Liberada

La Huésped (The Host)
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Capítulo 20 - Liberada

 

   Jeb me dejó llorar sin interrupciones. No hizo comentario alguno mientras continuaron los resoplidos posteriores. Sólo habló cuando me quedé completamente en silencio durante más o menos media hora.

 

   —¿Estás despierta?

 

   No respondí. Estaba más que acostumbrada al silencio.

 

   —¿Quieres salir aquí fuera y estirar los músculos? —me ofreció—. Me duele la espalda sólo de pensar en ese estúpido agujero.

 

   Curiosamente, pese a mi semana de silencio enloquecedor, no estaba con ánimo para tener compañía, pero ésa era una oferta que no podía rehusar. Antes de que pudiera pensarlo siquiera, mis manos me impulsaban a través de la salida.

 

   Jeb estaba sentado con las piernas cruzadas en la esterilla. Espié cada una de sus reacciones mientras estiraba los brazos y las piernas y desentumecía los hombros, pero tenía los ojos cerrados. Parecía dormido, como cuando me visitó Jamie.

 

   ¿Cuánto tiempo hacía desde que había visto a Jamie? ¿Y dónde estaba él ahora? Mi corazón ya dolorido sintió una nueva sacudida.

 

   —¿Te sientes mejor? —me preguntó Jeb, abriendo los ojos.

Me encogí de hombros.

 

   —Todo va a salir bien ¿sabes? —Jeb exhibió una sonrisa amplia que le ocupó casi toda la cara—. Todo eso que le he dicho a Taeyeon..., bueno, no diría que le he mentido exactamente, porque es todo verdad si lo miras desde cierto punto de vista, pero desde otro no es tanto la verdad como lo que él necesitaba escuchar.

 

   Simplemente, me quedé mirándole. No entendía ni una palabra.

 

   —Mira, Taeyeon necesitaba acabar con esto. No contigo, chiquilla —añadió rápidamente—, sino con la situación. Cuando se vaya podrá ver este asunto con más perspectiva.

 

   Me pregunté cómo sabía exactamente qué frases y palabras me llegarían y, más que eso, ¿por qué se preocupaba Jeb de si sus palabras me iban a hacer daño o no, o de si la espalda me pinchaba y me dolía? Su amabilidad me atemorizaba por sí misma, ya que era incomprensible. Al menos los actos de Taeyeon tenían sentido. Los intentos de asesinato de Kyle e Ian, el entusiasmo animoso del doctor por hacerme daño, todos esos comportamientos eran lógicos. Pero no la amabilidad. ¿Qué quería Jeb de mí?

 

   —No estés tan cabizbaja —me animó Jeb—. Este espacio donde estás habitualmente lo usamos como almacén. Ahora, cuando Taeyeon y los chicos regresen, vamos a tener que buscar algún lugar para colocar todos los artículos que se traigan a casa. Así que será mejor que te busquemos otro lugar. Quizá algo un poco más grande, ¿no? —Sonrió de nuevo mientras hacía oscilar la zanahoria delante de mí—. ¿Y que tenga una cama?

 

   Estaba segura de que a continuación me confesaría que estaba de broma. En vez de eso, aquellos ojos suyos del color de los vaqueros lavados se convirtieron en algo muy, muy dulce, y algo en esa expresión devolvió el nudo de nuevo a mi garganta.

 

   —No tienes por qué volverte a meter en ese agujero, cariño. La peor parte ya ha pasado.

 

   Descubrí que no había razones para dudar de la mirada que había en su rostro. Oculté la cara entre las manos y lloré por segunda vez en una hora.

 

   Él se puso en pie y me dio una serie de torpes palmaditas en el hombro. Las lágrimas no parecían ser de su agrado.

 

   —Venga, venga —murmuró entre dientes.

 

   Me controlé con más rapidez esta vez. Me limpié los ojos llorosos y le sonreí con timidez, hasta que asintió en señal de aprobación.

 

   —Ésta es mi chica —me dijo palmeándome la espalda de nuevo—. Ahora debemos pasar el rato hasta que estemos seguros de que Taeyeon se ha ido realmente. —Sonrió con picardía—. ¡Así que divirtámonos un poco!

 

   Caí en la cuenta de que su idea de la diversión tendría que consistir en cualquier cosa relacionada con los enfrentamientos armados, y se me debió de notar en el semblante, porque se echó a reír al ver mi expresión.

   —No te preocupes. Será mejor que intentes descansar un poco mientras esperamos. Seguro a que ahora hasta esta fina esterilla te va a parecer estupenda.

 

   Desplacé la mirada de su rostro a la esterilla y volví a mirarle a los ojos.

 

   —Venga —me instó—, tienes toda la pinta de necesitar un buen sueño. Yo te vigilaré.

 

   Nuevamente emocionada, con los ojos lagrimosos, me dejé caer sobre la colchoneta y apoyé la cabeza en la almohada. Por poco cómoda que fuera, me parecía el cielo. Me estiré todo lo larga que era, con las manos señalando las puntas de los dedos de los pies e intentando alcanzarlos con los dedos de la mano. Me crujieron las articulaciones y después me dejé caer sobre el colchón. Era casi como si la colchoneta me abrazara y con ello borrara todos los puntos doloridos de mi cuerpo. Suspiré.

 

   —Verte así hace que me sienta mejor —murmuró Jeb—. Saber que alguien sufre bajo tu propio techo es como una pústula que no te puedes rascar.

 

   Jeb se acomodó en el suelo a un par de metros y comenzó a tararear en voz muy baja. Yo me quedé dormida antes de que terminara el primer compás de la canción. Cuando me desperté, supe que había estado durmiendo profundamente durante muchas horas, el lapso de sueño más largo del que había disfrutado sin dolor ni interrupciones terroríficas desde que había llegado a aquel lugar. Me habría sentido la mar de bien si no fuera porque despertar en aquella almohada me recordaba la ausencia de Taeyeon. Todavía olía a él, y muy bien, no como yo.

 

   «De regreso a nuestros sueños», suspiró Tiffany, desesperanzada.

 

   Yo recordaba el mío muy vagamente, pero sabía que aparecería Taeyeon, como era habitual cuando podía deslizarme en un sueño profundo.

 

   —Buenos días, chiquilla —saludó Jeb con voz alegre.

 

   Alcé los párpados para mirarle. ¿Había estado sentado apoyado en esa pared toda la noche? No parecía cansado, pero repentinamente me sentí culpable por haber monopolizado el lugar más cómodo.

 

   —Los chicos ya se han marchado —exclamó entusiasmado—. ¿Qué tal si nos damos una vuelta?

 

   Acarició con gesto inconsciente el rifle que llevaba colgado al hombro mientras yo le miraba incrédula, con los ojos abiertos como platos. ¿Darnos una vuelta?

 

   —Ahora no te me pongas blandengue, que nadie va a molestarte. Y necesitas poder desenvolverte para ir por ahí cuando haga falta.

 

   Me tendió una mano para ayudarme a levantarme.

 

   La acepté automáticamente, y la cabeza me daba vueltas mientras intentaba procesar lo que me estaba diciendo. ¿Es que iba a necesitar encontrar el camino por mi cuenta? ¿Por qué? ¿Y a qué se refería con «cuando haga falta»? ¿Cuánto tiempo esperaba que durara?

 

   Me empujó hasta ponerme de pie y me llevó hacia delante.

 

   Había olvidado lo fácil que resultaba desplazarse por los túneles oscuros con ayuda de una mano.

 

   Apenas necesité concentrarme para avanzar.

 

  —Déjame pensar... —murmuró Jeb—. Quizá debamos probar primero el ala izquierda. Vamos a buscar un lugar decente para ti, después las cocinas...

 

   Continuó planeando el recorrido de su visita sin parar siquiera cuando atravesamos la estrecha grieta abierta en el túnel iluminado que conducía a la habitación grande y alumbrada. Se me secó la boca en cuanto nos llegó el sonido de las voces. Jeb siguió charlando, bien porque no percibió mi terror, bien porque decidió ignorarlo.

 

   —Te apuesto a que las zanahorias deben de haber salido ya hoy —me estaba diciendo mientras me conducía hacia la plaza mayor. La luz me cegó y no podía ver quién estaba allí, aunque podía sentir sus ojos sobre mí. El silencio repentino era tan ominoso como siempre.

 

  —Aquí está —se respondió Jeb a sí mismo—. Siempre pienso que es realmente precioso. Una encantadora primavera verde como ésta es una delicia para los ojos.

 

   Se detuvo y con las manos extendidas me invitó a mirar. Bizqueé en la dirección hacia la que él gesticulaba, pero mis ojos no pudieron evitar vagabundear alrededor de la habitación mientras conseguía enfocar. Me llevó un momento, pero entonces vi a qué se estaba refiriendo. También vi que debía de haber por allí al menos quince personas, todas ellas observándome con miradas hostiles. Sin embargo, estaban ocupadas con otras cosas.

 

   El amplio cuadrado oscuro que ocupaba el centro de la gran caverna ya no estaba tan oscuro. La mitad de él florecía con un verde primaveral, justo como había dicho Jeb. Era hermoso y sorprendente.

Con razón nunca había nadie en ese lugar: era un jardín.

 

   —¿Zanahorias? —susurré.

 

   —Son las que están verdeando ahora —me contestó él en un volumen de voz normal—. La otra mitad son espinacas, que saldrán en unos cuantos días.

 

   La gente en la caverna había vuelto al trabajo, todavía mirándome de vez en cuando, pero concentrándose principalmente en sus quehaceres. Sus acciones eran bastante fáciles de comprender una vez que reconocías el jardín, y también se entendía la presencia de aquel gran tonel sobre ruedas y de las mangueras.

 

   —¿Están regando?

 

   —Así es. El suelo se seca rápidamente con este calor.

 

   Asentí en señal de acuerdo. Supuse que era temprano todavía, pero ya estaba sudando. El calor que desprendía aquella intensa irradiación que había sobre nuestras cabezas era sofocante en las cuevas. Intenté examinar el techo de nuevo, pero estaba demasiado brillante para poder mirar.

 

   Tiré de la manga de Jeb y bizqueé en dirección a la luz cegadora.

 

   —¿Cómo?

 

   Jeb sonrió, y pareció encantado con mi curiosidad.

 

   —Del mismo modo que lo hacen los magos: con espejos, chiquilla. Cientos de ellos. Me costó lo mío irlos trayendo todos. Y es estupendo tener por aquí manos extra cuando hace falta limpiarlos. Mira, solo hay cuatro pequeñas aberturas en este techo y eso no bastaba para lo que tenía en mente. ¿Qué te parece?

 

Echó los hombros hacia atrás, orgulloso de nuevo.

 

   —Brillante —murmuré—. Alucinante.

 

   Jeb sonrió y asintió, disfrutando de mi reacción.

 

   —Continuemos —sugirió—. Tenemos mucho que hacer hoy.

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Comments

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Aapark #1
Amazing
LlamaAmerica #2
Chapter 19: Jajajaja simpático?? Xd buenoooo por lo menos ya le habla no? XD
LlamaAmerica #3
Chapter 18: Wooow tanto tiempo!!! Gracias por el cap!!! Uffff pobre jamie y pobre de mi Tae :'(
shinee763 #4
no puedo esperar!!
LlamaAmerica #5
Chapter 16: Uhhhhhhhh me quedare con la intriga jajajjaa
LlamaAmerica #6
Chapter 15: Ahhhhh cuanto tiempo esperando espero actualices prontooooooo!!!
LlamaAmerica #7
Chapter 14: Haaaaaaaaaaaaaaaay hasta que me pude poner al corriente con esta historia ojalá actualices pronto *-*
LyndaM #8
Chapter 6: Omo, primero dios todo estara bien, animo te esperaremos
LlamaAmerica #9
Chapter 5: Haaaaaaaay joder Tae están ashjakska jajajaja sigueeee!!!!
saine1993
#10
Chapter 3: no e leído el libro pero si vi la película y es una de mis favoritas que bien que la adaptes me encantan actualiza pronto