Capítulo 8

Vientos Celestiales (Adaptación TaeNy)
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Capítulo 8

Durante todo el camino a casa, Tiffany tuvo el estómago hecho nudos al recordar la conversación que había tenido con Niles. Gimió en alto al pensar en el rostro iracundo de Suzette. Lo cierto es que había tenido una buena relación con Suzette: sin ataduras, sin compromisos, sin la trampa de las emociones y los celos entorpeciendo el camino, al menos hasta que el incidente de la llamada le había demostrado que Suzette podía llegar a ser celosa. Sin embargo, Tiffany no podía culparla, porque si estuviera en su lugar, eso también le habría molestado. ¿O no? ¿Qué pasaría si Suzette se viera con otras?

—Ya no sé qué coño estoy haciendo —farfulló Tiffany al volante —. Con lo feliz que vivía yo, y mírame ahora.

Echó un vistazo a los paquetes envueltos en papel de regalo y puso los ojos en blanco.

—¡Qué estoy haciendo! —gruñó con desesperación mientras veía pasar las líneas blancas de la autopista bajo el coche y desaparecer en la distancia.

No podía evitar comparar aquellas líneas con su vida tal como la había conocido hasta el momento. Se pasó el viaje discutiendo consigo misma, pero sonrió cuando tomó el camino de entrada a su propiedad y la cabaña y el lago aparecieron en el horizonte. Lo cierto es que lo había echado de menos: la cabaña, el lago y sus dos invitadas. Mientras sacaba el equipaje del maletero, oyó la vocecilla de Elliott.

—¡Phany... Phany! —la llamó la niña alegremente.

Tiffany esbozó una sonrisa radiante y se volvió. La criaturilla corría en su dirección, pero de repente tropezó y se le escapó un gruñido mientras se frotaba las manitas polvorientas. Tiffany fue por ella a toda prisa y llegó junto a la pequeña al mismo tiempo que Taeyeon, que venía desde la parte trasera de la cabaña.

—Me caído.

—¿Te has hecho daño, pitufa? —preguntó Tiffany.

Elliott negó con la cabeza mientras Taeyeon le sacudía el polvo del trasero. Cuando esta levantó la vista y miró a Tiffany a los ojos sonrió.

—Hola —saludó, corta de aliento.

—Ei —le devolvió el saludo Tiffany.

Y las dos se quedaron en silencio un momento.

—¿Has tenido un buen viaje? Pareces cansada —rompió el silencio Taeyeon—. Bueno, Elliott se alegra de verte.

—Ha sido productivo —repuso Tiffany, que se rascó la nuca. Taeyeon ladeó la cabeza y sonrió.

—Eso está bien.

—No tengo ni idea —rio Tiffany, nerviosa, y cogió a Elliott en brazos. Luego se la echó sobre el hombro y el minichampiñón se deshizo en risitas—. ¿Me habéis echado de menos? —preguntó, mirando a Taeyeon.

—Sííí. Te echo de menos —rio Elliott.

Tiffany le hizo cosquillas por todo el cuerpo y la enderezó, para sostenerla sobre la cadera y coger la bolsa al mismo tiempo. Las tres se dirigieron al porche, en donde Tiffany bajó a Elliott al suelo.

—Elliott nada —anunció la niña, contentísima, mirando a su madre.

—¿Ah sí? ¿Con mamá? —se interesó Tiffany.

No obstante, la expresión de Taeyeon era severa; Elliott agachó la cabeza y se llevó un dedo a la boca.

—Muy bien, ¿qué está pasando?

—¿Elliott Marie? —advirtió Taeyeon en tono inflexible.

Tiffany enarcó una ceja. ¿Elliott Marie? Aquello no podía ser bueno.

—Elliott nada. Solita —farfulló Elliott en voz baja.

A Tiffany casi se le salieron los ojos de las órbitas.

—¿Tú sola? —gritó.

De repente se le llenó la cabeza de imágenes horribles de aquella cosita bocabajo en el lago. Se arrodilló y le puso un dedo bajo la barbilla para hacerle mirarla a la cara.

—Cariñito, no vuelvas a ir sola al lago. Prométemelo —ordenó Tiffany, con el corazón latiéndole en las sienes. Entonces miró a Taeyeon —. ¿La has dejado ir al lago sola?

Los ónices ojos de Taeyeon relampaguearon, rebosantes de furia. Aquella mirada de estupor bastó para hacerle saber a Tiffany que había dicho lo que no debía, pero Taeyeon no dijo nada y se limitó a respirar por la nariz, con las aletas dilatadas por el enfado.

—Espero que hayas tenido un buen viaje.

—Taeyeon, yo...

—Estaba haciendo la comida. Venga, pastelito. Hora de comer.

Elliott tenía pinta de estar a punto de romper a llorar y Tiffany le acarició los rizos rubios.

—Ve con mamá, pitufa. Yo voy a lavarme para la comida.

Taeyeon cogió a Elliott de la mano y desapareció al otro lado de la cabaña.

—Mierda —perjuró Tiffany, furiosa consigo misma por haber perdido los nervios.

Bolsa en mano, las siguió al interior de la cabaña. La comida fue más bien silenciosa y tensa. Taeyeon estaba que echaba chispas aun mientras le cortaba el sándwich a su hija y se lo ponía en el plato. Como si pudiera percibir el humor de su madre, la pequeña musitó un educado «gracias». Cuando Taeyeon le puso el plato delante a Tiffany, esta también repuso:

—Gracias, mamá.

Taeyeon levantó la cabeza de golpe y fulminó a Tiffany con la mirada; Tiffany trató de no reírse, pero Elliott no pudo evitarlo.

—No es tu mamá, Phany.

Tiffany se encogió de hombros y, al cabo de unos segundos, las tres se habían echado a reír y la tensión se había evaporado. Mientras bebía té helado, miró cómo Elliott daba cuenta de su pasta boloñesa con kétchup. Hizo una mueca solo de pensar en el sabor de aquella combinación.

—Phany, ¿vamos a nadar?

Tiffany se limpió los labios con la servilleta y miró a Taeyeon de reojo.

—No lo sé, pitufa. Eso lo decide tu madre.

Taeyeon miró alternativamente a Tiffany y a su hija.

—Claro que puedes ir a nadar. Pero tienes que escuchar a Tiffany y hacer todo lo que te diga. No queremos que te pase nada. Tiffany te llevará a nadar siempre que quieras, pero no puedes entrar en el agua sola, ¿entendido?

A Elliott le tembló la barbilla bajo la reprimenda, pero asintió.

Tiffany carraspeó.

—Bueno, si no recuerdo mal, te prometí traerte un regalo.

Elliott abrió mucho los ojos y siguió a Tiffany con la mirada mientras iba a la sala de estar y volvía con la bolsa. Sacó sus gafas de sol y se las puso, ignorando la mirada de curiosidad de Taeyeon. Entonces sacó el minipar de gafas y se las dio a Elliott, que se entusiasmó cuando Tiffany la ayudó a ponérselas.

—¡Mamá! ¡Como Phany!

Tiffany se rio y Taeyeon meneó la cabeza.

—Justo lo que necesitaba, una versión en miniatura de Tiffany Hwang —rezongó, si bien al mirarlas juntas con las gafas de sol puestas no pudo evitar reírse—. Estás monísima, pastelito.

—¿Como Phany?

Tiffany miró a Taeyeon por encima de las gafas y esta esbozó una sonrisa sarcástica.

—Oh, mucho más que Tiffany, cariño —le aseguró.

El ego de Tiffany se deshinchó de golpe, como un globo pinchado. Rezongó como una niña pequeña, cogió la bolsa y sacó el regalo de Elliott. Elliott miró a su madre, que le sonrió y asintió, antes de romper el envoltorio.

—Mamá... ¡Un pes! —chilló Elliott, encantada, ajustándose las gafas de sol.

Sostuvo en alto el pez de peluche con aletas azules y naranjas y lo abrazó. Tiffany sonrió, orgullosa.

«Se me ha ocurrido a mí, muchas gracias.»

—Ya lo veo. Es muy bonito, pastelito, puedes dormir con él —la animó su madre, igual de entusiasmada.

Elliott estaba tan contenta que no podía estarse quieta y saltó de la silla para echarle los brazos al cuello a Tiffany.

—Gracias, Phany.

—De nada, pitufa.

—Phany, ¿nadamos ya? —preguntó, tirándole de los pantalones cortos.

—Tu mamá se ha esforzado mucho en hacerme este supersándwich tan bueno, pitufa, así que me lo voy a acabar.

—Elliott, Tiffany está cansada. ¿Qué te parece dormir la siesta y luego cuando te despiertes bajamos las tres al lago?

Elliott pataleó.

—Elliott —la advirtió su madre.

La independiente niña de tres años frunció el ceño.

—Quero nadar —se encabezonó.

Tiffany arqueó una ceja y trató de no reírse mientras se terminaba el sándwich.

—Tapón revoltoso —farfulló entre dientes al tiempo que daba un trago de té helado.

Taeyeon le lanzó una mirada furibunda y susurró:

—¿Quieres hacer el favor de ponerte de mi lado en esto?

Tiffany asintió, se limpió con la servilleta, arrugó el ceño y miró a Elliott, que le sostuvo la mirada con el entrecejo igualmente fruncido. —Siesta —ordenó Tiffany.

Elliott las miró a las dos. Entonces cogió su pez de peluche y tiró a Tiffany de la mano. Esta se rio y Elliott cogió de la mano también a su madre.

—Phany cansada, mamá cansada —anunció, tirando de las dos.

Tiffany agachó la cabeza, con la esperanza de que no se le notara el rubor en las mejillas.

—Bueno, es una cama grande. La podemos poner en el medio, para que no se caiga —aventuró, apenas atreviéndose a mirar a Taeyeon a los ojos ónice.

—La... la verdad es que pareces cansada y el sofá es muy corto para ti —ofreció la otra mujer.

Elliott no había dejado de mirarlas en todo el rato y las arrastró fuera de la cocina.

—¡A momiiir! —insistió.

Tiffany subió a Elliott a la cama sin esfuerzo y la colocó entre Taeyeon y ella. Su madre se tumbó y dejó escapar un suspiro de alivio al estirar los músculos. A continuación intentó incorporarse de nuevo para quitarse las sandalias, pero Tiffany se le adelantó y rodeó la cama.

—Espera, tortuguita —le dijo, agachándose para descalzarla.

—No, por favor, puedo yo...

—Estate quieta —susurró Tiffany, y acabó de quitarle las sandalias.

Al hacerlo le acarició ligeramente los tobillos con la yema de los dedos. Taeyeon echó la cabeza hacia atrás.

—Gracias —musitó—. Seguro que echas de menos dormir en tu propia cama. Lo siento.

—Mamá, un cuento, pofiii —pidió Elliott, acurrucándose contra el costado de Taeyeon. Le tiró de la camisa a Tiffany—. Mamá nos lee cuento.

Tiffany sonrió y se movió hacia el medio de la cama, para acurrucarse con Elliott. Se acomodaron juntas mientras Taeyeon cogía su libro de poesía.

—¿Qué queréis que lea?

Elliott se sacó el pulgar de la boca para contestar.

—El del beso, mamá —la animó la pequeña, rodeándole el brazo con el suyo.

Taeyeon sonrió a su hija.

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Comments

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Eli_17 #1
Hermosa historia, la adoré! Gracias por compartirla.
_MAX_KWON_JUNG_
#2
Chapter 24: Asi como tu me he devorado como tu esta historia en un par de horas ha sido genial me he reido mucho sigue adelante espero seguir leyendo muchas historias tuyas ahora tienes un fan mas
sone009_ #3
Chapter 24: Linda historia, Elliott es un amor!
StarbuckInBubblewrap
#4
Chapter 24: Que linda historia, me gusto
Niberian
#5
Chapter 24: A decir verdad se me ha hecho muy corta. La historia es preciosa y no he podido enamorarme más de Elliott, la niña le da muchísimo a la historia. Pero me hubiese gustado que hubiese ido un pelín más lento, que.ahondasen un poquito as en los sentimientos que tenían la una por la otra, porque yo las veo locamente enamoradas sin que haya pasado realmente nada entre ellas. Por lo demás preciosa
Saeko11
#6
Chapter 24: Gracias por compartir esta historia tan linda!!! :)
LlamaAmerica #7
Chapter 24: Haaaaaay pero esta hermosa historia me encanto mucho espere tanto y valió la pena gracias!!!!
roguecr #8
Chapter 23: Hasta q se le hizo a Fanny, que historia tan hermosa, gracias x compartirla.
TaeNy1926
#9
Chapter 23: Jajajajaja.. este capítulo tuvo de todo.. gracias por tan magnifica historia..
LlamaAmerica #10
Chapter 23: JAJAJAJAJAJA si me dio risa lo de la leche JAJAJAJAJA haaaaaay como amo esta historia *-*