Dejar Ir

Correr Para Vivir

 

Dongwan observaba con tristeza a la personita que dormía a su lado, después de haber gastado sus energías en largas horas de llanto. Un suspiro escapó de labios del joven padre. Los recuerdos de lo ocurrido durante la noche, habían logrado quebrantar su fortaleza.

Sabía que ahora estaba perdido.

Los guardias del hombre con el que solía vivir, de seguro ya habían requisado su habitación, y llevado todo el dinero y pertenencias del joven padre y el pequeño niño que dormía con una expresión dolorosa en el rostro.

Partía más el corazón de Dongwan, ver a su hijo sufrir. Sufrir por culpa de un hombre que no tenía el más mínimo de escrúpulos. Un hombre que de seguro hubiera terminado con sus vidas, si continuaban viviendo bajo el mismo techo.

Dongwan abrazó con fuerza al niño, recordando el terrible secreto que había descubierto en casa de su esposo. Un secreto que originó la huída de Dongwan, y la búsqueda del bienestar del niño que sostenía en brazos.

-perdóname Sungie, algún día cuando seas grande… entenderás todos nuestros sacrificios… - susurraba Dongwan, abrazando cada vez con más fuerza al niño.

-Sr. conejo… - lágrimas empezaron a escapar por los ojos del niño.

Dongwan frotó con suavidad la espalda de su hijo, tratando de calmarlo y que no despertara nuevamente. Ya le había costado horas, hacer que el niño dejara de llorar por su muñeco perdido.

Para fortuna de Dongwan, HyeSung retornó a su silencio, entregándose al sueño por completo.

El joven padre dio un beso en la frente de su bebé, recostándolo de regreso sobre la cama. Una cama que por el momento era prestada. Su único refugio aparente, desde que logró huir de los hombres que lo perseguían.

Dongwan dejó salir otro suspiro, dando una vista panorámica al interior de la habitación.

Era un cuarto pequeño y modesto. Más pequeño de lo que Dongwan alguna vez se imaginó, para un departamento de soltero. Pero ahora era un refugio para él y su pequeño hijo. Un refugio donde de seguro nadie lo encontraría.

Los ojos de Dongwan cayeron repentinamente, en la persona que permanecía a pocos metros de distancia, sentado en la mesa de la cocina, bebiendo su segunda copa de licor.

Dongwan no podía culpar a esta persona por beber licor delante del niño que dormía en la habitación; sabía que el shock había sido el doble para esa persona. No todos los días te encuentras en medio de una persecución por tu vida.

Los minutos pasaron y Dongwan era muy conciente, que debía una explicación a esa persona. Pero cómo explicar lo que le estaba pasando sin asustar al joven taxista?.

Era el segundo momento más duro en toda su existencia. Y Dongwan iba a correr el riesgo.

 

 

Las dos copas brillaban sobre la mesa. Habían pasado sólo minutos desde que Dongwan se acercó a su amigo, tomando asiento en la mesa donde éste había permanecido, desde que llegaron a su departamento. El silencio era incómodo y ninguno de los dos hombres se animaba a romperlo.

-no me vas a contar qué fue eso? – finalmente, Minwoo rompió el silencio, mirando fijamente el rostro de Dongwan.

-sé que te debo una explicación… pero no sé cómo empezar, sin que entres en pánico – respondió el joven padre, tomando de un sorbo la bebida sobre la mesa.

-tan malo es?... por qué esos hombres querían llevarse a HyeSung? – presionó Minwoo, interesándose más, en la historia detrás de la mágica aparición del joven padre y su hijo, en su vida.

Dongwan permaneció en silencio, la vista fija en la copa en su mano, buscando las palabras exactas que pudieran explicar el terrible momento por el que estaba pasando.

Minwoo vertió más licor en la copa del joven padre, esperando que esto le ayudara a darse valor para continuar su relato.

-necesito más tiempo… - habló Dongwan con voz débil, presionando la copa en sus manos.

Minwoo asintió silenciosamente con la cabeza, dando una mirada al niño que dormía en su cama.

-sólo por él no te haré más preguntas… - habló Minwoo luego de unos minutos, disponiéndose a ponerse de pie.

-no… sólo unos minutos… dame sólo unos minutos – Dongwan retuvo a Minwoo, tomándolo por una mano, antes que pudiera abandonar la mesa.

Minwoo dirigió una mirada condescendiente a su amigo, regresando a su lugar en la silla, tomando luego la botella de licor y vertiendo un poco del líquido en su copa.

Los minutos que pasaron, parecían mortales.

-hace más de un mes que llevo huyendo de mi esposo… - habló finalmente Dongwan.

Le tomó a Minwoo todo su poder, para no caerse de la silla donde llevaba sentado un buen par de horas. La confesión de Dongwan lo había dejado en un gran shock.

-no es mi esposo legalmente… - añadió Dongwan con lentitud, mirando de reojo la expresión de shock de su amigo.

-cuando me pidió que viniera a América con él… me dijo que nos casaríamos y viviríamos como una pareja feliz… que idiota fui! – Dongwan dejó salir una risita ácida, a la mención de sus últimas palabras.

Minwoo volvió a tomar otra copa del licor barato, que había guardado por meses en la despensa de la cocina. Una bebida sólo para emergencias. Y ciertamente, esta era una.

-por años estuve esperando que cumpliera su palabra, pero siempre me decía que aún no era el momento o que estaba muy ocupado para programar la ceremonia… - continuó Dongwan, robando la copa de manos de Minwoo, bebiéndola de un sorbo.

-con el tiempo fui olvidando sus palabras… y me resigné a tratarlo como mi esposo… aunque en realidad era sólo su amante… - Dongwan rió con sarcasmo, tratando de robar otra copa de manos del joven taxista.

-hey! Piensa en tu hijo… no puedes embriagarte ahora! – regañó Minwoo, alejando la copa del alcance del joven padre.

Dongwan volvió a sonreír, dando una mirada al niño que continuaba durmiendo sobre la cama.

-todo lo hice por él… no puedo dejar que ese infeliz le haga daño… no a él… - pequeñas lágrimas escaparon de ojos de Dongwan, mientras continuaba observando a su hijo.

-que fue lo qué pasó? – se atrevió a lanzar Minwoo la pregunta, colocando una mano sobre la mano del joven padre, trayendo su atención de regreso a él.

Dongwan suspiró profundamente para tomar valor.

-mi esposo cometió un crimen… - susurró Dongwan… decidido a dejar salir por primera vez, el gran secreto que llevaba en su interior.

 

 

La mañana nueva los saludó, con un cielo despejado y el frío colándose por las ventanas. La habitación era pequeña y modesta, la calefacción no servía y el termóstato no era de mucha ayuda. HyeSung abrió sus pequeños ojos, cansados e hinchados de tanto llorar durante la madrugada, viéndose atrapado entre los brazos de su padre, que le brindaban todo el calor que necesitaba.

-appa… appa… - llamó el niño, clamando por libertad

Dongwan parpadeó un par de veces, abriendo los ojos completamente a insistencia del niño que luchaba por separarse de sus brazos.

-lo siento cariño… - habló Dongwan, liberando a su hijo

-frío… frío… - exclamó el niño, regresando a los brazos de su padre en un parpadear.

-ya ves por qué no quería soltarte? – rió Dongwan, acariciando el cabello del niño

-lo siento, hablaré con la Sra. Miles, para que repare la calefacción – la voz de Minwoo sorprendió a padre e hijo, quiénes voltearon sus miradas en dirección del joven taxista, de pie bajo el marco de la habitación.

-tío Minwoo! – exclamó el niño con una sonrisa, recibiendo otra en respuesta, por parte del pequeño muchacho.

Dongwan sonrió por dentro, al ver que su hijo había amanecido con buen humor. Pero la sonrisa se desvaneció, tan pronto como el rostro de su hijo cayó lentamente, y lágrimas empezaron a aproximarse por las esquinas de sus ojos.

-el Sr. conejo… - empezó a sollozar el niño, alertando  a los dos hombres en la habitación

-cariño… te compraré otro apenas pueda, si? – negoció Dongwan rápidamente, apoyando la cabeza de su hijo contra su pecho.

HyeSung empezó a sollozar con más fuerza.

-quiero al Sr. Conejo!!... Sr. Conejo!!! – lloró HyeSung con toda la fuerza de sus pulmones.

Minwoo empezó a preocuparse por que el llanto del niño despertara a todos los habitantes del pequeño edificio, de tan sólo siete pisos.

-cariño, lo siento… ya no podremos regresar… - Dongwan tomó al niño entre sus brazos, sentándolo sobre su regazo.

-Sr. Conejo!!!.... appa quiero al Sr. Conejooooo!! – HyeSung empezó a golpear con sus puños, contra el pecho de su padre, llorando cada vez con más fuerza.

A Dongwan se le volvió a quebrar el corazón, viendo el estado de su pequeño hijo. HyeSung tenía tan sólo cuatro años, y ya conocía el dolor de perder algo que era muy preciado para él.

-hey, tu appa te va comprar otro… no te preocupes… - se acercó Minwoo a la cama, colocando una mano sobre la cabeza del niño

-noo!! No quiero otro! Quiero al Sr. Conejo!! – exclamó HyeSung con fuerza, entregándose nuevamente al llanto.

Minwoo y Dongwan compartieron la misma mirada lamentable, resignándose a pasar las siguientes horas, en compañía del melódico llanto del niño.

 

 

Con un terrible dolor de cabeza, gracias a los minutos que tuvo que soportar, oyendo el llanto imparable del niño que ahora habitaba su departamento, Minwoo decidió salir a dar unas vueltas en su taxi, esperando que al regresar a casa, Dongwan haya logrado calmar a su hijo.

Mientras conducía por las calles que ya conocía, Minwoo no dejaba de pensar en la terrible confesión de Dongwan, hecha a horas de la madrugada. El joven taxista, entendía las razones de su amigo, para huir de casa, llevándose con él al pequeño niño que era sólo una inocente víctima, en medio de una gran tragedia.

Y Minwoo entendía también, la angustia de Dongwan, por querer regresar a su país de origen, en busca de un refugio seguro y un futuro de bienestar para su pequeño hijo.

Minwoo jamás se imaginó, verse envuelto en semejante historia. Por que ahora él también era parte de esa historia de huidas, habiendo ayudado a Dongwan a librarse de esos hombres que lo atacaron la noche anterior, y dando refugio al joven padre y su pequeño hijo, que habían quedado abandonados a su suerte, sin ningún lugar a donde ir, y sin los medios para continuar movilizándose por el país.

Minwoo compadecía a padre e hijo. Los compadecía por que su futuro ahora era incierto. Perdidos en medio de una ciudad que no conocían, sin dinero y ningún destino que les sea seguro.

-si tan sólo pudiera ayudarte Dongwan… - se dijo Minwoo en un susurro, apretando con fuerza el volante del auto.

-cómpramelOOOOOOOOOOOOOO!  - los gritos del niño en el asiento de atrás, despertaron a Minwoo de sus pensamientos.

-ya tienes demasiados juguetes! No, es no! – respondió la madre del niño, alcanzando una cantidad de billetes al taxista.

Minwoo recibió el dinero, aún sintiéndose mareado por el exabrupto del molesto niño.

-cómpramelo!! – insistía el niño, señalando el aparador de una tienda de juguetes, mientras era arrastrado por su madre por las calles.

Minwoo exhaló profundamente, agradeciendo que su HyeSung no sea tan mimado como ese niño. Su HyeSung?. El pensamiento trajo cierto nerviosismo al taxista, agitando la cabeza en diferentes direcciones, tratando de eliminar ese pensamiento. Sin embargo, los ojos del Taxista cayeron en el aparador señalado antes, por el niño que acababa de bajar de su taxi.

Minwoo sonrió dulcemente, observando el objeto que llamó poderosamente su atención.

-por qué no? – se dijo Minwoo, bajando del taxi.

 

 

-Sungie por favor… no me hagas esto… - gemía Dongwan por quinta vez, fallando una vez más en el intento de alimentar a  su hijo.

HyeSung había permanecido toda la mañana, silencioso, con la cabeza baja. La falta de su juguete preferido, estaba trayendo una gran depresión en el pequeño niño.

-Sungie tienes que comer algo o appa se pondrá muy triste – intentó Dongwan nuevamente, haciendo una mueca de llanto con su rostro.

HyeSung alzó la mirada ligeramente, colocando sus pequeños ojos cristalizados, en el rostro de su padre.

-una por appa… - sonrió Dongwan, apenas vio a su hijo alzar la mirada, alcanzando la cuchara de sopa a labios del niño

-no quiero… - sollozo HyeSung, bajando la mirada nuevamente, frotando sus ojos con ambas manos

-Sungie, tienes que comer… si no comes te enfermarás como aquella vez, recuerdas? – negoció Dongwan, sosteniendo la cuchara cerca al rostro de su hijo

HyeSung apretó los labios, girando luego la cabeza de lado.

Dongwan suspiró derrotado, dejando la cuchara dentro del plato de sopa, retirándolo luego de regreso a la cocina.

-ven acá… - el joven padre tomó a su hijo en brazos, sentándolo sobre su regazo.

-appa el Sr. Conejo… quiero al Sr. Conejo… - sollozo HyeSung en el pecho de su padre.

-Sungie lo siento… no pude hacer nada para rescatarlo – Dongwan besó el cabello del niño, presionándolo más contra su pecho.

La puerta del departamento se abrió, sorprendiendo a padre e hijo.

-interrumpo? – sonrió Minwoo, dando largos pasos hasta la mesa del comedor.

Dongwan dejó salir una escueta sonrisa, mientras continuaba frotando la espalda de su hijo.

-no hay mejoras eh? – señaló Minwoo al niño, que continuaba sollozando.

-era su favorito… - respondió Dongwan, dando otro beso en el cabello de su hijo.

-me permites? – habló Minwoo, estirando los brazos en dirección de HyeSung

Dongwan asintió con la cabeza, dejando que Minwoo tomara al niño en sus brazos. Automáticamente, HyeSung enroscó sus pequeños bracitos, en el cuello del taxista.

-ya campeón… ya va pasar – frotó Minwoo la espalda del niño, llevándolo hasta el pequeño sofá, en medio del departamento.

Dongwan sólo observó al taxista, sintiendo de pronto cierta calidez que no había sentido en años.

-sabes?... cuando yo era niño, también tenía un amigo… el Sr. Tortuga – habló Minwoo, tomando asiento en el sofá, con HyeSung aún enroscado a su cuello.

-el Sr. Tortuga y yo éramos inseparables, pero un día, el Sr. Tortuga enfermó… me puse muy triste… hasta que nunca más volví a verlo – continuó hablando Minwoo, sintiendo como HyeSung liberaba su cuello, acomodándose sobre su regazo.

-me puse muy triste cuando el Sr. Tortuga se fue… pero sabes… - se inclinó Minwoo sobre el oído del niño, como si estuviera a punto de decirle un gran secreto.

HyeSung limpió sus lágrimas con sus manos, prestando total atención al relato del taxista.

-una noche mientras dormía, el Sr. Tortuga apareció en mis sueños… y me dijo que no estuviera triste, por que él ahora estaba en el cielo de los muñecos de felpa – continuó Minwoo, mirando fijamente en los pequeños ojos del niño

 

 

Dongwan observaba al taxista, dejando salir una risita divertida, oyendo la historia que éste relataba a su pequeño hijo. El sentimiento cálido dentro de él, se hacía cada vez más intenso, conforme las lágrimas de HyeSung se desvanecían de sus ojos, y su mirada triste se transformaba en una mirada llena de curiosidad y asombro.

Dongwan volvió a sonreír, cuando el extraño pensamiento de sentirse por primera vez en su vida, en familia, lo rodeó.

Muchas veces, Dongwan deseó que su entonces esposo, jugara con HyeSung, de la manera que Minwoo lo hacía. Tener una familia era importante para él, y con la llegada de HyeSung, Dongwan pensó que su felicidad estaba completa. Más otro fue el resultado, cuando su esposo empezó a ignorarlo a él y el niño que cerraba el círculo de su felicidad. El espacio en su corazón que Dongwan había guardado, para dedicarlo a la familia que tanto deseó, poco a poco se fue opacando.

Pero ahora, mientras Minwoo seguía relatando una historia inverosímil al niño que era su tesoro más preciado, Dongwan podía sentir que ese espacio en su corazón, empezaba a ver la luz.

-sabes que es el cielo de los muñecos de felpa? – interrogó Minwoo al niño en su regazo

-es el lugar donde van todos los muñecos de felpa, cuando ya han cumplido su ciclo de hacer a un niño feliz… yo fui muy feliz con el Sr. Tortuga y me quedaron bonitos recuerdos de aquellas épocas – sonrió Minwoo, rodeando el cuerpo del niño con sus brazos.

-tío Minwoo… crees que el Sr. Conejo esté en el cielo de los muñecos de felpa? – finalmente HyeSung habló con voz tan suave como un susurro

-pero por supuesto! Cómo no va estar ahí, si se fue salvándote de esos hombres malos! – exclamó Minwoo, alzando el rostro del niño, enfrentando sus miradas.

-pero lo extraño… - susurró HyeSung nuevamente, acurrucándose en el pecho del taxista.

-sé que es difícil dejar ir a las personas que amamos… pero sabes – habló Minwoo una vez más, ganando nuevamente la atención del niño

-cuando un muñeco de felpa, como el Sr. Conejo, se va en sacrificio del bien del niño a su cuidado… el cielo de los muñecos de felpa, envía otro amigo a ese niño… - susurró Minwoo con voz queda, al oído de HyeSung

HyeSung abrió los ojos ampliamente, dando una mirada incrédula al taxista.

-no me crees? – habló Minwoo, colocando al niño sobre el sofá.

Dongwan observó como el taxista abrió la puerta del departamento, ingresando luego con una bolsa color café en sus manos.

-saluda al Sr. Cangrejito! – exclamó Minwoo, sacando un cangrejo de felpa de la bolsa.

Las miradas de Dongwan y del niño en el sofá, eran indescriptibles.

-no te gusta? – se arrodilló Minwoo frente al niño, colocando el muñeco delante de él.

HyeSung permaneció con la expresión en blanco, observando detenidamente el muñeco.

-lo salvé cuando un chef malo iba a meterlo a la olla… si no lo escondemos acá… terminara cocinado en uno de esos platos para gente rica… - habló Minwoo, agitando al muñeco delante del niño

-acéeeeeptame… - fingió Minwoo la voz, moviendo las tenazas de felpa del muñeco de arriba abajo, ganado una risa del niño en el sofá.

 

 

Dongwan sonrió al mismo tiempo que su hijo, observando al taxista en su intento por lograr que HyeSung aceptara el cangrejo de felpa.

-cangrejito! – sonrió HyeSung una vez más, tomando el muñeco de manos del taxista.

-eso es! – sonrió Minwoo, alzando en brazos al niño y su nuevo juguete.

-tienes que prometerme que cuidaras bien de él, o me pondré muy triste… - habló Minwoo, llevando al niño hacia su padre.

HyeSung asintió con la cabeza, apretando con fuerza el muñeco en sus brazos.

-appa! Appa mira! Cangrejito!! – corrió HyeSung hacia su padre, mostrando orgulloso su nuevo juguete.

Dongwan sonrió, acariciando el rostro del niño.

El resto de la tarde, HyeSung jugó con su nuevo juguete hasta quedar dormido sobre el sofá.

-yo lo llevo, tú descansa – susurró Minwoo, tomando al niño en sus brazos, mientras Dongwan terminaba de lavar los platos en la cocina.

Dongwan sonrió, observando una vez más al taxista con su hijo en brazos.

-así que así se siente tener una verdadera familia… - sonrió Dongwan para sí mismo, regresando su atención a los platos sucios.

Los pensamientos de Dongwan se llenaban con recuerdos del pasado. Recuerdos que iban desapareciendo, conforme los nuevos recuerdos al lado del joven taxista, comenzaban a tomar posesión de sus pensamientos.

Minutos después, Dongwan se recostó al lado de su hijo, observándolo dormir pacíficamente, abrazando fuertemente su cangrejo de felpa.

-parece que ambos estamos listos para dejar ir… - susurró Dongwan, acariciando el cabello de su hijo.

-duerme como un ángel… - los susurros de Minwoo sorprendieron al joven padre, sintiendo luego la calidez de la manta que el taxista colocaba sobre él y el niño

-hace mucho frío aún – explicó Minwoo, terminando por arropar a HyeSung.

Dongwan sonrió, tomando luego la mano del taxista, antes que éste abandonara su lado.

-eso que hiciste fue genial… gracias – expresó Dongwan, mirando fijamente en los ojos del taxista. 

Minwoo volvió a sonreír, acostándose del otro lado de la cama.

-me agrada HyeSung… - respondió el taxista, acariciando el cabello del niño.

-sabes… ese conejo que HyeSung perdió… se lo regaló mi esposo en un viaje que hicimos a Florida. HyeSung estaba muy hiperactivo y él sólo quería paz, así que trajo ese muñeco para tranquilizarlo… y vaya que funcionó!... HyeSung adoraba a ese muñeco, por que le recordaba que a pesar de todo… su padre se preocupaba por él… - confesó Dongwan con melancolía, acariciando también el cabello de su hijo.

Minwoo quedó en silencio, observando el rostro dormido del niño.

-ahora… ahora es como si ambos hubiéramos desechado esa parte de nuestras vidas… - continuó Dongwan, notando que su mano se acababa de encontrar con la mano del taxista.

Ambos hombres se miraron fijamente, sintiendo la incomodidad del momento.

-lo siento… - se disculpó Minwoo sin saber por qué, disponiéndose a salir de la cama.

-appa… Minwoo appa no te vayas… - susurró HyeSung con los ojos cerrados, girando su cuerpecito en dirección del taxista.

Minwoo y Dongwan se miraron sorprendidos, fijando luego sus miradas en el niño que aparentemente, seguía durmiendo.

HyeSung se acurrucó en el pecho del taxista, obligando a su padre a acercarse también.

-se siente calentito dormir con Wannie appa y Minwoo appa – sonrió HyeSung entre sueños, acurrucándose entre los pechos de los dos hombres.

Los rostros de Minwoo y Dongwan quedaron tan cerca, que ambos podían sentir el aliento del otro. El corazón de Minwoo empezó a salirse de ritmo. Dongwan sentía sus manos sudar, y ese lugar oscuro en su corazón, brillar resplandecientemente.

Sí. Esto era, tener una familia.

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.