04-11-2014
¿Cuándo....Desearías saberlo?
Para la tarde del martes siguiente sabía que no era mi imaginación. Empezó con la señora Park (18-11-2060), mi profesora de aula. Ella continuó mirando en mi dirección durante los veinte minutos antes de que empezara la clase. Y no era una mirada bonita.
Decía: Sé lo que hiciste, y creo que eres terrible. Traté de sacudírmelo. El asesinato de Baekhyun circulaba por todas las noticias y era lo único de lo que podía hablar todo el mundo en la escuela, pero no creía que nadie supiera que fui llamada por el FBI.
Bueno, excepto por Yul, y ella nunca le diría a nadie. Pero entonces mi profesor de química, el señor Chansung (12-03-2029), me llamó cuando la clase terminó y dijo—: Aguanta, Tae. En este país eres inocente hasta que se demuestre lo contrario. —Y entonces supe que todos los profesores sabían.
Peor aún, el señor Chansung parecía ser el único profesor de mi lado. En la clase de francés la señora Yeri (02-02-2031) me habló en un mal tono por usar la preposición equivocada mientras que Jackson (06-05-2067) hizo lo mismo justo antes y ella ni siquiera pestañeó. Yul se me acercó por atrás y susurró—: ¿Por qué todos están actuando tan raro contigo?
No le cont esté, porque en el pasillo escuché a Lee llamar a un estudiante atrapado fuera de clases después de la campana. De repente me di cuent a que tal vez nadie sabía que fui llamada a las
oficinas del FBI durante el fin de semana, pero podían saber sobre el encuentro en la oficina del director Lee. La reacción del cuerpo docente fue demasiado intensa como para que solo supieran que me reuní con los agentes. Parecían saber los detalles de la conversación en la oficina del señor Lee, lo que significaba que podría haber venido del mismo Lee.
No sabía si él tenía permitido decirles a los otros profesores lo que fue dicho, pero era muy obvio que lo hizo, y en serio me molestó. Empecé a preguntarme a quien más le contó. Los reporteros cubriendo la noticia aún decían que el asesino de Baekhyun era un monstruo, y después de ver las fotos de su cadáver, lo sabía por experiencia.
Era lo suficientemente malo que los agentes Nichlhun y Taecyeon me creyeran capaz de hacerle algo como eso a un joven niño, pero era un tipo de pesadilla totalmente diferente pensar que todos mis profesores me creyeran capaz de eso, también. Como si mis peores miedos se confirmaran, un poco después mientras dejaba Pre-cálculo, el señor Eunhyuk dijo—: ¿Realmente mataste a ese chico, Kim?
Lo había dicho t an bajo que casi no lo escuché, pero cuando alcé la mirada se hallaba mirándome del mismo modo que Nichkhun, como si él simplemente supiera que era culpable. Inmediatamente, bajé la mirada y salí precipitadamente de allí. Yul tuvo que correr para alcanzarme.
—¡Oye! —gritó, siguiéndome a un hueco de la escalera apenas usado—. ¡TaeTae! ¿Qué pasa?
—Nada —dije, tratando de esconder mi cara de ella. No quería hacer un gran lío de ello más de lo que ya era, y me sentía aterrorizada de que alguien más en la escuela fuera a descubrirlo.
Yul frunció el ceño y atrapó mis brazos para detenerme de alejarme. —Hablarías conmigo, ¿por favor? En serio, ¿qué pasa?
Respiré profundamente. —Estoy bastante segura que el señor Lee le dijo a los otros profesores sobre el encuentro con los federales en la oficina.
—Vaya —susurró—. ¿Puede hacer eso?
Me encogí de hombros. —No lo sé, pero ya no import a porque obviamente el rumor existe, y muy pronto, toda la escuela sabrá y todo el mundo va a pensar que soy una asesina.
Yul me miró con un poco de humor. Ella siempre sabía cuándo era melodramática, pero esta vez no actuaba. En serio me hallaba locamente asustada.
—Oye —dijo—. No pienses eso, ¿bien? Ninguno de los chicos se enteró t odavía, ¿ciert o? Y tal vez los profesores lo mantendrán en silencio hasta que los federales en realidad atrapen al tipo que lo hizo.
De repente un terrible pensamiento se me ocurrió. —Pero que si no lo hacen, ¿Yul? ¿Qué si nunca atrapan al asesino y esto se cierne sobre mí por siempre?
Yul me giró hacia adelante para que caminara con ella y me empujó con el hombro.
—No puedes permitirte pensar así. Tienes que creer que los federales solo necesit an un poco de tiempo para hacer sus cosas y descubrirlo, y entonces todo el mundo va a lucir totalmente estúpido por pensar que pudiste haber sido tú.
La campana sonó, y Yul apresuró sus pasos, entrelazando su brazo con el mío.
—Vamos —dijo—. Trata de no pensar en ello, ¿de acuerdo?
La dejé empujarme a nuestra próxima clase, pero por el resto del día evité mirar a cualquier cosa además del libro de texto en frente de mí.
Después de la escuela me apresuré para encontrarme con Yul en el soporte para bicicletas. La encontré de pie junt o al lado de mi bici con un fajo de toallas de papel de nuevo. Hubo incluso más huevos en esta ocasión.
—Odio a esos dos —espeté mientras ella y yo trabajábamos para conseguir quitar la suciedad.
Desde cerca podíamos ver a Leeteuk y Minho riendo y palmeándose el uno al otro. Para colmo de males, en ese momento Sunny y un grupo de sus amigas pasaron caminado.
—Ewwww—dijeron colectivamente mientras secábamos el desorden. Sentí mis mejillas arder.
—Ignóralas—me aconsejó Yul.
Sabía que ela tenía razón, pero no podía evitar alzar la cabeza para fulminarlas con la mirada mientras pasaban. Y fue ahí cuando noté al director Lee de pie cerca de la puerta observando a Yul y a mí.
Entonces miró hacía Minho y Leeteuk, quienes aún se reían, y entonces Lee simplemente se dio vuelta y se dirigió de nuevo adentro.
Sentí algo amargo girar en mi interior.
—¡List o! —dijo Yul, atrayendo mi atención—. Como nueva.—Quitó el último de los huevos y reía brillantemente hacia mí.
—Gracias—le dije. En serio quería salir como el infierno de ahí.
—Oye—dijo Yul mientras montaba la bici y nos íbamos a casa—. ¿Lista para el juego del viernes?
Suspiré. Había sido un día muy malo por lo que era difícil enfocarme en algo bueno.
—¿A qué hora nos encontraremos? —pregunté, t odavía un poco distraída.
—Creo que si llegamos antes de las siete podemos tomar un buen lugar. ¿A menos que quieras ir al reto de porristas a las tres?
Incliné la cabeza. —¿Al qué? Yul rio.
—Las porrist as de Jupiter desafiaron a nuestro escuadrón a unas dificilísimas pruebas. Eso es a las tres.
No puede evitar reírme. Yul era tan adorablemente devota a nuestro equipo de porristas —una de los mejores en el estado—que me hacía morir de risa. Creo que su única fascinación comenzó cuando Yul era joven y solía sentarse con su papá los domingos en la tarde y mirar fútbol. Su padre, quien era de Texas, siempre apoyaba a los Cowboys, y cuando el equipo de Dallas no jugaba bien, lo cual era con frecuencia, su padre se enfocaba en la liga de las mejores porrist as.
Yul, que era súper torpe, nunca le interesó el fútbol, pero se enamoró de todas esas muchachas bonitas sacudiendo sus bienes y haciendo sus saltos, giros y vueltas. Las porristas combinaban dos cosas que Yul idolatraba: las personas bonitas y la buena coordinación. Ella lo amaba.
—Creo que Jupiter tiene un gran escuadrón este año —dije, solo para fastidiarla.
—Sí, también lo escuché, por eso quiero ir. ¿Te apuntas?
Suspiré. Ma había estado teniendo un momento muy duro últimamente con todo el estrés de la investigación y la preocupación sobre el dinero ahora que yo no podía hacer lecturas.
—Nah —dije finalmente—, debo salir con Ma después de clase. ¿Por qué no vas al reto de porristas y luego me recoges a las seis y media?
Cuando no respondió, miré y vi que se había quedado atrás y miraba sobre su hombro. —¿Yul?
Obtuve su atención, y empujó duró en su patinet a para alcanzarme de nuevo. —No quiero asustarte o algo así, pero hay un coche siguiéndonos.
Miré hacia atrás tan rápido que sentí el bamboleo de mi bici debajo de mí. Sin duda, un auto negro cruzaba lentamente la calle. Venía muy lejos para ver quien lo manejaba, pero tuve una buena idea.
—Vamos a cortar a través del parque —dije.
Apresuramos nuestro paso al parque, donde el coche no pudo seguirnos. Me sentí muy bien sobre despistar a mis agentes menos favoritos del FBI hasta que me separé de Yul y llegué a la esquina de mi calle, sólo para encontrar ese mismo auto negro estacionado en la acera cerca de mi casa.
Tuve la tentación de mostrarles el dedo corazón, pero me detuve porque no sabía si existía alguna ley extraña en contra de sacarle el dedo a un federal. Junto con no hacer ninguna de mis lecturas, Heechul también me advirtió que mantuviera mi nariz limpia.
Por lo que por los próximos días ignoré a cada profesor que me dio una mirada sospechosa. También al auto negro que aparecería inesperadamente frente a nuestra casa o dos casas más abajo en la calle y se estacionaba allí por horas.
En la noche del juego, Ma me hizo la cena, lo que era enorme viniendo de ella. Me sorprendió con espaguetis a la carbonara, el plato favorito de papá.
—Sé que esto ha sido duro para ti— dijo mientras nos sentábamos juntas—. Pero quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti
.
Parpadeé. La muestra inesperada de ternura de Ma me agarró fuera de guardia. —Gracias —le dije.
Asintió y jugó con sus cubiertos. De repente parecía nerviosa por algo. —Sin embargo, si quieres volver a hacer un par de lecturas aquí o allá, no me importaría.
Mi respiración se atascó. Sentí rabia alzarse como calor desde mi pecho a mis mejillas. Sabía que era la adicción de Ma hablando, pero ¿por qué tenía que arruinar un muy dulce momento por ser tan transparente?
—Heechul dijo que no podía —le recordé, incapaz de mantener la amargura fuera de mi tono. Ma aún jugaba con sus cubiertos.
—Lo sé. Pero lo que Heechul no sabe...Miré el plato de pasta, y mi apetito se esfumó. Ma debió haber notado que me sentía disgustada porque rápidament e agregó—: Es sólo que el cheque de liquidación no cubre todas nuestras necesidades, Tae. Sabes que siempre estamos escasas de dinero al final del mes.
Aguanté la réplica que tenía en la punta de mi lengua. Yo era la que siempre se aseguraba de escribir los cheques y enviar los pagos, porque de lo contrario Ma se olvidaría y tendríamos un corte de electricidad. Yo sabía también como ella lo que entraba y lo que salía, y lo que siempre nos dejaba escasas de dinero era la cuenta de bebidas alcohólicas.
Me aclaré la gargant a y miré a mi plato. —No creo que sea una buena idea.
Asintió renuentemente. —Bien, entonces tal vez buscaré algo —dijo, pero podía decir que se sentía molesta.
El historial de empleo de Ma era irregular en el mejor de los casos. Y debido a que había perdido su licencia, lo que sea que solicitara debía estar a poca distancia caminando o un corto tramo en autobús, por lo que sabía lo muy limitado que sería capaz de conseguir.
Comimos el resto de la comida en relativo silencio, y no podía esperar a salir por la puerta t rasera y dirigirme al juego.
Le había dicho a Yul que me encontrara en el bloque detrás de mi casa así evitaríamos el auto negro que podría estar en el frente.
Después de cortar el camino a través del patio de las personas detrás de nosotras, salí a la calle Mt . Clair, donde vi a Yul en la minivan de su madre un poco más abajo en la calle.
—¡Hola! —dijo cuando entré—.
No sabía cuál casa era la trasera a la tuya.
—Lo hiciste bien —le dije, e hicimos nuestro camino a través de mi vecindario, cuidadosos de mantenernos lejos de mi calle. La ruta nos llevó un poco fuera de nuestro camino, pero valdría la pena si podíamos evitar los federales.
En el camino, Yul se emocionó y dijo—: ¡Oh.Dios.Mio, TaeTae! ¡Espera a que veas a la nueva chica en el equipo de Jupit er!
Reí.—¿Lo tomo como que es linda?
—No—dijo con una sonrisa tímida—. ¡Es hermoooosa!
Reí de nuevo. Yul perecía tener un nuevo enamoramiento en una porrista diferente cada año. Después de llegar a la escuela, Yul estacionó cerca de una farola y nos dirigimos a la puerta donde tuvimos que mostrar nuestras identificaciones escolares para entrar. Ni siquier
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