15-11-2014
¿Cuándo....Desearías saberlo?El cuerpo de Jessica fue hallado a la mañana siguiente. Lo supe cuando Heechul me llamó después del desayuno y me dijo que venía hacia aquí otra vez. Los agentes federales nos pidieron que volviéramos para otra cita, y tuve un terrible presentimiento.
Ma trabajó hasta tarde en el Drug Mart la noche anterior, y todavía estaba en la cama cuando llegó Heehcul, así que la dejamos dormir y nos dirigimos al centro de Grand Haven. Las oficinas de la agencia volvían a zumbar en actividad, y en esta ocasión cuando pasamos por la puerta descubrimos a Taecyeon esperándonos.
Nos condujo a una habitación con un espejo polarizado en la pared, y una bombilla de techo fluorescente que le daba a la piel un tono enfermizo. Nos sentamos y Taecyeon nos preguntó si queríamos algo de beber. Esta vez traía mi propia botella de agua, y Heechul lo rechazó, pero Taecyeon nos dejó de todas maneras, diciendo que iba por un poco de café. Lo esperamos pacientemente, pero después de veinte minutos era claro que nos dejó para que sudáramos. Heechul se levantó para caminar e incluso fue hacia la puerta, pero la cerraron, y eso pareció enfurecerlo. Luego de dos horas se abrió y Taecyeon entró. Trajo una caja de madera para embalaje y la puso en la mesa frente a nosotros. Mi corazón latía con fuerza. Sabía que lo que fuera que hubiera en esa caja era malo.
—Siéntense —nos dijo.
Heechul se quejó de inmediato.
—¿Mi sobrina está arrestada? — gritó, señalando la puert a—. Porque nosotros venimos aquí, Taecyeon, de buena voluntad, y nos encierras sin acusarla, lo que es ilegal.
Taecyeon ladeó la cabeza, y medio sonrió burlonamente lo cual sabía lo enojaría más. —¿La puerta se cerró? Uh. Lo siento por eso. A veces se atora, como en la casa de tu cuñada, y puede ser realmente difícil abrirla.
Sus puños se apretaron, y podía decir que quería golpearlo, pero Taecyeon levantó con calma la tapa de la caja y miró el interior como si tuviera un tesoro secreto que no pudiera esperar para mostrarnos. Heechul me vio, alzando una ceja. Negué con la cabeza ligeramente. No tenía idea de lo que se encontraba en la caja. Con un suspiro, mi tío se sentó y cruzó de brazos. Aguantaría esta pequeña farsa sólo hasta que el agente le jugara una mala pasada, luego sabía que exigiría marcharse.
Taecyeon se sentó, pero mantuvo el contenido de la caja oculto.
—Como seguramente escucharon —comenzó—, esta mañana encontramos el cuerpo de Jessica Jung junto al río Waliki cerca de ochocientos metros de donde fueron hallados los restos de Byun Baekhyun.
Mi boca se secó. Ya lo sabía, pero aún era difícil de oír. Entonces buscó dentro de la caja y sacó una bolsa de evidencia. En su interior había lo que parecía ser una imagen rota de un gatito con la pata levantada. Los pedazos fueron pegados con cinta adhesiva un poco al azar, pero la reconocí de inmediato como la tarjeta que le enviamos a Jessica. Heechul frunció el ceño. Mis esfuerzos por salvar a Jessica regresaron para perseguirme.
—¿Sabes lo que es esto?— preguntó Taecyeon. Ni siquiera tuve que mirar a Heechul para saber si debía responder. Me lo dijo en el restaurante el día anterior.
—Sí —comenté—. Es una tarjeta que Yul y yo le mandamos a Jessica Jung.
Las cejas de Taecyeon se alzaron. Lucía sorprendido por mi respuesta. Sabía que debía decirle por qué la enviamos, así que comencé con el partido de fútbol, señalando que lo vi a él y a Nichkhun allí, y cuando nos hallábamos en las tribunas percibí la fecha de muerte de Jessica.
—Era tan pronto que me asusté cuando lo hice —expliqué—. Me fui de las tribunas, y Yul me siguió, así que le conté lo que vi. Ella quería regresar y advertirle, pero con ustedes en las gradas y todo lo que pasó después de que leí para la señora Byun, no pensé que fuera tan buena idea.
Heechuñ se inclinó.— Además le dije a mi sobrina que no verbalizara ante nadie ninguna fecha de muerte que viera.
Asentí. —Cierto. Pero Yul y yo nos sentimos muy mal por Jessica,y decidimos que teníamos que hacer algo para advertirle, por lo que compramos esa tarjeta y escribimos un mensaje para enviárselo. Sé que suena raro, pero no sabíamos qué decirle para que nos escuchara. La oímos decir que tendría un auto nuevo para su cumpleaños, así que medio asumimos que se accidentaría. Ninguno pensó que terminaría como...
Mi voz se apagó. Todavía me era difícil entender que asesinaron a Jessica. Taecyeon me miraba con intenso escrutinio. No podía decir si me creía o no. — ¿No sabías que terminaría como qué, Tae? ¿Así? — Buscó dentro de la caja y sacó una fotografía, estampandola contra la mesa frente a nosotros. Aparté la mirada. Usó esta táctica antes, y no quería vivirla otra vez.
—¡Jesús! — le siseó Heechul. De reojo pude verlo alejar la foto—. ¿En serio, Taecyeon? ¡Mi sobrina tiene dieciséis! ¡Deja de tratar de provocarle una reacción mos rándole fotos de la escena del crimen!
Taecyeon se acercó y la volteó nuevamente. No aparté la mirada lo suficientemente rápido, y capté un vistazo del rostro de Jessica, con los ojos abiertos, las mejillas hinchadas y magulladas, una cuchillada en la frente, y una larga herida abierta en el cuello. Se me humedecieron los ojos y los cerré para apretarlos. Oí la silla de Heechul raspar el suelo.
—Tae —dijo—. Nos vamos.
—Oh, no se los recomiendo — dijo Taecyeon. Le eché un vistazo, se recostaba en su silla como si retara a Heechul a marcharse—. Al menos no antes de que me escuches, Kim.
Heechul recogió la fotografía y se la lanzó al agente. — Tienes treinta segundos para decirnos qué es lo que quieres, Taecyeon, y luego me llevaré a Tae de aquí, y ni siquiera pienses en mostrarle otra foto espantosa, o llamaré al Departamento de Justicia exigiendo que investiguen tus tácticas incluso antes de que me vaya de este edificio.
Taecyeon recogió la foto de donde cayó en el suelo y la colocó en la caja de nuevo, aunque todavía lucía realmente furioso, y lo entendía, porque lo que le pasó a Jessica parecía peor que cualquier pesadilla que pudiera imaginar. Pero yo no era responsable. Tenía que saberlo.
Taecyeon respiró profundamente, parecía como si tratara de frenar su ira. Luego me miró a los ojos y golpeó la bolsa de evidencia con la tarjeta y dijo —: Este es el asunt o, Taeyeon. No encontramos esto en la basura de Jessica Jung. — Fruncí el ceño —. Lo encontramos en el cesto de basura de Kwon Yuri.
Mi mandíbula cayó. ¡No tenía sentido! —Verás —continuó Taecyeon —, el agente Nichkhun y yo nos acercamos para reconfirmar tu coartada con Kwon, para checar si tal vez quería cambiar su historia. Tu amiguita se apegó a los hechos, pero se encontraba tan nerviosa y asustadiza que sentimos que escondía algo. Por lo que, más tarde esa noche volvimos a dar una vuelta y notamos que había sacado la basura. No necesitas una orden para buscar en la basura de alguien, ¿lo sabías? También recogimos la tuya, por cierto. T ienen que reciclar más.
Sentí que la sangre se me iba del rostro. Ma escondía sus botellas vacías en la basura porque no quería que nuestros vecinos vieran cuántas de licor iban al t acho de reciclaje.
—Entonces Kwon nunca envió la carta —dijo Heechul, la vena en su sien palpitaba notablemente. Sabía que se sentía furioso con el agente por ese último comentario—. ¿Es ese un crimen ahora, agente Taecyeon?
Él lo ignoró y rebuscó otra vez en la caja. Me preparé para lo que podría venir después. Sacó una hoja de papel y la puso en la mesa. Me hallaba tan t ensa y nerviosa que me giré de inmediato. — ¿Lo reconoces? —preguntó. No miré hasta que sentí la mano de mi tío en el brazo, y entonces me concentré en el pedazo de papel ahora en la mesa. Era el bosquejo de un artista con el rostro de una mujer, e incluso aunque era bastante irregular, la primera persona en la que pensé cuando lo vi fue en Yul.
El latido de mi corazón era como una bola de demolición. Sabía que Taecyeon podía decir que vi las similitudes, pero olí la trampa, así que negué con la cabeza.
—No —dije, pero salió como un susurro.
—¿De verdad?— dijo Taecyeon, en conmoción y asombro.— ¿No reconoces a tu propia mejor amiga, Tae?
Heechul miraba entre Taecyeon y yo. También olía la trampa. —Tienes su respuesta. ¿Cuál es tu punto?
Sacó otro documento. Lucía como una carta escrita a mano. Luego sacó varios más. Heechul levantó los papeles y comenzó a leer, pero yo me concentraba en Taecyeon, que a su vez no me quitaba los ojos de encima.
—Esas son declaraciones de testigos—dijo—. De las compañeras porristas de Jessica. Todas cuentan más o menos lo mismo. Dicen que la tarde del lunes pasado después de la práctica, Jessica fue abordada por la chica del boceto y le contó una historia asombrosa. Afirmó que era psíquica, que tenía visiones que casi siempre se volvían realidad, y que al ver a Jessica en el part ido de fút bol fue acometida con una visión de ella muriendo en su cumpleaños. No le dio su nombre, pero le advirtió que no condujera su auto nuevo el cual también la vio recibir por su cumpleaños.
Sentí mi sangre congelarse. Supe al instante lo que Yul hizo. Tomó la tarjeta luego de dejarme en la cafetería, dudaba acerca de mandarla, sabiendo que probablemente Jesscia pensaría que bromeaban. Lo más seguro es que decidió ahí mismo ignorar todas mis advertencias y dirigirse directamente a Jupiter High a sólo unas cuadras de allí. Y luego de que le comenté que Jessica fue asesinada y los federales podrían volver a preguntarle sobre mi coartada, entró en pánico, rompió la tarjeta y la tiró a la basura para deshacerse de la evidencia. Con repentino horror supe exactamente a dónde iban los federales con esto. Pensaban que Yul había matado a Jessica. Y ya que su foto de la escena del crimen se parecía a la de Baekhyun, no era extraño pensar que también tratarían de relacionar su muerte con ella. Mientras juntaba las piezas, Taecyeon buscó dentro de la caja otra vez y sacó otra declaración.
—Aquí hay un testimonio de la entrenadora de Jessica, que nos contó de una chica parecido a la del bosquejo se le acercó y dijo ser del periódico Poplar High. Le interesaba mucho la nueva estrella del equipo, Jessica Jung. Esto fue antes del partido de fútbol, Tae, cuando supuestamente viste su fecha de muerte. Y lo comprobamos con el periódico de tu escuela; Kwon no trabaja allí, y nunca lo ha hecho.
—¡Ella no lo hizo! — solté, asustada de a dónde se dirigía con esto. La mano de Heechul se cerró sobre mi brazo, pero era demasiado tarde.
—¿No hizo qué? — preguntó, inclinándose hacia adelante—. O tal vez debería pregunt ar, ¿quién no hizo qué?
Miré a Heechul, prácticamente suplicándole que me dejara hablar, para explicarle a Taecyeon, pero la advertencia en los ojos de mi tío era clara. No diría una sola palabra hasta que lo permitiera.
—¿Qué tiene que ver esto con mi sobrina? —exigió.
Taecyeon extrajo una foto de Yul. Era del anuario de segundo año. El agente lo sostuvo al lado del bosquejo del artista. — ¿Ves un parecido? — preguntó.
Heehcul mantuvo sus ojos en Taecyeon. —De nuevo, ¿qué tiene que ver esto con mi sobrina?
Taecyeon bajó los artículos. —Tiene todo que ver, abogado. La chica en el bosquejo es su mejor amiga, este personaje Yul. La tenemos aquí ahora, y dice que todo fue idea de Taeyeon. Que elaboró un plan para secuestrar y matar a Byun Baekhyun , la convenció de hacer el trabajo sucio, y ambas lo disfrutaron tanto que fueron en busca de otra víctima: Jesssica Jung.
Mi boca se abrió y un ruido salió de lo más profundo de mí, uno que era espontáneo y primordial. La mano de Heechul me volvió a apretar el brazo, apenas logré contenerme.
—Corta la mierda, Taecyeon—espetó—. ¡Kwon no dijo tal cosa! Si lo hubiera hecho, arrestarías a Tae ahora, pero no tienes nada más que una tarjeta de cumpleaños rota, un bosquejo vulgar y algunas declaraciones de testigos que destrozaré en la corte. ¡No tienes ninguna prueba de que la chica en el boceto es Kwon, y de que en realidad le hizo daño a Jessica Jung!
Taecyeon ni se inmutó por su estallido. Se frotó la barbilla antes de inclinarse aún más, su gran cuerpo cada vez más cerca de la mesa. —¿Sabes qué otra cosa encuentro interesante? — Su pregunta fue dirigida a mí directamente. Sacudí la cabeza, y parecía no poder parar. No quería oírlo, lo que sea que fuera, porque todo era mentira—. La declaración de tu mejor amiga es tu única coartada para el día en que Byun Baekhyun fue secuestrado y asesinado. Buscamos en los horarios, Taeyeon. Al parecer Baekhyun fue secuestrado más tarde de lo que pensamos ese día veintinueve. Creemos que fue en algún lado entre las tres y las nueve de la tarde. Por lo que, tengo que preguntarte: ¿quién está cubriendo a quién?
Un chillido involuntario me brotó de la garganta, y la mano de Heechul me sujetó la muñeca de nuevo.
— Nos vamos — dijo, medio levantándome de la silla. Pero Taecyeon aún no terminaba con nosotros. Rápido como un rayo, sacó un pedazo de papel doblado del interior de su bolsillo y lo abrió justo frente a él. Se detuvo cuando vio el papel, parecía oficial. Quitándoselo de las manos, comenzó a leer.
—Conseguimos una orden de registro —dijo Taecyeon casualmente, y de la caja sacó algo me que congeló en mi lugar y convirtió mi sangre helada en hielo—. Encont ramos esto escondido en la mesa de noche de Tae —dijo, sosteniendo mi cuaderno con las fechas de muerte y sacudiéndolo hacia atrás y adelante—. Es una lectura muy interesante, si te gustan los nombres y fechas. Hay tantas, Taeyeon.
Empecé a respirar entrecortadamente, y el mundo comenzó a girar. —Aquí hay un nombre y fecha que es demasiado encantador —dijo, hojeando una de las últimas páginas—. Byun Baekhyun, 29-10-2014.
El rostro de Heechul perdió color, y me volteó a ver con una mezcla de conmoción y horror. Nunca le dije que me quedé con el cuaderno. No se lo dije a nadie. Bueno, más que a Yul.
Taecyeon giró la página. — Y aquí, en una de las últimas anotaciones, tenemos el nombre Jessica Jung. Al lado se ubica la fecha 12-11-2014.
Por un largo momento nadie habló. Taecyeon continuó hojeando mi cuaderno a medida que Heechul apretaba y relajaba la mandíbula. Finalmente, dijo—: ¿Mi sobrina está bajo arresto?
Mis rodillas amenazaron con ceder, pero Heechul sostenía mi brazo firmemente, ayudándome. Taecyeon se tomó su tiempo para responder, pero finalmente dijo—: Aún no, Kim. Pero pronto. —Concentrándose en mí añadió —: No salgas del pueblo, Taeyeon.
Heechul me condujo en dirección de la puerta, pero Taecyeon metió su pierna, bloqueándonos. —La orden se extiende hasta su teléfono —dijo, su voz dura como el acero.
Observé a Heechul, que miró la orden de registro en su mano y me asintió para que cumpliera. Con dedos temblorosos, saqué el teléfono del bolsillo y lo dejé suavemente sobre la mesa. Intenté pensar qué mensajes tenía en él que podrían incriminarme, pero mi mente era un revoltijo de pensamientos de pánico, y no podía recordar. Salimos de la habitación y me sostuvo todo el camino.
—Mira al frente — susurró al tiempo que nos conducía incesantemente por el pasillo. Cuando nos acercábamos a la salida, por la esquina venía el agente Nichkhun y otro, y entre ellos se ubicaba Yul, sus brazos atados detrás de ella.
—¡No digas nada! —susurró Heechul en mi oído.
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