador, de donde sacó una botella de agua, regresando luego a la mesa.

-no es malo sentir celos de la persona que amas, pero no dejes que te gobierne y arruine eso especial que tienes con HyeSung – el mayor vertió el contenido de la botella de agua en el vaso frente al menor.

-no son solo los celos… HyeSung debió haber confiado en mi – Eric se sintió más cómodo vertiendo sus sentimientos con el hombre que lo había criado como un padre.

-HyeSung es mi hijo, pero voy a ser imparcial en este asunto, y tienes razón, él hizo mal en no contarte lo de la confesión de Junjin

Sorprendió a Eric que Minwoo estuviera de su parte, y a la vez lo hizo sentir una calidez en su pecho. Habiendo perdido a su padre biológico a temprana edad, Eric veía en Minwoo la figura paternal que tanto añoraba. Ambos esposos Lee-Kim, habían criado a Eric como parte de su familia, pero había una conexión aún más especial entre el muchacho y la cabeza de la familia Lee-Kim.

-HyeSung y tú aún son muy jóvenes, tienen mucho que aprender; perdonar, es muy importante en una relación, así como la comunicación y confianza… - Minwoo colocó una mano amiga sobre el hombro del muchacho en la mesa, fijando su mirada en sus ojos.

Eric detuvo sus pensamientos por breves minutos, ordenando sus ideas y recapitulando cada evento desde la aparición de Park Junjin en sus vidas. Finalmente, el muchacho dejó escapar un suspiro de entre sus labios.

-las medicinas lo tendrán dormido toda la noche, pero puedes dormir en su habitación, si quieres, y hablar mañana con él – continuó el mayor, animando al muchacho a hacer las paces con su novio.

Eric asintió con la cabeza y la mirada baja, terminando los últimos sorbos del vaso de agua en la mesa.

-pero no se lo hagas fácil… - aconsejo la cabeza de la familia Lee-Kim, sonriendo al muchacho que ya se encontraba camino fuera de la cocina, en dirección de la planta superior de la residencia.

El menor devolvió la sonrisa, acelerando sus pasos escaleras arriba.

 

 

Una nueva mañana alumbró en la residencia de la familia Lee-Kim; Dongwan, como siempre, fue el primer habitante de la enorme mansión en despertar, cobijando su cuerpo con la bata de seda al pie de la cama que compartía con su esposo, dirigiendo luego sus pasos fuera de la habitación, atravesando el corredor hasta dar con la puerta de la habitación donde debía estar durmiendo aún su preciado hijo.

Dongwan esperaba encontrar a HyeSung aún dormido bajo efecto de los calmantes suministrados la noche anterior, pero fue sorprendido con una habitación vacía, dejando colar el frío por medio de las cortinas bailantes en las ventanas abiertas de par en par. Un escalofrío se apoderó del joven padre, sus ojos buscaron, inmediatamente, alrededor de toda la habitación, hasta detenerse en las manchas rojas entre las sábanas de la cama.

El corazón de Dongwan se detuvo.

-MINWOO!! MINWOO!!

El joven padre corrió de regreso a su habitación, encontrándose con el mismo vacío en la habitación de su hijo. Sus piernas se volvieron gelatina, avanzando unos pasos en dirección de la cama, en donde un bulto debajo de las sábanas, dejaba entrever lo que parecía ser mechones de cabellos en color castaño.

-NOOO!!! - el cuerpo de Dongwan perdió fuerzas, observando el cuerpo inerte y sin vida de su esposo, una vez que sus manos removieron las sábanas que lo cubrían.

Desesperación y dolor se adueñaban del joven padre. Era su culpa. Había fallado. Doce años atrás se prometió a sí mismo que cuidaría con toda su vida al bebé que sacó de aquel departamento donde sólo vivió entre mentiras. Ahora todo estaba perdido, y había arrastrado en su desgracia al hombre que aprendió amar con el paso del tiempo.

El grito desgarrador salió desde lo más profundo del interior de Kim Dongwan, pero el sonido en su garganta se hizo mudo; de pronto, sus labios estaban sellados, sus manos atadas aunque no habían cuerdas que las sujetaran; sus ojos doblaron su tamaño, observando el pequeño cuerpo del niño que yacía sobre la alfombra, empapándola en una enorme mancha roja.

-no puedes huir por siempre Kim Dongwan… - la voz grave hizo un enorme eco en los oídos del joven padre.

Una potente sombra oscura se hizo presente al lado de Dongwan. Su alma abandonó su cuerpo. Lágrimas caían por sus ojos, pero sus gritos no podían ser oídos. Todo oscureció, pero el joven padre aún podía ver como la sombra oscura dirigía sus pasos en dirección del pequeño cuerpo en la alfombra. Trató de usar toda la fuerza de sus pulmones para protestar contra la sonrisa maliciosa del hombre, cuya enorme mano levantaba el cuerpo del niño del piso.

Su corazón de desgarraba, su garganta ardía, desesperado por dejar salir su voz y abrir sus ojos. Era como lo había imaginado aquel día, horas antes de tomar, quizás, una de las decisiones más importantes en toda su vida.

-creíste que podía correr y huir de mi, fácilmente? - el hombre oscuro reía con tono macabro, alejando sus pisadas por un camino oscuro, arrastrando aún en su mano derecha el pequeño cuerpo sin vida.

Dongwan no pudo más, su corazón explotó, las fuerzas lo abandonaron por completo, el dolor se apoderó de él hasta el punto de hacerlo colapsar sobre la alfombra.

Había fracasado. Todos estos años, correr no sirvió de nada.

Había fracasado.

-Dongwan?… Dongwan despierta! - una débil voz a lo lejos llamaba su nombre.

Pero tenía aún sentido?

-Dongwan!… Kim Dongwan!! - el joven padre sintió un tirón en su camisa, obligándolo a elevar su pecho sobre la cama.

-Dongwan! Despierta! Despierta, maldición! - la voz se hizo más enérgica, combinándose ahora que pequeños golpes sobre las mejillas del joven padre.

-Kim Dongwan! Kim Dongwan!! - un último esfuerzo de parte de la voz que se oía más desesperada.

Los ojos del joven padre se abrieron en un exalto, ahogándose en las lágrimas que había estado derramando en su inconsciencia. Su mirada cayó en el rostro alarmado de su esposo, levantándose de un salto, ante la realización que todo había sido nada más que una pesadilla.

Una muy terrible pesadilla.

-HyeSung… HyeSung… - su voz salió agitada en un susurro.

-está durmiendo en su habitación, vine a verte cuando te oí gritar desde aquí – respondió Minwoo, envolviendo a su esposo entre sus brazos.

-fue… fue tan real… - las lágrimas caían a borbotones por los ojos del joven padre.

-todo está bien, tranquilo, todo está bien – consoló Minwoo, dejando amorosos besos en el cabello de su esposo.

Habían pasado años desde la última vez que Dongwan tuvo una pesadilla como esa. El terror se apoderaba de él, ante el presentimiento que ese terrible sueño podría ser una advertencia.

 

 

El sonido de sus tacones se oían con fuerza por los corredores, hasta detenerse en la última puerta al final del corredor; dos hombres la acompañaban, con trajes oscuros y rostros serios, revisando el lugar con discreción bajo la protección de sus anteojos oscuros.

Tocó la puerta de la oficina, no sin antes dar una vista por sus lados, asegurándose de la no existencia de curiosos o gente común pasando por el corredor. Sabía en el tipo de lugar que se encontraba, y ciertamente no era un lugar que sus conocidos elegirían para socializar, pero de todos modos quería asegurarse de no encontrar testigos que la pudiesen meter en problemas más adelante; no es que pensase que sus planes podrían no resultar bien tampoco. Era solo un seguro, por si acaso.

-buenos días Sra. Park – saludó el hombre de aproximadamente cuarenta años de edad, dando un breve apretón de manos a la elegante mujer, señalando con la mano libre la silla frente a su escritorio.

-tiene todo listo? - la mujer no quiso dar más preámbulos, yendo directamente al asunto que la había traído a primera hora de la mañana a la oficina ubicada en un viejo edificio del lado oeste de la ciudad.

La oficina era pequeña, alumbrada con luz tenue en medio de las ventanas herméticamente cerradas, decorada con cientos de papeles alrededor y una que otra fotografía familiar.

-aún necesito algunos favores de mis amigos del juzgado penal, pero todo va según lo planeado – respondió el hombre, inclinándose sobre su escritorio hasta alcanzar una carpeta amarillenta, ofreciéndola con ojos satisfactorios a la elegante mujer.

-según lo planeado, ya deberíamos estar procediendo con la segunda parte del plan – replicó la mujer sin ningún tipo de emoción en su tono de voz, abriendo con cuidado la carpeta en sus manos.

-dije que podía hacer el trabajo, nunca acordé en cumplir plazos – respondió el hombre, fijando su mirada en el anillo de diamantes que resplandecía en la mano izquierda de la mujer.

La oficina quedó en silencio, mientras la mujer revisaba con cuidado cada detalle de los documentos en la carpeta amarillenta. Sabía lo que quería y sus ansias por una justa venganza la estaban llevando a dar pasos que nunca imaginó; pero a la vez la parte correcta en ella, le decía que debía tener cuidado y guardar un seguro en caso algún detalle escape de sus manos. No tenía idea de con qué estaba tratando, pero sus presentimientos le avisaban que podría ponerse demasiado peligroso en algún momento.

Era mejor guardar un salvavidas.

-dos semanas… y enviaré a mi asistente la próxima vez – la mujer cerró la carpeta en sus manos, dando una mirada severa al hombre del otro lado del escritorio.

-una vez más, yo no prometo plazos; pero haré lo que pueda. Claro que la prisa genera más gastos – el hombre sonrió, con los ojos resplandeciendo en el brillante anillo de la mujer.

-sólo haga su trabajo, del dinero se encarga Jae – la mujer dejó caer la carpeta sobre el escritorio, asegurándose que se mano izquierda hiciera un grácil movimiento que luciera con más esplendor el anillo que, a pesar de su divorcio de varios años atrás, aún seguía usando. No por motivos sentimentales por supuesto, sino por la vanidad personal de ser la dueña de tan costosa joya.

No hubieron más palabras. La mujer salió del viejo edificio, aún escoltada por los dos hombres de negro, a quiénes pudo al fin despedir, luego de abordar un taxi local que la dejó en un café en el camino, desde donde caminó un par de calles más hasta el estacionamiento privado donde se había dejado estacionado su auto esa mañana.

Era muy importante no dejar rastros de haber sido vista en un lugar como en el que estuvo.

No es que pensara que algo podría salir mal, sólo era un salvavidas.

-Señora, llegará tarde para la reunión con los proveedores – habló la otra mujer en el vehículo, quien llevaba esperando veinte minutos por el arribo de su jefa.

-como si me importara – respondió la mujer, desatando la fina bufanda en color azul marino, que había estado protegiendo su cabello y parte de su rostro, todo el tiempo.

La joven en la parte delantera del vehículo, encendió el motor e inició marcha a las oficinas de Lee & Family.

 

 

Sus ojos se abrieron instantáneamente, como si acabara de despertar de una especie de hipnotismo; su cuerpo se sentía ligero, como si todo el cansancio se hubiese desvanecido de un momento a otro. Y se sentía muy bien. Una sonrisa se dibujó en su rostro, elevando la parte superior de su cuerpo, hasta quedar sentado sobre la cama; ya era de mañana y las luces en su habitación resplandecían hermosamente. Cerró los ojos, disfrutando el sublime momento, y de pronto todo regresó a sus memorias.

Cada segundo de lo vivido la noche anterior.

Cada palabra dicha.

Cada uno de los rostros que lo rodeaban, haciendo que su corazón se acelerara.

Y la expresión sublime en su rostro, se volvió aterrada.

O avergonzada.

Siempre sobre-protegido y mimado por sus dos appas, no ayudaba mucho a la imagen fuerte e independiente, que quería comenzar a construir, el haberse desmayado en frente de casi todos los habitantes de la mansión Lee. Un desmayo provocado por las muchas emociones desarrolladas en un mismo día.

Y nuevamente su corazón se exaltó.

-ERIC!! - salió de la cama en un salto, olvidándose de las pantuflas acomodadas perfectamente a su lado, decidido a emprender marcha hacia la persona por la que estaba más preocupado.

-qué!? Qué pasa!?

Antes que pudiera llegar a la puerta de su habitación, y con el cabello aún alborotado, su cuerpo se congeló ante la imagen de la persona, cuya cabeza se asomaba por el respaldar del sofá en medio de la habitación.

Detuvo su respiración por unos segundos, hasta reaccionar por completo.

-qué haces aquí? - no quería sonar rudo, pero la presencia de su novio en su habitación, lo había tomado muy por sorpresa. Claro, si es que Eric aún quería seguir siendo su novio.

-tu Minu appa dijo que podía dormir aquí y esperar a que pasara el efecto de los calmantes que te dieron anoche – explicó Eric calmadamente, levantándose del sofá, doblando los cobertores que lo habían abrigado durante casi toda la noche.

HyeSung se mostró aún más confundido.

-no te acuerdas de lo de anoche? - interrogó Eric, colocándose a pocos pasos de distancia del bello adolescente.

El rostro de HyeSung comenzó a tornarse del color de un tomate. Sus mirada bajó hasta fijarse en sus pies descalzos.

-lo siento… - murmuró con pena y temor.

-no estoy enojado por ese idiota… bueno, sí, quizás un poco celoso, pero tampoco es como si fuera novedad… - Eric había pasado toda la noche ensayando un discurso elocuente y firme que hiciera saber a su novio su descontento con el desarrollo de los hechos, pero simplemente las palabras se mezclaban en su cabeza cada vez que HyeSung estaba cerca.

-no quería arruinar tu cumpleaños – respondió HyeSung, ahora con la mirada fija en los ojos de su aún, gracias a Dios, novio.

-me irrita más que no hayas confiado en mi y me lo hayas dicho antes… solo necesitaba saberlo de tus labios, no hubiese hecho nada… ok, quizás habría golpeado en la cara a ese idiota, pero ya es vieja historia porque ya lo hice en frente de todos… - las últimas palabras de Eric salieron sin fuerza, reflexionando en su proceder de la noche anterior.

-creo que metí a todos en problemas… - el tono de voz de HyeSung sonaba con culpa.

-nada que tus appas no puedan resolver… - Eric tomó la mano derecha de su novio entre las suyas, sorprendiéndolo hasta llevar sus ojos a conectar con su mirada sincera.

-no quiero que haya secretos entre nosotros, nunca más – esta vez, el tono de voz de Eric, era el correcto que había ensayado en las largas horas de la noche.

HyeSung esbozó una pequeña sonrisa, asintiendo con la cabeza mientras era envuelto en los brazos de su novio. Un dulce beso selló el trato entre los dos adolescentes, obligándolos a separarse luego de unos segundos, cuando el sonido fuerte de la puerta de la habitación golpeó contra la pared interna.

-HyeSung! HyeSung!… oh por Dios, estás bien!! - un desesperado Kim Dongwan, sorprendió a los dos muchachos, quien no demoró en reclamar a su hijo en sus brazos, asfixiándolo por breves segundos.

-no durmió bien, después del incidente de anoche – explicó Minwoo a los asustados chicos, teniendo un momento difícil para liberar a su hijo de los brazos de su alterado esposo.

Los ojos de Dongwan estaban aún rojos y llenos de lágrimas, evidenciando el momento de terror por el que había pasado minutos antes.

-lo siento, lo siento… - Dongwan despertó de su trance, limpiando su rostro furiosamente con ambas manos.

-está bien Wannie, vamos a arreglarnos; ustedes continúen con lo que estaban haciendo – habló Minwoo, guiando a su esposo fuera de la habitación.

-eh… NO! Tú a la ducha, y tú ve a tu habitación… serviremos el desayuno dentro de una hora – detuvo el joven padre sus pasos, recordando la actividad previa de los chicos, que había sido interrumpida por la presencia de su esposo.

Eric y HyeSung se observaron confundidos, mientras los mayores terminaban por salir de la habitación.

 

 

Una hora después y tal como lo había ordenado la cabeza de la familia Lee-Kim, los empleados de la casa comenzaron a reunirse en el comedor, no solo para preparar la mesa para la familia de la casa, sino para acompañar, por un breve momento, la pequeña celebración en honor del dueño del cumpleaños del día. Era una costumbre que se había desarrollado casi desde que Eric y su madre se mudaron a la residencia de la familia Lee-Kim.

La Sra. Mun, ingresó al enorme comedor, colocando el pastel, que ella misma había preparado, al centro de la mesa.

-todavía no están aquí los chicos? - la voz de Minwoo ingresó por una de las puertas, seguido a cortos pasos por su esposo, quien todavía estaba un poco perturbado por la pesadilla de la mañana.

Antes que alguien pudiera responder, los pasos acelerados de HyeSung y Eric hicieron eco en el salón.

-lo siento! Estaba dándole su regalo de cumpleaños a Eric – se disculpó HyeSung delante de su padre, haciendo una pequeña reverencia.

-espero que haya sido algo físico, y me refiero a un objeto sólido envuelto en papel de regalo! – remarcó Minwoo, provocando sorprendidas risitas entre los empleados de la residencia.

El rostro de HyeSung hizo juego perfecto con las cerezas que adornaban el pastel de cumpleaños de su novio.

-ya deja de molestarlos… - susurró Dongwan detrás de su esposo, adelantando sus pasos hasta tomar a su hijo por los hombros, dirigiéndolo a su asiento en la mesa.

Y como era costumbre, Eric tomó el asiento a la cabecera de la mesa, donde luego se reunieron todos los empleados alrededor, entonando la canción de cumpleaños para el muchacho.

Por un breve momento, el ambiente tenso de la noche anterior se disipó, olvidándose todos de la posible tormenta que estaba por desatarse, una vez que la matriarca de la familia Lee, quien tuvo que acompañar a su esposo a un viaje de emergencia, orquestado secretamente por el abuelo Lee para dar más tiempo a su hijo y nieto de elaborar una perfecta historia para toda la escena vivida en la mansión principal, regresara a la ciudad.

-pide un deseo y sopla las velas hijo – la Sra. Mun dio un amoroso beso en la frente a su hijo, observándolo con ternura mientras éste cerraba los ojos, haciendo algunos movimientos con sus labios, antes de soplar las velas ante los vítores y aplausos de todos los presentes.

-feliz cumpleaños Eric, 16 es una edad que nunca olvidarás – felicitó Minwoo primero al cumpleañero, seguido luego por su esposo e hijo.

Los empleados de la residencia se retiraron pronto, continuando sus labores del día mientras la familia Lee-Kim disfrutaba aún del desayuno.

-y que tienen planeado para hoy? - inició Minwoo la conversación, dando una breve mirada a la expresión de su esposo, que aún lucía perturbada.

-iremos a los videojuegos y luego al cine! – respondió HyeSung con excesivo entusiasmo.

-al cine?… Sang Ryul irá con ustedes – habló Minwoo con tono firme, recordando la última vez que su hijo y su novio estuvieron a solas en la oscura sala de un cine.

-appa! Prometiste que confiarías en nosotros! - replicó HyeSung, con la boca llena de un pedazo del pastel de cumpleaños.

-en ustedes confío, en sus hormonas no – respondió el joven padre, dando otra evidente mirada en dirección de su esposo, quien no había dejado de observar a su joven hijo.

-Wannie appa, estás bien? - la mirada concerniente de Minwoo delató a su esposo, quien ahora tenía la atención de los dos muchachos en el comedor, fijas en él.

Dongwan pareció despertar de un trance, observando confundido a su alrededor, buscando por una explicación a su silencioso comportamiento.

-estás pensando en la reunión de hoy? Ya te dije que no te preocupes, todo saldrá bien – intervino Minwoo en ayuda de su esposo, dándole la perfecta salida para escapar de la curiosidad de los muchachos.

-e-es algo importante, tengo que presentar mi proyecto con los proveedores – continuó Dongwan la conversación con su esposo, relajándose un poco al concentrar sus pensamientos en el trabajo del día.

-confío en ti – sonrió Minwoo, colocando una mano sobre la de su esposo.

Los dos muchachos lucieron más relajados, volviendo a sonreír segundos después, llenando la mesa con sus voces, sonrisas y pequeños intercambios de palabras.

 

 

Un par de días después y luego de regresar al ritmo tranquilo en la residencia Lee-Kim, los jóvenes esposos abandonaban su residencia como todas las mañanas, despidiendo a su amado hijo y al novio de éste, quiénes ya regresaban a la escuela, luego de unos días de relajo en los que ambos disfrutaron todo el tiempo que podían juntos.

-hablé con la Sra. Liu anoche, me dijo que hoy llegaba tu nueva secretaria – habló Dongwan dentro del vehículo que transportaba a la pareja a las oficinas de Lee & Family.

-voy a extrañar a la Sra. Liu, pero entiendo que quiera pasar más tiempo con su familia, respondió Minwoo a su esposo, sin quitar los ojos de su teléfono celular, en donde revisaba su correo corporativo del día.

Y mientras los esposos Lee-Kim se encontraban de camino a su rutina habitual en la empresa de la familia, HyeSung y Eric abordaban el vehículo que los llevaría de regreso a su propia rutina habitual en la escuela.

-Shin HyeSung, el director quiere hablar contigo – se dirigió una de las maestras de la distinguida escuela, al muchacho que acababa de descender de su vehículo.

HyeSung asintió obedientemente, separándose de Eric luego de pasar la reja principal de ingreso a la escuela.

-tengo una tarea especial para ti el día de hoy – anunció el director de la distinguida escuela, una vez que el muchacho ingresó a su oficina.

HyeSung prestó mucha atención, mientras el director se dirigía hacia el pequeño salón de conferencias ubicado al lado de su oficina, trayendo con él a un muchacho de alrededor su misma edad, vistiendo también el uniforme de la distinguida escuela.

-él es Jason… mmm… SunHo, Lee SunHo, alumno transferido de Francia – presentó el director al muchacho de apariencia adorable.

HyeSung se levantó de su asiento, ofreciendo un apretón de manos cortes al recién llegado nuevo alumno de la institución educativa más prestigiosa de todo Seúl.

-quiero que le muestres toda la escuela y lo hagas sentir como en casa – habló una vez más el director, dando permiso a los dos estudiantes de retirarse de su oficina.

HyeSung lideró el camino hasta que los dos muchachos se encontraron en el patio principal de la escuela.

-así que… SunHo, eh? - inició el bello muchacho la conversación, queriendo eliminar los formalismos.

-Andy, prefiero que me llamen Andy – respondió el adorable muchacho, observando admirado los alrededores de la imponente escuela.

El recinto era más enorme que la primera vez que acompañó a sus padres para su registro.

Los dos muchachos compartieron una cálida sonrisa, pasando casi inmediatamente de perfectos extraños a muy buenos amigos.

-bien! Listo para el tour? - volvió hablar HyeSung, tomando al adorable muchacho de la mano, emprendiendo una rápida marcha por los lugares, que él consideraba, eran los más interesantes dentro de la imponente escuela.

Una hora después y casi sin energías, los dos muchachos se detuvieron cerca del gimnasio, donde el equipo de baloncesto de la escuela sostenía una nueva práctica para el torneo inter-escolar.

-woah! Esta escuela sí que es enorme! Creo que nos llevará todo el día terminar de recorrerla – habló Andy, recibiendo en una mano la bebida que era alcanzada por su bello guía.

-ya falta poco… este es el gimnasio de baloncesto, juegas? Nuestro equipo es el mejor de toda la ciudad! - remarcó orgulloso el bello alumno, recordando que su novio era el capitán del equipo, quien los había llevado a tres victorias consecutivas.

-no, no juego… solía hacerlo pero, a mis padres no les gustó que me uniera al equipo – respondió con cierto de tono de melancolía el adorable muchacho, recordando la razón por la que sus padres le prohibieron acercarse al equipo de baloncesto de su ex-escuela.

-HyeSungie! HyeSungie! Viniste a verme!? - se oyó una voz alegre a lo lejos, interrumpiendo la breve conversación de los dos muchachos.

Las miradas de HyeSung y Andy buscaron al dueño de la emocionada voz, reaccionando ambos de manera diferente al rostro del muchacho que se acercaba casi corriendo hacia ellos.

-oh no! Está aquí, está aquí! Qué hago? - reaccionando Andy con evidente nerviosismo, pasando ambos manos sobre su cabello, una y otra vez.

HyeSung observó a su amigo, confundido.

-me vio? Me vio? Tengo que esconderme! - el adorable muchacho se ocultó detrás de unos arbustos, cerca de la banca donde segundos antes se encontraba descansando.

HyeSung no sabía cómo reaccionar ante el comportamiento del muchacho, al mismo tiempo que no sabía qué hacer con Park Junjin, que ya se encontraba cerrando la distancia entre ellos.

-HyeSungie! Estás aquí! - sonrió ampliamente Junjin, feliz de ver al bello muchacho, luego de aquella noche en la mansión de la familia Lee.

-SORPRESA!!! - sorprendió una voz alta y efusiva, deteniendo los movimientos de Junjin, antes que sus brazos pudieran aprisionar al bello muchacho frente a él.

HyeSung observó confundido el rostro alegremente resplandeciente de Andy, cuyos ojos estaban fijos en el rostro impactado de Park Junjin.

-A… Andy? - fue todo lo que pudo pronunciar Junjin, observando el rostro emocionado de su ex-novio.

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.