Distancia

Correr Para Vivir

 

Sus ojos se abrieron de un salto, los cobertores sobre su cuerpo se elevaron en el aire, aterrizando por un lado de la cama, mientras se oía el sonido de sus pasos apresurados, saliendo de la habitación como si estuviera en medio de una catástrofe. El silencio en el corredor lo recibió, pasándolo de largo sin importarle el enorme frío que empezaba a envolver su cuerpo.

Corrió escaleras abajo, casi al punto de elevarse en el aire por la premura con la que sus pies se movían.

Eran tan sólo las 6AM y ya se encontraba el doble de hiperactivo que los últimos días de encierro en casa, debido a las fiestas de fin de año.

-Eric! Eric! - tocó con desesperación frente a la puerta de madera, una sonrisa formándose en su rostro.

Bastaron un par de segundos de espera, para que la puerta fuera abierta, mostrando al joven muchacho de ojos entrecerrados y cabello alborotado, tratando de ahogar un bostezo.

-por qué sigues en la cama a esta hora?... se nos hará tarde para la escuela!! - regañó el primer muchacho en la puerta, apenas notó la expresión de cansancio de su novio.

-HyeSungie aún es temprano... - se quejó con voz infantil, reclinando la cabeza sobre el hombro del delgado e hiperactivo muchacho.

-todavía tienes que ducharte, colocarte el uniforme y hacer esas cosas que te dijo mi abuela, no seas holgazán! - volvió a regañar HyeSung, enderezando la cabeza de su novio, regalándole una dulce sonrisa para vitalizar su día.

Era el primer día de escuela, luego de unas forzadas vacaciones, y HyeSung no podía estar más emocionado, luego que su abuela lo había mantenido severamente ocupado todo este tiempo, en reuniones privadas con sus amistades, fiestas sociales en el exclusivo club al que pertenecía la familia Lee, horas obligadas de conversación y lectura, y demás actividades que habían distanciado a la joven pareja, en lo que debía ser sus primeras vacaciones para crear recuerdos.

Por su parte, Eric tampoco lo había pasado bien, pues no sólo tuvo que lidiar con la soledad y falta de su novio, sino que además, se vio obligado a cumplir tareas extremas que la matriarca de los Lee le encomendada día tras día, terminando el día exhausto y sin más ánimos que para echarse en su cama y tomar una siesta eterna.

La joven pareja no lo había pasado bien en sus vacaciones de invierno, pero ahora estaban dispuestos a recuperar el tiempo perdido, regresando a la escuela donde forzosamente tendrían que pasar la mayor parte del tiempo juntos.

-qué hace acá el niño HyeSung? - interrumpió a los dos muchachos, la voz preocupada a sus espaldas.

-sólo vine a despertar a Eric Sra. Mun – respondió HyeSung, sonriendo a la mujer.

-me regañarán si te descubren acá, regresa a la mansión – tomó la mujer al muchacho por los hombros, dirigiéndolo hacia la salida del área de los dormitorios del personal de la mansión.

HyeSung se dejó llevar por la cocinera, girando el rostro ligeramente para despedir a su novio, e indicarle con la mirada que tenía que apresurarse para ir a la escuela.

Eric sonrió a su novio, regresando a su habitación para darse una ducha, colocarse el uniforme y emprender camino hacia la residencia de los Abuelos Lee, donde serviría el día de hoy, como ayudante de la servidumbre a la hora del desayuno.

Desde que la Sra. Lee había encomendado estas tareas al muchacho, Eric podía sentir un cierto tinte de recelo y severidad en el trato de ésta hacia él.

No era como si Eric nunca hubiera sentido el rechazo de la matriarca de los Lee, debido a su cercanía con su nieto y futuro heredero de la fortuna de la familia, pero los últimos días, habían llamado poderosamente la atención de Eric.

Era como si la Sra. Lee quisiera a toda costa, alejarlo lo más posible de su nieto.

 

 

Sonidos fuertes y molestos, de tacones que dejaban mostrar la presencia de la persona que definitivamente nadie quería ver esa mañana tan temprano en las oficinas de Lee & Family. Pero era inevitable su presencia, como miembro activo y principal inversionista de uno de los proyectos más ambiciosos de la corporación.

-dile a tu jefe que ya llegué – se dirigió a la muchacha en recepción, con voz altanera y expresión aburrida.

La muchacha tomó el teléfono en su mano, digitando el anexo de su jefe, anunciando la llegada de la irritante visita.

-adelante - indicó la recepcionista, luego de recibir la autorización del hombre que esperaba dentro de su oficina.

Una sonrisa altanera se mostró en el rostro de la mujer, mientras abría la puerta de la oficina, saludando cínicamente al hombre sentado detrás del escritorio terminando de digitar unas palabras en su computador.

-creí que te había citado a las 10am – habló Dongwan, aún ocupado en la pantalla de su computadora, ignorando la sonrisa cínica de la mujer que permaneció junto a la puerta, sosteniendo la perilla con pereza.

-cuando se trata de negocios no hay por qué perder tiempo... - respondió Amy, dando una mirada de reojo a sus espaldas, como esperando porque alguien más ingresara a la oficina.

-los demás vendrán a la hora señalada, puedes esperar acá dentro o afuera, me da lo mismo – volvió a hablar Dongwan, notando el tinte de inquietud en la expresión de la mujer.

-Minwoo se nos unirá hoy? – cerró la puerta Amy, caminando lentamente hacia el sillón en medio de la oficina , sentándose con excesiva confianza, como si se tratara de su propia casa.

Dongwan apretó la mandíbula con molestia, suprimiendo sus ganas por responder a la mujer y verse atrapado en su juego de provocaciones.

Había pasado una semana desde que el joven padre se vio en la obligación de trabajar con la ex prometida de su esposo, ya que Amy se había convertido en la principal inversionista del nuevo proyecto de la Compañía, que coincidentemente, había quedado a cargo de Dongwan, como bienvenida a su regreso a las labores de la compañía en apoyo de su esposo.

Al inicio la renuencia de Dongwan por trabajar con Amy, había llamado la atención de los demás empleados, pero persuadido por Minwoo y con el apoyo de sus suegros, el joven padre decidió tomar el reto y hacer a un lado la antipatía y desconfianza que le provocaba Amy, cada vez que ingresaba con esa cínica sonrisa a su oficina.

Por su parte, Amy había tomado la oportunidad para fastidiar a la pareja, insinuándosele cada vez que podía a su ex prometido, y ahora padre de familia. La herida por haber sido rechazada de manera humillante, y más aún, enterarse años después que fue abandonada por un hombre, seguía doliendo en su orgullo a tal punto que estaba segura que sólo se sentiría mejor cuando sea vengada en su totalidad. Aunque en el fondo, Amy sabía que eso era sólo mentirse asimisma, pues dentro de ella, aún albergaba sentimientos por su ex prometido. Y la pequeña esperanza por recuperar lo que perdió hace años.

La relación laboral entre Amy y Dongwan era fría y tensa, aunque ésta no perdía oportunidad para intentar sacar de sus casillas al joven padre, y exponerlo como la persona menos indicada para dirigir el proyecto del cual era la principal inversionista. A Dongwan no le quedaba más opción que tener paciencia y concentrarse en la fe y confianza que su familia tenía él. De lo contrario ya se habría vuelto loco.

-ya es casi la hora, debería llamar a Minwoo? - pronunció Amy con exagerado entusiasmo, cuando las manecillas del reloj en su mano derecha, indicaron que ya se acercaba la hora de su reunión de trabajo.

-Minwoo está ocupado en otros asuntos, a partir de ahora yo supervisaré todo el proyecto – respondió Dongwan desde su silla, cerrando las carpetas en las que había estado entreteniéndose todo este tiempo, durante la larga y eterna espera.

-pero cómo es posible?, Minwoo es el director general, no hay forma que se avance sin su presencia – chilló Amy con falsa sorpresa.

-con el equipo de planeamiento y yo, es más que suficiente... es más, no es necesario que vengas a cada reunión, puedo enviarte un informe escrito con mi secretaria – se colocó de pie Dongwan, dirigiéndose a la puerta de su oficina, dando paso a los hombres y mujeres que llegaban puntuales a la reunión.

-claro que no! Estoy invirtiendo mucho dinero en esto... por supuesto que quiero estar enterada paso por paso de lo que ocurre – sonrió Amy con cinismo, ignorando los saludos del personal entrante a la oficina.

Dongwan tomó una gran bocanada de aire, alistándose para otra mañana tensa.

 

 

El regreso a clases definitivamente no había sido lo que ninguno de los dos esperaba. Sólo una hora había transcurrido desde que la maestra ingresó al aula, ordenando a los alumnos dividirse en parejas para la lectura y practica de algunos ejercicios matemáticos, pero Eric y Hyesung no habían tenido la oportunidad de formar equipo como solían hacerlo en estas ocasiones, pues la maestra deliberadamente los colocó en esquinas opuestas del aula, emparejándolos con otros compañeros con los que difícilmente cruzaban más de una palabra al día.

La sorpresa no había sido sólo para los dos muchachos, sino también para sus compañeros, quienes ya se habían acostumbrado a verlos juntos casi todas las horas de clase.

Ahora, dirigiéndose miradas tristes y de añoramiento, Eric y Hyesung estaban sólo empezando a resignarse a trabajar separados, tratando de prestar atención a sus respectivos compañeros, que continuaban hablando sin parar a sus lados, obviamente desconcertados y emocionados por trabajar con dos de los muchachos más populares en toda la escuela.

Definitivamente esto no era lo que ninguno había planeado para su regreso a clases.

Por la mañana, contrario a la rutina de siempre, la abuela Lee ordenó que otro vehículo lleve a Eric a la escuela, en lugar de compartir el auto en el que iba HyeSung, dejando a su nieto muy triste y decepcionado. El plan de HyeSung de hacer todo el viaje a la escuela, tomado de la mano de su novio se había hecho pedazos.

Un par de horas más y el sonido del primer timbre de descanso pudo ser oído, regresando el buen humor a los dos muchachos que rápidamente cerraron sus libros, colocándose de pie de sus respectivos asientos.

-Eric Mun, tengo que hablar contigo un minuto – llamó la maestra antes que Eric tenga oportunidad de dar un paso más lejos de su pupitre.

Con malestar y resignación, Hyesung dejó a su novio en el salón de clases, indicándole con la mirada que lo estaría esperando en la cafetería

-tus calificaciones son muy buenas... - empezó a hablar la maestra, una vez que todos los alumnos habían abandonado el aula.

-y eres un gran deportista... pero últimamente tu rendimiento ha bajado, sabes que estás acá por una beca deportiva, no crees que deberías poner un poco más de esfuerzo? - continuó la maestra,ganando toda la atención de Eric.

Era cierto que la familia Lee se había ofrecido a cuidar de Eric desde que era un niño, pero siendo las personas humildes y dignas que eran, la madre de Eric y él mismo, habían optado por pagar su educación a su manera, una vez que el muchacho alcanzó los estudios secundarios. Fue así como Eric aplicó a una beca deportiva en la exclusiva escuela, la cual obtuvo sin mucho esfuerzo luego de su primer intento. Eric era muy consciente que su costosa y lujosa educación, se lo debía a su habilidad en los deportes.

Pero ahora mismo, Eric no entendía a qué se refería la maestra con haber bajado su rendimiento, sobretodo después de haber ganado el torneo interescolar de basketball.

-maestra... - trató de hablar Eric, pero fue silenciado inmediatamente por un gesto de mano de la mujer de cabello oscuro y gruesas gafas.

-a partir de hoy redoblarás tus horas de práctica, el torneo interestatal está cercano y no podemos arriesgarnos a perder el título – indicó la maestra, mientras apuntaba con furia en su cuaderno de notas, arrancando luego la hoja, entregándosela a manos de Eric.

-tus horarios, ve ahora con el entrenador, arreglamos un espacio para que descanses entre clases – volvió a instruir la maestra, tomando sus libros del escritorio, dejando a Eric sin palabras.

De pronto todavía empezado a girar para el muchacho, Eric no entendía que estaba ocurriendo, y menos aún podía pensar en cómo iba a darle la noticia a su novio, que de seguro estaría esperando en una mesa de la cafetería por él.

-HyeSungie! - logró reaccionar Eric, disponiéndose a correr a toda velocidad fuera del aula de clases, cuando fue interceptado por el entrenador de la escuela, que había llegado justo a tiempo para llevarlo a iniciar sus horas extras de entrenamiento.

 

 

La mañana era fría, pero no tanto como la expresión que lucía en su rostro, observando a las parejas que como ella, tomaban una taza de café caliente en la cafetería del exclusivo club del que era miembro hace varios años. Tres tazas de café y varios pensamientos perdidos, y aún no encontraba una solución eficaz a su problema. Había hecho de todo las últimas semanas, luego de aquella noche en la fiesta de navidad de la mansión donde residía, para mantener a su único y muy engreído nieto, alejado del muchacho con el que lo había visto en una situación no muy conveniente.

Desde llevar a HyeSung a las reuniones con sus amigas y presentarle hermosas muchachas por doquier, todas hijas de sus amigas, hasta obligarlo a pasar excesivo tiempo a su lado, esperando que eventualmente se olvide de Eric, pero no obteniendo ningún resultado favorable. La abuela Lee estaba teniendo un difícil momento, tratando de pensar en nuevas estrategias para alejar a su amado nieto del hijo de la cocinera de los esposos Lee.

Y este era otro pensamiento que la perturbaba. Sentirse traicionada por su propio hijo, ocultándole que su nieto se veía a escondidas con Eric, y sostenían aparentemente una relación, era lo más cruel y bajo que había podido hacer Minwoo a su madre.

La abuela Lee se sentía traicionada, y obstinada con arreglar la situación de su nieto.

-Sra. Lee? - llamó una suave voz a su lado derecho, despertándola de su momento de cavilaciones perdidas, girando el rostro para saludar a la amable mujer que le dirigía una educada sonrisa.

-oh Sra. Park, que gusto tenerla por acá – saludó cordialmente, invitando a la simpática mujer y su esposo, a unírseles en su mesa.

-no acostumbramos salir mucho de casa, pero el día nos pareció el indicado – continuó la conversación el Sr. Park, dirigiendo una mirada significativa a su esposa.

-siempre es bueno tomar algo de aire de fresco, aunque el clima no sea muy bueno por estas épocas – concedió la Sra. Lee, mientras uno de los mozos de la elegante cafetería, se acercaba a tomar la orden de los recién llegados esposos.

La conversación entre los tres adultos se tornó amena y distrayente, relajando a la Sra. Lee en medio de su mar de preocupaciones. Sólo ahora, la mujer de plateados cabellos, agradecía el haber tomado la decisión de salir de casa e ir al club social, en lugar de quedarse en casa o seguir a su esposo en las labores de la compañía.

-y cómo está su hijo? Todavía sigue estudiando en París? - abordó un nuevo tópico en la conversación la Sra. Lee.

Los rostros de los esposos Park se tornaron serios de pronto, ligeramente nerviosos y hasta cierto punto avergonzados, llamando la curiosidad de la dama de cabellos plateados.

-lo transferimos a Seúl para la segunda mitad del año... él... está teniendo problemas de personalidad – explicó con nerviosismo el Sr. Park, bajando la cabeza para ocultar su rostro avergonzado.

-de hecho... tal vez usted pueda aconsejarnos – pronunció con braveza la Sra. Park, ante la expresión sorprendida de su esposo.

-ocurre algo malo? - la curiosidad de la Sra. Lee se hizo más evidente, ante la extraña y solemne atmósfera que había invadido al grupo.

La familia Park era conocida por ser una de las familias con más prestigio entre la sociedad coreana. Sus empresas eran de gran éxito y sin lugar a dudas, todos los hombres Park habían nacido con los genes de la ambición y superación personal, por lo que la Sra. Lee, no podía terminar de entender el por qué de las expresiones de preocupación y terror de la pareja de esposos, a la sola mención de su joven y menor hijo.

-usted... cómo tomó la noticia cuando su hijo le dijo que se había casado con un hombre?... no me tome de impertinente por favor, es sólo que... últimamente andamos atravesando un problema similar – continuó la Sra. Park con expresión dramática.

La abuela Lee permaneció en silencio con la boca abierta, terminando de procesar las palabras acabadas de pronunciar por la pareja.

-acaso... - pronunció la Sra. Lee con cautela, tratando de no sonar mal educada ni generar malos entendidos con la madura pareja.

-nuestro hijo nos confesó abiertamente que es gay, poco antes que regresáramos a pasar las fiestas en Seúl – confesó con expresión cansada el Sr. Park, ayudando a su esposa en lo que podía ser, la confesión más embarazosa para una pareja de padres.

El silencio cayó en la mesa. Un silencio que no fue incómodo ni vergonzoso, todo por el contrario, fue un silencio que dio espacio para el nacimiento de nuevas conjeturas y pensamientos más amplios. Pensamientos sobre el por qué de los intentos fallidos de la Sra. Lee, para hacer que su nieto se fije en alguna de las hijas y nietas de sus amistades. Y claro que la conclusión llegó rápidamente, al ver las expresiones en los rostros de los esposos Park.

HyeSung definitivamente no estaba interesado en chicas. Quizás era hora de cambiar el rumbo de la estrategia, al fin y al cabo, no es como si la Sra. Lee tuviera algún problema con su nieto siendo gay, más aún después de haberlo aceptado por parte de su propio hijo. De hecho, el único problema en la relación de HyeSung y Eric, era este último. La Sra. Lee no consideraba lo suficientemente digno de su nieto, al muchacho que sólo era hijo de un miembro de la servidumbre de la mansión.

 

 

El cuerpo le dolía como si estuviera cargando el peso del universo encima, o al menos era así como se sentía; los ojos le pesaban enormemente, teniendo dificultad para ver bien en medio de la espesa niebla que empezaba a caer llegada la noche. Sus pasos eran lentos y su expresión corporal devastada. Por donde quiera que lo vieran, cualquiera sentiría lástima de verlo en ese estado.

-Eric?... Eric! - oyó llamar en medio de su soledad, o al menos pensaba que se encontraba solo, a juzgar por la hora en la que se encontraba retirándose de la escuela, luego de horas exhaustivas de entrenamiento y lecciones extras de las clases que no pudo atender debido a su nuevo y ajustado, horario de practicas.

-HyeSung?... qué haces acá! - regañó apenas logró visualizar con claridad, el rostro que sonreía en su dirección, agitando su mano efusivamente para ser reconocido con prontitud.

La sonrisa en el rostro de HyeSung se desvaneció rápidamente, al sentir el tono de voz irritado de su novio, formándose inmediatamente un puchero en su adorable rostro.

-así es como me agradeces que te haya esperado toda la tarde! - devolvió el regaño el muchacho, alcanzando a su novio apenas éste atravesó la reja principal de salida de la escuela.

-es tarde y hace frío, por qué no fuiste a casa? - continuó Eric su regaño, resistiéndose a dejar ir la mochila en su hombro, cuando su novio pretendió tomarla en sus manos.

El puchero en el rostro de HyeSung se hizo más fuerte, combinándolo ahora con una mirada reprobatoria, dirigida a su cansado novio.

-esperabas que me fuera sin tí?... claro que no! He planeado este día la última semana y nada ha salido como lo quería! - se rindió HyeSung, haciendo un berrinche en medio de la calle.

Eric alzó los ojos a la expresión frustrada de su novio, concediéndole la queja. Definitivamente nada había salido de acuerdo a lo planeado, y el mismo Eric se sentía irritado por haber tenido que pasar el primer día de escuela, lejos de su novio.

-lo siento... no quer...

-no te disculpes bobo, no fue tu culpa, es como si el universo quisiera alejarnos... - interrumpió HyeSung con tristeza, cayendo su mirada a la altura de sus manos dentro del bolsillo de su pantalón.

Eric notó entonces, el ligero temblor en el cuerpo de su novio y la palidez en su rostro. Y sacando cuentas mentales, HyeSung llevaba esperando por él por lo menos tres horas, en medio del frío clima que caía sobre la ciudad.

-estás frío – pronunció Eric, luego de tomar con cuidado, una de las manos que su novio se esforzaba en ocultar dentro del bolsillo de su pantalón.

-estoy bien... vamos al auto – sonrió HyeSung con esfuerzo, guiando a su novio en dirección del auto de color oscuro que esperaba por ambos.

-por qué no esperaste dentro del auto? - regañó Eric con suave voz, una vez que ambos muchachos lograron subir al vehículo.

-porque si no, no me habrías visto y te hubieras ido caminando a casa solo – respondió HyeSung, indicando al chofer que iniciara la marcha de regreso a casa.

-aish bobo! Si te enfermas, tus appas me regañarán – pronunció Eric, removiendo el grueso abrigo que llevaba puesto, de su cuerpo.

-ya no soy un bebé enfermizo! - reclamó HyeSung con molestia, dejando que su novio lo envolviera con su abrigo, como si se tratara de un bebé pequeño.

-me hiciste falta Sungie – habló Eric de pronto, atrapando a su novio entre sus brazos, sosteniéndolo muy cerca de su pecho, buscando no sólo brindarle el calor que necesitaba para su congelado cuerpo, sino también, buscando esa calidez que había extrañado las últimas semanas.

-te extrañé... mucho – devolvió HyeSung el abrazo, disfrutando del primer momento íntimo con su novio, luego de la fiesta de Navidad en casa de su abuela.

-Eric... no dejes que todo esto nos separe – habló HyeSung luego de unos minutos.

-claro que no.... se necesitará más que esto para que me alejen de ti... prométeme que vas a pensar mucho en mí cuando no esté a tu lado – concedió Eric, liberando unos centímetros a su novio de su abrazo, sosteniendo su rostro entre sus manos.

-y tú piensa en mí... - respondió HyeSung tímidamente, tratando de no hacer muy evidente el rubor en sus mejillas.

Eric sonrió dulcemente, acercando el rostro de su novio al suyo, sellando las palabras de ambos en un tierno, suave y lento beso.

 

 

La mirada fija a través del cristal y la expresión como si en cualquier momento fuera a colapsar de la ansiedad, era la ta vez que se asomaba a observar por la cortina de la sala, esperando que el vehículo que se encargaba de traer a su hijo a casa, arribara en cualquier momento. Los nervios de Dongwan estaban a un paso de llegar a su límite, luego de enterarse que su hijo había decidido esperar toda la tarde fuera de la escuela, a que su novio terminara con sus nuevas horas extras de practicas deportivas.

Dongwan sabía que su hijo era necio y testarudo, pero a veces su necedad rebasaba sus propios límites, olvidándose incluso del frío clima que rodeaba a la ciudad.

-quieres dejar en paz la ventana, ya debe estar aquí en unos minutos – habló la voz en el sofá, sosteniendo el libro que llevaba en manos los últimos 40 minutos, aunque no lo estaba leyendo realmente.

Minwoo sólo quería algo para disimular su propia ansiedad y brindarle algo de calma a su angustiado esposo.

-no entiendo por qué no regresó a casa después de la escuela – respondió Dongwan a su esposo, regresando a su lugar en el sofá.

-son chicos, a todos nos tomó por sorpresa que le hayan aumentado horas de entrenamiento a Eric – continuó hablando Minwoo, abrazando a su esposo por la cintura, recostándolo ligeramente de espaldas contra su pecho.

-como si este día no fuera lo suficientemente cansado... - suspiró Dongwan, sintiendo las manos de su esposo que empezaban a acariciar su abdomen.

-tan mal te fue en la mañana?... no me has contado nada de la reunión – preguntó Minwoo con cautela, sabiendo que el tópico de conversación podría tornarse tenso e incómodo.

Dongwan apretó los labios, buscando la palabras correctas para responder a su esposo y no sonar muy fastidiado, como en realidad se encontraba, desde que le informaron que tenía que trabajar con la ex prometida de Minwoo.

-esa mujer es irritante, me sentiré mejor cuando entreguemos el proyecto – respondió finalmente Dongwan con voz seca, acomodándose contra el pecho de su esposo.

-lo siento, el trato inicial fue con su ex esposo, pero al parecer los términos del divorcio no jugaron a nuestro favor – se disculpó Minwoo una vez más, como solía hacerlo cada vez que notaba la expresión frustrada de su esposo.

Minwoo sabía que no era fácil para Dongwan lidiar con su ex prometida, menos aún cuando ésta buscaba la más mínima oportunidad para provocarlo y exponerlo como alguien poco profesional, que no podía manejar el trabajar armoniosamente con la ex prometida de su esposo. Pero Minwoo también sabía el gran sacrificio que estaba haciendo Dongwan, apoyándolo en la dirección de la compañía de sus padres, que en unos años más, pasaría a sus manos.

La pareja estaba preparándose para tomar el gran reto, y aunque Dongwan hubiera preferido permanecer en casa y vigilar a su hijo, había elegido apoyar a su esposo y tomar parte de la dirección de la compañía de la familia Lee, demostrando así la lealtad y gran amor que sentía por su esposo, por lo que Minwoo estaba muy agradecido.

-cómo sea, me sentiré mejor cuando todo termine – pronunció Dongwan, relajando su cuerpo en brazos de su esposo.

Minwoo sonrió dulcemente, empezando a acariciar el cabello de su esposo con una mano, mientras que la otra permanecía en su abdomen haciendo lo mismo. Ambos hombres quedaron en silencio por un par de minutos, disfrutando del momento íntimo y de soledad, ahora que HyeSung se encontraba fuera de casa.

Los dos padres adoraban a su hijo, eso nadie podía negarlo, pero debido a las largas horas de trabajo y la situación actual de HyeSung, eran pocos los momentos en los que la joven pareja había podido pasar momentos como éste, recostados en el sofá de la sala, sosteniéndose dulcemente mientras sus pensamientos se iban perdiendo en el otro, y todo lo que los rodeaba era el silencio.

Minwoo había pensado en unas cortas vacaciones con su esposo, una vez que el proyecto que estaba dirigiendo terminara, pero prefería mantenerlo como sorpresa para Dongwan, mientras que éste también hacia planes por su cuenta. Los dos padres sólo querían huir un momento y revivir esa chispa que los había llevado a pasar los mejores 12 años de sus vidas.

-oíste eso??... - se levantó Dongwan del sofá, corriendo hacia la ventana.

-ese niño me va oír ahora!! - observó Minwoo divertido, mientras su esposo se dirigía hacia la puerta de la residencia, decidido a regañar a su hijo por llegar tan tarde a casa, pero en verdad, dispuesto a perdonarlo a penas viera que HyeSung había regresado sano y salvo.

 

 

La mañana siguiente fue más perturbadora que el día anterior. HyeSung fue prohibido de esperar nuevamente por que su novio saliera de la escuela, y casi obligado a regresar a la mansión a rastras, por el chófer que se encargaba de recogerlo. Por más que pataleó, refunfuñó y casi se encadenó a la reja principal de la escuela, ahora HyeSung se encontraba en su habitación, recostado en su cama sin vida, los ojos fijos en el teléfono celular, contando minuto a minuto, la llegada de la hora para ir por Eric a la escuela.

-joven HyeSung... - llamó una voz suavemente, dando ligeros golpes en la puerta de su habitación.

HyeSung no respondió, permaneciendo inerte sobre su cama con el teléfono celular entre sus manos.

-joven HyeSung, su abuela lo manda llamar – ingresó el mayordomo de la residencia a la habitación.

HyeSung dejó salir un gruñido molesto, sabiendo que si su abuela mandaba por él, no tendría más salida que obedecer, muy en contra de sus deseos.

Cinco minutos después y fuera de lo común, HyeSung fue conducido en el auto de los abuelos Lee, hacia la mansión principal, en lugar de ir a pie como solía hacerlo cada vez que su abuela solicitaba su presencia.

Los pensamientos de HyeSung seguían en las horas de espera por su novio, que no se dio cuenta cuando el auto se detuvo en la entrada principal de la mansión, y fue escoltado por el mayordomo hacia la sala, donde cuatro personas, incluyendo su abuela, esperaban por él.

-oh querido llegaste! - saludó con efusividad la Sra. Lee, levantándose de su silla para recibir a su nieto con un cálido abrazo.

HyeSung correspondió el abrazo con quietud, aún con la mente ocupada en regresar pronto a casa.

-recuerdas a los Sres. Park? - condujo la Sra. Lee a su nieto, hasta el centro de la sala, donde tres rostros sonrientes y ansiosos lo recibieron.

HyeSung reconoció inmediatamente a la pareja, haciendo una educada reverencia a manera de saludo, lo que dejó más que complacidos a la madura pareja. Pero sus ojos pronto se fijaron en el extraño rostro que observaba en su dirección con demasiada anticipación.

-es un gusto ver que sus modales no han cambiado – elogió la Sra. Park al muchacho que permanecía de pie al lado de su abuela, incómodo por el tipo de mirada que continuaba cayendo sobre él, por el desconocido rostro.

-es nuestro orgullo – respondió el elogio la Sra. Lee, acercando a su nieto hacia el sofá donde el rostro expectante esperaba con una sonrisa creciente en sus labios.

Los ojos de los tres adultos en la sala, quedaron fijos en los dos muchachos sentados al lado del otro, trayendo cierta sospecha a los pensamientos de HyeSung.

-estoy segura que te acuerdas del hijo de los Park, cierto? - habló la Sra. Lee a su nieto, trayendo su mirada en su dirección, con una expresión de confusión.

-la última vez que se vieron fue cuando tenían... cuanto?... 8 años?... - continuó la conversación la Sra. Park, tomando una de las tazas de té que el mayordomo acababa de dejar en la mesita al centro de la sala.

HyeSung trató de hacer un recuento mental desde sus 8 años de vida, buscando encontrar un rostro que coincidiera con el de el muchacho que continuaba sonriéndole con excesiva alegría. Pero nada venía a su cabeza.

-HyeSung, cariño, acaso no te acuerdas de Junjin?... - decidió ayudar a su nieto la Sra. Lee, confundiéndolo aún más.

Junjin. Park Junjin.

HyeSung lo recordó segundos después, mostrando un gran shock en su rostro.

-yo también estoy feliz de volver a verte HyeSungie! - habló finalmente el sonriente muchacho, envolviendo a HyeSung en un efusivo y exagerado abrazo.

Oh sí! HyeSung ahora recordaba completamente al molesto y cansado, Junjin. Y algo en él, le hizo ver que esta reunión sólo sería el inicio de muchas complicaciones en su vida.

Por su parte, la abuela Lee sonrió satisfecha, observando a los dos muchachos abrazados. Definitivamente, Park Junjin era una opción más acorde al estatus social de su nieto. 

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.