Aburrida

La Huésped (The Host)
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Capítulo 18 - Aburrida

 

   Me pasé el resto del día en silencio con una pequeña excepción. La excepción fue cuando Jeb nos trajo comida a ambos, a Taeyeon y a mí, varias horas más tarde. Me sonrió en tono de disculpa cuando puso la bandeja en la pequeña entrada de mi cueva.

 

   —Gracias —susurré.

 

   —De nada —me dijo.

 

   Escuché gruñir a Taeyeon, irritado por ese pequeño intercambio verbal. Ése fue el único sonido que hizo Taeyeon en todo el día. Estaba segura de que estaba allí fuera, pero no pude oír ni siquiera un suspiro que confirmara esa convicción.

 

   Había sido un día muy largo, muy agobiante y aburrido. Intenté todas las posturas que pude imaginar, pero apenas pude apañarme en algún momento para conseguir estirarme y ponerme algo cómoda. Sentía un dolor punzante en la parte más estrecha de mi espalda.

 

   Tiffany y yo pensamos mucho en Jamie. Básicamente nos preocupaba que nuestra venida le hubiera hecho sufrir y aún siguiéramos causándole daño. ¿Qué era eso en comparación con mantener una promesa? El tiempo perdió significado. Podría haber sido el crepúsculo o el amanecer, allí no tenía referencias, enterrada como estaba en la tierra. A Tiffany y a mí se nos acabaron los temas de discusión.

   Vagamos con apatía de los recuerdos de la una a los de la otra, como si estuviéramos cambiando canales de televisión sin pararnos a mirar ninguno en particular. Me eché una cabezadita una vez, pero no podía quedarme profundamente dormida porque estaba demasiado incómoda.

 

   Cuando Jeb regresó finalmente, me dieron ganas de besar su rostro curtido. Se asomó dentro de mi guarida con una sonrisa estirándole las mejillas.

 

   —¿Tienes tiempo para dar otro paseo? —me preguntó.

 

   Asentí con rapidez.

 

   —Yo lo haré —gruñó Taeyeon—. Dame el arma.

 

   Dudé, agachada incómodamente al borde de mi cueva, hasta que Jeb asintió en mi dirección.

 

   —Ve delante —me dijo él.

 

   Salté fuera, rígida e inestable, y me cogí a la mano que Jeb me ofrecía para equilibrarme. Taeyeon hizo un sonido de asco y volvió el rostro. Tenía el arma cogida con tanta fuerza que se le marcaban los nudillos sobre el cañón. No me gustaba verle con eso en la mano. Me alteraba mucho más que cuando lo llevaba Jeb.

 

   Taeyeon no tuvo conmigo la consideración que había mostrado antes Jeb. Caminó a grandes zancadas por el túnel negro sin hacer ni una pausa para que pudiera seguirle. Se me hizo duro, porque no hacía ruido alguno y no me guiaba, por lo que tuve que caminar con una mano enfrente del rostro y la otra en la pared, intentando no darme de bruces con la roca. Me caí dos veces por culpa de la desigualdad del terreno. Aunque no me ayudaba, al menos se esperaba hasta que oía que estaba de pie de nuevo, preparada para caminar.

 

   Una vez, al  presurarme a través de una sección más recta del túnel, me acerqué demasiado y la mano que tanteaba topó con su espalda y recorrió la forma de sus hombros antes de que me diera cuenta de que no era otra pared. Él dio un salto, apartándose de mis dedos con un siseo airado.

 

   —Lo siento —murmuré, sintiendo que me ruborizaba en la oscuridad.

 

   Él no contestó, pero aceleró el paso de modo que seguirle se hizo mucho más difícil. Estaba muy confundida cuando finalmente apareció algo de luz delante de mí. ¿Habíamos tomado una ruta diferente? Ésta no era la brillantez de la caverna más grande. Era mate, pálida y plateada. Sin embargo aquella estrecha grieta por la que habíamos pasado me parecía la misma. No me di cuenta de en qué consistía la diferencia hasta que no estuvimos debajo del gigantesco espacio lleno de ecos.

 

   Era de noche; la luz que brillaba tenuemente desde arriba tenía un aspecto más parecido a la luz de la luna que a la del sol. Aproveché que esta iluminación era menos cegadora para examinar el techo en un intento de descubrir cuál era su secreto. Era alto, muy por encima de mi cabeza, y allí cien lunas pequeñas enviaban su luminosidad diluida al distante suelo en penumbra. Las pequeñas lunas estaban dispersas en grupos sin un patrón establecido, algunas más lejos que otras. Moví la cabeza de un lado a otro: aunque ahora podía mirarlas directamente, no lograba comprenderlo.

 

   —Vamos —me ordenó Taeyeon con voz enfadada.

 

   Me estremecí y me apresuré a seguirle. Me sentía mal por haber dejado de prestarle atención. Pude ver cuánto le irritaba tener que dirigirme la palabra.

 

   No esperaba que me concediera la ayuda de una linterna cuando llegamos a la habitación de los ríos, y así fue. Estaba también muy poco iluminada, como la cueva grande, pero aquí sólo había veinte extrañas lunas en miniatura. Taeyeon apretó la mandíbula y se quedó mirando al techo mientras yo caminaba indecisa por la habitación con la piscina del color de la tinta. Supuse que si tropezaba, me caería en aquel rápido manantial subterráneo y desaparecería, y Taeyeon probablemente lo vería como una oportuna intervención del destino.

 

   «Pienso que le entristecería —me contrarió Tiffany, mientras yo buscaba un camino alrededor del baño sujetándome a la pared—. Si nos cayéramos».

 

   «Lo dudo. Le recordaría el dolor de haberte perdido la primera vez, pero sería feliz si yo desaparezco».

 

   «Porque él no te conoce», respondió Tiffany con otro susurro, y después se desvaneció, como si de repente hubiera perdido todas sus fuerzas.

 

   Yo me quedé allí quieta, sorprendida. No estaba segura, pero me sentí como si Tiffany me hubiera hecho un cumplido.

 

   —En marcha —ladró Taeyeon desde la otra habitación.

 

   Me apresuré tanto como me dejaron el miedo y la oscuridad. Cuando regresamos, Jeb estaba esperando bajo la lámpara azul. A sus pies había dos cilindros desiguales y dos rectángulos disparejos. No los había visto antes. Tal vez había ido a por ellos mientras estábamos fuera.

 

   —¿Duermo yo aquí esta noche o lo haces tú? —le preguntó Jeb a Taeyeon en un tono despreocupado.

 

   Taeyeon miró las cosas que estaban a los pies de Jeb.

 

   —Yo —contestó con cortesía—, pero sólo necesito un saco de dormir.

 

   Jeb puso mala cara y luego alzó una gruesa ceja.

 

   —Esta cosa no es una de nosotros, Jeb. Has dejado esto en mis manos, así que lárgate.

 

   —Tampoco es un animal, chaval. Y ni siquiera tratarías a un perro de esta manera.

 

   Taeyeon no contestó, pero apretó los dientes.

 

   —Nunca pensé que fueras un hombre cruel —insistió Jeb con suavidad. Pero cogió uno de los cilindros, pasó el brazo por uno de sus asideros y se lo colgó del hombro. Después se puso uno de los rectángulos, una almohada, debajo del brazo.

 

   —Lo siento, cielo —dijo cuando pasó a mi lado, palmeándome el hombro.

 

   —¡Oh, basta ya! —gruñó Taeyeon.

 

   Jeb se encogió de hombros y se fue andando tranquilamente. Antes de que hubiera desaparecido, me metí corriendo dentro de mi celda, escondiéndome en el rincón más oscuro que pude encontrar, convirtiéndome en el bulto más pequeño que pude, esperando que de este modo se me viera lo menos posible.

 

   En vez de arrastrarse discreta y silenciosamente hacia el túnel exterior, Taeyeon extendió su saco de dormir justo enfrente de la entrada de mi prisión. Ahuecó su almohada unas cuantas veces, posiblemente intentando refregarme que tenía una. Se tumbó en la esterilla y cruzó los brazos sobre el pecho. Ése era el trozo que podía ver de él desde el agujero, sólo sus brazos cruzados y la mitad de su estómago.

 

   Tenía la piel del mismo color dorado oscuro que había hechizado mis sueños durante la última mitad del año. Era muy extraño tener apenas a metro y medio de distancia una parte de mis sueños convertida en sólida realidad. Era algo surrealista.

 

   —No podrás escaparte a hurtadillas pasando por encima de mí —me advirtió con brusquedad. Su voz sonaba más baja que antes, casi soñolienta—. Si lo intentas... —bostezó— te mataré.

 

   No respondí. La advertencia me golpeó igual que si fuera un insulto. ¿Por qué iba a intentar escabullirme? ¿Adónde iba a ir? ¿En dirección a las manos de aquellos bárbaros que me esperaban allí fuera, todos ellos deseando justo que hiciera precisamente ese estúpido intento? O, suponiendo que pudiera realmente escaparme de algún modo con disimulo, ¿iba a regresar al desierto, donde casi me había achicharrado hasta la muerte la última vez que había intentado cruzarlo? Me pregunté qué me creía capaz de hacer. Qué clase de plan pensaba él que estaba pergeñando para destrozar su pequeño mundo. ¿Acaso pensaba de verdad que tenía tanto poder? ¿Es que no estaba claro lo patéticamente indefensa que me encontraba?

 

   Supe cuándo estuvo profundamente dormido porque comenzó a retorcerse del modo que Tiffany recordaba que solía hacer. Sólo dormía tan inquieto cuando estaba alterado. Vi cómo sus dedos se abrían y cerraban, y me pregunté si estaba soñando con tenerlos alrededor de mi cuello.

 

   Los días que siguieron, quizá una semana o así, ya que era imposible llevar la cuenta, fueron muy tranquilos. Taeyeon era como un muro silencioso entre mi persona y el resto del mundo, fuera bueno o malo. No había ningún sonido salvo el de mi propia respiración, el de mis propios movimientos. No había ninguna imagen salvo la de la cueva oscura que me rodeaba, el círculo de luz mate, la bandeja de todos los días con la misma ración, las escasas, fugaces visiones robadas de Taeyeon. No había ningún otro contacto con mi piel, salvo el de las rocas picudas, ni otro sabor a nada, salvo el del agua amarga, el pan duro, la sopa blanda, las raíces duras, y todo una y otra vez.

 

   Era una combinación

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Comments

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Aapark #1
Amazing
LlamaAmerica #2
Chapter 19: Jajajaja simpático?? Xd buenoooo por lo menos ya le habla no? XD
LlamaAmerica #3
Chapter 18: Wooow tanto tiempo!!! Gracias por el cap!!! Uffff pobre jamie y pobre de mi Tae :'(
shinee763 #4
no puedo esperar!!
LlamaAmerica #5
Chapter 16: Uhhhhhhhh me quedare con la intriga jajajjaa
LlamaAmerica #6
Chapter 15: Ahhhhh cuanto tiempo esperando espero actualices prontooooooo!!!
LlamaAmerica #7
Chapter 14: Haaaaaaaaaaaaaaaay hasta que me pude poner al corriente con esta historia ojalá actualices pronto *-*
LyndaM #8
Chapter 6: Omo, primero dios todo estara bien, animo te esperaremos
LlamaAmerica #9
Chapter 5: Haaaaaaaay joder Tae están ashjakska jajajaja sigueeee!!!!
saine1993
#10
Chapter 3: no e leído el libro pero si vi la película y es una de mis favoritas que bien que la adaptes me encantan actualiza pronto