Caminos Diferentes, Mismo Destino

Correr Para Vivir

 

Las compras siempre habían sido lo suyo, aunque ahora se sentía medio perdido dentro de ese pequeño súper mercado, empujando el carrito donde llevaba sentado a su pequeño hijo, quien iba jugando muy divertido con el conejo de felpa que nunca dejaba su lado.

Dongwan se sentía extraño de tener que vestir una gorra que le cubría casi los ojos, y obligar a HyeSung a usar una sudadera color azul, cuya capucha le cubría la mitad del rostro.

Padre e hijo se encontraban en un pequeño pueblo, donde Dongwan se vio obligado a bajar, para despistar a los guardias de su esposo, que estaba seguro, pronto averiguarían que subió a ese bus con destino a la ciudad donde debía tomar el vuelo de regreso a Seúl. Para despistar a los guardias, Dongwan se bajó en la primera parada que hizo el bus, tomando luego innumerables buses, hasta terminar en ese pequeño pueblo donde el joven padre decidió pasar unos días, hasta tener la seguridad que ya no lo estarían buscando.

-appa!! Gatito!! – exclamó HyeSung, señalando con su pequeña mano, la caja de cereales a pocos pasos de ellos.

Dongwan bajó la mirada, sonriendo por el encantador acto de su pequeño hijo.

Al menos HyeSung le daba la paz que necesitaba en medio de su terrible situación.

El joven padre empujó el carrito en la dirección señalada por su hijo, mientras este daba pequeños saltos dentro del carrito, abrazando su conejo de felpa.

-ah pero que lindo niño! – interrumpió una voz femenina, el camino del joven padre.

Dongwan observó con recelo a la muchacha, mientras ésta se inclinaba dentro del carrito, bajando la capucha de HyeSung y acariciando su cabello

-tu hermanito es muy lindo – sonrió la muchacha a Dongwan

-gracias… pero no es mi hermanito… es mi hijo – corrigió Dongwan a la muchacha, notando la expresión de sorpresa en ésta.

-ah pero si te ves muy joven para tener un hijo!... – exclamó la muchacha con exagerado dramatismo

-es una historia larga – respondió Dongwan, tratando de continuar su camino

-sin embargo es muy admirable que a tan temprana edad seas tan responsable – detuvo la muchacha el paso del carrito con una mano, sonriendo coquetamente en dirección del joven padre

Dongwan observó a la joven con cuidado, sintiendo repentinas nauseas por la sonrisa que le lanzaba ésta.

-veo que además de guapo, eres un hombre muy responsable – continuó la muchacha sus coqueteos, rozando ligeramente la mano de Dongwan, colocada en el carrito.

El joven padre dejó salir una agria sonrisa, inclinándose luego respetuosamente, como despidiendo al fin a la muchacha

-cariño, no quieres un helado? – la muchacha no dispuesta a rendirse, se inclinó nuevamente sobre el carrito, haciendo una tentadora oferta al niño que ignoraba los coqueteos de ésta para con su padre.

-helado! Helado! Sungie quiere helado!! – exclamó el niño dentro del carrito, saltando alegremente.

Dongwan dirigió otra amarga sonrisa a la muchacha, resignándose a tener que pasar los siguientes minutos en compañía de ésta.

 

 

El joven taxista, ingresó a su pequeño departamento, recogiendo del piso las innumerables cartas que iban dirigidas a su nombre, la mayoría eran facturas que debía pagar con carácter de urgencia, y esto lo llevaba a suspirar pesadamente, dejándose caer en el incómodo sofá al que ya se había acostumbrado luego de un año viviendo en aquella ciudad.

La vida de éxito y opulencia que había imaginado, no era para nada parecida a la realidad que le había tocado vivir. Sin conocer bien el idioma, ni a nadie en esa ciudad, el joven taxista se aventuró a huir de casa, sin imaginarse las desventuras que le tocaría vivir.

Al inicio fue difícil encontrar un lugar donde vivir, los pocos ahorros que tenía los gastó en comida y otras necesidades, hasta que finalmente terminó pasando unos días en uno de esos lugares para gente sin hogar, donde se dio cuenta lo bendecido que había sido de nacer en una familia rica, sin tener que pasar todo tipo de necesidades.

Dos días después de estar lamentando su suerte, el joven taxista vio una esperanza para él, cuando uno de los muchachos que dormía en la cama junta a la suya, le habló sobre un trabajo donde necesitaban gente que con licencia de conducir. Y fue la primera vez que el joven taxista agradeció que sus padres le hayan conseguido una licencia de uso internacional.

El joven taxista se mudó de ciudad eventualmente, guiado por su mala suerte y los deseos de sacudir esa sombra oscura que lo seguía sumergiendo en la desgracia.

Con algo de dinero y tan sólo una de las tres maletas con las que había llegado a ese país, el taxista ingresó a una nueva ciudad, demorando tan sólo dos semanas en conseguir nuevo empleo en una empresa de taxis.

Conducir un taxi no era el éxito que se había imaginado, pero el joven taxista al menos se sentía agradecido que su amarillo vehículo, le proveyera el dinero necesario para seguir sobreviviendo en esa inmensa ciudad.

Había días en los que el taxista pensaba en sus padres, y la melancolía lo invadía. Pero no se sentía arrepentido por tomar una decisión tan apresurada. El joven taxista  sabía que lo correcto era hacer respetar su decisión y no permitir que nadie más que él, decidiera quien sería la persona que debía amar.

La decisión de abandonar su hogar fue muy difícil de tomar, pero el joven taxista no retrocedería y seguiría aguantando hasta que sus fuerzas no den más.

Esto era América, el país de las oportunidades, el joven taxista estaba seguro que ahí en algún rincón de ese país, estaba el éxito destinado para él. Tal vez demoraría un poco más de lo planeado encontrarlo, pero lo encontraría y no lo dejaría escapar.

 

 

-rummm, rummm,rummm… boom!! – exclamó la alegre voz del niño que jugaba con los vasos de helado sobre la mesa.

-Sungie, cariño, te vas a ensuciar – interrumpió Dongwan a su pequeño hijo, sentándolo sobre su regazo

La joven muchacha que acompañaba al dúo, sonrió dulcemente, acariciando las mejillas de HyeSung

-es tan lindo – habló la muchacha, bajando luego su mano hasta colocarla sobre la del joven padre, que sonrió nerviosamente

-si nos disculpas, hace mucho frío y debo llevar a Sungie a casa – se puso Dongwan de pie rápidamente

-claro! Los llevaré – siguió la muchacha al joven padre hasta la puerta de la heladería

Dongwan sintió que sus nervios aumentaban. Y también su incomodidad contra la muchacha que empezaba a ser más que un fastidio para él.

-no es necesario, es muy tarde – sonrió Dongwan lo mejor que pudo

-por qué no me das tu número y los invito por otro helado uno de estos días? – insistió la muchacha, sosteniendo a Dongwan de un brazo

-soy casado – habló Dongwan repentinamente, llegando a su límite de tolerancia con la joven

-no es cierto!, no llevas ningún anillo en tu mano – respondió la muchacha con una sonrisa, sujetando con más fuerza el brazo del joven padre

Dentro de él, Dongwan pensaba que si la joven fuera hombre, ya estaría en el piso con el tabique desviado. Lo que más odiaba Dongwan, era que la gente coqueteara con él tan abiertamente.

-e-e-estoy separado pero eso no significa que no t…

-este niño necesita una figura maternal… estoy segura que sería una excelente madre – interrumpió la muchacha al joven padre, rozando ligeramente su pecho contra su brazo

Dongwan pensó que la muchacha era algo más allá de lo repulsivo.

-escucha, eres una chica muy hermosa, pero no estoy interesado – habló Dongwan firmemente

-por qué no nos conocemos mejor?... soy Alice – ofreció la muchacha su mano

-soy… Thomas… y… soy gay! – exclamó Dongwan, liberándose del agarre de la joven, que se quedó petrificada como una estatua.

-aish! Pero qué molesta! – exclamó el joven padre, subiendo rápidamente a un taxi que se encontraba estacionado en la puerta de la heladería.

 

 

El taxi se estacionó frente a la pensión donde se hospedaba Dongwan, dejando descender al joven padre y al bebé que dormía en sus brazos. Mas Dongwan no logró avanzar más que dos pasos, cuando reconoció el vehículo color negro, estacionado delante del taxi que ya se alejaba.

Los ojos de Dongwan se abrieron ampliamente, sujetando con más fuerza de la necesaria, al niño que dormía pacíficamente en sus brazos.

-appa… - gimió HyeSung entre susurros, sobando sus pequeños ojos, mientras terminaba por despertar.

-sshh no digas nada cariño – habló Dongwan con voz queda, ocultándose rápidamente entre los arbustos que adornaban la entrada de la pensión.

El joven padre asomó su cabeza ligeramente por una de las ventanas, reconociendo a los dos hombres que parecían interrogar al anciano que se encontraba en la recepción.

Dongwan agradeció en ese instante, el haber dado un nombre falso cuando se registró en ese lugar, y que el anciano que se encontraba dentro siendo interrogado, tenga pésima memoria.

-appa quiero ir al baño… - gimió HyeSung en brazos de su padre

-ahora no cariño… - respondió Dongwan con voz queda, regresando su vista al interior de la pensión

-pero tengo que ir! – gimió el bebé con más fuerza

Dongwan colocó rápidamente una mano sobre la pequeña boca de su bebé, silenciando sus quejas

-lo siento cariño, pero tenemos que quedarnos calladitos por un rato si?... luego te llevaré al baño – susurró Dongwan, volviendo a observar por la ventana, notando que los dos hombres habían desaparecido.

Los nervios del joven padre empezaron a fluir con mayor rapidez.

-este es el último lugar de hospedaje en el pueblo, tendremos que seguir buscando más allá – oyó Dongwan la voz de uno de los dos hombres, que salía de la pensión

-el Sr. Jae no estará contento si regresamos con las manos vacías – habló el otro hombre, abriendo la puerta del auto que se encontraba estacionado frente a la pensión

-al menos tenemos que llevarle al niño… - habló el otro hombre, terminando por subir al auto.

Dongwan se aferró con fuerza del niño que seguía sosteniendo en brazos, luego de oír la fría conversación de los dos hombres. Un agudo hincón en su corazón, le decía que la persona que amó por largos años, ahora sería un completo desconocido.

 

 

Muy temprano en un día de nieve, el joven taxista despertó, listo para iniciar su pesado día. Arrastrando sus pasos, el taxista se dirigió al baño, se dio una ducha rápida y luego de demorar casi media hora en elegir lo que vestiría, salió de su diminuto departamento, caminando de puntillas y lentamente, cuando le tocó pasar por el piso dónde residía la arrendadora de su departamento. Ya habían pasado dos meses desde que el taxista dio el último pago por la pieza donde residía, y la  dueña no era precisamente una persona muy tranquila.

Dentro de él, el taxista esperaba que este sea uno de esos días que le dé algo más que sólo el pago de su comida.

El joven muchacho terminó por bajar las escaleras, corriendo a toda velocidad hasta el vehículo amarillo estacionado fuera del edificio.

-hey tú muchacho!! Todavía me debes la renta!! – logró oír el taxista, la chillona de voz de la madura mujer que dejaba asomar su cabeza por la ventana del tercer piso del edificio.

El taxista suspiró pesado dentro del vehículo, iniciando la marcha hacia un largo día de trabajo.

La noche cayó casi como un rayo, golpeando inmensamente sobre los cansados hombros del taxista, quien se encontraba exhausto luego de manejar su vehículo por todo el día sin parar, dándose sólo el tiempo justo para comer e ir al baño. El muchacho era consciente que debía regresar a casa, por lo menos con el 50%  de la renta que tenía pendiente.

La noche se veía pesada y fría, más fría que de costumbre. El taxista estacionó su auto por breves minutos, cerrando sus cansados ojos, antes de iniciar la marcha de regreso a casa. El muchacho había pasado el día entero dando vueltas por la ciudad y a esa hora de la noche, estaba seguro que ya no habría personas fuera que podrían necesitar de sus servicios.

Treinta minutos pasaron y el taxista finalmente abrió los ojos, pestañeando un par de veces hasta despertar por completo, y apreciar la ligera tormenta de nieve que empezaba a caer. Sin dudarlo, el taxista encendió el auto, dirigiéndose a casa con más velocidad de lo planeado. Su objetivo era evitar que la tormenta de nieve empeorara en su trayecto a casa.

Los copos de nieve caían uno tras otro sobre su parabrisas, impidiendo por momentos su visión. A lo lejos en la intersección de dos calles, el taxista logró divisar un semáforo, cuya luz empezaba a cambiar, dándole la señal que podía cruzar la intersección sin problemas, mas su sorpresa fue otra, cuando de la nada, una sombra gris se posó delante del vehículo, obligando al taxista a frenar intempestivamente.

El joven muchacho golpeó su cabeza contra el volante, debido a la violencia con la que tuvo que detener el auto.

Un silencio cayó dentro del vehículo, quedando el joven taxista recostado aún sobre el volante, casi inconsciente.

 

 

Con el corazón cayéndosele a pedazos y el niño que ahora significaba toda su vida, Dongwan emprendió marcha hacia otra ciudad, en medio de la noche y abrazando un frío que jamás había sentido en todos los años que llevaba viviendo en América. Quizás era porque nunca salió de la casa de Jae Ryul, para nada más que cenas cercanas a su vecindario y viajes cortos a pequeñas islas.

Dongwan subió al último autobús de la noche, sentándose pesadamente en el asiento de la ventana y cayendo en un profundo sueño, inmediatamente; HyeSung en sus brazos, no había abierto los ojos en toda la noche desde que salieron de la habitación donde se hospedaban.

Dongwan agradeció a su pequeño hijo por no haberle dado molestias en su huida nocturna.

El viaje en bus demoró más horas de las que Dongwan había pensado, deteniéndose finalmente en una ciudad más fría que la anterior. El joven padre bajó del bus, buscando inmediatamente un lugar donde pudiera comer y dar algo de almorzar a su pequeño hijo, que ya empezaba a quejarse del hambre.

Finalmente luego de quince minutos de caminata, Dongwan se detuvo en una modesta cafetería, tomándose más de una hora ahí, para luego emprender marcha en busca de un hospedaje.

-que tenga buena estancia – sonrió la muchacha en la recepción del hotel

-gracias – respondió Dongwan, tomando la mano de HyeSung, mientras seguían al botones hasta su habitación.

Apenas el joven botones cerró la puerta, Dongwan se dejó caer sobre la cama, abrazando las almohadas que yacían sobre ésta.

-appa tengo frío – gimió HyeSung, sentado sobre la alfombra, abrazando su inseparable conejo de felpa.

-ven aquí cariño – llamó Dongwan al niño, quién rápidamente se puso de pie y corrió a su lado en la cama

-Sungie tienes temperatura… - exclamó Dongwan sorprendido, sintiendo el rostro ligeramente caliente de HyeSung.

El niño miró a Dongwan con ojos adormecidos y expresión perdida.

-espera aquí… - Dongwan recostó a su hijo bajo los cobertores, yendo luego a buscar medicina, en la mochila que siempre cargaba consigo.

 

 

La nieve caía por su ventana. Dongwan no recordaba exactamente cuando fue la última vez que vio la nieve caer. Quizás cuando aún era un adolescente lleno de sueños e ilusiones, viviendo en casa de sus padres.

Dongwan dejó salir un pesado suspiro, recordándose una vez más del error que había cometido en confiar en alguien a quien apenas había conocido por un par de días. Si tan sólo pudiera cambiar el pasado.

-appa… - la pequeña vocecita proveniente de la cama, distrajo los pensamientos de Dongwan.

-cariño que ocurre – el joven padre se acercó a la cama, observando con preocupación la expresión de dolor de su pequeño hijo

-appa duele… - exclamó HyeSung,  sujetando su estómago con ambas manos.

Dongwan entró en pánico.

-cariño está bien… appa está aquí – el joven padre tomó al niño en brazos, sentándolo sobre su regazo.

-oh Dios Sungie estás ardiendo en fiebre!! – exclamó Dongwan con horror, luego de sentir el rostro del niño casi ardiendo en llamas

El joven padre corrió una vez más en búsqueda de medicinas, pero esta vez no encontró nada que pudiera ser de utilidad para los síntomas que estaba presentando el niño.

-appa duele mucho!... – empezó a llorar HyeSung sobre la cama, abrazando con fuerza su conejo de felpa.

Dongwan sintió un profundo hincón en su corazón, al ver a su pequeño hijo retorciéndose de dolor. Sin pensarlo más, el joven padre tomó al niño en brazos, cubriéndolo con uno de sus abrigos, mientras abandonaba a toda velocidad la habitación.

-un hospital! Necesito un hospital!! – Dongwan ingresó a la recepción del hotel, alarmando a todos los trabajadores.

-Señor tranquilícese… en qué podemos ayudarlo? – trató de calmar la recepcionista.

-necesito un hospital! Mi hijo está enfermo! – exclamó Dongwan en pánico

-hay uno a unas cal… Señor!! – llamó la recepcionista en vano.

Dongwan salió del hotel corriendo con su hijo en brazos.

-tranquilo Sungie, voy a encontrar un hospital pronto! – hablaba Dongwan a HyeSung, que continuaba quejándose de dolor.

Nunca en toda su vida Dongwan había enfrentado una situación similar. Era la primera vez que HyeSung se enfermaba de cuidado.

-appa duele mucho!! Appa has que no duela!! – continuaba llorando HyeSung en brazos de su padre.

Dongwan seguía corriendo por las calles, esperando encontrar rastros de algún hospital. El frío era desgarrador y la nieve que empezaba a caer sobre su cabeza, no ayudaba mucho a la búsqueda del joven padre.

Completamente desesperado por encontrar un hospital y que su hijo dejara de llorar del dolor, Dongwan corrió a toda velocidad, no dándose cuenta cuando la luz del semáforo de una de las calles, cambió de color.

Dongwan sólo alcanzó ver las resplandecientes luces que lo cegaron y congelaron en ese pedazo de tierra bajo sus pies. Lo único que pasaba por su cabeza, era proteger al niño que seguía sosteniendo en brazos.

 

 

Segundos. Fueron sólo unos segundos los que demoró Dongwan en darse cuenta que se encontraba en una sola pieza y que su pequeño hijo aún estaba en sus brazos, quejándose de dolor.

-hey! Estás bien?... es qué estabas pensando?! Pude haberte atropellado! – llamó una fuerte voz a lo lejos, colocándose frente al joven padre, que aún permanecía arrodillado, aferrándose con fuerza a su pequeño hijo

-hey! Estás bien? – llamó ahora la voz con tono más preocupado

-s-s-sí… lo siento… no vi la luz – respondió Dongwan, colocándose de pie, encontrándose con ese par de ojos que no olvidaría jamás.

-el niño está bien? – habló nuevamente la voz, clavando la mirada en la personita que llevaba Dongwan contra su pecho

-sí!... es decir, no! Tengo que llevarlo al hospital… tiene la temperatura muy alta! – exclamó Dongwan, iniciando nuevamente su camino

-espera! Conozco un hospital no muy lejos de aquí, los llevaré – ofreció la voz, sujetando un brazo de Dongwan.

-gracias! – habló rápidamente el joven padre, subiendo al vehículo de color amarillo.

El auto se puso en marcha, no demorando más que diez minutos en estacionarse frente al hospital de la ciudad.

Dongwan bajó a toda prisa, no molestándose en volver a agradecer al extraño, por haberlo llevado hasta el hospital.

HyeSung fue atendido rápidamente por emergencias y llevado a una habitación privada.

Dongwan ahora respiraba tranquilo, observando a su pequeño hijo dormir tranquilamente en la cama del hospital.

-todo bien? – habló una suave voz, asomándose por una ranura en la puerta.

-sí… lamento haberte dejado así en el auto… estaba muy asustado – se disculpó Dongwan, invitando al extraño a entrar a la habitación.

El joven padre no sabía por qué, pero ese hombre extraño le inspiraba confianza.  

-es tu hermanito? – interrogó el extraño, observando a HyeSung

-mi hijo… - respondió Dongwan secamente

-eres casado – habló el extraño con voz seria

-no… HyeSung es adoptado – respondió el joven padre con un tono de melancolía en su voz

-ya veo… por cierto no me he presentado – rió nerviosamente el extraño

Dongwan giró su rostro en dirección del hombre que se veía notablemente nervioso.

-soy Dongwan… Kim Dongwan – se presentó el joven padre, con una cálida sonrisa

-Minwoo… Lee Minwoo… - sonrió el taxista.

 

A/N: si están adivinando bien, Sí! la primera parte de este fic va ser WooDong!!!... pero no demora el RicSung que les derretirá el corazón!!

 

 

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Thank you!
Shinbella
No quiero romper mi palabra de no dejar inconclusas mis historias, pero a veces siento que ha pasado tanto tiempo que ya nadie debe de leerlas.

Comments

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missstery #1
Chapter 21: Aunque tarde pero aquí sigo. Yo también pienso que muchas personas ya no leen estas historias, pero me alegra saber que aun mantienes tu palabra de continuarlas. Y mientras pueda aunque me tarde un poco en venir, seguiré leyendo, pues tus historias me gustan mucho y me ayudan a relajarme y olvidarme un poco de mis problemas. Por eso te agradezco que te tomes tiempo para seguirlas. Y sin importar cuanto tiempo pase espero por las actualizaciones. Porque como paso en este capítulo, la historia cada vez se pone más interesante. Un saludo y nuevamente gracias por volver. Cuídate mucho.
missstery #2
Chapter 21: Yo, todavía con vida y leyendo . Debo decir que me sorprendió la notificación, pues no sabía si seguirían escribiendo las historias. Pero gracias por no abandonarlas, y por la actualización. Mientras pueda seguiré leyendo.
missstery #3
Chapter 20: Muchas cosas pasaron en ese capitulo, hay mas en el pasado de algunos de lo que creía, y esto lo hace más interesante. Creo que la verdadera carrera empieza ahora, espero y no pase nada malo, pero me temo que algo así está por venir ahora que su ex esposo ya sabe donde está Dongwan. Me alegra ver una actualización tuya, pues además de que me gustan mucho tus historias, se que te encuentras bien, espero que tu familia también. Gracias por la actualización y sin importar cuanto tiempo pase, así como tu no los vas a dejar espero no dejarlos tampoco hasta el final. Cuídate mucho y saludos
Yessi10q1 #4
Chapter 20: Whiiiiiiii el capítulo estuvo intenso , muchos emociones juntas , los secretos del pasado vuelven.
Me sentí triste por Andy , la forma en que JunJin se comporta con el TT
Gracias por no olvidar está historia y seguir escribiendo :) me gustó mucho el capítulo
missstery #5
Chapter 19: Pobre Dongwan, ojalá y nada de lo que soñó se vuelva realidad, aunque con esa mujer no se que esperar, creo que les va a hacer mucho daño, pero espero que todo salga bien al final para ellos. Que bueno que se arreglaron Eric y Hyesung, ahora que llegó Andy será más interesante pues ya se volvió cuadrado amoroso, gracias por la actualización y así pasen otros mil años, seguré esperando por tus actualizaciones. Saludos
missstery #6
Chapter 18: Pobre Hyesung, el que quería evitar que Eric se enojara y creo que termino peor el asunto, todo por culpa de Amy y sus malos consejos para Junjin, pobre de él también que le cree todo a su tía. Ahora si creo que va a haber más problemas y no solo con la familia de Minwoo, sino con el ex de Dongwan. Esto cada vez está mejor, valió la pena esperar esos mil años aunque se fueron tan rápido que parecía menos de uno. Gracias por la actualización.
turyka #7
Chapter 18: No puedo creer que ha pasado 6 meses.(°o°)
Aish, Jinnie en verdad es un antipático niño mimado, y la mala influencia de su tia lo va a poner peor.
Pobre Sungie demasiada presión para su edad, espero q sólo sea stress. Eric debería bajarle a sus celos debería comprender un poco más su situación.
En qué habrán quedado la bruja de Amy y el ex de Wannie. Veo venir problemas más profundos ..
Espero q actualices pronto me encantan tus historias. (*˘︶˘*).。.:*♡
Vien1103
#8
universe have google translator. And coz of that.. indeed i feel very thankfull.
I can read your story with the help of it. Hanahahaa..
I'll wait for your update.
turyka #9
Chapter 17: No me digas que Amy es la verdadera madre de Sungie..(。ŏ﹏ŏ)
Espero que la abuela no haga un escándalo con las nuevas noticias.
Gracias x seguir escribiendo.
missstery #10
Chapter 17: Gracias por el nuevo capitulo, estuvo muy bueno y me parece que se acercan problemas mas grandes, esperare pacientemente un nuevo capitulo. Si fui capaz de esperar 84 años, puedo esperar otro poco. Aunque yo sentí que solo fueron 80. No ya en serio Gracias por retomar a tus bebés pues a mi me gusta verlos crecer pues todos son muy interesantes y son capaces de mover todos mis sentimientos. Sigue adelante.