Capítulo 12
Vientos Celestiales (Adaptación TaeNy)Tiffany cabeceó como si quisiera sacarse las telarañas de los oídos y se pellizcó el puente de la nariz.
—¿Disculpa?
Taeyeon suspiró.
—Será mejor que me siente —musitó, al tiempo que alcanzaba la butaca que había junto al hogar.
Tiffany alargó la mano para ayudarla, pero como no llegó a tiempo la apartó de nuevo, incómoda. En ese momento apareció Elliott, corriendo desnuda por el pasillo.
—Abuela me baña. ¡Y lee cuento!
Meredith regresó a la sala de estar y se pasó los dedos por el pelo plateado.
—Solo he tenido que sacarla del desagüe una vez —rio, y extendió la mano—. Venga, guppy. Dales un beso de buenas noches a mamá y a Tiffany.
Taeyeon se agachó con un gruñido para besar a su hija.
—Buenas noches, pastelito. Te quiero.
—Nanoches, mamá. —Corrió hacia Tiffany, que también se agachó—. Nanoches, Phany.
—Buenas noches, pitufa —susurró, y le dio un beso en la sonrojada mejilla—. Dulces sueños.
Taeyeon notó que se le llenaban los ojos de lágrimas al ver la tristeza en la mirada felina de Tiffany. Hasta diría que a ella también le brillaban sospechosamente los ojos.
—Gracias, Meredith —le dijo a la anciana.
—Un placer, querida.
—Esto... Meredith....
La aludida ladeó la cabeza interrogativamente, con Elliott de la mano.
—¿El pijama? —observó, señalando a la niña desnuda.
Meredith chasqueó los dedos.
—Ya sabía yo que me olvidaba de algo. Tiffany solía dormir desnuda. Creo que todavía lo hace.
A Tiffany casi se le salieron los ojos de las órbitas y evitó mirar a Taeyeon cuando esta soltó una carcajada. El silencio, sin embargo, solo duró un segundo en la habitación, antes de que Taeyeon iniciara su relato.
—Vamos a ver, ¿por dónde empiezo? Elliott es mi ahijada. Mi mejor amiga, Barb, y su marido Steve murieron en un accidente de coche cuando Elliott tenía dos meses. Habíamos planeado que, si les pasaba algo, yo sería la tutora legal de Elliott y la adoptaría. Por supuesto, no es algo que discutiéramos en profundidad, pero no tenían más parientes. Yo creía que los padres de Steve pondrían algún problema, pero no pareció importarles. ¿No te parece raro? ¿Unos abuelos que no quieran a su nieta?
Tiffany se encogió de hombros. Bastante trabajo le costaba entender todo lo demás.
—Supongo. Cuando murió mi madre, Meredith ocupó su lugar. Sé que yo ya era mayor y estaba en la universidad, pero no me la imagino sin querer formar parte de mi vida —confesó, con los ojos marrones puestos en el fuego.
—¿De qué murió tu madre? —quiso saber Taeyeon.
Tiffany levantó la mirada y se encogió de hombros.
—Cáncer. Parece ser el modo más popular de marcharse... — se interrumpió, al darse cuenta de lo que acababa de decir—. Lo siento. Eso...
—Lo entiendo y tienes razón. ¿Pudiste pasar con ella mucho tiempo?
—Sí —asintió Tiffany—. Pero cuando yo iba a la universidad ella estaba muy enferma y no me permitió dejar la carrera y volver a casa. Mi abuela dice que quería que terminara mis estudios y no tuviera que cuidarla. O-Ojalá...
—Hubieras tenido más tiempo —le acabó la frase Taeyeon.
—Sí —dijo Tiffany—. Perdona, acaba lo que me contabas de Elliott.
—Bueno, después del funeral y de acabar con todo el papeleo, nos llevamos a Elliott a casa. Los padres de Barb ya habían muerto y los de Steve vinieron al funeral y luego cogieron un avión de vuelta a su casa. Creo que viven fuera del país, al menos entonces era así. No vi otra opción. Además, Jessica estaba encantada. Elliott es una niñita preciosa y muy llena de vida.
—Y un diablillo —se oyó decir Tiffany, afectuosamente. Taeyeon tuvo que mostrarse de acuerdo—. Me siento como una idiota. Creía que eras una irresponsable que se había gastado una fortuna no en una, sino en dos inseminaciones artificiales, y que al morir Jessica te habías visto sin blanca.
—Entiendo que pensaras eso —aceptó Taeyeon, que dejó escapar un gemido quedo al reacomodarse en la butaca.
Please Subscribe to read the full chapter
Comments