Capítulo 5

Vientos Celestiales (Adaptación TaeNy)
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Capítulo 5.

Algo le daba golpecitos en la cara y Tiffany protestó en sueños y agitó la mano a ciegas. Entonces oyó una risita y abrió los ojos de golpe. Ante ella había una masa de rizos rubios enmarcando una bonita cara soñolienta.

—Hambre —susurró la niña, a escasos milímetros de su nariz.

—Vuelve a la cama —repuso Tiffany en voz igual de baja.

Elliott frunció el ceño y le tiró del brazo.

—Pofiii —suplicó mientras estiraba.

Tiffany rugió, cogió a la niña y se la puso encima de la barriga.

—Decir por favor no siempre sirve para todo, pitufa —quiso explicarle Tiffany.

Elliott bostezó y se frotó los ojos.

—¿Ves? Todavía estás muerta. Vuelve a la cama —la apremió, pero la niña cayó rendida sobre su pecho—. No, venga, pitufa.

Sin embargo, al mirar hacia abajo, Elliott se había metido el pulgar en la boca y tenía los ojos cerrados.

—Mierda —refunfuñó Tiffany, que también bostezó.

Con cuidado, le sacó a Elliott el pulgar de la boca. No sabía nada de ser madre, pero sabía un par de cosas sobre chupar dedos. Instintivamente, colocó al pequeño monstruo en la parte interior del sofá. Porque, sinceramente, lo último que le hacía falta era tener que correr a urgencias.

Taeyeon se despertó con un susto de muerte, porque al volverse Elliott no estaba. Se anudó la bata a toda prisa y corrió al pasillo. Entonces se detuvo en seco, perpleja, y sonrió: Tiffany estaba estirada en el sofá, tenía a Elliott acurrucada contra su pecho y la rodeaba con el brazo en gesto protector. Las dos chiquillas dormían profundamente y Taeyeon trató de no darle vueltas a lo natural que le resultaba la escena. Tiffany respiraba acompasadamente y sonreía. ¿O quizá era lo que Taeyeon quería imaginarse?

En fin, al menos podría ducharse en paz... y sola. Por mucho que quisiera a su hija, atesoraba cada minuto que podía dedicarse a sí misma. Cogió su albornoz y fue a ducharse.

—Ahhh, me encanta —suspiró bajo el relajante chorro de agua caliente.

Por instinto, miró hacia abajo, esperando ver a Elliott dentro de la ducha con ella. Mientras se lavaba el pelo, se rio al pensar en las inocentes preguntas sobre anatomía que solía responder durante las duchas comunitarias. Taeyeon, obediente, siempre contestaba a la niña de tres años cuando le preguntaba sobre sus pechos, y Elliott se había quedado satisfecha cuando le había explicado que tenía la barriguita más grande porque dentro estaba creciendo un hermanito o hermanita. Lo que la dejó helada fue que Elliott le preguntara sobre el «pelo» que tenía entre las piernas. Taeyeon había intentado explicarle los conceptos de vello púbico y adolescencia mientras el agua empezaba a enfriarse y todavía recordaba la cara de total incomprensión de su hija.

—Mamá, ¡pelo! —había insistido ella.

Y Taeyeon había dado su brazo a torcer.

—Tienes razón, pastelito.

En el presente, Taeyeon se rio de buena gana y empezó a aclararse el pelo.

—Ay, mi pequeña Elliott.

Se quedó en la ducha un par de minutos más, para disfrutar de la paz y la tranquilidad. Luego cerró el grifo y oyó que llamaban a la puerta.

—Mamá, caca.

Taeyeon rio de nuevo, se puso el albornoz y abrió la puerta. Elliott tenía las piernas cruzadas y cara de sueño.

—Buenos días, pastelito. Eres una niña muy buena. ¿Has...?

Elliott anadeó hacia el váter y levantó la tapa.

Tiffany percibió el aroma a café y sonrió en sueños. Entonces volvió a notar que le tocaban la cara y al abrir los ojos se encontró con la misma masa de rizos desordenados de antes intentando tirarle del párpado.

—¡Ariba! —insistió el hobbit.

—¿Ya has hecho caca? —farfulló Tiffany.

—Mmm, ariba —repitió Elliott.

—No, arriba tú —replicó Tiffany, y empezó a hacerle cosquillas.

Elliott soltó una risita y luego una de aquellas carcajadas infantiles tan contagiosas que surgen de la inocencia más pura. Tiffany se rio con ella y, al levantar la mirada, vio que Taeyeon las observaba con una sonrisita burlona y los brazos en jarras.

—Buenos días, Phany —la saludó lacónicamente.

Tiffany carraspeó y se sentó derecha. Elliott se le subió a la espalda sin dejar de reír.

—Quítame al bicho de encima, ¿quieres? —se quejó.

Se puso de pie con Elliott colgada del cuello y con las piernecitas alrededor de su cintura como buenamente podía.

—Parezco Cuasimodo, joder.

—¡Joer! —repitió Elliott.

Taeyeon le lanzó a Tiffany una mirada furibunda y esta se puso colorada. Entonces cogió a su hija y fue a la cocina.

—El desayuno estará listo dentro de unos minutos.

Tiffany arrugó la frente; volvía a sentirse fuera de lugar en su propia casa. Taeyeon vio la cara que ponía y volvió enseguida.

—Lo... lo siento. He pensado que podía preparar el desayuno para las tres. Elliott tiene que comer.

Tiffany se pasó la mano por el pelo y le hizo un gesto para que no se preocupara.

—Es que no estoy acostumbrada a tener a alguien por aquí que mida menos de metro y medio —confesó.

Taeyeon se ruborizó y disimuló una sonrisa. Las dos se miraron a los ojos unos segundos hasta que alguien empezó a golpear los cubiertos contra la mesa y rompió el silencio.

—Parece que la pitufa tiene hambre —observó Tiffany.

Taeyeon no estaba segura de si bromeaba o se burlaba de ella, pero optó por ir a la cocina cuando Tiffany desapareció por el pasillo.

—¿Tienes hambre, cariño? ¿Te apetecen unos huevos?

Tiffany entró en la ducha y soltó un grito. No quedaba agua caliente y se dio la ducha más rápida de su vida. Al secarse con la toalla, no pudo evitar imaginarse a Taeyeon haciendo lo mismo pocos minutos antes y sacudió la cabeza para sacarse la imagen de la mente.

—Por amor de Dios, Hwang, que está embarazada —se riñó.

Tanto Taeyeon como Elliott la miraron cuanto entró en la cocina con un largo albornoz.

—Voy a nadar. Vuelvo enseguida.

—Elliott nada —exclamó enseguida la pequeña, e intentó bajar de la silla, pero Taeyeon la hizo sentarse de nuevo—. Mamá, ¡Elliott nada! —insistió, forcejando contra su madre, que miró a Tiffany.

Esta se mordió el labio, seguramente para no reír.

—Es un gremlin de lo más revoltoso.

Con Taeyeon aún tratando de controlarla, Tiffany se acercó a Elliott, la niña levantó la cabecita y se miraron a los ojos.

—Hacemos una cosa, pitufa. Primero acaba de desayunar. Luego te llevaré a nadar

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Comments

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Eli_17 #1
Hermosa historia, la adoré! Gracias por compartirla.
_MAX_KWON_JUNG_
#2
Chapter 24: Asi como tu me he devorado como tu esta historia en un par de horas ha sido genial me he reido mucho sigue adelante espero seguir leyendo muchas historias tuyas ahora tienes un fan mas
sone009_ #3
Chapter 24: Linda historia, Elliott es un amor!
StarbuckInBubblewrap
#4
Chapter 24: Que linda historia, me gusto
Niberian
#5
Chapter 24: A decir verdad se me ha hecho muy corta. La historia es preciosa y no he podido enamorarme más de Elliott, la niña le da muchísimo a la historia. Pero me hubiese gustado que hubiese ido un pelín más lento, que.ahondasen un poquito as en los sentimientos que tenían la una por la otra, porque yo las veo locamente enamoradas sin que haya pasado realmente nada entre ellas. Por lo demás preciosa
Saeko11
#6
Chapter 24: Gracias por compartir esta historia tan linda!!! :)
LlamaAmerica #7
Chapter 24: Haaaaaay pero esta hermosa historia me encanto mucho espere tanto y valió la pena gracias!!!!
roguecr #8
Chapter 23: Hasta q se le hizo a Fanny, que historia tan hermosa, gracias x compartirla.
TaeNy1926
#9
Chapter 23: Jajajajaja.. este capítulo tuvo de todo.. gracias por tan magnifica historia..
LlamaAmerica #10
Chapter 23: JAJAJAJAJAJA si me dio risa lo de la leche JAJAJAJAJA haaaaaay como amo esta historia *-*