Error

La Huésped (The Host)
Please Subscribe to read the full chapter

Capítulo 12 - Error

 

   —Es imposible! ¡Te has equivocado! ¡Estamos perdidas! ¡No puede ser!.

 

   Miré hacia lo lejos, a la distancia, enferma de una incredulidad que rápidamente se estaba convirtiendo en horror.

 

   La mañana del día anterior me había comido el último Twinkie destrozado para desayunar. Por la tarde había encontrado el pico doble y había girado hacia el este otra vez. Tiffany había cumplido con la promesa de que era la última formación rocosa que nos quedaba. Esa noticia me había puesto casi histérica de alegría. La última noche me había bebido el agua restante.

 

   Era el cuarto día.

 

   Esa mañana todo fue un recuerdo vago de sol cegador y esperanza desesperada. El tiempo se iba pasando y oteé la línea del horizonte en busca de la última referencia con un creciente sentimiento de pánico. No podía ver en qué lugar podría encajar; esta vez se trataba de una larga línea plana, la de una pequeña meseta flanqueada por picos romos en cada extremo, como si fueran centinelas. Algo así necesitaba espacio y las montañas al este y al norte eran voluminosas y sus cimas tenían aspecto de dientes. Era incapaz de ver dónde podía tener cabida una meseta plana entre ellas.

 

   Hice un alto para descansar al mediodía. El sol aún refulgía en el este y sus rayos me daban en los ojos. Mi debilidad me asustaba. Había empezado a dolerme cada músculo del cuerpo, pero no todo se debía a la caminata. Podía sentir el cansancio del ejercicio, y también el de haber dormido en el suelo, pero los dos eran diferentes del nuevo padecimiento. Me estaba deshidratando, y este dolor se debía a la protesta de mis músculos ante esa situación. Sabía que así no iba a poder continuar mucho tiempo.

 

   Volví la espalda al este para poder apartar el rostro del sol durante un momento.

 

   Entonces fue cuando vi la larga línea plana de una meseta, imposible de confundir entre los picos circundantes. Estaba allí, sí, pero tan lejos en el distante oeste que parecía temblar como un espejismo, flotando, cerniéndose sobre el desierto como una nube oscura. Cada paso que habíamos dado había sido en la dirección equivocada. El último objetivo estaba más lejos hacia el oeste que todo el trayecto que habíamos cubierto hasta ese momento.

 

   —Imposible —susurré otra vez.

 

  Tiffany se quedó paralizada en mi cabeza, sin reflexionar, en blanco, intentando desesperadamente rechazar la nueva coyuntura. Esperé, mientras mis ojos inspeccionaban las formas innegablemente familiares, y de pronto el repentino peso de su aceptación y su pena me golpearon hasta postrarme de rodillas. Su silencioso grito de derrota creó un eco en mi cabeza y añadió una capa más de dolor al mío.

 

   Mi respiración se volvió entrecortada, un sollozo sordo y sin lágrimas.

 

   El sol trepó por el cielo a mis espaldas, empapando con su calor mi pelo oscuro. Cuando recuperé el control, mi sombra había quedado circunscrita a un pequeño círculo a mi alrededor. Haciendo un gran esfuerzo, me incorporé. Se me habían clavado en la piel de las piernas agudos trocitos de piedra. No me molesté siquiera en quitármelos. Durante un buen rato largo y caluroso miré fijamente hacia la meseta flotante que se burlaba de mí, allí al oeste. Finalmente, eché a andar de nuevo, y no estoy realmente segura de por qué lo hice. Sólo sabía que yo era la que se había puesto en movimiento y nadie más. Tiffany se había vuelto sumamente pequeña en mi cerebro, una pequeña cápsula de dolor replegada con fuerza sobre sí misma. No iba a obtener ninguna ayuda de ella.

 

   Mis pasos crujían lentamente sobre el terreno irregular.

 

   —Después de todo, él no era más que un viejo lunático iluso —murmuré para mí misma. Un extraño estremecimiento me sacudía el pecho y una tos ronca me desgarraba la garganta. La serie de toses ásperas continuó, pero sólo cuando sentí los ojos llenos de lágrimas caí en la cuenta de que estaba riéndome—.¡Nunca jamás hubo...! ¡Nunca... hubo nada por aquí! —jadeé entre espasmos histéricos.

 

   Avancé haciendo eses como si estuviera bebida y fui dejando una irregular línea de pisadas a mis espaldas.

 

   «No. —Tiffany se desenroscó de su tristeza para defender la fe a la que aún se abrazaba—. He debido de equivocarme o algo así. Ha sido culpa mía».

 

 

   Me reí de ella en ese momento. El sonido fue absorbido por el viento abrasador.

 

   «Espera, espera —pensó ella, intentando distraer mi atención de la broma fatal en la que todo se había convertido—. No creerás... ¿Es que crees que es posible que ellos hayan intentado esto mismo?».

 

   Su inesperado miedo me sorprendió en mitad de una carcajada. Casi asfixiada por el aire tórrido, el pecho seguía jadeando después de mi ataque de histeria enfermiza. Cuando pude volver a respirar normalmente, ya no quedaba vestigio alguno de humor negro. De forma instintiva, mis ojos seguían barriendo el vacío desierto en busca de alguna evidencia de que yo no era la primera que había malgastado su vida de este modo. La llanura era de una amplitud casi imposible, pero no podía parar en mi búsqueda frenética de... restos.

 

   «No, claro que no —intentaba consolarse Tiffany—. Taeyeon es demasiado listo; nunca habría venido aquí sin estar preparado, como hemos hecho nosotras. Jamás habría puesto a Jamie en peligro».

 

   «Estoy segura de que tienes razón —le contesté, ya que quería creerlo tanto como ella—. Estoy segura de que nadie en todo el universo podría ser tan estúpido. Además, probablemente jamás haya venido a echar una ojeada. Seguramente ni se le ha ocurrido, y yo hubiera deseado que a ti tampoco».

 

   Proseguí caminando sin apenas ser consciente de ello. El avance se me antojaba insignificante, teniendo en cuenta las distancias que se extendían por delante. Además, aunque fuéramos transportadas mágicamente a la misma base de la meseta, entonces, ¿qué? Estaba completamente convencida de que allí no había nada. Nadie nos esperaba en ese lugar para salvarnos.

 

   —Vamos a morir —anuncié.

 

   Me sorprendía que mi voz rasposa no mostrara ningún miedo.

 

   Simplemente reconocía un hecho como cualquier otro. El sol está caliente. El desierto está seco. Nosotras vamos a morir.

 

   «Sí».

 

   Ella también estaba tranquila. Le resultaba más fácil aceptar la muerte que la posibilidad de que la locura hubiera guiado nuestros esfuerzos.

 

   «¿Y no te molesta eso?».

 

   Ella pensó durante un momento antes de responder: «Al menos he muerto intentándolo; y he ganado. Nunca les he abandonado ni les he causado daño, y he hecho cuanto estaba en mi mano para encontrarlos. He intentado mantener mi promesa, y muero por ellos».

 

   Conté diecinueve pasos antes de poder responder. Diecinueve lentos y fútiles crujidos sobre la arena.

 

   «Entonces, ¿por qué muero yo? —me pregunté, con un sentimiento punzante que volvía de nuevo a mis conductos lacrimales resecos—. Supongo que porque me he perdido, ¿no? ¿Es ése el porqué?».

 

   Conté treinta y cuatro crujidos más antes de que ella tuviera una respue

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Aapark #1
Amazing
LlamaAmerica #2
Chapter 19: Jajajaja simpático?? Xd buenoooo por lo menos ya le habla no? XD
LlamaAmerica #3
Chapter 18: Wooow tanto tiempo!!! Gracias por el cap!!! Uffff pobre jamie y pobre de mi Tae :'(
shinee763 #4
no puedo esperar!!
LlamaAmerica #5
Chapter 16: Uhhhhhhhh me quedare con la intriga jajajjaa
LlamaAmerica #6
Chapter 15: Ahhhhh cuanto tiempo esperando espero actualices prontooooooo!!!
LlamaAmerica #7
Chapter 14: Haaaaaaaaaaaaaaaay hasta que me pude poner al corriente con esta historia ojalá actualices pronto *-*
LyndaM #8
Chapter 6: Omo, primero dios todo estara bien, animo te esperaremos
LlamaAmerica #9
Chapter 5: Haaaaaaaay joder Tae están ashjakska jajajaja sigueeee!!!!
saine1993
#10
Chapter 3: no e leído el libro pero si vi la película y es una de mis favoritas que bien que la adaptes me encantan actualiza pronto