Espero y te guste el capítulo Jaylin093.  Sone_Yuuki Tae aun no tiene en claro lo que siente por Jessica y esta pues aun siente rencor hacia su pequeña, todos aquí son bipolares o mentalmente inestables, casi como yo jajaja. SoshiV jaja has descubierto t verdadera vocación solo no le digas a tu mama que yo te ayude jaja y si en este capitulo hay JeTi~ e.e solo no me mates >< Pense en dividir el capitulo pero las haré felicies y lo pondre completo UuU

Nota: Este capítulo es para que sepan el tipo de relación entre Jessica y Tiffany y los sentimientos se tienen la una a la otra, aparte del porque su actitud actual.

Creo que es el cap. más largo que he escrito hasta ahora y al que más le he puesto empeño, no sé de dónde saque la inspiración para escribir todo eso pero ahí está, disfrútenlo ;w; igual ya tiene algo que no pongo lemmon (eso creo) es decir que en este hay~ no sé cómo salió de esa forma pero espero les guste O.o

Por cierto hay 2 personajes que menciono con un *, esos son de Hello Kitty...por si no los conocen (yo los conocí por su nombre esta tarde jaja)

Infancia Al estilo Jung

-No quiero perros callejeros que puedan morder a mi conejito…-Jessica era el “conejito” de Tiffany desde que eran pequeñas, eran muy unidas que hacían todo juntas, Tiffany por ser la mayor era el ejemplo a seguir de la pequeña y  llevaba el rol de un minino protector. En parte eran los animales favoritos de cada una y solían jugar creyéndose la mitad de uno.

-Deja de saltar en la cama, te aceras- Decía una pequeña de cabello corto color negro y ondulado.

-No, no, soy un conejo y solo puedo saltar- una pequeña niña de ojos claros, cabello largo y castaño igualmente ondulado estaba saltando y saltando en su cama mientras su hermana le clavaba una mirada de disgusto. Ambas eran pequeñas pero se cuidaban mutuamente en especial la mayor a la menor.

-Ven a saltar conmigo Tiff- decía a su hermana quien estaba enfrente de ella sentada en un sillón.

-No, y ya baja de una vez- se acercó para poder detenerla y en vez de eso termino cediendo a la petición de la pequeña, ambas saltaban en la cama ahora hasta que entro su niñera a regañarlas, ambas niña de ojos claros bajaron la mirada diciendo que pararían, se vieron la una a la otra y se dieron una cómplice sonrisa.

Ambas usaban pijamas iguales, una blusa de manga larga de una tela acolchonada y un pequeño short, ambas de distintos colores y estampados, el de la más pequeña era morado con el cachorrito cinnamoroll* en el centro y el de la otra rosa con el gato chocolat* en el centro, a ambas se le veía de diferente forma pero bien.

Ambas niñas crecieron juntas prácticamente; a pesar de la diferencia de 3 años. Hacían todas las comidas juntas, jugaban siempre juntas, hasta se bañaban juntas; tenían amigos obviamente pero solo convivían con ellos en la escuela y de vez en cuando los invitaban a casa, les bastaba tenerse la una a la otra, al menos para Jessica era de esa forma… para Tiffany su hermana era lo más importante pero igual gustaba de tener amigos, cosa que Jessica ignoraba por lo tanto no lo sabía.

-Señoritas, es hora del almuerzo- Anunciaba su niñera. Las pequeñas dejaron lo que hacían y fueron al comedor, era algo grande pero esa no era razón para sentirse solas en la ausencia de sus padres, ellas siempre se sentaban en el mismo lugar aunque sus padres no estuvieran, siempre mantenían la esperanza de comer de nuevo con sus padres, por esa razón respetaban su lugar.

Era enternecedor y a la vez triste verlas esperar cada día a mamá o a papá, cuando ellos solo se presentaban en días como navidad, año nuevo, cumpleaños, graduaciones, es decir en fechas de celebración e importantes.

Una noche lluviosa, Jessica se encontraba durmiendo plácidamente en su cama cuando repentinamente un relámpago la despertó, despertó sobresaltada  y sin moverse examino rápidamente con la mirada toda su habitación hundida en la oscuridad, intento volver a dormir pero fue en vano, otro relámpago cayó asustándola más. Con ojos cristalinos bajó de la cama, tomo su sabana abrazándola y arrastrando el resto se dirigía a la habitación de su hermana.

La sacudió un poco para despertarla y lo consiguió.

-¿Qué sucede?- pregunta restregándose un ojo.

-¿Puedo dormir contigo?- la pequeña aun con ojos cristalinos y asustada hizo su petición.

-Bueno…ven- le hace un lado en su cama para que se acueste, durmieron abrazadas esa noche y todos los días de lluvia con relámpagos eran igual.

Pero esto nos solo ocurría en los días lluviosos sino también en los fríos. Pero una noche fue totalmente diferente y cálida…

Jessica se encontraba pidiendo permiso para poder dormir con Tiffany en su cama, como de costumbre accedió pero al cabo de unos minutos al comprobar que su hermanita no podía dormir, trato de “darle sueño”.

-¿No tienes sueño?-

-El frio no me deja dormir…aunque te tengo a mi lado y se está más cálida- se acurruco más hacia su hermana mientras lo decía.

-¿Y no estás cansada?- La pequeña de 10 años trataba de pensar rápido sus preguntas a pesar de ser la segunda no tenía mucho en mente.

-No…creo que también es por eso-

-¿Quieres jugar para cansarte?- algo inconscientemente le hizo dar aquella propuesta.

-¿A qué tipo de juego?- había despertado la curiosidad de su pequeña hermana de 7 años.

-Eeeh…pues…- Tiffany por alguna razón del destino había visto algunos mangas de o por internet, por curiosa termino viéndolos asegurándose de que nadie la viera pero solo fueron pocas las veces que lo hizo, se le hacía extraño verlo y lo dejo pero siempre se preguntaba cómo se sentiría hacer todo eso.

-Jessy… ¿puedo hacerte algo que vi?...he querido saber cómo se siente- veía perdidamente al techo recordando todas las escenas grabadas en su mente.

-¿Dolerá?- Jessica puso su mano en su boca mientras veía con curiosidad a su hermana mayor, esa imagen la haciéndola ver adorable y por alguna razón ruborizo a Tiffany, eran pequeñas; ni ella misma sabía el porqué.

-No creo, si te duele solo dime… ¿sí?- la sonrisa de ella inspiraba confianza, su hermanita solo asintió y se dejó usar como conejillo de indias. Para su sorpresa lo primero fue un beso corto en los labios, ambas se alejaron y rieron viéndose a los ojos, se dedicaron una sonrisa traviesa y lo volvieron a hacer entre risas. Instintivamente Tiffany se pegó más a Jessica, besos inocentes vienen y van de sus finos y rosados labios.

La mayor comenzó a quitarle la parte de arriba del pijama, la menor se dejó ante su gran curiosidad de saber que seguirá; para su edad tenía algo de pecho los cuales eran masajeados ahora por su hermana, ella soltó un pequeño gemido, le preguntaron si estaba bien, ella negó con la cabeza que estaba bien, que prosiguiera, ahora le lamian los pechos, su sangre hervía y sus mejillas estaban sonrojadas por tales caricias.

Las lamidas no cesaban, la recostó en la cama y beso su cuello, la vio para asegurarse de que en verdad se encontraba bien y siguió dando pequeños besos en toda la piel blanca de su hermanita. El cuerpo de ambas se estaba calentando, Tiffany no tenía intenciones de detenerse hasta probar cada centímetro de piel a su alcance. Jessica no paraba de respirar agitadamente y soltar pequeños y casi inaudibles gemidos de placer.

-¿Puedo seguir?- tenía la mano en la orilla del short, su hermanita comprendió y con algo de miedo volvió a afirmar con la cabeza, se dieron un beso y luego otro mientras el short de Jessica era deslizado rápidamente hacia abajo, la mano temblorosa de la mayor se dirigía a la intimidad de su conejillo de indias, mejor dicho: su conejito personal.

Con audaces movimientos removió las bragas de la castaña, su mano temblaba y estaba nerviosa de lo que estaba a punto de hacer.

-¿Me prometes que no me dolerá?- Jessica parecía estar a punto de llorar, sus ojos la delataban.

-Si no quieres, podemos dejarlo y dormir-

-Si quiero…se está sintiendo bien y ahí abajo siento algo extraño…creo que también quiere…- volteo el rostro avergonzada de lo que acababa de decir. La mayor acaricio su mejilla y beso su cabello prometiéndole que no dolerá y si pasaba que lo dijera como habían acordado.

Sin más, se dispuso a tocar la parte más íntima de la menor, trago saliva y comenzó a frotar lentamente con sus finos dedos, el roce se intensificaba cada vez más y más, la pequeña castaña jadeaba y gemía sin saber que era lo que estaba sucediendo, solo sabía que se sentía bien, no se le hizo justo que solo ella estuviera experimentando esas nuevas sensaciones y comenzó a masajear los pechos de su hermana, le quito la blusa, una vez fuera comenzó a lamer el par de pechos que tenía frente, las mejillas de Tiffany ardieron más al sentir eso y  aún más cuando ella la mordió en un pezón (desde pequeña ya tenía sus instintos sadomasoquistas), Tiffany cerró los ojos y advirtió que iba a penetrarla, como sus dedos ya estaban mojados no fue muy difícil “entrar”, sacaba y metía ágilmente sus pequeños dedos de la intimidad de su hermana menor.

-Hazlo aquí…me gusta más…- sin verla a siquiera a la cara, Jessica dirigió la mano de Tiffany a su clítoris. Comprendió que quería que tocara ese lugar y eso hizo, frotaba torpemente y Jessica solo tenía sus ojos cerrados con fuerza y respiraba agitadamente.

-Veo que te gusta-

-¡Mucho!- confesó para enseguida dar otra.

-De nuevo siento algo extraño ahí abajo- la mayor no sabía que podía ser pero recordó las imágenes y en ellas después de haberlo hecho “terminaban”.

-Entonces, puede ser que ya estés llegando a tu límite, eso creo, algo así vi- siguió hasta que sintió como su mano era empapada de los fluidos de su hermanita; Tiffany observo su mano un momento y luego la seco en las sabanas.

-¿Ya acabamos de jugar?, ¿tan pronto?- Su pequeño cuerpo temblaba y no podía más pero ella aún no estaba satisfecha.

-Creo que no puedes seguir jugando- su tono inocente era tan lindo que parecía imposible de creer  que estaban intimando a forma de juego.

-Creo que si espero podré seguir- entusiasmada y con un brillo en sus ojos.

–Mientras, ¿qué tal si juego contigo?-

-No lo sé…- insegura de saber que responder.

-Anda, ¿no quieres sentirlo?, se siente bien que querrás repetirlo-

-Si tú lo dices…confió en ti- se bajó el short y la ropa interior esperando a que su hermanita jugara con su cuerpo.

Ahora le tocaba jugar un poco a Jessica, como aún tenía 7 años no podía aguantar su curiosidad por tocar a su hermana y sin delicadeza introdujo directamente sus pequeños dedos en la intimidad de Tiffany la cual oculto su inconformidad aunque estaba un poco mojada.

-Veré que tan rápido puedo hacerlo- la mayor intento detenerla pero le fue imposible al sentirlo, le estaba gustando tanto, su placer se intensificaba a cada rose y aumento de velocidad, sus gemidos eran más fuertes y su respiración se cortaba por segundos.

-Tú resistes más que yo en este juego, no es justo- al notar que después de todo aún no había llegado al clímax.

–Mi mano esta mojada…- su inocencia y curiosidad la llevaron a probar los fluidos en sus dedos, tenían un sabor extraño a su parecer pero era de esos sabores que no son ricos pero quieres volver a probar y probar aunque sea lo más amargo del mundo. Sin avisar poso su rostro en la entrepierna de su hermana y comenzó a lamer sobresaltándola, de nuevo al querer detenerla fallo al rendirse a las sensaciones que su conejito le brindaba. Lamia como si fuera un dulce, como si los fluidos fueran un condimento líquido, exploraba la intimidad de su hermana mayor con su lengua haciendo sentir a ésta muy bien, ella por inercia comenzó a tocarse, quien mejor que ella misma para tocarse donde más le gusta, ambas gimiendo y jadeando en la habitación sin saber que su juego en realidad es algo prohibido que no deberían estar haciendo.

Llegaron al clímax varias veces hasta cansarse y no poder más, fueron al baño para limpiarse y ponerse de nuevo el pijama, volvieron a la habitación muy cansadas pero ahora ya podían dormir, su cuerpo no aguantaba más.

-Sabes…ahora ya no tengo frio-

-Ni yo…- se dieron un beso en los labios y durmieron abrazadas.

Desde ese entonces jugaban muy a menudo a escondidas de su niñera, de alguna forma algo les decía que estaba mal pero cada que jugaban su cuerpo les decía todo lo contrario.

Al pasar a secundaría supieron el significado de todo lo que sentían jugando y peor aún que no era un juego si no que todo este tiempo habían estado intimado entre ellas sin saberlo.

Ahora Tiffany tenía 15 y Jessica12, dejaron su juego placentero al saberlo, de todas formas lo fueron descubriendo conforme crecían y a esa edad no recordaban demasiado las sensaciones.

Tiffany estaba a punto de entrar a la preparatoria, y comenzó a ver sus oportunidades de posibles escuelas en el pueblo, para su sorpresa no había y la más cercana no era del todo buena, ella quería lo mejor puesto que el dinero no era problema, investigaba todos los días hasta que hallo una, lejos de su hogar lo que la llevaría a separarse de Jessica.

-Jessy…tengo algo que decirte- intento poner un tono serio.

-¿Qué sucede?- preguntaba mientras tecleaba en la laptop.

-Es serio, veme por favor- Jessica no dudo en voltear y ver a su hermana.

-¿Qué opinas de que yo me valla muy lejos de aquí?-

-¿Pero qué cosas dices, Tiff?, odiaría que te fueras, eres…muy importante para mí-

-Supuse que dirías algo así pero sabes que estoy a unos meses de acabar la secundaría y tú a unos de pasar a segundo año-

-¿Qué con eso?- la veía totalmente extrañada al ver que le decían lo que era obvio.

-Me iré a estudiar algo lejos de aquí y te quise avisar con anticipación…- trago saliva esperando la reacción de su conejito.

-…no puedes…- su minino se estaba yendo muy lejos de ella y no podía permitirlo, no quería creerlo.

-Lo siento, no puedo hacer nada, he tomado una decisión, es para mi futuro y tú también  hubieras hecho lo mismo-

-¿ósea que solo te tengo por estos meses?- preguntaba cabizbaja en un tono deprimente y triste.

-No…- lo más duro estaba por llegar.

–Tengo que haber estudiado cuando menos un bimestre en una secundaria de ahí y en una semana me voy-

-No puede ser…-

-Lo siento, pero siempre seré tu gato guardián aunque este lejos, nos escribiremos y existe el video chat-

-No será lo mismo… ¿Cómo puedes hacerme esto?, tú…tú eres mi única compañía en esta gran mansión, mamá y papá casi nunca están y ¿piensas dejarme sola?- las lágrimas brotaban de sus ojos.

-No puedo remediarlo, mi futuro es algo que debo cuidar, solo tengo uno y no puedo echarlo a perder-

-¿Insinúas que yo echo a perder tu futuro?-  una total amargura se podía sentir en aquella pregunta.

-No…nada de eso es solo que…- antes de poder terminar de hablar, Jessica se secó las lágrimas y habló.

-Cierto, necesitas un futuro donde tu hermana menor no intervenga en tu decisiones, suerte en esa nueva escuela y en tu “futuro”, espero tomes la decisión correcta- tomo su laptop y salió de la habitación con un semblante deprimido. La única semana que le quedaba con su hermana la desperdicio, alejaba e impedía todo contacto con Tiffany, no quería sufrir su partida, su método era irla sacando de una vez de su corazón, estaba en un lugar muy especial y ahora la estaba degradando, forzándose a recordarla únicamente como “su hermana mayor” sin más ni menos.

El día de despedirse llego y en vez de un abrazo y alguna emotiva palabra de aliento de Jessica hacia Tiffany, sus palabras de despedida fueron las siguientes:

-Que te valla bien, veo que después de todo si eres como los gatos, traicionera y nada fiel…ellos no saben el camino de vuelta a casa ni lo que es la fidelidad, solo están donde les den lo mejor para ellos… hasta luego felina traicionera- se dio media vuelta y se fue directo a la mansión, las sirvientas no podían creer que aquella gélida oración haya salido de la boca de la pequeña Jung, esa tan adorable niñita ahora estaba teniendo un significativo cambio en su vida y actitud. Su hermana se fue sin más, les dijo a las sirvientas que no importaba, que ya veía venir algo así de su parte.

Los meses pasaron y Jessica trataba de sobrellevar su soledad, intento hacer amigas pero algo le impedía acercarse, paso a segundo y seguía igual hasta que un día; la vio, una pequeña niña jugando felizmente con sus amigas, no comprendía porque veía de tal forma a esa chica ni porque sentía algo, deberían gustarle los hombres pero siempre que la veía su corazón latía a mil por hora, cuando supo su nombre en un nombramiento honorifico de la escuela fue el momento más feliz que pudo haber tenido, llegaba feliz a casa cada que la veía, platicaba con su niñera, ahora menos que eso era una sirvienta más pero por haber pasado toda su niñez con ella la veía como su segunda madre aunque le podía tener más confianza puesto que únicamente podía regañarla, no tenía el poder de madre. Le contaba sobre esa chica alegre que veía todos los días, mejor dicho que intentaba ver, un día que regresara de un humor “normal”, significaba que no la vio, al saber su nombre le platicaba de ella usándolo y como fue un nombramiento en público hasta de su apellido se enteró.

“TaeYeon, TaeYeon, TaeYeon”, era la palabra que más decía en casa, suspiraba por ella, en verdad la quería. Un día común fantaseando con ella su mente se pasó de la raya, había llegado a lo ual, se encontraba imaginándola desnuda por primera vez en la privacidad de su habitación, mecánicamente dirigió sus manos a su intimidad y comenzó a masturbarse con esa imagen en su mente que cuando menos se dio cuenta ya lo había hecho, se le hacía familiar esa sensación pero no sabía de donde, según ella nunca había hecho nada de ese tipo, lo ignoró y cada noche que TaeYeon Kim rondaba por su mente, jugaba consigo misma. Su sirvienta sabía que lo hacía, la escuchaba en ocasiones cuando le llevaba la comida o la cena o simplemente pasaba muy de noche alado de su habitación pero no dijo nada para no incomodar a la señorita.

-TaeYeon…TaeYeon…- mascullaba mordiendo una sábana mientras se tocaba. De algún modo recordaba cómo hacerlo aunque era obvio que Jessica no recordaba que había intimado con su hermana mayor cuando eran pequeñas; su mente ideo varias formas de acercarse a ella cuando en su desesperación opto por “violar” niñas, si podía tocar y tener a su merced a una chica cuando quisiera, hablarle a la chica de sus sueños no tenía por qué resultar un problema.

Se había equivocado totalmente, como no sentía nada por esas chicas, podía acercarse y tocarlas sin problema pero ante TaeYeon era algo que su cuerpo no reaccionaba por más que ella quisiera.

No tardaron en enterarse las demás sirvientas de la susodicha chica que tenía feliz y loquita de amor a la pequeña, “Kim, Kim, Kim” era el apellido más murmurado en sus conversaciones.

Ahora la tan mencionada y famosa TaeYeon Kim se encontraba en casa, las sirvientas aun no sabían su apellido, únicamente su nombre y pensaban que la había elegido por tener ese nombre, idéntico al de su primer y único amor. Vivió atormentando la vida de cada chica que se cruzaba en su camino para desquitar todo lo que pasaba en su vida y lo que había pasado.

Jessica había tenido novios y novias pero no duraba con ninguno, no sentía nada a lo mucho algo de afecto pero su corazón solo latía por una persona aunque en realidad eran dos, su mente y su caprichosa actitud le hacían creer que solo era por una, esa persona es TaeYeon y la otra era Tiffany, un sentimiento bien guardado dentro de su corazón a la vista solo había rencor pero si se indagaba más aún se conservaba intacto el sentimiento por su hermana.

-Mi hermana aun no supera su primer amor, que mal por ella…tener que revolcarse con una chica solo por tener el mismo nombre que la chica que le robo el corazón hace años…pero parece que esa perra callejera se está ganando más a mi Jessy, tengo que recuperar a mi linda hermanita, con suerte y le hago un favor a todos los chicos y chicas que manipula…la que yo conozco no hace tales atrocidades ni se acuesta con cualquier niña bonita- Tiffany se había enterado a primera hora del nombre del perro recogido que dormía con su hermanita en esa mañana.

-Es sorprendente que mi conejito siga siendo virgen, no puedo creer que su miedo a hacerlo con algún chico aun prevalezca, aunque con tantas revolcadas la pequeña puta ya ha de haberla perdido sin querer- Tiffany no guardaba rencor hacia Jessica pero todavía tenía esa herida del pasado dentro de ella. Pensaba separarlas pero antes quería sacarle información a la chica que invadía su casa.

Una tarde de juegos la pequeña Jung decidió demostrar todo su cariño a su hermana.

-¡Tiff!, ¡Tiff!- decía emocionada.

-¿Qué ocurre?-

-¿Serás mi gatito por siempre?-

-Claro, ¿y tú serás mi pequeño conejito siempre?-

-Sí, nunca dejare de serlo- su corazón palpitaba de alegría.

-Ni yo dejare de ser tu minino, te protegeré hasta donde pueda porque te quiero- revolvió el cabello castaño de su hermanita.

-Yo te amo- se abalanzo sobre su hermana mayor y la beso tiernamente en los labios.

-Yo también te amo, mi pequeña Jessy- enternecida por el momento beso su frente y la abrazo fuertemente deseando que su hermanita y ella siempre fueran unidas.

-Pensaba que me amabas...yo aún te amo, siempre serás mi adorada hermana menor- su amor era simplemente el máximo que una hermana pudiera ofrecer. Sacudió la cabeza para disipar esos recuerdos y salió de casa a dar un paseo esperando encontrar despierta a TaeYeon y mantener una seria charla con ella empezando por su apellido. Definitivamente no quería cerca a un “perro recogido”.

Nota Final:

De hecho el "amor" que se tienen Tiffany y Jessica es únicamente de hermanas, no se aman como pareja ni nada por ese estilo~

Y por los que quieran leer el OS JeTi les dejo el link :3

http://www.asianfanfics.com/story/view/844638