30-10-2014
¿Cuándo....Desearías saberlo?Una semana y media después, me encontraba en el to periodo de Literatura Americana cuando alguien llamó a la puerta del aula. Todos levantamos la vista mientras que nuestro director entraba. El director Lee (21-04-2042) es un hombre de baja estatura que anda por ahí como si fuera dueño del lugar. También tiene una predilección por el uso de grandes palabras así que nadie puede entender lo que está tratando de decir. —¿Soo-young? —dijo cuando mi profesora, la señora Park (30-06-2056), miraba hacia arriba.
—¿Sí, director Lee?
—Voy a necesitar ver a Kim Taeyeon en mi oficina cuanto antes. —Su voz sonaba seria. Veintitrés pares de ojos se giraron para mirarme, y mis latidos se incrementaron. Yul parecía tan alarmada como yo me sentía.
Desde el asiento frente al mío, Leeteuk (25-07-2017) dijo—:Tú, Asesina Tae, ¿qué hiciste? Sentí que se me secaba la boca. ¿Qué había hecho?
—Señor Leeteuk. Otra palabra tuya y te unirás a nosotros —le advirtió Lee. Leeteuk se dio la vuelta y se rió junto con su mejor amigo, Choi Minho (25-07-2017).
Sintiendo mi cara sonrojarse, recogí mis libros y mi mochila lo más rápido que pude y seguí al director para salir de la habitación. El señor Lee me llevó por los pasillos vacíos, sus zapatos haciendo claces fuertes contra el suelo de baldosas. Yo prácticamente caminaba de puntillas. Llegamos a su oficina y pasamos a través de las puertas a un gran espacio abierto. Todas las secretarias de la escuela que trabajaban allí alzaron la mirada al unísono cuando llegamos. Sabiendo que nunca me habrían llamado a la oficina del director si no estuviera en problemas, sentí mis mejillas abrasando con calor.
—Por aquí, Taeyeon — dijo el director Lee, haciéndome un gesto hacia adelante a través del laberinto de mesas hasta su despacho en la part e posterior. La puerta estaba cerrada y todas las persianas en las ventanas de cristal se encontraban bajadas.
Abrió la puerta y de nuevo me hizo un gesto con la mano hacia el interior. Sentados en las sillas frente a su escritorio grande de metal estaban dos hombres de la misma edad que mi madre: uno pequeño y grueso con una cara como un perro bulldog; el otro alto y ancho de hombros con un hermoso rostro que podría haber visto en Hollywood.
Los dos estaban vestidos formalmente de traje y corbata, y cada uno de ellos se volvió hacia mí, sus miradas duras y sospechosas. Tiré de la cremallera de mi sudadera, saltando mientras la puerta se cerraba detrás de mí. El director Harris fue a su escrit orio y se sentó, y luego señaló una silla a su izquierda.
—Siéntate — dijo.
No era una petición. Traté de tragar, pero mi boca se había quedado seca. Me acerqué a la silla y me encogí de hombros con mi mochila, noté la palabra larga del día en el calendario del escritorio principal de Lee a mi lado. La palabra de hoy era TRIFULCA — UNA DISCUSIÓN PÚBLICA.
—Taeyeon — dijo Lee, y me sacudí, dirigiendo mi atención hacia él—. Este es el agente especial Taecyeon del FBI y su compañero, el agente Nichkhun. —Ante la mención de sus nombres, los dos hombres se metieron las manos en los bolsillos de sus chaquetas y sacaron sus respectivas insignias, las cuales sostuvieron en alto. Los brillantes escudos me recordaron a la insignia de mi padre. Mamá todavía la guardaba en su cajón de la cómoda. —Ellos están aquí para hablar de una situación más grave y apremiante, Taeyeon —dijo el director Lee—. Por favor, préstales toda tu atención mientras relatan los det alles.
El tipo alto de hombros anchos, el agente Taecyeon (02-10-2052), sutilmente puso los ojos en blanco cuando el director Lee no miraba. Al parecer, los niños no eran los únicos a los que les resultaba difícil gustarle nuestro director. —Taeyeon —comenzó el agente Taecyeon.
Abracé mi mochila, sintiendo mi corazón latir contra mi caja torácica. Esto era sobre Ma. Algo le había sucedido o est aba en problemas.
—¿Es Taeyeon? —pregunt ó Faraday—. ¿O Tae?
—Tae —dije, odiando que mi voz se quebrara. Estaba tan nerviosa por Ma que no sabía si podía manejar lo que podría venir después.
El agente Taecyeon sonrió, pero no tenía ninguna calidez. —Eso pensaba —dijo —. Tenemos algo muy import ante que queremos preguntarte, Tae.
Fruncí el ceño. ¿Qué podía querer preguntarme sobre Ma?
—Uh... est á bien.
El agente Taecyeon le dio un codazo al agente Nichkhun (07-08-2051), y sacó una fotografía de cinco por siete de un chico vestido con un uniforme de béisbol.
—¿Has visto a este muchacho recientemente? —preguntó Nichkhun.
El aspecto de la foto me confundió. Esto no parecía ser sobre Ma en absoluto, pero ¿qué podía tener que ver conmigo la foto de un chico con un traje de béisbol? Me incliné hacia adelante para mirar, y al principio toda mi atención se centró en los números del chico, que eran difíciles de leer debido a la gorra.
Finalmente los descifré: 29-10-2014. Ayer. Y luego volví a mirar la cara del chico, ya que la fecha era familiar, y me di cuent a de que se trataba de Byun Baekhyun . Podía sent ir la sangre drenándose de mi cara, y también pude ver que los agentes se habían dado cuenta de mi reacción. Había visto lo suficiente en la televisión para saber que el FBI no venía a hacer preguntas sobre chicos muertos a menos que creyeran que tuvieras algo que ver con ello.
Traté de pensar en lo que debía decirles. No sabía si era mejor contarles la lectura con la señora Byun o hacerme la tont a. Decidí aspirar a algo en el medio.
—No lo he visto —dije, lo que era verdad. Nunca había conocido a Baek antes.
—Él desapareció ayer de su casa a la escuela, alrededor de las tres de la tarde. ¿Segura que no lo has visto, Tae? —me presionó el agente Taecyeon.
Miré a la derecha de Taecyeon. —Sí, estoy segura.
Él y Nichkhun se echaron hacia atrás en sus sillas e intercambiaron una mirada. No me gustó que pensaran que yo mentía. Nichkhun se movió cerca de mí de nuevo, todavía con la imagen al nivel de los ojos.
—Mira, la cosa es, Tae, que este chico se encuentra desaparecido. Y su madre parece pensar que tú puedes ser quien sepa dónde está.
Mi ceño se frunció. ¿Qué? Oh, Dios, pensé. Baek estaba desaparecido y estos chicos no sabían que estaba muerto. Peor aún, la forma en que me miraban, sugería claramente que pensaban que podría haber tenido algo que ver con ello. Me sentí a punto de entrar en pánico, por lo que me aferré a la verdad, o a una versión de la misma. Negué con la cabeza de nuevo y dije—: Yo no conozco al chico. —Esta vez incluso me las arreglé para levant ar un poco la voz.
—Entonces, ¿por qué su madre dijo que lo conoces?—pregunt ó el agente Nichkhun casualmente, como si simplemente estuviera pidiendo una pequeña aclaración—. ¿Por qué iba a decir que sabías dónde está?
No tenía idea de lo que la señora Byun le había dicho a los federales, y me sentía como una rata atrapada en un laberinto sin salida. Traté de mantener la mirada de Nichkhun. Fallé.
—No sé por qué ella diría algo así. No lo conocía.
Taecyeon se sentó. Algo que dije lo alertó. —¿No lo conocías? —repitió—. ¿Por qué utilizas el tiempo pasado, Tae?
Tragué saliva. Acababa de decir algo realmente estúpido. Al fondo, oí sonar la campana que indicaba el final del to período. —¿Hay algo que hayas hecho por lo que te sientas mal, Tae? —preguntó Taecyeon suavemente—. Estamos aquí para ayudarte, ya sabes. Pero no podemos ayudarte si no hablas con nosotros.
No confiaba en él ni por un segundo. Negué con la cabeza de nuevo, mirando fijamente al suelo. Estaba decidida a no decir otra palabra. Lo que sea que dijera podría ser retorcido y utilizado en mi contra.
El agente Nichkhun levantó la foto hacia mí de nuevo. —Es sólo un niño, Tae. Si está herido o necesita ayuda, tienes que decírnoslo.
Miré de nuevo la foto rápidamente. Los números de Baek se mantenían flotando por encima de su gorra. 29-10-2014. Ayer. Taecyeon dijo que había desaparecido alrededor de las tres de la tarde, y yo sabía que tenía que pensar en mi coartada.
Fui a la escuela, luego a casa para encontrar a Ma borracha en el sofá, por lo que me dirigí a donde Yul y me quedé con ella hasta la hora de la cena. Entonces me fui a casa de nuevo, llevé a Ma a la cama, y estudié para un examen de química. Me fui a la cama cerca de las once, y sabía que Yul podía dar fe de la hora después de la escuela por lo menos. Sintiéndome culpable, me di cuenta que no había pensado en Baek desde que puse su nombre en mi cuaderno. Tomando una respiración profunda, reuní un poco de coraje. Si no me explicaba, entonces esto podría salirse fuera de control muy rápidamente.
—Escucha —comencé, trat ando de elegir mis palabras con cuidado—. La señora Byun vino a verme, ¿de acuerdo? Yo no fui a su casa; ella vino a la mía.
Nichkhun asintió como si entendiera totalmente. —Nos contó que tú dices ser una especie de médium.
Tomé otra respiración profunda y traté de calmarme. Lo estaba retorciendo todo, y no entendían.
—No soy una médium —dije—. Solo veo las fechas.
Taecyeon arqueó una ceja. —¿Fechas? ¿Qué tipo de fechas?
—Las fechas de la muert e.
A mi lado oí al señor Lee quedarse sin aliento mientras Nichkhun y Taecyeon intercambiaron otra mirada. Decidí seguir adelante con mi explicación.
—Desde que era pequeña he sido capaz de ver la fecha exacta de cuando alguien va a morir. No sé por qué lo puedo ver, pero puedo. Así que cuando mi madre perdió su trabajo y necesitábamos un poco de dinero extra, empezamos a cobrar a la gente para que les dijera en qué fecha iban a morir.
Nichkhun hizo un ruido que sonó como una risa ahogada. Taecyeon le cortó con una mirada, y Nichkhun recuperó la compostura rápidamente. —¿Así que le dijiste a la señora Byun la fecha en que piensas que ella va morir? —preguntó.
—No. Ella vino a mí por su hija que tiene cáncer. La Sra Byun quería que le dijera si estaba bien seguir adelante poniendo a su hija en un ensayo de medicamentos.
—Pensé que no eras médium —dijo Taecyeon. Suspiré. Esto era muy frustrant e.
—No lo soy. Le dije que su hija iba a vivir, como, otros ochenta años, así que la señora Byun sabía que debía seguir adelante y poner a su hija en el ensayo de medicamentos.
—¿Qué tiene que ver Baek con eso? —preguntó Taecyeon.
—Vi su foto.
—¿Viste su foto? —repitió Nichkhun.
Asentí con la cabeza. —No tengo que ver a alguien en persona para ver una fecha de muerte. Puedo leerlas en las fotos igual de bien.
—Así que viste su foto, y entonces, ¿qué? —pregunt ó Taecyeon.
—Cuando vi la fecha de Baek le pregunté a la señora Byun si también estaba enfermo, y ella dijo que no. Entonces le dije que su fecha de muerte era esta semana, y ella no me creyó. Me llamó un fraude y se fue. —
Y entonces pensé en la llamada telefónica en el restaurante y decidí que también podría decirles todo—. Más tarde esa misma noche, la llamé para tratar de convencerla de que no soy un fraude, pero se enfadó mucho conmigo, así que colgué y la dejé en paz.
—Ella dice algo un poco diferente, Tae —dijo Nichkhun después de una breve pausa—. Dice que amenazaste a su hijo. Dice que le dijiste que, si no te escuchaba, algo malo le iba a pasar a Baek.
Miré la foto todavía en manos de Nichkhun. —Algo malo le ha sucedido —susurré.
El director Lee aspiró otra respiración y la tensión en la sala se fuea otro nivel. —¿Dónde está, Tae? —me preguntó Taecyeon en voz baja—. Dinos lo que le hiciste y dónde está. Mis ojos se abrieron. Él no me creía, y todavía pensaba que yo le hice algo a Baek. Supe entonces que no iba a salir de esta, pero también sabía quién podía ayudarme.
—Creo que debería llamar a mi tío —dije, mientras la campana de advertencia para el séptimo período sonaba.
—¿Tu tío? —preguntó Nichkhun.
Asentí con la cabeza, sintiéndome un poco mejor con el pensamiento de llamar a Heechul. —Él es un abogado, y creo que querría que lo llamara en este momento.
El director Lee se aclaró la garganta y levantó la mano. —Agentes Taecyeon y Nichkhun, me temo que estoy bastante incómodo con esta entrevista teniendo lugar en mi oficina. Si desean preguntarle algo más a Taeyeon, entonces voy a necesitar comunicarme con la señora Kim y permitir que Tae llame a su tío, ya que ella tiene el derecho de tener a un abogado presente. De lo contrario, señores, esto será t odo.
Taecyeon se puso de pie, pero Nichkhun no le hizo caso. Se inclinó hacia delante, su mirada intencionada en mí. —¿Seguro que deseas involucrar a un abogado aquí, Tae? Quiero decir, si nos dices donde está Baek en este momento, podemos ser capaces de hacer un trato. Pero si el abogado viene, a la larga va a ser peor para ti. Déjanos ayudarte, Tae. Dinos dónde se encuentra Baek, y deja de torturar a sus padres, por el amor de Dios.
Abracé mi mochila con más fuerza y los agentes me miraron expectant es. Me quedé pensando en las historias de las que Heechul me habló de sus clientes y lo tontos que muchos de ellos fueron al hablar con la policía antes de llamarle a él.
—No creo que deba decir nada más sin mi tío —dije. Taecyeon le dio un codazo a Nichkhun, y los dos se levant aron y se acercaron a la puerta, pero después de abrirla, el agente Taecyeon se volvió a mirarme.
—Estaremos en contacto, Tae. Pronto. Puedes contar con ello.
Su promesa me dejó fría hasta los huesos.
Después de salir de la oficina del director Lee, no fui a mi séptima clase de cerámica de época. En cambio, me dirigí directamente al baño de chicas y me escondí en un urinario. Mientras esperaba a la campana final, llamé a mi tío, pero me llevó directamente al correo de voz. Le dejé un mensaje, pero no escuché de él antes de la campana. Después de esta sonara, me quedé donde estaba hasta que la mayoría de los estudiantes vaciaron el edificio, y luego me apresuré a través de las salas casi vacías a mi casillero. Después de recoger mis libros, me dirigí a la entrada trasera al lado de la piscina. Mi bicicleta estaba bloqueada en el aparca bicis, pero había tres huevos rotos sobre el asiento. Un pedazo de papel manchado tenía las palabras: Tres pequeños pollitos murieron aquí, 30-10-2014.
Reconocí la letra de Leeteuk. Arrugando el papel, busqué algo para limpiar el asiento. —¡Oye! —Escuché mientras inspeccionaba el suelo. Al mirar hacia arriba vi a Yul caminando hacia mí, llevando un fajo de toallas de papel y su patineta. —Fueron Leeteuk y Minho—dijo, y me entregó las toallas. Me temblaban las manos mientras secaba el desorden. —Gracias, Yul.
—¿Qué diablos hiciste para que Lee te llamara a su oficina?
Quería decirle a Yul todo sobre el encuentro en la oficina del director, pero quería aún más llegar a casa para decírselo a Ma y tal vez llamar al tío Heechul. No era inusual que Heechul tardara en devolverme las llamadas, pero las llamadas de Ma siempre las devolvía. No sabía cómo iba a reaccionar Ma, y eso me preocupaba. Pero luego tuve otro pensamiento. Miré a Yul y le dije—: ¿Te acuerdas de salir conmigo ayer, ¿verdad?
La frente de Yul se frunció. —¿Ayer?
—Sí. Pasamos el rato y estudiamos para el examen de química. ¿Recuerdas?
Ella asintió con la cabeza. —Recuerdo.
Arrojé las toallas de papel a la basura y abrí mi bicicleta. —Si alguien viene a tu casa y te pregunta al respecto, podrás responder por mí, ¿verdad?
Yul ladeó la cabeza. —TaeTae, ¿qué está pasando?
Me subí a la bici y me impulsé. —Te llamaré más tarde, ¡solo recuerda lo que te dije!
Llegué a casa rápido, pero no lo suficientemente rápido. Había un sedán negro estacionado en frente de nuestra casa, y no creí que fuera de un cliente. Dejé mi biciclet a en la cochera, entonces me arrastré hasta la puerta de atrás, que estaba entreabierta, pero la contrapuerta estaba cerrada. Poniendo mi oído en el panel de vidrio fino, oí voces, la de Ma y la de otra persona. Reconocí el profundo barítono de la voz de Taecyeon de inmediato.
—Todo depende de usted, señora Kim. Si quisiera tener presente a su cuñado mientras interrogamos a su hija, está en su derecho como su tutora. Pero él va a decirle que no hable con nosotros, y si algo le ha sucedido a Byun Baekhyun, y su hija lo sabía o ha desempeñado un papel en ello, entonces me temo que le podría ir mal con bastante rapidez.
—¡Tae no tuvo nada que ver con la desaparición de ese muchacho! —espetó Ma. Me esforcé por oírla, escuchando los signos reveladores de que le hubiera dado hoy fuertemente a la botella, pero su discurso solo estaba un poco espeso.
Tal vez ellos no se dieran cuenta. —Pero usted admite que ella amenazó a la madre del chico —dijo Taecyeon.
—¡Por supuesto que no! Tae no le haría daño ni a una mosca.
—¿Podría informarnos de su paradero ayer? —preguntó otra voz. Nichkhun, pensé.
—Ella estaba aquí conmigo.
Cerré los ojos y maldije en voz baja. —¿Todo el día? —preguntó Taecyeon.
—¡Bueno, por supuesto no todo el día! Ella llegó a casa directamente de la escuela y nos quedamos aquí hasta después de la cena viendo la televisión. Ent onces hizo su tarea y se fue a la cama un poco más tarde de las diez. —Me di cuent a que Ma estaba contando lo que yo hacía casi todos los días, pero no ayer. Sabía que su memoria era a menudo confusa, así que no creí que estuviera tratando de mentir a los agentes
—¿A qué hora llegó a casa después de la escuela? —continuó Nichkhun.
—A la hora de siempre —dijo Ma—. A las dos cuarenta y cinco, creo. Hubo una pausa, luego Taecyeon dijo—: ¿A la hora habitual? Son las tres y diez y ella no está en casa todavía.
—Ese reloj está diez minutos adelantado —dijo Ma rápidamente.
Sabía que se estaban refiriendo tanto al reloj de madera antiguo encima de la repisa de la chimenea. Era el reloj de papá. Lo compró para Ma en su primer aniversario, y solía ponerlo diez minutos por delante por lo que siempre llegaría pronto a su turno. Nunca habíamos corregido la hora.
—Incluso teniendo en cuenta la diferencia —continuó Taecyeon—, ella sigue llegando quince minutos tarde.
Tomé una respiración profunda para calmarme y abrí la contrapuerta. Chirriaba mucho. — ¡Hola, Ma! ¡Estoy en casa! —Decidí actuar como si no tuviera ni idea de lo que estaba sucediendo en la sala de estar.
—¿Tae? —Ma me llamó nerviosamente—. ¿Dónde has estado, cariño? Llegas tarde.
—Lo siento —dije, dejando caer mi mochila sobre la mesa de la cocina por lo que haría algo de ruido—. Alguien untó algo viscoso en mi asiento de la bici y me costó limpiarlo. Luego entré en la sala de estar y fingí quedarme corta.—Oh —dije—. Están aquí.
Taecyeon arqueó una ceja. Estaba bastante segura de poder notar una mentira a una milla de distancia.
—¿Tienes una bicicleta, Tae? —preguntó en ese mismo tono casual del que yo no confiaba ni por un segundo.
Asentí con la cabeza. —Está en la cochera.
Taecyeon miró a Nichkhun. —¿Cuántos kilómetros hay entre aquí y Parkwick?
—Cuatro o cinco —dijo Nichkhun.
¿Cuánto tiempo te llevaría recorrerlos en una bicicleta? —Diez minutos, tal vez.
Taecyeon se volvió a Ma.—¿Está segura de que su hija estaba aquí con usted ayer entre las tres y las seis?
Ma me miró y asintió con firmeza. —Estoy segura. ¿Te acuerdas, cielo? Vimos ese programa... ¿Cuál era?
Y allí estaba. Tampoco tenía que estar de acuerdo con Ma, quien se veía tan sincera en su esfuerzo por crear una coartada para mí, o corregirla y hacer que los agentes sospecharan de una mentirosa. Decidí tratar de protegernos a las dos.
—Uh, Ma, creo que estás pensando en el martes. Yo me encontraba en casa de Yul ayer estudiando para el examen de química. ¿Recuerdas?
La frente de Ma se frunció y t oda la confianza que había reunido delante de los agentes se fue, y parecía perdida. Fundiendo su mirada hacia su regazo, dijo—: Oh. Creí que fue ayer. —Entonces cogió el vaso de plástico sobre la mesa lleno de un líquido claro que yo sabía que no era agua.
—¿Quién es Yul? —preguntó Faraday.
—Kwon Yuri. Es mi mejor amiga. Ella puede responder por mí.
Taecyeon hizo una nota en su cuaderno y me pidió la dirección de Yul. Mientras él la anotaba, Nichkhun dijo—: ¿Crees que tu amiga Yuri podría saber el paradero de Byun Baekhyun ?
Lo había preguntado tan a la ligera, como si estuviera preguntando si sabía dónde conseguir la mejor hamb
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