Capítulo 15

Vientos Celestiales (Adaptación TaeNy)
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Capítulo 15  

Cuando llegó la hora de acostarse, Elliott tiró a Tiffany de la mano.

Taeyeon se rio e intentó coger a su hija en brazos.

—Es hora de irse a la cama, pastelito.

—Phany también vene —dijo Elliott—. Lee cuento.

Tiffany soltó una carcajada y dejó que Elliott la condujera pasillo abajo.

—Ya le leo yo, tú relájate —le dijo a Taeyeon por encima del hombro.

—No sabes lo que has hecho, Hwang. Ahora tendrás que leerle todas las noches —le gritó Taeyeon, de camino al porche.

Una vez fuera, se sentó en la mecedora y echó la cabeza hacia atrás. Sonrió al oír los murmullos de Tiffany leyéndole a Elliott en la habitación y contempló el lago y el cielo estrellado. Entonces cerró los ojos y empezó a mecerse lentamente.

En algún momento debió de quedarse dormida, porque despertó de golpe y le entró el pánico.

—¿Qué hora es?

Ahogando un gruñido de dolor, se levantó a toda prisa y entró en la casa. Según el reloj de la repisa eran casi las nueve, pero ¿dónde estaba Tiffany? Al ir al dormitorio no pudo evitar sonreír y menear la cabeza ante la imagen de Tiffany tumbada de espaldas, profundamente dormida, con los brazos por encima de la cabeza. Elliott, que estaba sentada a su lado y ojeaba el libro, levantó la mirada cuando entró su madre y se llevó un dedo a los labios.

—Phany dormida.

Taeyeon asintió.

—Ya lo veo —susurró—. ¿Y qué haces tú despierta?

—Mamá, duerme.

Taeyeon miró a Tiffany con una ceja levantada: se la veía tan relajada, tan vulnerable, respirando profundamente, dormida como una bendita... Taeyeon estiró la mano y Elliott le dio el libro.

—Hora de acostarse, pastelito.

Elliott arrugó la nariz y se tumbó sobre las almohadas. Tiffany la rodeó con el brazo sin despertarse y la niña se acurrucó con ella.

Taeyeon se cambió y fue a cerrar con llave. Luego volvió a echarle un ojo a Elliott. Tenía intención de dormir en el sofá, pero el firme colchón le resultó demasiado tentador a su espalda, así que se mordió el labio, retiró la sábana lentamente y se acostó. Al estirar la espalda dejó escapar un suspiro de alivio, cerró los ojos y, justo antes de dormirse, alargó la mano y se la colocó a su hija sobre la pierna.

***

A la mañana siguiente, Tiffany no estaba cuando Taeyeon despertó. Esta se levantó de la cama con cuidado de no despertar a Elliott, se puso la bata y fue a la sala de estar, pero Tiffany no aparecía por ninguna parte. Entonces miró por la cristalera y la vio nadando en el lago. Desnuda.

—Dios mío —musitó. Se quedó clavada donde estaba, incapaz de apartar la vista—. Debería mirar a otro lado —murmuró, aunque no le quitaba ojo de encima a sus bronceadas caderas. Tenía un cuerpo hermoso y torneado y Taeyeon hizo una mueca amarga —. Recuerdo la época en que yo era así —dijo en tono afilado.

En ese momento, Tiffany cambió de dirección y nadó hacia la orilla. Taeyeon tragó saliva e intentó apartar la mirada, de verdad que lo hizo. No, en realidad no. Quería ver a Tiffany de cuerpo entero.

Tiffany salió del agua y se pasó los dedos por el cabello antes de agitar la cabeza como un perro. A Taeyeon se le quedó la boca seca al contemplar el cuerpo musculoso pero definidamente femenino de Tiffany mientras iba a por la bata de baño y se la ponía.

—Joder... —suspiró Taeyeon, y se abanicó con la mano.

Enseguida se fue a la cocina y empezó a preparar el desayuno.

Tiffany leyó el periódico mientras desayunaba. En un momento dado, dejó el periódico a un lado y anunció:

—Oye, ya sé lo que podemos hacer hoy.

Como siempre, Elliott seguía con atención cada movimiento que hacía Tiffany; Taeyeon levantó la vista e inclinó la cabeza, con expresión interrogativa.

—Vamos a la feria de Oneida County. Perritos calientes para Elliott, helado para mamá y, para mí, mis dos chicas Kim — dijo, mirando directamente a Taeyeon a los ojos.

Ella sonrió y Elliott dejó escapar un chillido de entusiasmo.

Elliott despuntaba por encima de todo el mundo, literalmente, ya que Tiffany la llevaba a hombros y la niña iba agarrada de su pelo.

—¡Mira, mamá!

Tiffany hizo una mueca de dolor.

—Pitufa, el pelo... —rezongó, mientras la aguantaba de los pies enfundados en sandalias.

Taeyeon miró a su hija y se rio.

—Estás muy alta, pastelito.

Meneó la cabeza. Tanto Tiffany como Elliott llevaban sus gafas de sol y estaban de foto. Taeyeon fue comiendo mientras paseaban. Dos manzanas de caramelo después, empezó a picar de las palomitas de Tiffany.

—Esto ha sido muy mala idea —suspiró Taeyeon, agarrando un buen puñado.

—Venga ya, no es para tanto. Además, has ganado muy poco peso. El médico dijo que tendrías que ganar más. ¿Todavía te tomas las vitaminas?

—¿Ahora eres una experta en embarazos?

—Sí, lo soy, así que cuidadín. —Tiffany la miró a los ojos y carraspeó—. Esto... creo que tendríamos que hablar sobre... bueno, cuando llegue el momento. No me gusta pensar que estés aquí y yo en Chicago. Tengo que ir dentro de un par de días, así que ¿por qué no venís conmigo?

Taeyeon se paró y se la quedó mirando.

—¿Cómo? ¿Que vayamos a Chicago contigo?

Tiffany puso los ojos en blanco y aguantó a la renacuaja por los pies.

—Sí, ¿por qué no? Estaré allí al menos tres semanas y no sé si tendré tiempo de subir en algún momento. Ahora no te enfades...

Taeyeon entornó los ojos y puso los brazos en jarras.

—¿Qué has hecho?

—Phany, ¿qué hecho? —intervino una vocecilla por encima de sus cabezas.

Tiffany levantó los ojos y frunció el ceño.

—Traidora —farfulló—. No he hecho nada. Bueno, sí, pero creo que es una buena idea.

—¿Qué es buena idea? —preguntó Taeyeon lentamente.

Tiffany esbozó una sonrisa leve.

—He llamado a la doctora Haines, ¿te acuerdas de ella? Le he explicado mi... nuestra situación, y ha dicho que estaría encantada de recibirte mientras estemos en Chicago. Así que está todo listo —anunció, sin dejar de sonreír ni siquiera cuando dio un prudente paso atrás.

Taeyeon respiró hondo, pero no dijo nada. Tiffany se bajó a Elliott de los hombros, la sostuvo en brazos y le susurró algo apresuradamente al oído. La pequeña de rizos de oro volvió la cabeza hacia su madre con una mirada suplicante.

—Pofiii, mamá. Yo quero a Phany.

Taeyeon se quedó atónita.

—¿En serio estás usando a la niña?

—¿Qué? —fintó Tiffany, en tono inocente—. ¿Acaso es culpa mía si la monigota me quiere?

—Tiffany —razonó Taeyeon, mientras seguían paseando por la feria —. Es un poco precipitado. —Se detuvo y la miró directamente—. ¿Estás segura de que quieres hacerlo? Elliott y yo estamos bien aquí.

—No —afirmó Tiffany—. No me gusta que estéis solas.

—Marge...

Tiffany levantó la mano.

—Quiero a Marge y confío en ella, pero si tengo que estar en Chicago estaría más tranquila si estuvieseis conmigo.

—¿Por qué?

Taeyeon miró al suelo. Bueno, o se miró la barriga; ya llegaría el día en que volviera a verse los pies. No estaba segura de que fuera buena idea ir a Chicago. Como Tiffany no le contestaba, volvió a levantar la mirada. La expresión de la otra mujer era extraña y Taeyeon no logró descifrarla. Entre ellas, Elliott se comía sus palomitas, sin interés alguno por seguir la conversación de los adultos.

—No quiero tenerte...

—¿Sí?

Tiffany la miró a los ojos.

—No quiero tenerte lejos tanto tiempo.

Taeyeon, que había cogido un puñado de palomitas del cartón, abrió mucho los ojos y soltó las palomitas de golpe. Cuando por fin recuperó la palabra, musitó.

—Solo serían unas semanas.

Tiffany negó con la cabeza, tiró las palomitas a la basura y bajó a Elliott al suelo. Colocándose delante de Taeyeon, le puso las manos en los hombros quemados por el sol.

—Taeyeon, no estoy segura de lo que está pasando entre nosotras o de si está pasando algo.

—¿Lo está? —dijo Taeyeon, sosteniéndole la mirada.

—No lo sé. Yo... espero que sí —contestó Tiffany. Soltó una risa nerviosa y Taeyeon la imitó—. Lo único que sé es que ahora mismo solo de pensar en que Elliott y tú estéis fuera de mi vista me... — tragó saliva—. Bueno, no quiero que pase. Quiero que vengáis y os quedéis en mi apartamento cuando esté en Chicago. Hay sitio de sobra y me sentiré mejor y...

Taeyeon sonrió y le puso la mano en el hombro.

—Muy bien, tú ganas. Elliott y yo iremos a Chicago contigo.

Elliott aplaudió y Tiffany le dio una vuelta en el aire alegremente.

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Comments

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Eli_17 #1
Hermosa historia, la adoré! Gracias por compartirla.
_MAX_KWON_JUNG_
#2
Chapter 24: Asi como tu me he devorado como tu esta historia en un par de horas ha sido genial me he reido mucho sigue adelante espero seguir leyendo muchas historias tuyas ahora tienes un fan mas
sone009_ #3
Chapter 24: Linda historia, Elliott es un amor!
StarbuckInBubblewrap
#4
Chapter 24: Que linda historia, me gusto
Niberian
#5
Chapter 24: A decir verdad se me ha hecho muy corta. La historia es preciosa y no he podido enamorarme más de Elliott, la niña le da muchísimo a la historia. Pero me hubiese gustado que hubiese ido un pelín más lento, que.ahondasen un poquito as en los sentimientos que tenían la una por la otra, porque yo las veo locamente enamoradas sin que haya pasado realmente nada entre ellas. Por lo demás preciosa
Saeko11
#6
Chapter 24: Gracias por compartir esta historia tan linda!!! :)
LlamaAmerica #7
Chapter 24: Haaaaaay pero esta hermosa historia me encanto mucho espere tanto y valió la pena gracias!!!!
roguecr #8
Chapter 23: Hasta q se le hizo a Fanny, que historia tan hermosa, gracias x compartirla.
TaeNy1926
#9
Chapter 23: Jajajajaja.. este capítulo tuvo de todo.. gracias por tan magnifica historia..
LlamaAmerica #10
Chapter 23: JAJAJAJAJAJA si me dio risa lo de la leche JAJAJAJAJA haaaaaay como amo esta historia *-*