Una castaña se encontraba mirándose fijamente en el espejo de su tocador de caoba, el peine de seda paseaba por lo largo de su lacio y suave cabellera, la castaña llevaba alrededor de 45 minutos haciendo lo mismo, no era precisamente por vanidad, era más que nada porque estaba esperando una sorpresa, estaba esperándola , esperándola a ella. 

Era 15 de Octubre, él nunca olvidaba esa fecha y cada año la sorprendía más que el anterior.

“15 de Octubre” Pensó con lentitud mientras seguía mirándose fijamente, “15 de Octubre” Susurró antes de dibujar en su rostro una pequeña y soñadora sonrisa.

-¿Cómo se encuentra la señora Choi? –Jessica escuchó la voz de su esposa en la entrada de la habitación. 

–Esperándote, ¿A dónde fuiste tan temprano? –Preguntó la castaña mientras posaba ambas manos en el fuerte estomago de su esposa.

–Tenía unas cosas que hacer –Dijo la dueña de la Disquera Powerfull con algo de nerviosismo. 

Jessica entrecerró sus ojos de manera divertida, estaba realmente a la expectativa de lo que le esperaba ese día. Sooyoung había salido muy temprano y de manera misteriosa, la única respuesta a eso en la mente de la diva, era una gran sorpresa para ella por ser una fecha tan especial.

-¿No me piensas decir qué cosas andabas haciendo? –Preguntó mientras jugaba con el pelo de su esposa quien la tomó por la cintura. 

–No, no era nada importante –Argumentó ella mientras sonreía suavemente. 

“¿Has olvidado el 15 de Octubre?” Pensó la castaña al no notar ninguna nueva expresión –o intención- en el rostro de su esposa. 

-Está bien Jess … -Susurró el castaño haciendo que la pequeña preocupación de la mujer desapareciera –Fui a ver a Maddison a la delegación, sé que te dije que no la ayudaría esta vez, pero es mi hermana, estoy para ayudarla… siempre debo estar para ayudarla, soy la mayor –Jessica se separó inmediatamente del cuerpo de su esposa con fastidio, no tanto por el asunto de su hermana, sino porque había olvidado un fecha tan importante como lo era el 15 de octubre -¿Tanto te molesta esto, Jessica? –Preguntó consternada la mujer. 

–No es eso Soo, mira ya veía venir todo esto, siempre dices que no volverás a ayudarla pero siempre caes, no me sorprendes en realidad –Contestó la diva mientras cruzaba sus brazos y trataba de contener sus lágrimas de impotencia por la mala memoria que parecía tener su esposa –Puedes ayudarla si quieres… no tengo problema, es tu familia –Completó para girarse, dándole la espalda a Sooyoung.

–Bueno, agradezco tu compresión Jess –Pronunció la castaña cantante –Voy a llamar a Siwon, él también querrá saber sobre Maddi, parece que solo cuando ella se mete en problemas, él y yo tenemos algo de comunicación –Ironizó la mujer- Te veo luego –Se despidió antes de dirigirse a la puerta de su habitación con el fin de salir.

Al escuchar el sonido de la puerta cerrándose, Jessica soltó las lágrimas que había estado escondiendo de SooYoung. 

“¿Cómo pudiste olvidarlo?” Se preguntó la castaña mirando la foto de ambas que yacía en su mesa de noche.

-Se me olvidó decirte… -SooYoung había entrado sorpresivamente a la habitación para acercarse a su esposa y tomar su cintura con decisión –Feliz aniversario amor, gracias por todos estos años que me has dejado compartir contigo, te amo y nunca podría olvidar esta fecha- Dijo Sooyoung con una sonrisa mientras secaba con sus pulgares las lágrimas de su esposa para luego besar con pasión sus labios. 

“Sabía que no lo olvidarías” Pensó con felicidad la castaña mientras besaba a su esposa.

Era un 15 de octubre que para el matrimonio Choi Jung –Jessica marcaba un año más de felicidad juntas. Cada día que pasaba, Jessica volvía a confirmar que no había podido encontrar a una mujer mejor que ella. 

*** 
La brisa corría fuertemente a través del gran ventanal de la oficina de Taeyeon, quién inmediatamente se estremeció aunque principalmente por la ironía que encerraba el clima y el día que se presentaba. 15 de octubre. 

La rubia pensó en acercarse a la ventana con la finalidad de cerrarla pero desistió al pensar que ese día era un hecho que iba a estremecerse por muchos motivos más –especialmente recuerdos –así que prefería tratar de engañar a su mente adjudicando aquellos futuros estremecimientos y temblores al frío en lugar de a su propia historia. 

La mesa de la rubia estaba llena de carpetas y papeles por revisar, le hubiera pedido ayuda a Siwon pero desde aquella noche en la que ella declinó su petición de ser ella la abogada de su hermana, su secretario tenía una actitud sumamente molesta. No era que Taeyeon fuera de las que soportara que un “inferior” faltara a su autoridad pero especialmente ese día no tenía humor para trabajar en algún caso legal con el fastidioso resentimiento de su secretario y mucho menos para romper tensiones con él. 

Habían fechas que ella prefería olvidar de su calendario como el cumpleaños de su tía Yeong -una mujer irritante, con una voz creada por el propio infierno y ,para terminar de desagradarle a la rubia, con un trasero enorme que siempre que podía asfixiaba a Taeyeon – luego, el aniversario de bodas de su hermano Min-Ki ya que con el pretexto de querer celebrar con su esposa, la rubia siempre tenía que hacerse cargo de sus dos pequeños y desastrosos sobrinos, que para el colmo de males eran gemelos. Pero de todas esas terribles fechas, la que ella quería y anhelaba olvidar era el 15 de octubre. 

Exacto, el día del matrimonio de Sooyoung y Jessica. 

A pesar de sus intentos por tratar esa fecha como cualquier otra, algo en su sistema no se lo permitía en lo absoluto. Aparte que, desde que ambas se volvieron “estrellas”, los medios de comunicación más amarillistas acostumbraban a hacer una reseña en honor a sus años de casadas. No eran muchos años, pero la prensa siempre se encargaba de llenar páginas con lo primero que apareciera. 

Para Taeyeon aquella boda no había sido sencilla, habían surgido tantos problemas, recordaba con pesar como la poca dignidad que le quedaba había sido pisoteada por todos, incluyendo a Jessica y especialmente, pisoteada por Choi Sooyoung. De ahí se desprendía el gran desagrado que le tenía a ella y a aquel fatídico 15 de octubre. 

Muchas veces la rubia deseaba vivir en una cueva alejada de la ciudad, del país, del mundo entero con el único propósito de