06-12-2014 Parte I
¿Cuándo....Desearías saberlo?La mañana siguiente era sábado, y dormí. Cuando finalmente me levanté, me encontré con una nota de Heechul en la mesa de la cocina diciendo que se había dirigido a la ciudad y que volvería por la tarde. También añadió que quería que me quedara en la casa hasta que él regresara. Rodé mis ojos en esa parte. El teléfono de la casa sonó alrededor de las diez de la mañana y, desconcertada por el identificador de llamadas, lo levanté con un cauteloso—: ¿Hola?
—¿Tae?
—¿Sí?
—Es el agente Taecyeon.
—Oh, hola. ¿Qué pasa?
—¿Puedes tú y tu t ío venir a la oficina esta mañana?
—Uh... — dije —. Heechul está en la ciudad. — Taecyeon no respondió de inmediato por lo que añadí—: ¿Algo está mal?
—No, no... Solo quería informarles a ambos lo que hemos descubierto hasta ahora.
—Yo puedo ir. —Me ofrecí.
Hubo una risa en su lado de la línea.
—¿Qué crees que tu tío diría de eso? Sonreí.
—Estaría magníficamente fastidiado, así que no se lo digamos.
Taecyeon se echó a reír de nuevo.
—Sí, está bien. ¿Puedes estar aquí a las doce? Hablaremos y luego te invitaré a almorzar.
—Claro.
—Bien. Ah, y, Tae, ¿tienes dinero en efectivo para tomar un taxi?
—¿Un taxi?
—Sí. No te quiero montando tu bicicleta por aquí. Quiero que llames a un taxi. Te lo reembolsaré y me aseguraré de que llegues a casa a salvo después del almuerzo, ¿de acuerdo?
Eso fue raro. Aun así, estuve de acuerdo y llamé a un taxi para que me encontrara en mi casa a las once y media. Era interesante cómo, hace un tiempo, el agente Taecyeon pensó que era esta terrible persona, y ahora quería invitarme un viaje en taxi y el almuerzo. Me duché y me puse un suéter y pantalones vaqueros, luego encontré el t axi y llegué al departamento de oficinas a eso de las doce menos cuarto. Esperé en la zona de recepción y miré la ocupada oficina, combinándome con agentes y hombres y mujeres en uniforme. Supuse que esto era todo manos a la obra mientras toda la ciudad buscaba al asesino.
Oí la voz de Taecyeon desde el corredor preguntar en voz alta si alguien tenía noticias del agente Nichkhun, pero no oí a nadie decir que las tenían. Y luego se dio la vuelta en una esquina y me vio.
—Hola —dijo, curvando su dedo—. Vamos.
Lo seguí a su oficina y me apuntó un asiento. Su escritorio se encontraba nuevamente en una pila alta de desorden. Estaban los habituales montones de papeles, pero también otros elementos como un par de pantalones vaqueros rasgados y sangrientos metidos en una bolsa de pruebas, y un par de botas de aspecto familiar que parecían nuevas. Había una etiqueta amarilla colgando fuera del pasador en una de las botas.
Taecyeon debe haberme visto mirarlos, porque levantó las botas y dijo—: ¿Recuerdas esas huellas de botas de tamaño doce que encontramos en la escena del crimen?
—¿Sí?
—Fueron de un par de Timberlands exactamente como estas. Reconocí la huella porque hace poco compré un par de pares para mí.
Mi ceja se levantó, y luego algo muy extraño sucedió. Recordaba haber visto un par como esas recientemente, pero ¿dónde? Y luego una espontánea sospecha vino a mi mente, la cual inmediatamente y firmemente rechacé. Taecyeon se sentó y dijo—: ¿Cómo has estado?
Su pregunta me golpeó. —Uh... bien, señor. Gracias.
—Bien — dijo, inclinándose hacia delante para apoyar sus codos en el escritorio—. Creemos que hemos encontrado otra pista, Tae. Y tiene que ver contigo. — Taecyeon levantó algunos artículos del desorden de su escritorio, buscando algo, y finalmente apareció con una libreta de aspecto familiar. Mi pulso se aceleró—. Primero, tengo una pregunta para ti.
—De acuerdo... — Me tensé, una vez más temerosa de que me hayan atraído a una t rampa.
Taecyeon abrió mi libreta de fechas de muerte a la mitad y lo giró a alrededor para que pudiera ver. Tocando uno de los nombres dijo.
—Muchos tienen la letra C en frente de ellos. ¿Puedes decirme qué significa eso?
—Es sinónimo de cliente — le dije, sintiendo un rubor tocar mis mejillas. Nunca había hablado de mi libreta abiertamente con nadie excepto Heechul y Yul, y se sentía extraño hablar de ello ahora.
Taecyeon lo giró y lanzó un gruñido.
—Eso es lo que pensaba. — Después de volt ear algunas páginas se detuvo en una página casi al final y dijo—: ¿Recuerdas hablar con una Silvia DeFlorez?
Incliné mi cabeza.
—¿Quién?
—Silvia DeFlorez. Vino a verte en julio. Estaba a punto de someterse a una biopsia y, como el cáncer de mama circulaba en su familia, quería saber a lo que se enfrentaba. Predijiste su fecha de muerte para el veintitrés de junio, del dos mil cuarenta y ocho.
No lo recordaba. Tal vez porque empezaba a realmente preocuparme si t omé la decisión correcta viniendo aquí sin Heechul. Taecyeon se hallaba hojeando las páginas de mi libreta, y luego levantó sus ojos hacia mí y su expresión se convirtió en desconciert o.
—¿Estás bien, Tae? Te ves pálida.
—¿Por qué me estás preguntando sobre ella? — exigí, sintiéndome defensiva porque no sabía a qué quería llegar.
Taecyeon ladeó su cabeza.
—Tae, no te estoy acusando de nada. Si ese fuera el caso, de ninguna manera podría traerte aquí sin tu tío.
Dejé escapar un suspiro.
—Lo siento —dije—. Creo que estoy un poco nerviosa.
—Está bien — dijo Taecyeon, regresando a la libreta—. Bueno, resulta que DeFlorez solía ser Silvia Park. Park Chanyeol era su hijo.
Me quedé pasmada.
—Espera, ¿qué?
—Silvia DeFlorez-Parkr era tu cliente. Su hijo fue asesinado. Soyou Byun era tu client e. Su hijo fue asesinado. Tú y Yul intentaron advertir a Jessica Jung sobre su fecha de muerte. Fue asesinada. Cuidabas a los niños para los Murphy. Su hijo fue secuest rado y casi asesinado.
Mi boca se secó, y el enfriamiento familiar comenzó a deslizarse por mi columna vertebral. Le creí cuando dijo que no me estaba acusando, pero también me preguntaba cuál era su punto.. —¿Qué estás tratando de decir? — le pregunté con voz ronca.
Taecyeon se me quedó mirando.
—Estoy tratando de decirte, Tae, que quienquiera que sea este asesino, creo que está obsesionado cont igo. Y ahora estoy convencido de que también ha estado acosándote a ti y a tus clientes. Estás conectada a cada uno de estos niños — imprecisamente en un caso, pero aún conectada, y eso me preocupa.
—¿Por qué alguien haría eso? —pregunté. Me estremecí mientras la frialdad salía de mi columna vertebral hasta la parte trasera de mi cuello y a lo largo de mi cuero cabelludo.
—No lo sé. Pero este es un enfermo bastardo con el que estamos tratando, y ahora mismo eres nuestro único vínculo con él.
—¿Verificaron al señor Eunhyuk? — le pregunté. Me hallaba de repente desesperada porque Taecyeon averiguara quién era el responsable. Él asintió.
—Sip. Verificamos a Eunhyuk, Lee, y Kelly. Eunhyuk admitió ser un idiota contigo — algo que dudo mucho que tengas alguna vez que preocuparte por él de nuevo ya que consiguió una muy buena charla de nosotros — pero jura que no tuvo nada que ver con conducir a tu casa o acosarte. Por supuesto que verificamos sus coartadas, y resulta que Eunhyuk trabaja en el turno de las diez y cincuenta y seis en un bar no muy lejos de aquí. El bar tiene una cámara de seguridad, que lo muestra trabajando en todos los días que los niños fueron secuestrados. Además, tiene un zapato tamaño once. »Lee también tiene una muy buena coartada. Su madre está en el hospital con neumonía, y él ha estado allí prácticamente todos los días desde que fue suspendido de su trabajo. Antes de eso, tenía varios testigos colocándolo en una variedad de reuniones administrativas o en la escuela en el momento en que ocurrieron los secuestros. Estaba ayudando a pintar el gimnasio en el día que Park Chanyeol desapareció, así que ha sido eliminado como sospechoso.
—¿Y el hijo del señor Kelly?
—Jack Kelly trabaja para su padre en sus oficinas de abogados en Parkwick. Es una firma bastante grande, y tenemos más testigos presenciales que sabemos qué hacer con atestiguar por él en los días que los niños fueron secuestrados. Además, él y su padre se fueron a Nueva Zelanda justo ant es de Acción de Gracias, lo que significa que no podría haber secuestrado a Nathan Murphy. Así que Kelly está fuera.
—¿Choi Minho y Leeteuk? — Me encontraba agarrándome a un clavo ardiendo ahora.
Taecyeon sacudió cabeza.
—También tienen una coartada, Tae.
Me sentía cada vez peor cuando Taecyeon hablaba.
—Entonces, ¿quién podría ser?
Suspiró.
—Tenemos otro avance que todavía estamos tratando de verificar.
—¿Quién?
—¿Conoces a un señor Chansung en tu escuela?
Parpadeé.
—Es mi profesor de química.
—Él conduce una camioneta gris oscuro — dijo Taecyeon —. Lo notamos en el estacionamiento de la facultad cuando fuimos a verificar a Eunhyuk.
Miré a Taecyeon como si tuviera que estar bromeando.
—El señor Chansun es uno de los pocos maestros que ha sido amable conmigo durante todo esto — le dije a la defensiva. Taecyeon asintió.
—Nichkhun y yo tenemos una cita para entrevistarlo hoy, pero dudo que sea uno de tus maestros.
—Entonces, ¿quién? — repetí.
Taecyeon colgaba la libreta de sus dedos.
—Creo que es alguien de aquí.
Me quedé mirando la libreta. Tenía que haber por lo menos un millar de nombres y fechas allí. Lo había guardado durante años y años, y hablé con decenas de clientes y escribí los nombres y las fechas de todo el mundo que alguna vez conocí.
—Así que lo que necesito de ti, Tae — continuó Taecyeon —, es que pienses seriamente. ¿Alguno de tus otros clientes alguna vez se enfadó por lo que les dijiste? ¿Alguna vez te amenazaron? ¿Amenazaron con herirte o vengarse de t i?
Me senté allí tratando de pensar, buscando a través de los más vagos recuerdos que tenía sobre cualquiera de mis clientes que podría haber reaccionado de manera exagerada, pero nadie venía a mi mente que no sea la señora Byun y el hijo del señor Kelly.
—Es probable que hubiera sido un cliente que viste el verano pasado, en las semanas antes que te fueras de vacaciones con tu tío.
Suspiré. Apenas podía recordar los clientes que leí en octubre, mucho menos el verano anterior. Trataba de no mantenerlos en mi memoria, en realidad. Ese era todo el propósito de la libreta, a escribir sus nombres y fechas de muerte abajo para que yo pudiera seguir adelante y olvidarme de ellos.
—No puedo pensar en nadie —le dije al fin. Y esa era la verdad.
Taecyeon asint ió.
—Bueno. Pero sigue pensando en ello durante el próximo par de días para mí, ¿quieres? Alguien puede venirte a la mente.
Taecyeon todavía colgaba la libreta, balanceándola hacia atrás y adelante entre sus dos dedos cuando dijo—: ¿Estás lista para ir a almorzar? Nichkhun se suponía que iba a unirse a nosotros, pero creo que está haciendo un recado o algo...
En ese momento, la libreta se resbaló de los dedos de Taecyeon, y golpeó una pila de archivos, que se deslizaron en los marcos de cuadros que tenía en el borde de su escritorio. Ambos llegamos a agarrarlos antes de que llegaran al suelo, y me las arreglé para coger uno que se inclinó hacia mí. Mientras la cogía, mi ojo pasó a mirar la imagen. Era una foto de Taecyeon y Nichkhun, sus brazos echados sobre los hombros del otro mientras compartían una cerveza juntos en lo que parecía una barbacoa.
La foto me pilló con la guardia baja, y por un largo momento lo único que podía hacer era mirarla, con la boca abierta.
—¿Tae? — dijo Taecyeon—. ¿Qué es?
Le mostré la foto y señalé a Nichkhun.
—Él... sus... ¡sus números están t odo mal! —A través de la frente de Nichkhun se hallaban los números 06-12-2014.
La frente de Taecyeonse arrugó.
—¿Qué números?
Pero me encontraba tan sorprendida que apenas podía hablar. Extendí la mano y agarré la libreta de fechas de muerte. Volt eando una de las últ imas páginas, me desplacé hasta la línea marcada agente Nichkhun 07-08-2051, la fecha que recordaba haber visto desde la primera vez que nos vimos. Girando la página alrededor le mostré la línea, y luego señalé la foto. Una vez más, no pude contener un jadeo. Ante mis ojos, la fecha de muerte de Nichkhun pasó de 06-12-2014 a 07-08-2051 de nuevo... y luego de vuelta otra vez—. ¡Se mantiene cambiando!
Taecyeon se inclinó hacia delante y miró hacia atrás y hacia adelante ent re la fot o y el nombre en el cuaderno.
—Tae—dijo con firmeza—. No entiendo. Por favor, respira y trata de decirme lo que estás viendo.
Miré seriamente a la imagen de Nichkhun. Las dos fechas de muerte se mantenían cambiando de ida y vuelta entre 2014 y 2051, y no podía darle sentido. Nunca había ocurrido antes.
—Yo... ¡no sé cómo explicarlo!
—Por favor, intenta — dijo Taecyeon. Podía escuchar la preocupación comenzar a arrastrarse en su voz.
Me levanté y fui alrededor de su escritorio, todavía sosteniendo la foto.
—La fecha de muerte del agente Nichkhun debería ser siete de agosto, del dos mil cincuenta y uno. Pero ahora ha cambiado. ¡Está mostrando algo diferente!
—¿Qué muestra? — preguntó Taecyeon, mirando la foto en mis manos como si estuviera tratando de ver lo que solo yo podía.
—Se está cambiando hacia atrás y adelante entre esa fecha y hoy, agente Taecyeon. ¡Hoy!
El rostro de Taecyeon palideció.
—¡Hijo de puta! — Apoderándose de su teléfono, lo marcó rápidamente. Esperó unos segundos antes de decir—: Nich, soy yo. Llámame al segundo que escuches este mensaje.
Luego colgó y marcó de nuevo, esperando antes de colgar e intentar una tercera y una cuarta vez.
—¡Maldita sea! Puede que no responda a mi primera llamada si se encontraba en el medio de algo, pero nunca dejó una segunda o una tercera llamada pasar.
Cont inué mirando
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