Epílogo
Vientos Celestiales (Adaptación TaeNy)Tiffany estaba en pie ante la chimenea de la cabaña, muy nerviosa. El fuego hacía lo posible por caldear la fría noche de febrero y tenían invitados, de manera que habían cambiado de sitio los muebles de la sala de estar para que estuvieran cómodos. Niles alargó el brazo y le arregló el cuello de la blusa.
—Estás preciosa —le susurró.
Tiffany llevaba una blusa de seda color marfil, con unos pantalones de lana marrones que acentuaban su estatura. Encima llevaba una chaqueta de tweed abierta, con una rosa roja en la solapa.
—¿Tienes el anillo? —le preguntó a Niles por enésima vez.
Él asintió, paciente, y en ese momento llegó el anciano sacerdote y ocupó su lugar.
—Estás más tensa que una gata a punto de saltar, Tiffany —le dijo.
Ella le sonrió, al borde del desmayo. Algo más atrás, su abuela tenía a Joy en brazos y por suerte la niña estaba dormida. Cuando sus miradas se cruzaron, Meredith le guiñó un ojo.
—Te quiero —le susurró.
—Yo también te quiero, abuela.
—Bueno, no es San Patricio —comentó Meredith—. Pero, como te dije hace muchos años, pobre de ti si intentabas que me perdiera tu boda.
Tiffany sonrió y le dio un beso.
—Gracias.
La anciana se sentó en la primera fila de sillas. Había pocos invitados, pero eran los amigos más cercanos de Tiffany y Taeyeon. Los hijos de Marge aguardaban sentados pacientemente; Jeffrey levantó el pulgar en su dirección, sentado junto a su esposa. Roger y Trish sonreían alegremente y la mirada de su amigo era de pura admiración. Todas las personas importantes para Taeyeon y ella estaban allí.
Entonces Tiffany oyó que abrían la puerta del dormitorio y sonrió cuando Elliott fue la primera en salir. Llevaba un jersey de tweed con una camisa debajo porque les había asegurado que iba a «vestirse como Phany». Para Taeyeon fue un alivio.
—Al menos no quiere ir desnuda —había comentado.
La niña llevaba los rubios rizos peinados hacia atrás y le relucían los ojos ónice de pura alegría. Saludó a Tiffany con la manita mientras se acercaba poco a poco por el pasillo formado entre las sillas. Tiffany le devolvió el saludo y le guiñó un ojo. Lo que vio a continuación la transformó por completo, su corazón ya nunca volvería a latir igual: del brazo de Brian caminaba la mujer más hermosa que Tiffany había visto nunca.
Taeyeon llevaba una falda de tweed con chaqueta a juego y la melena rubia, suelta sobre los hombros, le hacía juego con la vestimenta de Tiffany. En la mano llevaba un pequeño ramo de rosas rojas. Tiffany contuvo la respiración a medida que Brian acercaba a Taeyeon a la que iba a ser su nueva vida y se le saltaron las lágrimas al ver que llevaba puesto el collar de oro con el colgante del atrapasueños. Taeyeon sonrió y acarició el colgante con cariño.
Brian y Niles se quedaron junto a ellas, en su papel de testigos, y Tiffany y Taeyeon se volvieron hacia el sacerdote.
—Bueno, estas son las bodas que más me gustan. Esta unión entre estas dos mujeres es especial. Especial, porque vivimos en un mundo muy precario donde por desgracia el amor no se mide por el corazón de las personas, sino por su género.
»Tiffany Hwang y Taeyeon Kim han demostrado que el amor va más allá del género. El amor es sencillamente... Amor. Nada más y nada menos. Cuando dos corazones se encuentran, nada más importa en realidad. Es en verdad lo que Jesús nos enseñó: a amar a los demás como él nos amó a todos y a cada uno de nosotros. Por eso aplaudo y celebro su unión.
»En un
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